15 fotosSiete bosques espa?oles para sentir la primaveraDe Asturias a La Gomera, reservas donde dejarse seducir por las espesuras de laurisilva, pinsapos y hayedosPedro Retamar06 abr 2017 - 20:51CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceEl pasado 21 de marzo se celebr¨® el D¨ªa Internacional de los Bosques. La ONU ha elegido este d¨ªa para recordar anualmente la importancia de la conservaci¨®n de todos los tipos de bosques (que ocupan un tercio de la superficie terrestre). Como los del parque nacional de Garajonay (La Gomera, en la foto), que seduce por el embrujo de su abrumadora naturaleza, sus umbr¨ªas, sus bosques retorcidos, por las barbas movedizas que cubren sus troncos y por esa nebulosa verde que domina su estampa.Martin Siepman (agefotostock)Garajonay acoge la mejor representaci¨®n de laurisilva de Europa, selvas de laurel que dominaron hace millones de a?os en toda la cuenca mediterr¨¢nea y que desaparecieron con el enfriamiento de las glaciaciones. Enclavado en una elevada meseta surcada por numerosos valles, la densa capa de nieblas arrastradas por los vientos alisios que suele cubrirlos provoca una sensaci¨®n de irrealidad. El hecho de encontrarse en una isla (La Gomera) le ha proporcionado grandes singularidades, como plantas end¨¦micas exclusivas y fauna aut¨®ctona como la paloma turqu¨¦ y la paloma rabiche.AWLLas selvas de hayas y abetos del curso alto del r¨ªo Irati son para muchos el tramo m¨¢s bello del Pirineo navarro. Uno de los m¨¢s extensos y frondosos bosques de Europa, con valores bot¨¢nicos y ecol¨®gicos excepcionales por su situaci¨®n geogr¨¢fica entre los mundos forestales cant¨¢brico y pirenaico. Su l¨ªmite n¨®rdico llega hasta la frontera francesa, cerca del Col de Orgambideska. En sus extremos sur y este, el bosque de Irati se extiende hasta el valle de Aezkoa y la sierra de Abodi, y al oeste, hasta el barranco de Txangoa y el monte Morukoa.Gonzalo AzumendiLa Selva de Irati (www.selvadeirati.com) est¨¢ formada por tres peque?as reservas naturales: Lizardoia, Mendilaz y Tristuibartea. De ellas, Lizardoia, en el monte La Cuesti¨®n, es la mancha de bosque mejor conservada. Nunca fue explotada por el hombre y por eso abundan aqu¨ª hayas y abetos de m¨¢s de 40 metros de altura. La mejor manera de conocerla es adentrarse a trav¨¦s de la pista que bordea el embalse de Irabia, desde las inmediaciones de la Real F¨¢brica de armas de Orbaizeta hasta la ermita de Nuestra Se?ora de las Nieves, en el coraz¨®n del bosque. En el Centro de Interpretaci¨®n de la Naturaleza de Ochagav¨ªa se puede obtener toda la informaci¨®n necesaria sobre estos parajes.Itziar Aio (getty)Situados en el extremo suroeste de Asturias, los robledales de esta reserva constituyen uno de los bosques mejor conservados y m¨¢s deslumbrantes de Espa?a. Robles, arces, abedules, hayas, serbales, mostajos, majuelos y otras especies del bosque caducifolio se arraciman en los angostos vallejos y barranqueras. La magia del bosque envuelve cada resquicio de Muniellos, mantenido por su aspereza en un estado casi puro. Umbr¨ªas y solanas se mezclan en un juego de luces que oculta la presencia de una rica fauna, muy dif¨ªcil de observar. Osos, lobos, corzos, rebecos, urogallos, pitos negros, martas, nutrias¡, ah¨ª est¨¢n todos aunque no se les ve.Juan Carlos Mu?oz (agefotostock)Las siete horas de caminata del recorrido circular por las lagunas de Muniellos que la guarder¨ªa de la reserva recomienda (www.muniellos.es) muestran al excursionista las veleidades de este viejo monte de ¨¢rboles centenarios. Aqu¨ª la soledad est¨¢ asegurada, puesto que tan solo se permite la visita diaria de 20 personas. Mientras se patea la estrecha senda entre los laberintos del robledal, se descubren los rastros y huellas en el h¨²medo barro de los verdaderos due?os del lugar.Juan Carlos Mu?oz (agefotostock)Las broncas sierras calizas del parque natural de Grazalema acogen un bosque de pinsapos, joyas procedentes de la era terciaria que solo mantienen su verdor por estas tierras gaditanas y por las malague?as de la sierra de las Nieves, adem¨¢s del Rif marroqu¨ª. Estos montes ostentan el mayor ¨ªndice publiom¨¦trico de la Pen¨ªnsula y se encuentran agujereados por las numerosas lluvias que arrastran hasta aqu¨ª los vientos oce¨¢nicos. La erosi¨®n ha cincelado multitud de barrancos, simas y cuevas, depresiones y ca?ones, como el Bocaleones o la Garganta Verde.Daniel Vega (agefotostock)La singularidad del bosque arcaico de Grazalema (www.cadizturismo.com/espacios-naturales), de copas oscuras y puntiagudas, hace de su protecci¨®n una prioridad. Para recorrer sus sendas hay que solicitar un permiso especial, y aunque la lluvia arrecie, vale la pena pasear entre sus viejos troncos. Adem¨¢s del pinsapo (en la foto), con una superficie de m¨¢s de 400 hect¨¢reas, aparecen bosques mixtos de alcornocales y encinares mezclados con algarrobos, acebuches, madro?os o lentiscos, y por encima de estos, los quejigales.Antonio L¨®pez Rom¨¢n (agefotostock)Interminables masas pinariegas arrullan la sierra de Cazorla. M¨¢s de 200.000 hect¨¢reas de montes mediterr¨¢neos tapizados por un excepcional mosaico vegetal de pinos laricios y carrascos, encinas y alcornoques, olivos y acebuches.Aitormmfoto (getty)El paisaje de Cazorla (en la foto, el pantano del Tranco) revienta de vida en cualquier ¨¦poca del a?o, y buena muestra son las m¨¢s de 1.200 especies bot¨¢nicas que cubren sus perfiles, alrededor del 30% de toda la flora censada en la Pen¨ªnsula. Sin embargo, la mayor riqueza de estas serran¨ªas (www.sierrasdecazorlaseguraylasvillas.es) es su fauna, representada por m¨¢s de 180 especies. Los grandes ungulados, como la cabra mont¨¦s, el ciervo, el mufl¨®n, el gamo y el jabal¨ª, resultan familiares aqu¨ª, as¨ª como grandes rapaces como buitres negros y leonados; ¨¢guilas reales, perdiceras y culebreras; alimoches, halcones y b¨²hos reales.Aitormmfoto (getty)La fraga del r¨ªo Eume da forma al mayor y mejor conservado ejemplo gallego de bosque caducifolio. Fraga, que en estas tierras de poniente designa a los bosques aut¨®ctonos compuestos por robles (carballos y rebollos), abedules, avellanos, casta?os, alisos, sauces y acebos. Extensas y preciadas frondas que hasta no hace demasiadas d¨¦cadas compon¨ªan la mayor parte del paisaje galaico.Luis Domingo (agefotostock)El ca?¨®n fluvial que recorre el r¨ªo Eume (en la foto) hasta darse de bruces con el mar serpentea por el apretado boscaje ribere?o a lo largo de 17 kil¨®metros. Entre las apreturas herb¨¢ceas se alzan las ruinas del monasterio de San Juan de Caaveiro, construido en el siglo X. A pesar de lo remoto del enclave ha conocido durante muchos siglos apasionantes historias de abades, obispos y ermita?os, que eligieron este lugar como retiro para sus oraciones. Los valores ecol¨®gicos y faun¨ªsticos son muy notables; aqu¨ª encontramos jabal¨ªes, corzos, tejones, gatos monteses, martas y nutrias.Marcos Veiga (agefotostock)El Moncayo, cota m¨¢s alta del Sistema Ib¨¦rico, cobija en su vertiente ma?a uno de los bosques m¨¢s bellos del centro peninsular. Estos rodales de arboleda vieja son conocidos como Dehesa del Moncayo (en la foto) y en ellos se guarda un apretado hayedo salpicado de abedules y morrenas de piedra, que cubre las umbr¨ªas del Barranco de Castilla. Una zona de gran valor paisaj¨ªstico, bot¨¢nico y faun¨ªstico.Santiago F. FuentesLos bosquetes, que en los pies montunos se componen de encinas, carrascos y rebollos, se vuelven hayas y pinos silvestres al ganar altura, dejando solo pinos negros en la cima. Una de las mejores formas de recorrer este parque natural (en la foto) es seguir las sendas que parten desde el Centro de Interpretaci¨®n, en el paraje de Agramonte, hacia el Santuario de la Virgen del Moncayo.pedro salaverr¨ªa (getty)javier belloso