19 fotos20 experiencias imprescindibles para conocer MarruecosDe la costa atl¨¢ntica a las nieves del Alto Atlas, paradas fascinantes entre medinas laber¨ªnticas, mares de dunas y playas surferasLonely Planet23 nov 2017 - 00:00CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEste gran laberinto cuyo trazado no ha cambiado en casi un milenio y cuenta con m¨¢s de 156.000 residentes es la zona urbana sin autom¨®viles m¨¢s grande del mundo. Hay que sumergirse en ella y no temer perderse (en cuyo caso bastar¨¢ con seguir el flujo de gente hacia la v¨ªa principal o darle una propina a un ni?o para que nos gu¨ªe). Pese a los turistas, La medina de Fez proporciona una inmersi¨®n en un mundo medieval de plazas ocultas, enormes puertas tachonadas y zocos coloristas. Hay que alzar la vista para maravillarse con escayolas, artesonados de cedro y caligraf¨ªa ¨¢rabe y, a nuestros pies, mosaicos que parecen hechos con piedras preciosas.Ren¨¦ MATTES (Getty)Zauiat Ahansal es el Chamonix del Atlas oriental. Custodiado por la cima del Arudane (3.359 metros), este valle despliega kil¨®metros de altos contrafuertes y angostos ca?ones. Un paisaje que atrae a muchos viajeros desde que se construy¨® una carretera de acceso en 2013. Los aficionados al rafting y al kayak descienden entre paredes calizas de apenas dos metros y medio de anchura, mientras senderistas y monta?eros (en la foto, un escalador en la Pared de las Sources, en la cercana zona de Taghia) disfrutan de esta topograf¨ªa tan extrema. Si no disponemos de mucho tiempo se puede optar por una excursi¨®n al desierto de Agafay, de aspecto lunar, 40 kil¨®metros al suroeste del Marraquech por la Route d¡¯Amizmiz.Jensen Walker (Getty)Empinada y adoquinada, la medina de Chefchauen se precipita por la ladera de la monta?a. Una sucesi¨®n de tejados rojos, balcones de hierro forjado y geranios en uno de los pueblos m¨¢s bonitos de Marruecos, bajo los agrestes picos del Rif. Los callejones azules de la medina (en la imagen) resultan encantadores y muy fotog¨¦nicos mientras la kasba, de tonos rojos, se erige imponente en la plaza principal, repleta de caf¨¦s en los que sentarse a ver pasar a la gente con un t¨¦ en la mano.Mike Crane (Getty)Repletos de palmeras y provistos de una ingeniosa red de pozos comunitarios y ¡®khettaras¡¯ (canales de irrigaci¨®n), los palmerales de Figuig (en la foto), el valle del Ziz, Tinejdad, Tinerhir y Shkura son el alma hist¨®rica del sur de Marruecos. Siguen desempe?ando un papel fundamental en la vida de los oasis que producen cosechas de cebada, tomates, menta, pomelos, albaricoques, higos y almendras. Merece la pena parar en Figuig (aunque pocos llegan hasta aqu¨ª) porque se trata de uno de los mejores pueblos de oasis de Marruecos: un grupo de siete localidades tradicionales del desierto que anta?o fueron una importante parada para los peregrinos que viajaban a La Meca.Santiago Urquijo Zamora (Getty)Gracias a las carreteras hoy se pueden cruzar de forma r¨¢pida y segura algunos tramos de las antiguas rutas caravaneras entre Mal¨ª y Marraquech. Pero m¨¢s all¨¢ de los desfiladeros rocosos que pueden verse desde el coche est¨¢ el valle del Draa, con las palmeras y castillos de adobe de Tamegrute, Zagora, Timidarte y Agdz. Estas fortificaciones que albergaron caravanas cargadas de oro permiten hoy pasar una noche c¨®modamente alojados. Agdz es un cl¨¢sico oasis con palmerales intactos; Timirdate conserva las mejores kasbas del valle y Zagora (en la foto, la antigua kasba) es un zoco regional interesante y punto de partida para quienes viajan al S¨¢hara o visitan las cercanas dunas.Jos¨¦ Antonio Moreno (age fotostock)Se puede surfear en toda la costa atl¨¢ntica de Marruecos, pero el mejor lugar es Taghazout (en la foto), al norte de Agadir. Al llegar se comprueba r¨¢pidamente: adem¨¢s de los habituales caf¨¦s y ¡®t¨¨l¨¨boutiques¡¯, abundan las tiendas de surf, donde marroqu¨ªes y extranjeros enceran las tablas y hablan sobre las playas cercanas. A seis kil¨®metros de Tamraght, este puerto pesquero fue famoso por los calamares y los ¡®hippies¡¯, pero hoy es el mejor destino surfero del pa¨ªs, aunque no el ¨²nico: en la franja de costa entre Agadir y Esauira destacan Tamraght y Sidi Kauki, y m¨¢s al sur, Mirleft es el destino de moda y acoge cada a?o un campeonato de ¡®long-board¡¯.Tim E. White (Getty)El Anti-Atlas, una cordillera de granito abrasada por el sol que conduce hasta el S¨¢hara, sigue inexplorada en comparaci¨®n con el Alto Atlas. Y es sorprendente por su cercan¨ªa a Agadir y por su belleza. La atracci¨®n principal es el macizo de cuarzo Yebel L¡¯Kest, ¡®la monta?a de amatista¡¯, a la que se accede por el f¨¦rtil valle de Ameln. Entre la oferta senderista de la zona tambi¨¦n se encuentran los pueblos y kasbas en ruinas alrededor del Yebel Akim o la monta?a volc¨¢nica de Yebel Sirua.H. J. Igelmund (age fotostock)En el valle de Ameln, al sur de Marruecos, el pueblo de Tafraout est¨¢ completamente rodeado por monta?as de granito rojo. Es la poblaci¨®n principal del Anti-Atlas, con casas rosas y calles con mercados en un entorno extraordinario. Todo el valle est¨¢ sembrado de palmerales y pueblos bereberes y las monta?as vecinas ofrecen un espect¨¢culo de luces ocres dos veces al d¨ªa. Con una industria tur¨ªstica sin explotar, es una base magn¨ªfica para realizar actividades como bicicleta de monta?a o b¨²squeda de tallas prehist¨®ricas en la roca (en la foto la cercana localidad de Aguard Oudad). Tambi¨¦n es un buen lugar para una aut¨¦ntica experiencia en un ¡®hamman¡¯: en el pueblo hay tres porque algunas casas no tienen agua.Amar Grover (Getty)Hay que guardar el secreto: esta poblaci¨®n costera a un paseo en camello desde el S¨¢hara es tan ex¨®tica, alegre y m¨¢gica como la famosa Esauira. Fue ciudad espa?ola hasta 1969 y actualmente, pintada de azul y blanco, conserva algunas costumbres tan espa?olas como dormir la siesta y recibir al visitante con un ¡°hola¡±. Se puede pasear por la playa curvada de Legzira (en la foto), explorar sus callejuelas y apreciar las reliquias modernistas que dejaron los espa?oles al atardecer, cuando los vientos del Atl¨¢ntico doblan las palmeras y llenan el aire de una bruma refrescante.Pavliha (Getty)Es el viento costero (¡®alizee¡¯ o taros) el que ha permitido que Esauira conserve su car¨¢cter y cultura tradicionales. Con sus antiguos malecones y una medina de un blanco resplandeciente, es uno de los destinos m¨¢s encantadores de Marruecos. El viento atrae a windsurfistas entre abril y noviembre, pero el resto del a?o se puede pasear por sus calles con aroma a especias, caminar por la medina fortificada, visitar las tiendas y galer¨ªas de arte o contemplar c¨®mo se reparan las redes de pesca en su pintoresco puerto. Desde que Orson Welles film¨® aqu¨ª su ¡®Otelo¡¯ y los ¡®hippies¡¯ la eligieron como residencia, Esauira no ha parado de recibir artistas, surfistas, escritores y turistas europeos que huyen de las multitudes de Marraquech.L. Henglein / D. Steets (Getty)Conciertos ¨ªntimos en ¡®riads¡¯ cuajados de mosaicos, armon¨ªas en el museo Batha, noches suf¨ªes en el jard¨ªn de un pach¨¢ y actuaciones en el magn¨ªfico Bab al Makina. El Festival de M¨²sica Sacra de Fez (www.fesfestival.com) sigue impresionando desde hace 20 a?os, fiel a la idea de que la m¨²sica puede generar armon¨ªa entre diferentes culturas. Ha contado con la participaci¨®n de grandes estrellas internacionales y permite descubrir m¨²sica sacra de todos los rincones del mundo: desde violines de Mongolia, hasta ¡®qawwali¡¯ suf¨ªes o lamentos irlandeses.ABDELHAK SENNA (Getty)Bautizada en honor al santo m¨¢s venerado de Marruecos, esta peque?a poblaci¨®n custodia su mausoleo y es uno de los lugares de peregrinaci¨®n m¨¢s importantes del pa¨ªs. El perfil del pueblo est¨¢ dominado por el ¨²nico minarete cil¨ªndrico de Marruecos, rodeado por campos de olivos con cuyos frutos se produce un arom¨¢tico aceite. Por su estatus de lugar sagrado, Mulay Idris estuvo cerrada a los musulmanes hasta 1912 y hasta el 2005 los no musulmanes no pod¨ªan pernoctar all¨ª. Por eso ha conservado su estilo de vida y su autenticidad. El ¡®moussem¡¯ anual m¨¢s grande de Marruecos se celebra cada agosto aqu¨ª, con una gran peregrinaci¨®n acompa?ada de las 'tbauridas' o fantas¨ªas ¨¢rabes (en la foto), demostraci¨®n del vituosismo guerrero de los 'barud', los caballeros de la p¨®lvora.Bruno Morandi (Getty)El rey bereber Juba II, casado con la hija de Marco Antonio y Cleopatra, fue designado se?or de Vol¨²bilis por los romanos y la poblaci¨®n se convirti¨® en una pr¨®spera comunidad agr¨ªcola donde se produc¨ªa aceite de oliva, trigo y vino para el ej¨¦rcito. Declarada patrimonio mundial, desde los pelda?os de su bas¨ªlica se pueden observar los mismos campos f¨¦rtiles y escudri?ar el antiguo reino. El yacimiento puede visitarse sin apenas restricciones de acceso y conserva excelentes mosaicos (en la foto) y un flamante museo. Es el monumento arqueol¨®gico mejor preservado de Marruecos en medio de una f¨¦rtil llanura al norte de Mequinez.Kelly Cheng (Getty)Coraz¨®n comercial del Valle del Sus y visitable en una excursi¨®n de una jornada desde Agadir, el apodo de Tarudant ¨Cel peque?o Marraquech¨C no le hace justicia. Sus murallas de barro rojo cambian de color seg¨²n el momento del d¨ªa y recorrer sus 7,5 kil¨®metros de per¨ªmetro se pueden recorrer a pie, en bicicleta o en una calesa tirada por caballos. No hay muchos monumentos que ver (en la foto, la Universidad de Tarudant), pero la medina es un lugar agradable para pasear y merece la pena deambular por los dos zocos, m¨¢s relajados que el de Marraquech pero m¨¢s activos que los de Agadir.Fernando Guerra (Getty)Cuando el viajero piensa en un paseo a camello por el desierto del S¨¢hara (en la foto, una caravana de camellos cerca de Merzouga) probablemente no imagine tantas sacudidas, pero no hay que preocuparse. Por la noche, en el cielo parece haber m¨¢s estrellas que en ning¨²n otro lugar del mundo, porque Erg Chigaga, el mayor mar de dunas de Marruecos ¨Cserpentea 40 kil¨®metros siguiendo el horizonte y limita al norte y sur con cadenas monta?osas¨C, se encuentra a varios d¨ªas en camello del alumbrado m¨¢s cercano. Adem¨¢s de en camello, se puede llegar en todoterreno, pero no tiene el mismo encanto.evenfh (Getty)Marruecos alberga cuatro antiguas ciudades imperiales. Rabat, la emprendedora capital; Marraquech, im¨¢n para turistas; Fez y su medina legendaria, y la vecina Mequ¨ªnez, relegada injustamente a un segundo plano. Porque tambi¨¦n tiene una medina llena de callejones interesantes y muchos edificios dignos de una ciudad imperial: desde los incre¨ªbles silos de Heri es-Suani hasta la imponente puerta de Bab Mansur y el mausoleo de Mulay Ismail (en la foto, hoy en restauraci¨®n). Su plaza el-Hedim es una Jemaa el Fna en miniatura pero con mucho sabor local y est¨¢ a tiro de piedra de las ruinas romanas de Vol¨²bilis.Niko Guido (Getty)Como guardi¨¢n del Estrecho de Gibraltar, T¨¢nger ha sido durante siglos la puerta de acceso de Europa a ?frica y su mezcla de culturas e influencias es ¨²nica en Marruecos. Vivi¨® una ¨¦poca gloriosa en los a?os 50 (era una zona internacional semiindependiente y lugar de encuentro de forasteros, artistas y esp¨ªas) y actualmente T¨¢nger ha renacido de su decadencia gracias sobre todo a una vida cultural en ebullici¨®n. La mayor atracci¨®n siguen siendo las callejuelas de la Medina (en la imagen), encerrada entre los muros de una fortaleza portuguesa del siglo XV, pero hay otras visitas interesantes sobre su pasado, como el museo del Legado Americano, la Fundaci¨®n Lorin (en una antigua sinagoga) o el museo de la Kasba de las Culturas Mediterr¨¢neas.Ben Pipe (Getty)Al norte de Marruecos y llena de evocaciones y alg¨²n territorio todav¨ªa espa?ol (como el Pe?¨®n de Alhucemas), la regi¨®n del Rif invita a descubrir la medina de Tetu¨¢n (patrimonio mundial) y las fachadas de aire hispano morisco ¨²nico en Marruecos; pasear por Chefchauen, blanca y azul en medio de las monta?as, o visitar Alhucemas. Ciudad fundada en los a?os 20 del siglo pasado con el nombre de Villa Sanjurjo, es la puerta de entrada al parque nacional de Alhucemas, una joya por descubrir con asentamientos bereberes, rutas para practicar senderismo (como las que ofrece la agencia A?os Luz, en la foto) y bici de monta?a, y en la zona costera playas solitarias y pintorescas con vistas al Pe?¨®n de V¨¦lez de la Gomera, a¨²n bajo soberan¨ªa espa?ola.www.aluz.comRepresenta el Marruecos m¨¢s moderno (y menos ex¨®tico), donde prosperan las industrias creativas. Con pocas atracciones tur¨ªsticas tradicionales, hay que descubrir sus barrios: desde el bonito Quartier Habous (visi¨®n idealizada y occidental de una medina tradicional construida por los franceses en los a?os 30) hasta los lujosos Anfa y Ain Diab, junto al mar. Pero lo m¨¢s representativo de Casablanca es la arquitectura morisca del centro, mezcla de dise?o colonial franc¨¦s y estilo marroqu¨ª tradicional, muy influenciado por los movimientos ¡®art d¨¦co¡¯ y ¡®art nouveau¡¯. Balcones ornamentados de hierro forjado, ¨¢ngulos exteriores redondeados y elementos tradicionales marroqu¨ªes como arcos, c¨²pulas, columnas y azulejos de colores.Anass Bachar (Getty)