Paradores que dan vida

?Puede un establecimiento hotelero ser un destino en s¨ª mismo? ?Puede acaso dinamizar la econom¨ªa de un ¨¢rea deprimida tur¨ªsticamente? La respuesta a ambas preguntas es s¨ª: ¡°Paradores ha convertido algunos lugares en destino, ya que cumple una labor important¨ªsima dentro de los enclaves en los que se encuentran sus establecimientos: en algunas comarcas, el parador es el aut¨¦ntico polo econ¨®mico¡±, contesta Javier Blanco, director de Marketing de Paradores. Desde hace tiempo, los datos m¨¢s llamativos del turismo en Espa?a pasan casi por ser una competici¨®n para alcanzar cada a?o el m¨¢ximo hist¨®rico en n¨²mero de visitantes. A la vez, recientemente han saltado algunas alarmas ante el renacer (por otro lado, totalmente previsible) de destinos ya en su momento potent¨ªsimos y cercanos como Egipto, T¨²nez o Turqu¨ªa. En esta pol¨ªtica de m¨¢ximos, Paradores puede presumir, con la experiencia que aportan sus reci¨¦n cumplidos 90 a?os, de que se puede jugar en otra liga tur¨ªstica sin quedarse descolgado de la competici¨®n general.

¡°Nuestros establecimientos abren con frecuencia en enclaves en los que la iniciativa privada no se plantea invertir¡±, contin¨²a Blanco. ¡°Esto supone no solo recuperar y poner en valor parte del patrimonio hist¨®rico y art¨ªstico espa?ol, sino tambi¨¦n dinamizar ¨¢reas donde el sector servicios disfruta de escaso protagonismo¡±. Y si el tir¨®n de la marca es tan poderoso como para lograr elevados ¨ªndices de actividad en los establecimientos pr¨¢cticamente desde su inauguraci¨®n, los de su actividad en conjunto son cada vez mejores, tras a?os de crisis que afectaron al cliente nuclear de Paradores: el nacional. En conjunto, la empresa mejor¨® en 2017 los n¨²meros de 2016, con un beneficio neto de 17,6 millones de euros (un 0,12% m¨¢s) y unos ingresos de explotaci¨®n de 260,8 millones, de los que el 49% procedieron directamente de la actividad de restauraci¨®n.

Plena vigencia

Esta filosof¨ªa de Paradores no es nueva: ya en sus or¨ªgenes, cuando se inaugur¨® el primer parador en Gredos en 1928, sus 30 plazas sirvieron al rey Alfonso XIII para poner la primera piedra de una estructura hotelera pr¨¢cticamente inexistente por entonces en el pa¨ªs (y cuyo modelo es hoy casi ¨²nico en el mundo) que pretend¨ªa, dando albergue a los excursionistas extranjeros, mejorar la imagen de Espa?a y ser motor de su turismo. Nueve d¨¦cadas despu¨¦s, existen 97 paradores (96 en Espa?a, con Patrimonio del Estado como titular de los edificios, y uno en forma de franquicia en Portugal) con m¨¢s de cuatro millones de plazas hoteleras gracias a los casi 1,5 millones de clientes alojados (atendidos por m¨¢s de 4.000 trabajadores) y a los m¨¢s de dos millones de cubiertos vendidos. ¡°Paradores es un proyecto plenamente vigente y muy valorado por la sociedad espa?ola¡±, reconoce Blanco.

Aparte de ser un desarrollador de la comunidad local, la adaptaci¨®n a los tiempos ha hecho que los valores que vertebran la marca Paradores se hayan diversificado: ¡°Asumimos p¨²blicamente el compromiso de ser una empresa socialmente responsable y comprometida con el medio ambiente y el entorno en el que estamos presentes¡±, expone Blanco. ¡°Esto supone que, entre nuestros objetivos, est¨¦ que el turismo de calidad sea imagen de la hosteler¨ªa espa?ola a nivel internacional e instrumento de la pol¨ªtica tur¨ªstica del Estado¡±. Algo en lo que no puede faltar la gastronom¨ªa, puntal del turismo nacional y que en Paradores adopta un formato local que permite degustar los productos de cercan¨ªa en sus cocinas.

Un pa¨ªs resumido en una marca

En esa mezcla entre lo local y lo internacional, Paradores desarroll¨® hace unos a?os una l¨ªnea de consultor¨ªa de know-how que busca poner en valor el patrimonio como factor estrat¨¦gico en el desarrollo local y regional. ¡°Hay varios pa¨ªses que se han interesado por nuestro modelo, y se han realizado varias consultor¨ªas en lugares como Om¨¢n, Montenegro y Paraguay¡±, detalla Blanco. A esto ayuda que Marca Espa?a ha nombrado a Paradores, aprovechando la celebraci¨®n de su 90 cumplea?os, Embajador Honorario de la misma: ¡°Nosotros somos un instrumento para proyectar una imagen de modernidad y calidad en el exterior. Ninguna cadena hotelera mejor que Paradores puede presentar la diversidad cultural, hist¨®rica, paisaj¨ªstica o gastron¨®mica de todas las regiones de Espa?a¡±, resume Blanco. Una proyecci¨®n que pasa por promocionar la oferta en mercados pr¨®ximos y maduros como Reino Unido, Francia Alemania o Portugal, adaptando el producto a esa demanda. ¡°Tambi¨¦n procuramos mejorar nuestra presencia en mercados emergentes para nosotros como China, Rusia o Am¨¦rica Latina¡±. De hecho, los clientes extranjeros de Paradores ya alcanzan el 35% del total.

Crecimiento local, gastronom¨ªa, medio ambiente, patrimonio¡­ M¨¢s all¨¢ de la mera teor¨ªa, algunos paradores son el resultado material del desarrollo de estos cuatro ejes que, hoy, caracterizan Paradores.

Cuando Lerma volvi¨® al mapa

Un palacio ducal del siglo XVII destinado a las temporadas estivales del duque de Lerma, valido de Felipe III. Este es el edificio en el que se asienta el parador de Lerma (Burgos), inaugurado en 2003 y cuya restauraci¨®n ha supuesto un antes y un despu¨¦s para la comarca: ¡°El dinamismo y la rehabilitaci¨®n de la zona ha sido total¡±, reconoce Miguel Castro, su director. ¡°Hace 20 a?os, Lerma contaba con algunos asadores populares que atra¨ªan turismo, pero solo abr¨ªan los fines de semana. El palacio estaba desolado, casi destruido, a pesar de que, en su origen, fue el responsable del desarrollo de la villa¡±, explica. Efectivamente, tras ¨¦l se erigieron seis conventos (tres de monjas y tres de franciscanos), m¨²ltiples edificaciones civiles y la urbanizaci¨®n y levantamiento de una plaza mayor a sus pies de 7.000 m2. Cuando el edificio se destin¨® a parador, todo cambi¨®: ¡°Hoy, todos sabemos aqu¨ª que el turismo ha pasado a ser la industria n¨²mero uno en Lerma gracias a esta apertura¡±, reconoce Castro.

Las 70 habitaciones (incluidas las distribuidas en las cuatro torres del palacio, tan caracter¨ªsticas y visibles en la distancia), su espectacular claustro de entrada o sus dos restaurantes han provocado el nacimiento de una oficina de turismo que abre todos los d¨ªas, adem¨¢s de m¨²ltiples cafeter¨ªas, casas rurales, tiendas de regalo¡­ y m¨¢s asadores, que ahora sirven a diario. ¡°Para ello, la relaci¨®n con el entorno local y con los proveedores es fundamental¡±, reconoce su director. En esa promoci¨®n se inscribe una de las iniciativas que m¨¢s ¨¦xito ha tenido en este establecimiento: el desarrollo de la Denominaci¨®n de Origen Arlanza: ¡°M¨¢s de un 70% de los vinos que ofrecemos son de la tierra¡±.

Ver delfines desde El Saler

En 1966, una zona tan importante ecol¨®gicamente como la Albufera de Valencia vio c¨®mo se erig¨ªa el parador de El Saler y un campo de golf que, durante mucho tiempo, supuso una especie de mancha medioambiental en esta ¨¢rea, declarada con posterioridad Parque Natural. Sin embargo, en 2007 todo cambi¨®: ¡°El edificio, s¨ªmbolo del desarrollismo arquitect¨®nico del pa¨ªs, se achat¨® por completo porque era muy alto, y trasladamos todos los servicios a niveles bajo tierra¡±, explica su director, Francisco Contreras. Adem¨¢s, alrededor se realiz¨® una regeneraci¨®n del entorno de dunas que, hoy, suponen el orgullo del parador. El campo de golf tambi¨¦n cambi¨®: ¡°Ahora dispone de una depuradora propia: el 100% de las aguas residuales del hotel se depuran y se utilizan para regarlo, mientras que el agua caliente usada en el campo, en el hotel y en el spa procede de la energ¨ªa de placas solares¡±, explica.

Otro aspecto fundamental de la colaboraci¨®n del parador con el entorno que lo rodea son sus acuerdos con distintas ONG: ¡°Junto a Xaloc, una organizaci¨®n de car¨¢cter local, hemos dispuesto una parte de la playa a la que da el parador para que sirva de reserva y desove de las tortugas. Adem¨¢s, aportamos a los voluntarios todo lo que necesitan: duchas, luz, agua¡­¡±, detalla Contreras. ¡°Mientras, con SEO/Birdlife, publicamos una gu¨ªa de aves que el cliente puede consultar en su habitaci¨®n, y en ella dispone de unos prism¨¢ticos para realizar avistamiento de las aves de la Albufera. ?En esos vistazos, algunos de los clientes han llegado a ver hasta delfines!¡±.

Plasencia, el tiempo detenido

Un claro ejemplo de la relaci¨®n entre preservaci¨®n patrimonial y Paradores se da en el de Plasencia. Inaugurado en 2000 y con 66 habitaciones, se ubica en el convento dominico de san Vicente Ferrer, del siglo XV (1478). Reformado en el XVI (gan¨® en altura, ante la imposibilidad de crecer horizontalmente por estar el entramado urbano de la ciudad antigua ya trazado), el edificio se mantuvo m¨¢s o menos igual incluso en sus peores momentos. Con su uso para parador, el efecto del tiempo se revirti¨®, pero se consigui¨® algo m¨¢s: ¡°Al entrar, el cliente encuentra exactamente la misma disposici¨®n de lugares que encontraban los religiosos del siglo XVI¡±, explica su director, F¨¦lix Lobo. ¡°La entrada es la porter¨ªa del convento; el claustro es el mismo que el de los religiosos; el restaurante es el refectorio en el que com¨ªan¡­ Incluso el bar se ubica en un lugar hist¨®rico, justo debajo de la escalera que sube al claustro alto. Hay una excepci¨®n, a¨²n m¨¢s antigua: la sala capitular, que mantiene su configuraci¨®n de 1478¡±. Por fuera, la silueta del edificio tambi¨¦n sigue siendo la misma.

Pero hay m¨¢s: ¡°En las labores de restauraci¨®n se encontraron lo que se cree que fue, a falta de una confirmaci¨®n oficial total, la antigua sinagoga de Plasencia¡±, a?ade Lobo. Pistas para considerar acertada la teor¨ªa no faltan: ¡°Por ejemplo, en el Museo Arqueol¨®gico de C¨¢ceres se encuentra un yad, puntero de cobre que los jud¨ªos utilizaban para seguir las escrituras sagradas, al no poder tocarlas con las manos, y que se encontr¨® aqu¨ª¡±.

La ¨²nica hoster¨ªa est¨¢ en Alcal¨¢

El parador de Alcal¨¢ de Henares (Madrid) tiene nueve a?os. Ubicado en la monumental ciudad que vio nacer a Miguel de Cervantes, su particularidad viene dada por otro edificio, enfrentado a ¨¦l, y que tambi¨¦n forma parte del conjunto que la marca posee en la ciudad: la Hoster¨ªa del Estudiante. ¡°Cuando Paradores nace en 1928, lo hace con, digamos, dos l¨ªneas de negocio: los establecimientos donde comer y dormir, y aquellos en los que ¨²nicamente se pod¨ªa comer. De esas hoster¨ªas solo queda la de Alcal¨¢, que es de 1929¡±, explica Jos¨¦ Valdearcos, director de Alimentos y Bebidas del parador. Ubicada en un entorno patrimonialmente envidiable (fundada como colegio menor por el cardenal Cisneros en 1528 y con una de sus puertas dando acceso al Paraninfo de la universidad de la ciudad), esta hoster¨ªa permite desarrollar con ¨¦xito una de las l¨ªneas de negocio m¨¢s rentable de Paradores: la gastronom¨ªa.

¡°Mientras en el parador disponemos de comida regional, en la hoster¨ªa est¨¢n los platos t¨ªpicos de Alcal¨¢: migas, asados, cochinillo, paletilla, el cocido de dos vuelcos¡­ Pero tambi¨¦n los propios del Siglo de Oro espa?ol¡±, detalla Valdearcos. En este aspecto, este establecimiento ofrece los platos descritos en El Quijote, desde sus famosos duelos y quebrantos hasta el guiso de las bodas de Camacho. Todo ello actualizado pero fiel a una gastronom¨ªa, la manchega, que recuerda que esta zona de la Comunidad de Madrid no es sino una prolongaci¨®n de aquel lugar de La Mancha en el que se ubica el comienzo de la obra magna de la literatura en espa?ol: ¡°Adem¨¢s, reivindicamos la temporada, con verduras de la huerta del Henares, pescados como rape, besugo, rodaballo o merluzas de pincho¡­ y el bacalao, que es el pescado estrella en todo el pa¨ªs¡±, enumera Lobo.

Esta noticia, patrocinada por Paradores, ha sido elaborada por un colaborador de EL PA?S.