10 fotosEscapadasOporto, seducci¨®n en 10 pasosHay sobrados motivos para enamorarse de esta urbe del norte de Portugal, envuelta por el r¨ªo Duero y el oc¨¦ano Atl¨¢ntico 01 abr 2019 - 12:32CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceCuando triunfaban las tertulias de caf¨¦, en los a?os veinte, el Majestic reun¨ªa a la intelectualidad local, y hoy, a los curiosos for¨¢neos, pues mantiene su arquitectura art-nouveau. Cerca ha renacido el Caf¨¦ Guarany (1933), en la avenida de los Aliados. El otrora Caf¨¦ Imperial es ahora el McDonald¡¯s m¨¢s bonito del mundo. Tampoco hay que andar mucho para sentarse en la Confiter¨ªa del Bolh?o (1896) y A P¨¦rola do Bolh?o (1917), todo en la misma calle y junto al mercado.Ross Helen (Getty)Para muchos, la vista m¨¢s bonita de Oporto se obtiene justo desde enfrente, en Vila Nova de Gaia. El puente de Luis I, construido por un disc¨ªpulo de Eiffel, une las dos ciudades. Se podr¨ªa decir que Gaia es bella gracias a Oporto y viceversa. Desde su ribera, los viejos, grises y austeros almacenes de vino forman una especie de Alpes de pizarra, donde sobresalen anuncios de bodegas legendarias. Por razones de transporte, pero tambi¨¦n clim¨¢ticas, en Gaia se almacenaban ¡ªy a¨²n siguen¡ª las cubas de vino. Por dentro es un laberinto de intrincadas callejuelas. Algunos de los almacenes son ahora lugares de catas, asadores y hostales como The House of Sandeman, con inmejorables vistas a la otra fachada del r¨ªo, la de Oporto.Poike (Getty)Harry Potter ha hecho magia. Ha conseguido que la librer¨ªa Lello & Irm?o gane dinero vendiendo libros. La escritora J. K. Rowling encontr¨® inspiraci¨®n en Oporto, en las capas negras de los estudiantes y en la escalera de la librer¨ªa. La plaza de los Cl¨¦rigos re¨²ne a los pottermaniacos, a los compradores de bacalao en Casa Oriental y a los valientes que quieren subir los 225 escalones de la torre de los Cl¨¦rigos.SOPA Images (Getty)Para conocer la vida de los santos en Oporto no es preciso entrar en las iglesias, basta mirar sus fachadas de azulejos en azul y blanco. Destaca la pared lateral de la iglesia do Carmo, revestida en 1912 con ilustraciones del monte Carmelo. En las dos torres de la iglesia de San Ildefonso, Jorge Cola?o se explay¨® con alegor¨ªas a la eucarist¨ªa, y el artista pint¨® la vida de san Antonio en la de los Congregados. No menos espectaculares son la capilla de las Almas y el claustro azulejado de la catedral.Maremagnum (Getty)?Es museo? ?Jard¨ªn? ?Parque zool¨®gico? Es el todo en uno. La Fundaci¨®n Serralves (Rua D. Jo?o de Castro, 210) es uno de esos recursos del que tirar a ciegas porque siempre hay algo interesante: puede ser una exposici¨®n o un paseo entre su exuberante arboleda, visitar la casa rosa art d¨¦co o la granja de vacas y ovejas. Entretenimiento asegurado para ni?os y mayores. Tambi¨¦n cuenta con un cuidado restaurante y la casita del t¨¦, entre fuentes y umbrales de p¨¦rgolas. Y uno de sus pabellones fue proyectado por ?lvaro Siza, premio Pritzker en 1992.Olivier Vancayzeele (Getty)Desde la estaci¨®n de S?o Bento, con sus 20.000 azulejos pintados a mano, bajamos a rua das Flores, con sus Comercios centenarios y el sal¨®n de t¨¦ J¨®ia da Coroa. Y en la fachada del Museo de la Misericordia cuelga Una escultura de rui Chafes.Glen Pearson (Getty)La Rua de Miguel Bombarda, en la parte alta, es una zona sin pretensiones cuyas callejuelas se han llenado de talleres de artistas; galer¨ªas como ?!, Quadrado Azul o Trindade; coquetas tiendas y pensiones como la Favorita, y restaurantes cool como Oficina. La antes apartada calle es hoy centro de las inquietudes art¨ªsticas.Tiago Perestrelo (?! Galeria)Ir en bici bordeando el Duero es una grata experiencia. Se abandona el bullicio de la Ribeira y avanzamos hacia la desembocadura del r¨ªo y el rugido del oc¨¦ano, donde Oporto cambia su nombre por Foz y luego por Matosinhos. Un paseo con paradas en el parque de la ciudad y en las playas hasta la espectacular Terminal de Cruceros. Antes de volver, reponemos fuerzas en la Marisqueira dos Pobres.Olena Klymenok (Getty)Douro es la denominaci¨®n de origen vin¨ªcola m¨¢s antigua del mundo (1756). El paseo en barco Duero adentro puede durar horas o d¨ªas. Una experiencia esencial para comprender Oporto y el m¨¦rito de sus viticultores que plantaron vi?as en tierra inh¨®spita. La navegaci¨®n hasta Pinh?o (la m¨¢s recomendable, 75 euros) descubre fincas entre laderas y bancales de pizarra. La cata est¨¢ asegurada y, si es ¨¦poca, la recogida o pisada de la uva en alguna quinta, tambi¨¦n.Leonsbox (Getty)En Oporto hay que probar una francesinha. Consiste en una monta?a de pan de molde, queso, beicon, ternera, huevo frito y salchichas, todo bien regado de salsa, m¨¢s o menos picante, y acompa?ada de abundantes patatas fritas. O Requinte, Maurit?nia Real y Bufete Fase son mis sitios favoritos para este placer culinario.Ross Helen (Getty)