20 fotosLonely Planet20 maravillas que no te puedes perder en CantabriaPueblos medievales, marismas, arte prehist¨®rico y largu¨ªsimas playas de arena. Lo mejor del mar y la monta?a c¨¢ntabra en un viaje redondo 11 abr 2019 - 07:19CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEl angosto desfiladero de la Hermida sirve de m¨¢gica entrada a los fabulosos paisajes de la comarca de Li¨¦bana, cerrada por las altas sierras de Pe?a Sagra al oeste y por los espectaculares Picos de Europa al este. Superado el vertiginoso congosto, descubrimos una regi¨®n de pueblos medievales llenos de encanto, iglesias milenarias que guardan veneradas reliquias y naturaleza salvaje y poderosa, donde encontraremos buitres sobrevolando, t¨ªmidos rebecos o, si tenemos suerte, osos pardos, el animal emblem¨¢tico de la zona.Manuel ?Lvarez (getty)La mayor¨ªa de senderistas acude a Li¨¦bana buscando las cumbres y senderos del parque nacional de los Picos de Europa, el primero que se cre¨® en Espa?a en 1918. Su cumbre m¨¢s famosa, el Naranjo de Bulnes, en la vertiente asturiana del macizo, se puede contemplar desde el collado de Horcados Rojos, accesible desde la estaci¨®n superior del telef¨¦rico de Fuente D¨¦ (en la foto) por el sendero PR-23 (11 kil¨®metros, dificultad media-alta). Ubicado en la cabecera del valle de Camale?o, el telef¨¦rico salva un desnivel de 753 metros en cuatro minutos, hasta los 1. 823 metros del mirador del Cable, con fant¨¢sticas panor¨¢micas de toda la comarca.Ellen van Bodegom (getty)Ubicado en el coraz¨®n del parque natural Saja-Besaya, sus 84 habitantes presumen de vivir en el pueblo m¨¢s antiguo de Cantabria. Sea o no cierto (no existen pruebas documentales definitivas), s¨ª que son afortunad¨ªsimos ya que el sabor aut¨¦nticamente monta?¨¦s que conserva la aldea no parece real. Calles empedradas (cerradas al tr¨¢fico), casas barrocas de mamposter¨ªa con soportales y balcones adornados de flores y el entorno natural de gran belleza, surcado por el r¨ªo Argoza. Declarado Conjunto Hist¨®rico Art¨ªstico en 1979 e integrado en la Asociaci¨®n de Los Pueblos M¨¢s Bonitos de Espa?a, sus dos v¨ªas principales (la Larga y la Calleja) est¨¢n unidas por un entramado de estrechas callejuelas por las que deambular resulta un placer. El paseo debe pasar por la iglesia de Santa Mar¨ªa, que conserva un hermoso retablo barroco, y el lavadero, rodeados de restaurantes y tiendas de productos locales. Desde el puente sobre el Argoza parten varias sendas, como la de la fuente Clara (de siete kil¨®metros y dos horas, aproximadamente) que ofrece vistas a los paisajes t¨ªpicos del valle del Saja.Jer¨®nimo Alba (alamy)En el valle de Cabu¨¦rniga, al sur de Cabez¨®n, hay tradiciones que se mantienen intactas, sobre todo en aldeas como B¨¢rcena Mayor, Valle, Ter¨¢n, Los Tojos y Carmona, una de las m¨¢s bonitas. Con un riachuelo que serpentea entre sus casas de mamposter¨ªa y vacas de raza tudanca pastando tranquilamente, el pueblo se divisa en conjunto desde la Asomada del Ribero, mirador natural que contempla sus edificios m¨¢s llamativos: la iglesia de San Roque, el palacio de los Mier, del siglo XVII, y la casona de Coss¨ªo. Para ver tambi¨¦n el trabajo de los artesanos que tallan la madera de casta?o desde hace siglos para realizar las albarcas, el t¨ªpico calzado c¨¢ntabro que recuerda a los zuecos holandeses, hay que adentrarse en sus calles. Sin salir de Cabuerniga, podemos visitar el Centro de interpretaci¨®n del parque natural Saja-Besaya (el m¨¢s grande de Cantabria), alojado en una antigua casa forestal e introducci¨®n perfecta a la reserva. Tambi¨¦n el Ecomuseo de Cabu¨¦rniga, en Valle, capital comarcal, instalado en la antigua casa del Sindicato, un edificio de estilo monta?¨¦s del siglo XVIII que nos ilustra sobre la tradici¨®n agr¨ªcola, forestal y ganadera de la zona.Jose Manuel Castillo (getty)A pesar de su nombre, este pueblo se encuentra en medio de una verde llanura a unos 10 kil¨®metros de la costa. Edificada a partir del siglo IX alrededor de la colegiata rom¨¢nica de Santa Juliana (en la foto), el casco hist¨®rico concentra casonas de floridos balcones, torreones y elegantes palacios se?oriales. Como el de Peredo Barreda, barroco, sobrio, que desde 1993 es un gran centro cultural con una importante colecci¨®n de arte y exposiciones temporales. Otra visita interesante es el museo Jes¨²s Otero, escultor que a su muerte, en 1993, don¨® toda su colecci¨®n de obras al Ayuntamiento. Esculturas y bocetos se pueden ver tanto en el edificio como en el jard¨ªn, que invita a descansar a la sombra de los ¨¢rboles. M¨¢s inesperado resulta el museo de la Tortura y de la Inquisici¨®n y probablemente m¨¢s placentero es pasear por sus calles y su pintoresca plaza Mayor triangular, que concentra los edificios m¨¢s representativos de la villa: la casa del ?guila y la Parra, que aloja ¡®Los Oficios del Ayer¡¯ (colecci¨®n etnogr¨¢fica sobre 30 oficios tradicionales de la regi¨®n), la torre de Don Borja, del siglo XIII, y la torre del Merino, robusta estructura de siller¨ªa que en la Edad Media era residencia del representante del rey de Asturias.Alex Lapuerta (getty)Abrigadas del mar abierto por un promontorio rocoso, las arenas doradas de Somocuevas, en Pi¨¦lagos, a 15 kil¨®metros de Santander, forman una cala familiar y tranquila, frecuentada por nudistas. Somocuevas marca el l¨ªmite oriental del parque natural de las Dunas de Liencres y Costa Quebrada, un ecosistema costero de 200 hect¨¢reas cubiertas de dunas y pinos. Los sedimentos arrastrados por la lenta corriente del r¨ªo Pas en su desembocadura son transportados por las fuertes corrientes marinas hacia las playas, para dar lugar a la barrera arenosa de la r¨ªa de Mogro. Los amantes de la observaci¨®n de aves, equipados con prism¨¢ticos, suelen acudir a la zona en invierno y a comienzos de la primavera, cuando sobrevuelan el parque decenas de especies migratorias. A los pies de las dunas se extienden las playas de Valdearenas y Canallave, tan queridas por los surfistas como respetadas por los ba?istas, que extreman aqu¨ª la precauci¨®n.getty imagesUna aldea pesquera trasformada en el siglo XIX en un lugar de cuento gracias a exuberantes edificios modernistas, como El Capricho de Gaud¨ª (en la imagen), impulsados por Antonio L¨®pez y L¨®pez, Marqu¨¦s de Comillas, y proyectados por renombrados arquitectos de la ¨¦poca. Como Llu¨ªs Dom¨¨nech i Montaner, quien dise?¨® la Fuente de los Tres Ca?os en 1899. Ubicada en una plazoleta pr¨®xima al centro, fue un homenaje a Joaqu¨ªn del Pi¨¦lago, yerno del marqu¨¦s, por haber financiado la llegada de las aguas a la localidad. El edificio m¨¢s solicitado es el palacio de Sobrellano, la residencia estival del marqu¨¦s, quien encarg¨® su dise?o al arquitecto Joan Martorell en 1883. Este imagin¨® un palacio neog¨®tico de soberbia fachada e impresionantes estancias en su interior, que se recorren durante las visitas guiadas: el vest¨ªbulo, con l¨¢mparas de hierro forjado; la sala del billar, con chimenea dise?ada por Antoni Gaud¨ª; la biblioteca, el estudio o la m¨¢s deslumbrante de todas, la sala del trono, con una vidriera digna de una catedral y ocho paneles pintados por Eduardo Llorens. Aleda?a al palacio est¨¢ la capilla pante¨®n (mausoleo que acoge los sepulcros de los miembros de la familia), cuyos bancos, confesonario y muebles tambi¨¦n son obra de Gaud¨ª.Andrey Khrobostov (alamy)Otra de las iglesias en las que merece la pena hacer un alto es la de San Pedro de Cervatos, en el Camp¨®o. Esculpidos en el siglo XII por monjes canteros, los canecillos que coronan su exterior forman un muestrario de figuras er¨®ticas del que no se sabe muy bien la explicaci¨®n. Hay varias hip¨®tesis, una de ellas es que se trata de una invitaci¨®n a procrear dirigida a los fieles. Cervatos puede ser el inicio de una ruta por la comarca de Camp¨®o-Los Valles, la m¨¢s meridional de Cantabria, una zona todav¨ªa ajena al turismo de masas y llena de maravillas por descubrir, que tiene la mayor concentraci¨®n de edificios rom¨¢nicos de Cantabria. El Centro de Interpretaci¨®n del Rom¨¢nico, en la iglesia de Santa Mar¨ªa de Villacantid, puede servir para una primera toma de contacto con el tema.JAIME NU?O (FUNDACI?N SANTA MAR?A LA REAL)Incrustado en el coraz¨®n de los Picos de Europa, Potes es una villa de sabor medieval con un abigarrado casco hist¨®rico cruzado por cinco puentes (de ah¨ª su nombre), y un campo base perfecto para descubrir las maravillas naturales de Li¨¦bana. Fundado en torno al siglo IX, arrasado por un incendio durante la Guerra Civil y reconstruido manteniendo su aspecto original, el barrio m¨¢s antiguo y aut¨¦ntico es el de la Solana, en la orilla derecha del r¨ªo Deva: un conjunto de casas solariegas asomadas a silenciosas calles empedradas por las que deambular para descubrir peque?os detalles llenos de encanto (escaleras, pasadizos, cobertizos). Al otro lado del Deva se encuentra la Torre del Infantado, de planta cuadrada, antigua residencia de los se?ores locales que actualmente acoge la exposici¨®n permanente ¡®El cosmos de Beato de Li¨¦bana¡¯, dedicada al monje de Santo Toribio que en el siglo VIII escribi¨® sus conocidos comentarios al ¡®Apocalipsis¡¯ de San Juan. Con ni?os resulta interesante visitar la Casa del Oso o recorrer el paseo fluvial, a la vera de los r¨ªos Deva y Quiviesa, que descubre la villa desde un ins¨®lito punto de vista.Matthew Bruce (alamy)En lo m¨¢s alto de Castro Urdiales, sobre un promontorio asomado al mar, se alzan dos de los edificios m¨¢s representativos de esta villa: el peque?o castillo de Santa Ana y la iglesia g¨®tica de Santa Mar¨ªa de la Asunci¨®n, una de las joyas de la arquitectura c¨¢ntabra. Cada domingo desde hace m¨¢s de 800 a?os, los fieles de Castro y los peregrinos que recorren el Camino de Santiago suben sus escalones, levantan los ojos hacia su portal con arquivoltas y entran en la penumbra del templo g¨®tico m¨¢s sorprendente de toda Cantabria. Fue construido por el rey Alfonso VIII, que en 1208 mand¨® colocar su primera piedra. Lo m¨¢s llamativo del templo son sus ventanales policromados y los pin¨¢culos y arbotantes que sostienen las paredes, claves de un estilo g¨®tico franc¨¦s que justo entonces acababa de llegar desde Normand¨ªa.getty imagesLas marismas de Santo?a conforman uno de los humedales m¨¢s extensos del norte de la Pen¨ªnsula, refugio de miles de aves. El parque natural se extiende por 11 municipios y recoge los humedales formados por los r¨ªos Clar¨ªn, As¨®n, Limpias y Roda, que confluyen en la r¨ªa de Treto, entre Santo?a y Laredo. Aunque se trata de una ¨²nica zona protegida, en su interior se distinguen dos ¨¢reas distintas: las marismas de Santo?a, al este, las m¨¢s amplias y alimentadas por los r¨ªos, y las marismas de Victoria y Joyel, al oeste, sin aportes fluviales directos. Entre ambos humedales est¨¢n el monte Buciero y la punta de El Brusco. Cada a?o, entre septiembre y enero, la zona alberga miles de aves migratorias que, desde el norte de Europa, se dirigen a ?frica. Es el per¨ªodo ideal para observar colimbos, esp¨¢tulas, garzas y patos. Tres rutas se?alizadas e ilustradas con paneles explicativos recorren marismas y conectan cinco miradores situados en posiciones estrat¨¦gicas para contemplar la avifauna. Antes de visitar los humedales se recomienda pasar por el Centro de Interpretaci¨®n de las Marismas, en el puerto de Santo?a.getty imagesEl monasterio de Santo Toribio de Li¨¦bana, donde se custodia una supuesta reliquia del Lignum Crucis, la cruz de Cristo, es, junto con Roma, Jerusal¨¦n y Santiago de Compostela, uno de los cuatro lugares en el mundo donde se celebra el a?o santo perpetuo desde la Edad Media. Sucede cuando la festividad de Santo Toribio, el 16 de abril, cae en domingo, algo que no volver¨¢ a ocurrir hasta 2023. La ruta de peregrinaci¨®n del Camino Lebaniego, que empieza en San Vicente de la Barquera, consta de tres etapas con una longitud total de 73 kil¨®metros.getty imagesPor la cuenca alta del r¨ªo As¨®n (en la imagen, el salto del r¨ªo As¨®n) se reparten cerca de 4.000 grutas. Desde enormes complejos cavern¨ªcolas como el sistema de G¨¢ndara, con m¨¢s de 100 kil¨®metros de galer¨ªas, a cuevas con huella humana como la de Covalanas, junto a Ramales. Esta cuenta con una importante colecci¨®n de pinturas rupestres, descubiertas en 1903, de las que destacan 18 figuras de ciervas pintadas de rojo datadas en unos 20.000 a?os de antig¨¹edad. La visita guiada se lleva a cabo con linternas, lo que la hace a¨²n m¨¢s interesante.Jos¨¦ Regueiro (getty)Esta enorme cueva en la sierra de Arnero fue durante m¨¢s de un siglo explotada para extraer zinc y plomo, pero hoy es sobre todo conocida por sus impresionantes formaciones geol¨®gicas. Se puede visitar en grupos de 40 personas que acceden a la cavidad cada 15 minutos en un tren minero que se adentra 400 metros bajo tierra. Tras un paseo a pie por antiguas galer¨ªas mineras, se entra en la gruta; todo el recorrido, de un kil¨®metro y medio de longitud, est¨¢ acondicionado. La visita, de una hora, permite contemplar sus abundantes y espectaculares formaciones exc¨¦ntricas, afloraciones de aragonito y calcita como agujas de hielo o blancas ramas de coral.Victor Est¨¦vez (getty)A finales del siglo XIX, esta playa era la favorita de la familia real y de la nobleza espa?ola, que pasaban los veranos en Santander. Todav¨ªa hoy contin¨²a siendo un lugar legendario. En realidad son dos playas, divididas por los jardines de Piqu¨ªo, que surgen sobre una peque?a pen¨ªnsula rocosa. Las dos tienen fama de ser las m¨¢s exclusivas y concurridas de toda la ciudad. Fue en este extenso arenal dorado, resguardado por la plaza de Italia, donde a principios del siglo XX empez¨® la ¨¦poca dorada de Santander como destino estival. Aqu¨ª nacieron los Ba?os de Ola, aqu¨ª tomaba el sol la nobleza y, en los a?os sesenta, se surfearon las primeras crestas. Y desde entonces ha cambiado muy poco.M. Ram¨ªrez (alamy)Santillana del Mar es uno de los conjuntos medievales m¨¢s bonitos y mejor conservados de la Pen¨ªnsula. A lo largo de sus calles empedradas, que confluyen en la colegiata del siglo XIII, se alinean antiguas torres y casonas blasonadas, como la torre de Merino, la de Don Borja o la casa del Marqu¨¦s de Santillana, convertidas en museos y salas de exposiciones. Y a dos kil¨®metros, el Museo de Altamira, del arquitecto Juan Navarro Baldeweg, reproduce los bisontes, ciervos, caballos y manos que adornan la caverna aut¨¦ntica (de acceso restringido) y fueron pintados o grabados hace entre 36.000 y 13.000 a?os.alejandro ruesgaA Cantabria se viene a comer, y a comer bien. Para no equivocarse, hay cuatro productos con los que se acierta seguro: las rabas (tiras de calamar fritas) de restaurantes como Ca?ad¨ªo, en Santander; las anchoas de Santo?a (cofradiavirgendelpuerto.es); el cocido en sus dos versiones, lebaniego o monta?¨¦s, y los sobaos y quesadas del Valle del Pas (en la imagen). Sin perderse las delicias de tiendas como Casa Olmo o Sobaos y Quesadas Luca.Inmaculada Rodr¨ªguez (getty)En la costa de Cantabria se abren decenas de playas donde se practica el deporte de la tabla. Localidades como Somo, donde existen escuelas de surf que ofrecen clases y alojamiento, o Suances y las playas de la Tabl¨ªa y Los Locos. Somo es la cuna del surf c¨¢ntabro y una de las playas de Cantabria m¨¢s apreciada por los surfistas, con olas id¨®neas para quienes empiezan y seis kil¨®metros de arenal, debido al fuerte oleaje que durante todo el a?o azota la orilla y a la gran cantidad de servicios que ofrece. Otras playas imprescindibles de Cantabria son las de Berria, una largu¨ªsima playa de arena dorada a los pies del monte Buciero, y la playa de La Salv¨¦, destino de los miles de veraneantes que escogen Laredo para sus vacaciones. Surf Cantabria agrupa la informaci¨®n sobre cursos, campamentos y alojamiento para aficionados a este deporte.alamy?ltima villa c¨¢ntabra antes de Asturias, patria del arroz con bogavante y del sorropotun, San Vicente tiene un casco hist¨®rico aferrado a un pe?asco desde el que se domina su bah¨ªa, con la gran playa de Mer¨®n, animada por las escuelas de surf, y los salvajes acantilados del parque natural de Oyambre. En el punto m¨¢s alto de la Puebla Vieja se eleva la iglesia de Santa Mar¨ªa de los ?ngeles, y, tambi¨¦n en lo alto, el castillo medieval del siglo XII.jon chica parada (getty)Muchos la consideran una de las bah¨ªas m¨¢s bellas del mundo, acogedora y salpicada por islotes pedregosos. La ampliaci¨®n de los Jardines de Pereda invita a contemplar el Centro Bot¨ªn (en la foto), inaugurado en 2017. Parcialmente suspendido sobre el mar, el edificio proyectado por Renzo Piano es todo un espect¨¢culo, con sus plazas y pasarelas de acero y vidrio.getty images