Madrid, segundo mejor destino europeo de 2019 seg��n Lonely Planet

El parque nacional del Alto Tatras, una de las primeras regiones transfronterizas protegidas del mundo (en la d��cada de 1950), entre Eslovaquia y Polonia, cumple 70 a?os en 2019 y encabeza la lista de los 10 mejores destinos europeos ('Best in Europe') de 2019 seg��n los expertos de Lonely Planet. Una buena raz��n para descubrir estas escarpadas monta?as mediante rutas senderistas de dificultad variada, bien se?alizadas y con refugios dispuestos al final de cada etapa. Como la cl��sica Tatransk�� Magistrala (45 kil��metros, tres d��as), que recorre la cordillera por debajo de los picos m��s altos, como el Gerlach (Gerlachovsk? ?t��t, 2.654 metros), techo de Eslovaquia. Tambi��n podremos observar osos pardos, extintos en casi toda Europa, navegar en el glaciar ?trbsk�� Pleso y disfrutar de los pueblos de pastores, que conservan sus casas de madera pintadas de vivos colores (como las de Zdiar), su patrimonio musical y los vestidos tradicionales. A los Altos Tatras se llega en tren desde Bratislava (a 330 kil��metros al suroeste), y ya en Poprad, mediante ferrocarriles de monta?a, funiculares y telef��ricos, seg��n la zona escogida.Wiktor Bubniak (getty)

Es la ciudad europea m��s interesante para descubrir en 2019 seg��n los editores y viajeros de Lonely Planet, porque est�� cada vez m��s llena de vida (y de turistas). Basta con salir cualquier noche para comprobar c��mo su famosa vida nocturna est�� m��s animada que nunca. Pero ahora hay m��s motivos para disfrutar de la ciudad: la peatonalizaci��n y reducci��n del tr��fico en la Zona Centro, as�� como la apertura de m��s carriles-bici y sistemas de alquiler de bicicletas. Adem��s, el Museo del Prado (en la foto) celebra sus 200 a?os de historia con exposiciones dedicadas a Fra Ang��lico, Goya, Giacometti o a las olvidadas pintoras espa?olas del siglo XVI. Y junto al arte, la oferta gastron��mica madrile?a: de tabernas tradicionales a restaurantes con estrellas Michelin, pasando por mercados gastro, bares de tapas, cocteler��as�� Una buena zona para disfrutarlo es Ponzano, donde el cl��sico concepto de salir a tomar algo tiene su propio hastag (#ponzaning).jaime villanueva

Islandia se llena de visitantes cada verano (que adem��s es muy corto por estas latitudes), por lo que muchos viajeros prefieren recorrer sus fabulosos paisajes fuera de temporada (y con menos turistas). Pero incluso en temporada alta es posible esquivar aglomeraciones en la Artic Coast Way, una nueva ruta tur��stica que se inaugurar�� en junio y recorre 900 kil��metros de costa remota y virgen bordeando el oc��ano ?rtico (en la foto, la roca bas��ltica de Hvitserkur, en la pen��nsula de Vatnsnes), desde Hvammstangi, al oeste, hasta Bakkafjordur, al este. Una propuesta con esp��ritu aventurero, a trav��s de carreteras de grava (ideal para todoterrenos), que se adentra en pen��nsulas de playas negras, acantilados y deltas de r��os de hielo. Escenarios salvajes y remotos, como la casi intacta pen��nsula de Melrakkasl��tta, donde podremos observar ballenas (en Husavik), hacer rafting en aguas bravas en el fiordo de Skagafjorour o disfrutar de las piscinas termales de la pen��nsula del Trol (Trollaskagi).getty images

Aunque se sigue asociando a una desgarradora guerra civil (hace m��s de 20 a?os que termin��), el pa��s balc��nico es uno de los pocos que a��n conserva lo mejor de la vieja Europa junto a una naturaleza casi virgen, que una amplia red de senderos permite disfrutar. Tanto con excursiones de un d��a como propuestas m��s largas, como la V��a Din��rica, gran ruta que recorre los Balcanes Occidentales (desde Eslovenia hasta Macedonia del Norte) y que atraviesa en Bosnia Herzegovina el parque nacional de Sutjeska. La ciudad de Mostar, la m��s importante de Herzegovina, luce su reconstruido e ic��nico Stari Most, Puente Viejo, levantado en el siglo XVI, bajo el mandato de Solim��n el Magn��fico, y destruido durante la guerra de Bosnia. Un viaje por la regi��n tambi��n pasa por las calles de la medieval Po?itelj (en la foto); las cuevas de viento de Vjetrenica; Lukomir, un pueblo t��pico de monta?a, o la ruta ciclista CIRO (160 kil��metros), viejo trazado de ferrocarril de v��a estrecha del Imperio austro-h��ngaro que se ha reciclado en una ruta para pedalear entre Mostar y la ciudad croata de Dubrovnik.Milena Pigdanowicz-Fidera (getty)

Puerto del remoto tac��n de la bota italiana, Bari ha dejado de ser ciudad de paso hacia, por ejemplo, <a href="https://elviajero.elpais.com/elviajero/2018/06/14/actualidad/1528965152_895232.html" target="_blank">la atractiva Lecce</a>, joya de Apulia. Las conexiones ��low cost�� y la renovaci��n de su patrimonio arquitect��nico han insuflado energ��a a la llamada Bolonia del sur de Italia, cuya poblaci��n estudiantil aporta frescura y modernidad. El casco antiguo de Bari, enmarcado entre el Adri��tico y las avenidas de su ensanche, es un laberinto de callejones y ��piazzas�� en torno a la bas��lica di San Nicola, donde reposan los huesos de San Nicol��s. Bajo el fornido castillo que preside la ciudad, en esta Bari ��vecchia�� (en la foto, una estatua de San Nicol��s) hay que disfrutar de la nueva gastronom��a de la ciudad, basada en la cl��sica ��cucina povera�� (cocina pobre) de <a href="https://elviajero.elpais.com/elviajero/2018/05/09/actualidad/1525882755_879838.html" target="_blank">la regi��n de Apulia</a>. A los tesoros hist��ricos hay que sumar joyas arquitect��nicas m��s recientes, como el renovado teatro Margherita (ahora Centro de Arte contempor��neo), frente al puerto, el Auditorium Nino Rota y el teatro Piccini, que reabre este verano. La bohemia de Bari, avivada por la universidad, la encontramos en la polivalente Officina degli Esordi, laboratorio urbano con espacios para conciertos, talleres de arte, sesiones de DJ, cine y exposiciones.

Puerto del remoto tac��n de la bota italiana, Bari ha dejado de ser ciudad de paso hacia, por ejemplo, la atractiva Lecce, joya de Apulia. Las conexiones ��low cost�� y la renovaci��n de su patrimonio arquitect��nico han insuflado energ��a a la llamada Bolonia del sur de Italia, cuya poblaci��n estudiantil aporta frescura y modernidad. El casco antiguo de Bari, enmarcado entre el Adri��tico y las avenidas de su ensanche, es un laberinto de callejones y ��piazzas�� en torno a la bas��lica di San Nicola, donde reposan los huesos de San Nicol��s. Bajo el fornido castillo que preside la ciudad, en esta Bari ��vecchia�� (en la foto, una estatua de San Nicol��s) hay que disfrutar de la nueva gastronom��a de la ciudad, basada en la cl��sica ��cucina povera�� (cocina pobre) de la regi��n de Apulia. A los tesoros hist��ricos hay que sumar joyas arquitect��nicas m��s recientes, como el renovado teatro Margherita (ahora Centro de Arte contempor��neo), frente al puerto, el Auditorium Nino Rota y el teatro Piccini, que reabre este verano. La bohemia de Bari, avivada por la universidad, la encontramos en la polivalente Officina degli Esordi, laboratorio urbano con espacios para conciertos, talleres de arte, sesiones de DJ, cine y exposiciones.Michele Ursi (alamy)

En <a href="https://elviajero.elpais.com/elviajero/2016/06/15/actualidad/1465997726_136660.html" target="_blank">los confines septentrionales de Europa</a>, este archipi��lago escoc��s �Cpero con un deje escandinavo, incluso en el acento local�C est�� formado por m��s de 100 islas de las que solo 15 est��n habitadas. Diminutos ponis salvajes, tradiciones vikingas, faros remotos y, sobre todo, un para��so para la observaci��n de aves. Las <a href="https://elviajero.elpais.com/elviajero/2015/07/30/actualidad/1438268517_722823.html" target="_blank">islas Shetlands</a> est��n declaradas geoparque por la Unesco y su espectacular litoral (en la foto, t��mbolo del islote de St. Ninian's) se puede recorrer en kayak, a vela e incluso sobre una tabla de surf (en aguas g��lidas, eso s��). La localidad m��s importante es Lerwick, donde vive la tercera parte de la poblaci��n, modernizada gracias al negocio petrol��fero. Para dormir hay opciones muy originales, desde <a href="http://www.camping-bods.com/" target="_blank">los peculiares ��bods��</a> (caba?as sencillas con fuego de turba, disponibles de marzo a octubre) hasta los faros convertidos en alojamientos. Y si las Shetland no son lo suficientemente remotas, un ferri conduce a Fair Isle, un solitario pe?asco a medio camino de las islas Orcadas, en el Mar del Norte, donde apenas viven 70 personas en granjas tradicionales, reba?os de ovejas y muchas aves.

En los confines septentrionales de Europa, este archipi��lago escoc��s �Cpero con un deje escandinavo, incluso en el acento local�C est�� formado por m��s de 100 islas de las que solo 15 est��n habitadas. Diminutos ponis salvajes, tradiciones vikingas, faros remotos y, sobre todo, un para��so para la observaci��n de aves. Las islas Shetlands est��n declaradas geoparque por la Unesco y su espectacular litoral (en la foto, t��mbolo del islote de St. Ninian's) se puede recorrer en kayak, a vela e incluso sobre una tabla de surf (en aguas g��lidas, eso s��). La localidad m��s importante es Lerwick, donde vive la tercera parte de la poblaci��n, modernizada gracias al negocio petrol��fero. Para dormir hay opciones muy originales, desde los peculiares ��bods�� (caba?as sencillas con fuego de turba, disponibles de marzo a octubre) hasta los faros convertidos en alojamientos. Y si las Shetland no son lo suficientemente remotas, un ferri conduce a Fair Isle, un solitario pe?asco a medio camino de las islas Orcadas, en el Mar del Norte, donde apenas viven 70 personas en granjas tradicionales, reba?os de ovejas y muchas aves.Peter Burnett (getty)

Sede del Mundial de F��tbol femenino de la FIFA el pr��ximo mes de julio, Lyon tiene, adem��s de un interesant��simo patrimonio hist��rico y art��stico, un delicioso reclamo. Considerada la capital gastron��mica de Francia, presume tanto de restaurantes con estrella Michelin como de peque?os bistr��s con manteles a cuadros ('bouchons', en la foto) donde saborear la t��pica cocina regional. En la confluencia del R��dano y el Saona, Lyon fue la antigua ��Lugdunum�� de los romanos (de la que se conservan dos teatros) y despu��s una ciudad comercial, industrial y bancaria cuyo casco antiguo, de calles estrechas y casas medievales y renacentistas, es patrimonio mundial. Hay que perderse por su laberinto de 'traboules' (pasadizos secretos), hasta 315 uniendo 230 calles que suman unos 50 kil��metros bajo el subsuelo de la ciudad, construidos en el siglo XIX para transportar mercanc��as sin llamar la atenci��n, algo que tambi��n aprovecharon m��s tarde los partisanos de la Resistencia.Frederic Prochasson (alamy)

Entre los pa��ses m��s peque?os de Europa y el ��nico del mundo que debe su nombre a quienes lo compraron, Liechtenstein cumple tres siglos de historia en pleno coraz��n de los Alpes. Para celebrarlo, despliega un amplio programa de eventos, exposiciones y fiestas �Cla principal el 15 de agosto�C y estrena el Liechtenstein Trail, ruta de senderismo que permite recorrer a pie todo el pa��s en un fin de semana: 75 kil��metros que parten de Vaduz, ciudad de cuento de hadas (con tiendas de art��culos de lujo libres de impuestos) coronada por un castillo del siglo XII (en la foto), y visita 11 municipios del pa��s, atravesando sus famosos vi?edos, los pastos a orillas del Rin y sus monta?as. Por el camino, se contemplan castillos medievales como el de Schellenberg (en ruinas), el de Gutemberg o el de Balzers. El aeropuerto m��s pr��ximo a Liechtenstein es el de Z��rich (Suiza), desde donde se llega en tren a Sargans y en autob��s a Vaduz.YOSHIHIRO TAKADA (getty)

Esta ciudad suiza a orillas del lago Lem��n tiene algo especial sin ser tan sofisticada como <a href="https://elviajero.elpais.com/elviajero/2017/07/27/actualidad/1501159591_579727.html" target="_blank">Maontreux</a> ni tan intelectual como la universitaria Lausana. Vevey es uno de esos lugares distintos que apetece descubrir, especialmente en 2019, a?o de <a href="https://www.fetedesvignerons.ch/" target="_blank">F��te des Vignerons</a>, un gran festival de viticultores que se celebra cada 20 a?os desde el siglo XVII. El escenario principal (del 18 de julio al 11 de agosto) es la Place du March��, con capacidad para 20.000 personas, pero tambi��n las calles de la ciudad, con actores vestidos de ��poca, desfiles de carrozas (en la foto) y vacas adornadas con flores. Tambi��n hay men��s degustaci��n de 20 platos o ��fondues�� econ��micas y divertidas en los restaurantes del casco antiguo, peque?o pero precioso, con una plaza central y un paseo junto al agua con estupendos museos. Vevey tambi��n es la puerta a la regi��n vin��cola de Lavaux, patrimonio mundial, con vi?edos cultivados en terrazas sobre las empinadas colinas del lago Lem��n.

Esta ciudad suiza a orillas del lago Lem��n tiene algo especial sin ser tan sofisticada como Maontreux ni tan intelectual como la universitaria Lausana. Vevey es uno de esos lugares distintos que apetece descubrir, especialmente en 2019, a?o de F��te des Vignerons, un gran festival de viticultores que se celebra cada 20 a?os desde el siglo XVII. El escenario principal (del 18 de julio al 11 de agosto) es la Place du March��, con capacidad para 20.000 personas, pero tambi��n las calles de la ciudad, con actores vestidos de ��poca, desfiles de carrozas (en la foto) y vacas adornadas con flores. Tambi��n hay men��s degustaci��n de 20 platos o ��fondues�� econ��micas y divertidas en los restaurantes del casco antiguo, peque?o pero precioso, con una plaza central y un paseo junto al agua con estupendos museos. Vevey tambi��n es la puerta a la regi��n vin��cola de Lavaux, patrimonio mundial, con vi?edos cultivados en terrazas sobre las empinadas colinas del lago Lem��n.fetedesvignerons.ch

Esta <a href="/diario/2011/08/06/viajero/1312664890_850215.html" target="_blank">pen��nsula en forma de coraz��n</a> que comparten Italia, Eslovenia y, en su mayor parte, Croacia, vive su mejor momento. Comparada con la regi��n de la Toscana por sus colinas cubiertas de vi?edos y olivares, sus pueblos enriscados (en la foto, la villa de Motovun) e incluso una cocina de aires italianos, la magia estival de Istria est�� en el interior: villas medievales y valles f��rtiles que se pueden recorrer en soledad en pleno agosto. Ritmo lento y experiencias aut��nticas en granjas rurales o remotas tabernas r��sticas donde disfrutar de los tesoros gastron��micos de la regi��n: las trufas blancas y negras, uno de los mejores aceites de oliva del mundo y los pescados y mariscos frescos del Adri��tico, que llegan a puertos como Fazana, Novigrad y Rovinj. Y todo maridado con la producci��n de sus vi?edos, acariciados por las brisas marinas y mimados por sus productores, muchos de los cuales han apostado por m��todos de cultivo ecol��gicos.

Esta pen��nsula en forma de coraz��n que comparten Italia, Eslovenia y, en su mayor parte, Croacia, vive su mejor momento. Comparada con la regi��n de la Toscana por sus colinas cubiertas de vi?edos y olivares, sus pueblos enriscados (en la foto, la villa de Motovun) e incluso una cocina de aires italianos, la magia estival de Istria est�� en el interior: villas medievales y valles f��rtiles que se pueden recorrer en soledad en pleno agosto. Ritmo lento y experiencias aut��nticas en granjas rurales o remotas tabernas r��sticas donde disfrutar de los tesoros gastron��micos de la regi��n: las trufas blancas y negras, uno de los mejores aceites de oliva del mundo y los pescados y mariscos frescos del Adri��tico, que llegan a puertos como Fazana, Novigrad y Rovinj. Y todo maridado con la producci��n de sus vi?edos, acariciados por las brisas marinas y mimados por sus productores, muchos de los cuales han apostado por m��todos de cultivo ecol��gicos.Jasmina Mihoc (getty)