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Las 25 playas m¨¢s bonitas de Espa?a, seg¨²n los lectores de EL PA?S El verano comienza este viernes y para celebrarlo proponemos una veintena de arenales espa?oles ¨²nicos, los m¨¢s votados por los lectores en nuestra reciente encuesta online . De la gaditana Bolonia a la menorquina Macarelleta, un tentador mapa playero Este play¨®n atl¨¢ntico de trazas semirr¨²sticas (a¨²n es posible fotografiar vacas junto al agua) logr¨® preservar sus tres kil¨®metros gracias a estar situado a desmano entre Valdevaqueros y Zahara de los Atunes, y al hecho de pertenecer al parque natural del Estrecho. A Bolonia no conviene llegar tarde, puesto que la afluencia es multitudinaria. Destacan los espacios infinitos, los pinares, por no hablar de la espl¨¦ndida ciudad-factor¨ªa romana de Baelo Claudia. Que es una playa ventosa lo demuestran las dunas de casi 30 metros de altura, que el levante ha amontonado en un extremo. Es el arenal que ha recibido el mayor n¨²mero de 'likes' de los miles otorgados (se pod¨ªan votar hasta cinco playas) por m¨¢s de un millar de lectores de 'El Viajero'. Una excursi¨®n recomendable desde Bolonia: caminar en bajamar a las piscinas naturales Ba?os de Claudia. Gonzalo Azumendi En 2007 el diario brit¨¢nico 'The Guardian' afirm¨® que Rodas era la mejor playa del mundo. Ahora los lectores de 'El Viajero' la han subido hasta el segundo puesto del ranking de las playas m¨¢s bonitas de Espa?a. Y es que todo recuerda al Caribe en ese arenal de las islas C¨ªes, salvo por la gelidez de las aguas, claro. Rodas tiene arena de cal y aguas de vidrio, en ella ondea la bandera azul y desprende ese bienestar que produce estar en la cabecera de la r¨ªa de Vigo rodeados por el Atl¨¢ntico. Haremos bien en no quedarnos amontonados junto al muelle donde llegan los barcos, sino espaciarnos por el cord¨®n dunar, sin que afecte la acci¨®n violenta de las olas. Por la parte trasera, donde los pinos tienen las ra¨ªces al aire, se camina hasta la laguna, aunque la mejor panor¨¢mica de este istmo que empalma dos islas se obtiene desde el alto de la Campana, camino del faro. Para evitar saturaciones se precisa un permiso de la Xunta (previo a la compra de pasaje en barco que se obtiene en esta web: autorizacionillasatlanticas.xunta.gal ). Gonzalo Azumendi Entre paseo costero y visita monumental (casi nadie se ba?a en este arenal gallego), as¨ª se concibe la playa de As Catedrais o Augas Santas, accesible solo en marea baja, ¨²nico horario que permite el Cant¨¢brico escudri?ar este portento de la Mari?a lucense. Uno no sabe qu¨¦ admirar m¨¢s en esta catedral marina, si las ocho arcadas pizarrosas que quieren ser arquivoltas g¨®ticas ¡ªlas m¨¢s bellas est¨¢n casi metidas entre las olas¡ª; si la espaciosidad de las cuevas; si el imponente arco que nos recibe a la entrada (y que amenaza ruina seg¨²n los ge¨®logos), o tal vez los entresijos que forma el mar al roer la base de los cantiles. Del 1 de julio al 30 de septiembre el acceso deja de ser libre y se precisa una autorizaci¨®n (ascatedrais.xunta.gal) para bajar a este monumento natural, salvo que se pernocte en alguno de los alojamientos oficiales de Ribadeo, o se desplace el visitante desde el centro de esta localidad en autob¨²s lanzadera (150 autorizaciones diarias) o con el recibo del taxi. La playa est¨¢ se?alizada en la autov¨ªa. Jos¨¦ Peral Pasar una jornada en esta gran dama playera de la 'belle ¨¦poque', as¨ª como su entrada paulatina al Cant¨¢brico y sus panor¨¢micas hacia la isla de Santa Clara y hacia los montes Igueldo y Urgull, constituye una experiencia que marca. Bajo el paseo de ic¨®nica rejer¨ªa, en los voladizos, hay bares y se alquilan piraguas y tablas de p¨¢del surf, mientras en el mar flotan gabarrones con tobog¨¢n y una plataforma usada durante la Semana Grande (del 10 al 17 de agosto) como castillo de fuegos artificiales. La pleamar la deja muy mermada de arena. Resulta divertido observar c¨®mo la subida de la marea va desalojando, entre saltos y peque?os gritos, a los ba?istas no avisados. Gonzalo Azumendi Que pertenezca al parque natural de Cabo de Gata-N¨ªjar y que disponga de f¨¢cil acceso desde grandes enclaves tur¨ªsticos del Levante almeriense hacen que Los Muertos sea un 'must' playero. Ni el hecho de tener que bajar a pie una ladera ¡ªdirectamente, o bien desvi¨¢ndose por el mirador, nunca con chancletas¡ª, ni que est¨¦ alfombrada con piedrecillas, ni que se encuentre junto a un polo industrial han podido restar encanto al atractivo de Los Muertos. Su orilla rectil¨ªnea acaba en un roquedo que parece un trozo de tarta desgajado de la sierra volc¨¢nica. Desconfiar de la resaca cuando sopla el Levante. gonzalo azumendi No se practica windsurf ni hay piraguas ni otras variedades acu¨¢tico-deportivas. Ni hay comercios. Cuando los vecinos de Tarifa y Zahara de los Atunes desean ba?arse sin inquietarse por las resacas acuden en tropel a la playa de Cabo Plata, Atlanterra o de los Alemanes (quienes coparon originariamente la urbanizaci¨®n). Resguardada del Levante, esta playa ha tallado su imagen con arena dorada, gruesa, de textura tal que uno se hunde hasta la rodilla. Vista desde la torre-faro de Camarinal durante el crep¨²sculo, parece detenerse sobre ella la luz dorada con gran delicadeza. TURISMO DE TARIFA Este arenal de 5,3 kil¨®metros de eslora atesora unas cualidades ¡ªbandera azul (con distinci¨®n de playa inclusiva), ecoplaya, Q de calidad tur¨ªstica, ISO 14001¡ª que la encumbran como la playa semiurbana m¨¢s superlativa de Espa?a. Combinaci¨®n de arenal urbano y zona hotelera de calidad, dotada este a?o con sendero azul, el acantilado tiene aqu¨ª la virtud de aislar al ba?ista y los chiringuitos son ahora beach clubs de camas balinesas y cuidada gastronom¨ªa. Uno de ellos es el flamante y elegante Coconovo Beach . Nadieshda (getty images) Un prodigio geol¨®gico. Est¨¢ enmarcado dentro del litoral m¨¢s longevo de la Pen¨ªnsula y es el punto donde mejor se aprecia el magmatismo del parque natural de Cabo de Gata-N¨ªjar. No entra dentro de lo habitual pasear en ba?ador junto a una ola de lava solidificada. Su arena negra y grava son una tentaci¨®n, por no hablar de La Peineta, pe?¨®n varado en la orilla, y la duna Rampante, colosal. Hay que madrugar si se quiere visitar en verano, puesto que en cuanto se llenan los aparcamientos se proh¨ªbe el paso a veh¨ªculos de motor. Gonzalo Azumendi La segunda playa m¨¢s extensa de Cabo de Gata traza una curva de exquisitas l¨ªneas entre el altozano del Ave Mar¨ªa y el morr¨®n Genov¨¦s, de origen volc¨¢nico. El arenal, blanco y de grano fino, la mansedumbre del oleaje y la suave entrada en el agua, ideal para los peque?os, aumentan el car¨¢cter ¨²nico del enclave. Una estepa de esparto y pitas alterna con palmitos y sombras de eucaliptos que se funden con campos de dunas colonizados de vegetaci¨®n. Eso s¨ª, cuando sopla el viento, la fina arena ametralla la piel. Comparte acceso y restricciones estivales para los veh¨ªculos particulares con M¨®nsul, as¨ª que conviene madrugar igualmente. Moritz Wolf (getty images) Ses Illetes forma parte del 'top' playero mundial. Por su arena fin¨ªsima y su gradaci¨®n de aguas azules merced a la labor de filtraje de la posidonia; tambi¨¦n por la protecci¨®n que ejerce el parque natural de las Salinas de Ibiza y Formentera. El cara a cara entre los ba?istas delante de las dunas y la l¨ªnea de yates anclados sobre aguas c¨¢lidas est¨¢ representada con una belleza inaudita. A todo ello se suman algunos de los restaurantes playeros m¨¢s deseados de Algeciras a Estambul. A Ses Illetes, llamada as¨ª por los islotes que la escoltan, se puede llegar caminando dos kil¨®metros desde el puerto de La Savina, o bien tomando la barca 'Bah¨ªa'. Bertrand Gardel (alamy) El mayor arenal de las R¨ªas Baixas, en pleno istmo de la pen¨ªnsula de O Grove, conserva magn¨ªficos cordones dunares; pero tambi¨¦n soporta grandes afluencias al disponer de enlace con la autov¨ªa y un aparcamiento que aprovecha una pista de aterrizaje. La arena es firme, id¨®nea para largas caminatas por la orilla; para preservar las dunas y su avifauna existe una pasarela que conecta la ermita y el hotel Samar, m¨¢s playero imposible. A 100 metros de este se halla un mirador tan recomendado como el de A Siradella. Las resacas y las corrientes resultan peligrosas, y la isla de Ons, omnipresente. Carlos Ciudad Photos (GETTY IMAGES) Faltan ep¨ªtetos para glosar las excelencias de esta apabullante concha de arena blanca, fin¨ªsima, expandida entre el cabo Prieto y punta Pesta?a y declarada monumento natural. Para infinidad de ba?istas, la mayor¨ªa a cuerpo gentil, el nombre de Torimbia equivale a una patria vestida de tojos y helechos. Al entrar uno percibe el soberbio panorama, los manantiales deshil¨¢ndose por los declives, el islote, ese placer de ver c¨®mo las olas revientan tendidas sobre este m¨¢gico hemiciclo que retiene poca arena en pleamar. Quien quiera ba?arse debe hacerlo ¨²nicamente en la zona central. El chiringuito, camuflado, se acaba de modernizar sin perder la tradici¨®n de sus paellas (687 03 00 23). Gaizka Portillo Benito (GETTY IMAGES) Ungida por una solera trimilenaria y defendida por los castillos de Santa Catalina (auditorio y centro expositivo) y de San Sebasti¨¢n, La Caleta es una s¨ªntesis de la Tacita de Plata. Un microcosmos que se ha revelado como la zona de ba?o m¨¢s castiza de Andaluc¨ªa. Siguen disfrut¨¢ndola las familias caleteras del barrio de la Vi?a, los vendedores vocean: ¡°Hay cangrejos, camarones y bocas¡±; y la chavaler¨ªa se zambulle con marea alta desde el puente Canal. Todos a la espera de los crep¨²sculos rojos y fulgurantes, que en verano se acompa?an con m¨²sica por megafon¨ªa. Pescado frito y caz¨®n en el Club Caleta. A 300 metros de La Caleta se encuentra El Faro de C¨¢diz , un restaurante que jam¨¢s decepciona. Blanchi Costela (GETTY IMAGES) Toma la apariencia de una piscina en la desembocadura de dos barrancos. Y aunque la mitad de la cala (la que jam¨¢s figura en las fotos) est¨¦ urbanizada, bajar a La Granadella despierta la m¨¢s profunda impresi¨®n. Chapuzar en sus aguas entra?a perder pie a los pocos metros. A unos 20, mar adentro, las piedrecillas dejan paso a un lecho de arena. Abundan los servicios. Y el sonido de los cantos rodados yendo y viniendo por las olas posee aqu¨ª una calidad estupefaciente. En julio se corta el acceso y presta servicio un autob¨²s lanzadera. Nada mejor que celebrar con una caldereta el 60? aniversario del restaurante Sur. Olaf Speier (getty images) El parque regional de Calblanque, Monte de las Cenizas y Pe?a del ?guila constituye, justo detr¨¢s del Mar Menor, uno de los ecosistemas m¨¢s portentosos de la ribera mediterr¨¢nea. No extra?a por tanto que ma?ana s¨¢bado (22 de junio) entren en vigor las restricciones de acceso (murcianatural.carm.es). El primer play¨®n, junto al aparcamiento de El Atochar, recibe el nombre de playa Larga por sus tres kil¨®metros de arena fina color pajizo. En el sector oeste, de acceso a pie (salvo para los autobuses lanzadera), Negrete es una maravillosa playa de tradici¨®n naturista que ostenta las dunas de mayor relieve. Este litoral es gen¨¦ricamente peligroso por sus corrientes (no llevar flotadores). Soyazur (getty images) El mayor arenal de Galicia es un enclave de aspecto rural en el que perderse a lo largo de sus ocho kil¨®metros de frente de ola y hasta un kil¨®metro de ancho. Si su h¨®rreo atrae desde siempre, no menos importante es el pinar de la parte central y la playa marisme?a de Boca do R¨ªo, donde en bajamar se forman pozas que invitan a un tranquilo ba?o en familia. A las acumulaciones dunares ¡ªen las que nidifica el chorlitejo patinegro¡ª se suman las reci¨¦n inau?guradas caba?as de Nidos de Carnota , con clara vocaci¨®n ornitol¨®gica. Tambi¨¦n vale la pena visitar el taller del artista cer¨¢mico Nacho Porto. Xurxo Lobato (getty images) Con 2,8 kil¨®metros de largo, la de Zarautz es la playa m¨¢s extensa de Gipuzkoa, si bien, al igual que sucede en La Concha donostiarra, la pleamar la engulle considerablemente. Un buen plan pasa por dejar el coche en el aparcamiento de Eguzki Izar (cinco euros al d¨ªa), justo enfrente de la gasolinera, y tomar la senda que discurre por la margen del arroyo. Una pasarela de madera permite recorrer el cord¨®n dunar del biotopo protegido de Inurritza. Ya en la zona urbana, quedan los toldos con franjas de colores, aludiendo a los decimon¨®nicos ba?os de ola, y el parque escult¨®rico del paseo mar¨ªtimo. Nunca faltan surfistas. La Bicicleta Vermella (getty images) Cuando castiga el viento de Levante, el plan B en la costa gaditana pasa por ir a Roche: una torre almenara y cinco calas en acantilados de 30 metros que las olas descarnan a ojos vista y cuyas tonalidades arcillosas impresionan al caer la tarde. El verde lo pone en este tramo de costa una de las m¨¢s valiosas comunidades espa?olas de enebro marino, cuyo mayor porte se alcanza junto a la urbanizaci¨®n. El primer aparcamiento corresponde con la cala Juan de Medina, una de las m¨¢s extensas (junto con la del Pato). Sin el azote de corrientes marinas, la entrada al mar es paulatina. Kevin Alexander George (getty images) El suyo es uno de los para¨ªsos espa?oles de tradici¨®n naturista, situado en el extremo de la r¨ªa de Vigo. Excepcionalmente dotada de arenas blanquecinas y resguardada de los vientos, la playa de Barra a?ade pinares mar¨ªtimos de bella factura plantados para contener el avance dunar sobre las vi?as. Toda la ensenada est¨¢ integrada en la Red Natura 2000, por lo que los chiringuitos fueron retranqueados. El agua se presenta remansada, fr¨ªa no, lo siguiente, y la arena, acariciadora, recuerda la de las islas C¨ªes, cuyas moles se recortan contra el horizonte. No confundirse con la playa contigua de Vi?¨®. TURISMO DE GALICIA Es todo eso que un mit¨®mano de las playas podr¨ªa desear. Una piscina centelleante y ad¨¢nica, a la que se llega por un sendero, si bien algunos optan por hacerlo a nado desde su hermana mayor, la Macarella, est¨¢ s¨ª equipada con chiringuito. La Macarelleta es una zona privilegiada tanto por las encinas y los pinos que se inclinan sobre el mar como por su arena blanca depurada y su car¨¢cter recoleto. Sus aguas de coloraciones turquesas, vistas a distancia, generan un efecto ¨®ptico de embarcaciones que, ingr¨¢vidas, parecen levitar. A Macarella solo se puede acceder en autob¨²s desde Ciudadela (bus2macarella.com) o a pie, en una caminata de 30 minutos desde cala Galdana. Matteo Colombo (getty images) La intensa actividad e¨®lica, aliada con las mareas, ha originado una muralla arenosa, blanca y fina, de incre¨ªble fuerza visual. Mide 1,5 kil¨®metros de largo y 18 metros de altura, y es la joya del parque natural de Corrubedo y lagunas de Carregal y Vix¨¢n. Conviene acudir primero al centro de visitantes (981 87 85 32) y despu¨¦s a la playa de Ladeira, la m¨¢s recogida de esta peligrosa bah¨ªa y donde luego nos ba?aremos. Por el sendero R¨ªo do Mar llegaremos despu¨¦s, en 20 minutos, a la base de la gran duna, en la que rige la prohibici¨®n de encaramarse. Una estupenda panor¨¢mica general del conjunto se obtiene desde el puerto de Corrubedo. arousa (GETTY IMAGES) Hasta su nombre resulta ins¨®lito. Uno camina desde la playa de San Antol¨ªn (el aparcamiento que de momento recomienda la oficina de turismo), entre 'praos', e inopinadamente se topa con el ejemplo m¨¢s acabado de playa interior. Este monumento natural de notable singularidad geomorfol¨®gica, esta hondonada circundada de verde y formas puntiagudas, comunica subterr¨¢neamente con el Cant¨¢brico mediante una dolina a trav¨¦s de la cual irrumpen las olas en pleamar (no tiene sentido acudir con marea baja). La composici¨®n k¨¢rstica caracter¨ªstica del concejo de Llanes fue determinante para el derrumbe del cantil. Trepar luego a la cima del acantilado para disfrutar, ahora s¨ª, del horizonte marino. Davide Seddio (GETTY IMAGES) El valor ecol¨®gico y paisaj¨ªstico del monumento natural de Los Ajaches se mueve en el ¨¢mbito de lo superlativo, destacando la alternancia de roquedos de origen volc¨¢nico y abanicos de arenas calcinados por un sol africano. La caleta del Congrio (tradicionalmente nudista), con el largor y estrechez del pez tele¨®steo, es testigo de los amaneceres, mientras que deleitarse contemplando los atardeceres, con Fuerteventura y el islote de Lobos al fondo, es patrimonio de la Caleta de Papagayo , antiguo fondeadero entallado bajo acantilados protectores: la playa m¨¢s fotog¨¦nica y aplacerada, y dotada con buen acceso a pie. El Be Papagayo (928 17 38 33) es un chiringuito que busca el anonimato ¡ªcasi no existe en Google¡ª, y en el que sirven platos de autor como el salm¨®n curado (72 horas) o el escabeche de sardinas a la antigua. El peaje de acceso a Papagayo cuesta 3 euros. Zu S¨¢nchez (getty) Disfruta de privilegiadas condiciones e¨®licas, puesto que la gran mayor¨ªa de los d¨ªas la barren vientos constantes y seguros, que entran limpios, sin turbulencias que desvirt¨²en la navegaci¨®n. La arena de Valdevaqueros, de un blanco incandescente, invita a contemplar un oc¨¦ano verdeazulado, lo mismo que el paso rasante de jinetes acu¨¢ticos, la mayor¨ªa impulsados por cometas. El Tumbao es un espacio deportivo y jovial de relax gracias en parte a sus mojitos. Esta ensenada del parque natural del Estrecho engloba las marismas del r¨ªo del Valle, as¨ª como la gran duna de Punta Paloma, junto a la cual se sit¨²an quienes desean darse un chapuz¨®n. Desconfiar de las corrientes en los tramos rocosos. Gonzalo Azumendi (getty images) Por m¨¢s que pase el tiempo Los Ca?os de Meca sigue destilando playas y buen rollo en el entorno del parque natural de La Bre?a y Marismas del Barbate. Un sendero nos traslada del asfalto a la orilla de Los Castillejos: arenal virgen, de progresivo desnivel seg¨²n se aprecia en las bajamares. Desde la arena se comprueba la calidad de este rinc¨®n del Estrecho desde el que se perfila la silueta de T¨¢nger. Su raigambre es profundamente nudista en su parte izquierda y jam¨¢s deberemos extender la toalla junto a la pared rocosa. Los m¨¢s intr¨¦pidos caminan desde Castillejos 45 minutos por la base del acantilado (solo en bajamar, por tanto), y con zapatillas, hasta la cortina vegetal de Los Chorros. Hostal Mar de Frente