Paradores de carne y hueso. Los trabajadores que sostienen la primera red hotelera de Espa?a
Cuando se cumplen 91 a?os del nacimiento de Paradores, seis de sus empleados de dos generaciones distintas se re¨²nen para debatir los entresijos de su oficio y de la red de hoteles m¨¢s antigua del pa¨ªs
![Dos generaciones de trabajadores de Paradores. De izquierda a derecha: Charo Donaire, Miguel ?ngel Boyero, Javier S¨¢nchez, Nuria Torrico, V¨ªctor Teodosio y Laila Martins.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/WKT5NKOXCYVHFWJEF6NNGX5PSY.jpg?auth=f42f4ceb0ba264d56c5621c0db6e096b0314fac45bd6507e06b1452dcb94fce7&width=414)
Cuatro d¨¦cadas despu¨¦s de poner por primera vez los pies en el parador orensano de Ver¨ªn para trabajar, Laila Martins, de 59 a?os, a¨²n recuerda v¨ªvidamente el olor de los fogones, las historias que le regalaban los viajeros y, sobre todo, el afecto de unos compa?eros que, con el tiempo, fueron parte de su familia. Ten¨ªa 16 a?os. "Al poco tiempo de entrar a vivir all¨ª, muri¨® mi madre y el administrador del parador se acerc¨® a m¨ª y me dijo: 'Laila, ahora que su madre ha fallecido, yo ser¨¦ su tutor'. Esta empresa es parte de mi vida", relata Martins sonriente. All¨ª termin¨® de crecer y aprendi¨® que lo que define la calidad de un buen hotel es el servicio. Una mezcla entre profesionalidad intachable y calor humano. Ahora, gobernanta en el parador de Cuenca, se re¨²ne en el de ?vila con cinco compa?eros de la red de Paradores para hablar sobre los entresijos del oficio y su papel en una empresa con 91 a?os de historia y 97 establecimientos por todo el pa¨ªs.
El encuentro entre V¨ªctor Teodosio, Miguel ?ngel Boyero, Javier S¨¢nchez, Charo Donaire, Nuria Torrico y la propia Laila no es casual: no solo representan los diversos trabajos que sostienen un parador (direcci¨®n, comedor, mantenimiento, cocina, recepci¨®n y? limpieza),?sino tambi¨¦n a dos generaciones, una de veteranos y otra de j¨®venes trabajadores, con un hilo en com¨²n: ser el equipo t¨¦cnico que, desde los boxes, permite que Paradores siga siendo uno de los principales activos de la Marca Espa?a.
Ser diferentes, ser los mismos
Seis trabajadores y dos generaciones. La de los veteranos inauguraron la Transici¨®n y la segunda, el siglo XXI. En estos ¨²ltimos 40 a?os, la tecnolog¨ªa y las nuevas formas de turismo (apartamentos tur¨ªsticos, hoteles
low cost
...) han cambiado por completo el sector de la hoteler¨ªa. Para los protagonistas de este art¨ªculo, el cambio forma parte de su oficio, aunque apuntan a que la filosof¨ªa de los primeros trabajadores de Paradores contin¨²a rigiendo su d¨ªa a d¨ªa.
(Desliza con el dedo o con el rat¨®n para ver las dos generaciones: En la foto de la izquierda, V¨ªctor, Laila y Miguel ?ngel. En la de la derecha: Nuria, Charo y Javier)
Cuando la escucha es esencial
En el vest¨ªbulo se abrazan, sonr¨ªen, se hacen fotos y cuentan an¨¦cdotas. A primera vista, parece un reencuentro de amigos que hac¨ªa tiempo que no se ve¨ªan. La realidad es que la mayor¨ªa acaba de conocerse. Cuando se les pregunta, la respuesta es general. "Cuando te encuentras a alguien de Paradores, salta la chispa. Siempre conoces a alguien en com¨²n. Te sientes de la misma familia", cuenta Miguel ?ngel Boyero, de 59 a?os y segundo jefe del comedor del parador de Salamanca. En los 97 paradores de esta empresa p¨²blica trabajan 4.569 personas (el 57% mujeres y el 43% hombres), de los que el 70% tienen un contrato fijo. El a?o pasado, medio mill¨®n de clientes se alojaron en alg¨²n parador de la red.
Mientras los seis trabajadores dan un paseo por el patio del parador, no tardan en sacar a relucir lo que, en su opini¨®n, diferencia a su empresa del resto: el trato. "Nuestro sello de identidad es el cari?o que transmitimos. Dentro del parador, somos una familia y ese calor lo transmitimos al cliente, que muchas veces nos dice que se siente como en casa", explica Martins.
De media, los paradores tienen 65 habitaciones (el m¨¢s peque?o con 14 y el m¨¢s grande con 135), lo que permite que los trabajadores tengan un trato m¨¢s cercano con los clientes y el servicio sea m¨¢s personalizado. "La diferencia es que en Paradores siempre se escucha al cliente. Por ejemplo, en el comedor se puede pedir comida fuera de carta", apunta Boyero desde su puesto en el comedor.?
De hecho, su oferta?gastron¨®mica?es otro de los puntos fuertes de la red. Prueba de ello es la porci¨®n que representa la restauraci¨®n en los ingresos: hasta un 50% del total. La calidad de los productos y la iniciativa empresarial de potenciar la comida local tambi¨¦n lleva a otros viajeros que no se hospedan en los establecimientos a comer en sus?restaurantes. Para que ese sabor llegue a los platos, el conocimiento de la cocina tradicional es esencial.?"Hacemos gastronom¨ªa de kil¨®metro cero y dedicamos tiempo a que salga todo perfecto. ?Si vas a Valencia vas a comer una buena paella? Pues depende. Si vas a un sitio tur¨ªstico es posible que no, pero si vas a un parador sabes que va a ser espectacular. Es caballo ganador", explica Charo Donaire, de 30 a?os y jefa de cocina del parador de Benavente (Zamora).
La vida profesional de Donaire le ha llevado a trabajar en varios restaurantes de prestigio, como el de Quique Da Costa en D¨¨nia (Alicante), poseedor de tres estrellas Michelin. Sonriente y entusiasmada, relata c¨®mo, a punto de irse a trabajar a Dub¨¢i, realiz¨® unas pruebas para entrar en la red de Paradores. Desde entonces, y tras formarse en los de Trujillo (C¨¢ceres), Cuenca y Sig¨¹enza (Guadalajara), dice haber encontrado su sitio como cocinera gracias, entre otras cosas, a la formaci¨®n que ha recibido."Estos dos a?os han sido m¨¢s que un m¨¢ster", relata.
Una cantera de profesionales
Rodeadas por las murallas de ?vila, las dos generaciones recuerdan a "los profesores" que les ense?aron todo. Y es que la formaci¨®n constante de sus empleados es otro de los pilares de la empresa. Entre sus variados programas, destaca los de captaci¨®n de talento, cursos para aquellas personas como Charo que Paradores ha reclutado y formado para que dirija una de sus cocinas. A la par, la empresa desarrolla cursos enfocados para los estudiantes en pr¨¢cticas que, al acabarlos, se incorporan en los diferentes paradores. Nuria Torrico, de 21 a?os, es una de las alumnas que, desde septiembre, trabaja como recepcionista en el de Lerma (Burgos). "Hoy en d¨ªa, el problema que tienen los j¨®venes como yo es que no te dan trabajo si no tienes experiencia y en Paradores te contratan y te ense?an", dice Torrico.?
Para este grupo de trabajadores, otra de las cosas que hace atractiva a la red y mejora el aprendizaje es la facilidad de rotaci¨®n. Donaire y Torrico, por ejemplo, no dejan de pensar en todos los paradores por los que les gustar¨ªa pasar. "Quiero conocer distintos tipos para saber c¨®mo se trabaja. El tipo de cliente no es el mismo en Cuenca que en Lerma. Y de cada persona con la que trabajas, aprendes algo. Por eso quiero moverme, trabajar mucho y aprender mucho", confiesa Torrico. Paradores clasifica sus enclaves en tres categor¨ªas, dependiendo del tipo de destino que demande el viajero: Esentia (edificios hist¨®ricos), Civia (edificios urbanos para el ocio) y Naturia (espacios naturales).
![Laila Martins relata c¨®mo fueron sus primeros d¨ªas, con 16 a?os, en el parador de Ver¨ªn (Ourense).](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/RS33R4BMMUE6A3NJBJIAPOEN3Y.jpg?auth=cb6673f4ebafdc3a35ce35c6042f4b69cbb6d374f7fc0bcd41b13b8c0d9c488a&width=414)
Si hay alguien que conoce la marca de paradores es V¨ªctor Teodosio, de 64 a?os y director del parador de ?vila. Su carrera profesional le ha llevado a dirigir 11 paradores, a realizar m¨¢s de cien cursos de formaci¨®n y a ser, como le nombran sus cinco compa?eros, "maestro de maestros". La plantilla de paradores, explica, es un activo muy importante para la empresa y el reflejo de los valores de la compa?¨ªa.?"En muchos sitios, el parador es el mejor sitio que hay. Para mucha gente, trabajar en esos sitios es su vida, su desarrollo personal", a?ade Teodosio. La fidelizaci¨®n de los trabajadores, prosigue, es muy alta. Un s¨ªntoma?que achaca a las pol¨ªticas sociales que siempre ha fomentado Paradores. "No quita que haya?gente que se vaya y pruebe otras cosas, pero luego retorna", dice.
Una de esas historias de ida y vuelta es la de Javier S¨¢nchez, de 38 a?os y greenkeeper de los campos de golf de Paradores. Cuando narra sus comienzos en El Saler (Valencia), las palabras le salen empapadas de emoci¨®n. Comenz¨® recogiendo pelotas y admirando los golpes de los jugadores profesionales que pisaban el green del parador. En una ocasi¨®n, incluso, le llev¨® los palos al jugador de baloncesto Michael Jordan mientras se jugaba unos euros contra el reputado golfista Severiano Ballesteros. Su camino se separ¨® de Paradores en 2005, cuando decidi¨® trabajar en otras empresas para seguir aprendiendo sobre la creaci¨®n de campos de golf. Fue ascendiendo de categor¨ªa, se especializ¨® en California (EE UU) en el mantenimiento de campos y acab¨® como asesor en la Federaci¨®n Espa?ola de Golf. Durante esos a?os, asegura, no hab¨ªa perdido el deseo de volver a Paradores. "En 2013 mi jefe me dijo: 'Javi, hay que asesorar a los paradores de M¨¢laga y de El Saler. ?Los conoces?'. Fue como volver a casa. Despu¨¦s Paradores me hizo una oferta y se cerr¨® el c¨ªrculo", cuenta.
Varias generaciones, una misma filosof¨ªa
V¨ªctor Teodosio mira hacia atr¨¢s y recuerda c¨®mo ha cambiado su trabajo desde que entr¨® en el parador de su pueblo, Oropesa (Toledo), como aspirante a aprendiz en 1970. "Recuerdo cuando nos llegaban las reservas por carta desde cientos de sitios: Inglaterra, EE UU, Madrid... Y nosotros contest¨¢bamos por correo. "Ahora los paradores tienen los ¨²ltimos avances tecnol¨®gicos", relata. Sentados en una sala del parador, los seis compa?eros r¨ªen mientras cuentan las cosas que no han cambiado: el men¨² de familia (as¨ª llaman al cubierto de los trabajadores) es el mismo en todos los paradores. Los domingos siempre hay paella y huevos fritos. En las historias individuales de cada uno hay un hilo que se une con el resto: la lealtad y los conocimientos que se han ido transmitiendo de generaci¨®n en generaci¨®n y que reflejan la filosof¨ªa de la empresa. Consciente, Teodosio lanza una de las tantas frases que se le han quedado grabadas en casi medio siglo de trabajo: "Somos por lo que fueron, ser¨¢n por lo que somos".
![Charo Donaire, explica a su compa?eros lo importante que ha sido para ella la formaci¨®n de Paradores.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GM7ZKUZ6GBF54OATQ4DF5PSNXI.jpg?auth=88120687f308a3a61dd31ab1b1263c81c6ed8e070b2e860453743d5e3c4d8215&width=414)