Morillas, las jud¨ªas m¨¢s exclusivas que solo se cultivan en un pueblo de Granada
Mostramos uno de los platos estrella del parador de la Alhambra, un potaje de habichuelas ¨²nicas en el mundo que solo se pueden degustar en este recinto hist¨®rico con vistas al Generalife
¡°Es una jud¨ªa en peligro de extinci¨®n. Si no la sembrasen para nosotros, salvo en las casas donde la cultivan, no se podr¨ªa comer en ning¨²n sitio¡±. Juan Francisco Castro, chef del parador de Granada, tiene claro que el producto que tiene entre manos, las morillas, es algo ¨²nico: unas habichuelas que, en todo el mundo, solo se cultivan en J¨¢tar, un pueblo granadino de 614 habitantes a una hora escasa de la capital de la provincia.
M¨¢s frescas que las habituales blancas y pintas, m¨¢s harinosa y que admite mayor cantidad de aceite de oliva (otra de las joyas de la corona de la gastronom¨ªa de la zona), la singularidad de esta legumbre convierte el potaje de morillas, que se prepara en exclusiva en el parador de Granada, en una rareza culinaria. Rareza que, para los que busquen una inmersi¨®n gatron¨®mico-cultural en el parador, tambi¨¦n pueden encontrarla dentro de un men¨² completo de platos de origen nazar¨ª, es decir: con productos de proximidad y elaboraci¨®n del siglo XI, aunque adaptado a los gustos culinarios actuales.
Una proximidad tal que, para algunos de sus ingredientes, no es necesario salir de la Alhambra: las hierbas arom¨¢ticas que lo coronar¨¢n al final de la elaboraci¨®n proceden, directamente, del huerto del complejo monumental. Esto, unido a la ubicaci¨®n del parador (dentro de la propia ciudad palatina, el ¨²nico palacio nazar¨ª del mundo en el que se puede pasar la noche), convierte el potaje de morillas en el proleg¨®meno perfecto para abrir el apetito por disfrutar de un entorno natural e hist¨®rico dif¨ªcilmente igualable.
Este v¨ªdeo se grab¨® a comienzos de febrero, un mes antes del decreto de estado de alarma a causa del coronavirus.