Una ruta celestial por tierra de vinos
La comarca de Campo de Pe?afiel, en Valladolid, a¨²na historia, naturaleza, gastronom¨ªa y vi?edos hist¨®ricos de la Denominaci¨®n de Origen Ribera del Duero como los de la bodega Pago del Cielo, cuna del vino Celeste. Trazamos un recorrido por una zona que nos acerca a las estrellas
En la cuenca del r¨ªo Duero transcurren 115 kil¨®metros que conforman uno de los enclaves ineludibles de nuestra cultura. En esa confluencia de las provincias de Soria, Burgos, Segovia y Valladolid se sit¨²a la Denominaci¨®n de Origen Ribera del Duero, que cuenta con m¨¢s de 28.000 hect¨¢reas de vi?edos que re¨²nen unas condiciones espec¨ªficas que han dado lugar a una de las m¨¢s ricas tradiciones vitivin¨ªcolas de Europa. En el coraz¨®n de esa regi¨®n se encuentra la comarca de Campo de Pe?afiel, un tesoro escondido que alberga parajes naturales de gran belleza y multitud de enclaves elevados que nos permiten disfrutar de algunos de los cielos m¨¢s espectaculares de nuestra geograf¨ªa. A trav¨¦s de pueblos, rutas de senderismo, enclaves y bodegas, recorremos una regi¨®n que transcurre cerca de las estrellas
Un vi?edo bajo las estrellas
Cerca de la localidad de Fompedraza, en Valladolid, se encuentra la bodega Pago del Cielo, con algunos de los vi?edos situados a mayor altitud dentro de la D.O. Ribera del Duero. Con sus casi 900 metros sobre el nivel del mar, su situaci¨®n geogr¨¢fica convierte a este lugar no solo en un paraje de gran belleza, sino tambi¨¦n en un enclave que re¨²ne unas caracter¨ªsticas especiales que le proporcionan una personalidad ¨²nica al vino que se produce all¨ª, Celeste Crianza.
Su situaci¨®n elevada permite que las uvas tengan una sensaci¨®n t¨¦rmica baja incluso durante las noches m¨¢s calurosas de verano, algo que equilibra las altas temperaturas del d¨ªa. Ese balance entre fr¨ªo y calor produce que el fruto amplifique sus notas ¨¢cidas durante la maduraci¨®n, resultando en un vino de una intensa expresi¨®n frutal y un cuerpo estructurado. En un paisaje de suave relieve y valles encajonados, la zona en la que se asienta Pago del Cielo convierte a este vi?edo tambi¨¦n en un lugar privilegiado desde el que disfrutar de los cielos estrellados y el sabor de un personal¨ªsimo Ribera del Duero.
Una fortaleza en las alturas
Muy cerca de Pago del Cielo, en la localidad de Pe?afiel, tenemos una de las fortificaciones mejor conservadas y m¨¢s imponentes de toda la regi¨®n. Situado en la cima de una estrecha y larga loma, la figura rotunda y desafiante del Castillo de Pe?afiel impresiona al viajero ya desde la Plaza del Coso del pueblo de Pe?afiel, desde la que la se obtiene una estampa ic¨®nica de la que dej¨® constancia en sus escritos sobre la zona el escritor Miguel Delibes.
Con unos or¨ªgenes que se remontan al siglo X, esta fortificaci¨®n est¨¢ situada en un enclave estrat¨¦gico para dominar los valles del Duero y del Durat¨®n, una necesidad de defensa que, en la actualidad, nos permite disfrutar de unas espectaculares vistas panor¨¢micas. Su forma alargada, con 210 metros de longitud y apenas 35 de anchura, lo distinguen de otras construcciones de la ¨¦poca, se deben a las reformas efectuadas durante el siglo XV, y esa semejanza con la proa de un barco le vali¨® en sobrenombre del ¡°buque de castilla¡±.
M¨¢s all¨¢ de los kil¨®metros de paisaje que se puede apreciar desde su torre del homenaje, y una historia que nos remonta a un pasado medieval, cristiano y musulm¨¢n, el ala sur de la fortificaci¨®n alberga tambi¨¦n el Museo del Vino, renovado en 2015 y que nos ofrece un recorrido por la cultura vitivin¨ªcola de la regi¨®n.
Una panor¨¢mica del r¨ªo
En las inmediaciones de Pe?afiel tenemos la siguiente parada de nuestro recorrido. Siguiendo el valle del r¨ªo Botijas atravesamos una ruta que va ascendiendo poco a poco y que llega hasta Cuevas de Provanco, en Segovia. Dejando a un lado campos de frutales llegamos a una altura suficiente como para tener una gran panor¨¢mica del r¨ªo, adem¨¢s de un enclave perfecto para avistar a algunas de las especies de aves que pueblan la regi¨®n, como el buitre leonado, el halc¨®n peregrino o el ¨¢guila real.
Uno de los principales atractivos de esta ruta de algo m¨¢s de 10 kil¨®metros de longitud es llegar a Las madres, los manantiales en los que nace el r¨ªo Botijas, en una zona repleta de juncos y carrizos. Cerca de ese punto, podemos subir por una ladera rocosa desde cuya cima tendremos, de nuevo, una espectacular vista de todo el trayecto.
Un pueblo en el que se detuvo el tiempo
Siguiendo nuestro recorrido por la comarca de Campo de Pe?afiel llegamos a Fompedraza, uno de esos lugares que han permanecido casi inmutables durante siglos. Lugar que vivi¨® los enfrentamientos entre cristianos y musulmanes en torno al siglo X, hoy es un apacible pueblo de apenas 100 habitantes que merece una visita para apreciar el sosiego de sus calles empedradas y las vistas de sus valles circundantes.
La parada obligada en Fompedraza es la iglesia de San Bartolom¨¦, una peque?a edificaci¨®n realizada entre los siglos XIII y XIV, visitable previa cita, y un ejemplo perfecto del rom¨¢nico tard¨ªo de la zona. Desde su torre se aprecia a¨²n mejor el valle y un paisaje embriagador en su sencillez. Un alto en el camino para sentir como el tiempo se detiene en un lugar
Una noche bajo las estrellas
Nuestro viaje termina en M¨¦lida, a tres kil¨®metros de Pe?afiel. Esta localidad de apenas 57 habitantes es un remanso de paz y naturaleza que se beneficia tambi¨¦n de unas llanuras que permiten disfrutar de unos espectaculares cielos. En 1500 estrellas, un proyecto de turismo rural, se nos ofrece la posibilidad de disfrutar de una noche de verano durmiendo bajo las estrellas, gracias a unas camas preparadas para pasar la noche en el exterior.
Con el castillo de Pe?afiel y los vi?edos al fondo, desde esta llanura sin apenas contaminaci¨®n lum¨ªnica podemos divisar una de las b¨®vedas celestes m¨¢s impresionantes de la regi¨®n. El punto final a un viaje por una regi¨®n que esconde mucho m¨¢s de lo que aparenta, y en el que disfrutar mientras se saborea una copa de buen vino bajo las estrellas.