Huesca, en su mejor momento

Ya era una provincia magn¨¦tica, pero el AVE hizo a Huesca mayor de edad en atractivos. Desde hace justo 18 a?os, cuando la alta velocidad decidi¨® reposar aqu¨ª, el viajero puede plantarse en un suspiro en una de los territorios m¨¢s monta?osos de Espa?a calzado con las botas de senderismo o los esqu¨ªs, para ir ascendiendo en el mapa, en las sensaciones y en los retos.

En 15.600 kil¨®metros cuadrados, una de las provincias m¨¢s extensas de Espa?a ofrece todo tipo de atractivos y contrastes en sus diez comarcas. Para¨ªsos naturales, entusiasmos aventureros, culturales y deportivos para todos los gustos.

Un cat¨¢logo de opciones naturales, hist¨®ricas o gastron¨®micas que procuran una nueva forma de entender el turismo para un viajero interesado en consumir cultura y conocimiento, en una oferta de actividades muy ligadas al entorno natural, acordes siempre a una forma de convivir con la naturaleza, de forma sostenible y segura.

La capital, sin ir m¨¢s lejos, presume de tradiciones arraigadas (como las fiestas de San Lorenzo o la Semana Santa) y de esa envidiable reposter¨ªa que la hace a¨²n m¨¢s universal y la convierten en un punto de partida del que cuesta arrancar. Porque la catedral g¨®tica, la muralla, el monasterio de Pedro el Viejo, la Plaza de Pedro L¨®pez de Allu¨¦ y el parque Miguel Servet bien merecen algo m¨¢s que un paseo.

Contrastes que enganchan

Al sur, el clima semides¨¦rtico proporciona su peculiar paisaje lun¨¢tico a Los Monegros, c¨¦lebres por el festival de m¨²sica electr¨®nica que lleva su nombre, pero tambi¨¦n por su fisonom¨ªa de western. En el alto del Jubierre, con caprichosas formas geol¨®gicas que esculpi¨® la erosi¨®n, arranca un carrusel de postales por la provincia con la piedra como protagonista, como los Torrollones (curiosas esculturas de arenisca) que, aqu¨ª y all¨¢, regalan estampas del lejano oeste.

M¨¢s catedrales de pedernal que relajan la vista y ponen a prueba las piernas en eso que se conoce como Prepirineo y va poniendo los dientes largos a los monta?eros: la laguna de Finestres, en la sierra del Montsec, est¨¢ sujeta por la llamada Muralla (china) de Huesca, toda ella de roca natural. Se puede acceder al lugar en 4x4, pero tampoco es dif¨ªcil hacerlo en bicicleta. Estamos en el llamado Camino del cielo, y con raz¨®n: los Mallos de Riglos, dos moles imponentes de 275 metros de altura parecen sus centinelas.

Un descanso. Que el viajero quiere recogerse y meditar, puede reservar un d¨ªa para la ruta de las iglesias del Serrablo, en el Alto G¨¢llego. Un total de siete templos en otros tantos pueblos, de estilo moz¨¢rabe o prerrom¨¢nico, evocan tiempos de trascendencia espiritual y art¨ªstica. O acercarse a La Cartuja de Nuestra Se?ora de las Fuentes, en Sari?ena (Los Monegros), del siglo XVI, que cuenta con 2.000 metros cuadrados de murales de Francisco Bayeu.

Que lo que interesa es la gastronom¨ªa, comer bien es f¨¢cil (o dif¨ªcil, porque cuesta elegir entre los productos aut¨®ctonos), pero armonizarlo con los mejores vinos cuesta menos.

En Somontano se asent¨® ya hace a?os un nuevo tipo de turismo, ese que empieza por el prefijo ¡°eno¡± y se desarrolla en catas y visitas a bodegas. La consolidaci¨®n de esta Denominaci¨®n de Origen, con sede en la se?orial Barbastro, convoca a entendidos de todo el planeta.

Retos de alta monta?a

La naturaleza intensifica los retos seg¨²n se asciende en la cartograf¨ªa. El terreno se empina, y el Parque Natural de los Ca?ones del Guara, en el que realmente confluyen cuatro r¨ªos, es la meca del descenso de barrancos. Seguimos en el Prepirineo (?hay algo en Huesca que no sea Prepirineo?), que hace honor a su nombre y regala pe?as y monta?as m¨¢s que respetables. Y pueblos llenos de cultura e historia, como el medieval Alqu¨¦zar, un a?o s¨ª y otro tambi¨¦n entre los pueblos m¨¢s bonitos de Espa?a (como A¨ªnsa, Ans¨®, Roda de Is¨¢bena¡­).

Jaca, primera capital del Reino de Arag¨®n, epicentro urbano de este tramo del Pirineo, tierra fronteriza, presume de muchas cosas, pero quiz¨¢ su Ciudadela del siglo XVI se disputa el podio del inter¨¦s con los monasterios de San Juan de la Pe?a y de Siresa, vinculados al Camino de Santiago aragon¨¦s.

De postre, lo m¨¢s serio: el ca?¨®n principal del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, el m¨¢s antiguo de Espa?a junto al de Picos de Europa. Ambos cumplieron un siglo de vida en 2018. Y, desde entonces, ese pasadizo en el que casi siempre hace viento representa una met¨¢fora de nata y chocolate (con la nieve incrustada entre los sedimentos de la monta?a) y desemboca en la c¨¦lebre cascada de la Cola de caballo.

El ca?¨®n del A?isclo, la Brecha de Rolando y el mirador desde el refugio de G¨®riz son algo m¨¢s que una obligaci¨®n para guardar en el smartphone. Casi hay que guardar turno para hacer selfies, como en el crucero que atraca en Santorini, pero sin salir de Espa?a. El ascenso de picos a pie y la escalada m¨¢s profesional aguardan a los m¨¢s exigentes.

Esta disposici¨®n geogr¨¢fica, esa variedad paisaj¨ªstica, abren en la provincia de Huesca una infinita oferta deportiva: paracaidismo y parapente, BTT y cicloturismo con toda la gama de dificultades (desde Jaca, hacia los Ibones, desde Eriste¡­), tirolina en el Valle de Tena, pesca y rafting en varios r¨ªos¡­ Y esqu¨ª, que nadie olvide sus sofisticadas instalaciones, dentro de unos meses: Candanch¨², Formigal¡­ y Canfranc, con esa estaci¨®n dormida que es todo un monumento a la historia ferroviaria espa?ola.