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El ViajeroLonely Planet

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Cuando el paisaje es arte: 15 monumentos naturales en Espa?a, en im��genes

Por su singularidad, por su belleza o por su fragilidad, hay parajes muy especiales, comparables a un gran palacio o a una catedral. Lugares ��nicos como Las M��dulas, la duna de Bolonia, las Bardenas Reales o el Roque Nublo, perfectos para una escapada ��monumental��

23 jun 2022 - 00:15Actualizado: 10 abr 2023 - 09:38CEST

En la frontera natural entre Salamanca y C��ceres que forma la conjunci��n de la sierra de Francia y Las Hurdes surge este meandro tan caracter��stico del r��o Alag��n. Pozas naturales y el silencio de los pinos y casta?os son protagonistas de un espacio para la contemplaci��n y la protecci��n donde toca poner a trabajar los prism��ticos para descubrir la presencia de especies ic��nicas y amenazadas, como el buitre negro o la cig��e?a negra. — En la frontera natural entre Salamanca y C��ceres que forma la conjunci��n de la sierra de Francia y Las Hurdes surge este meandro tan caracter��stico del r��o Alag��n. Pozas naturales y el silencio de los pinos y casta?os son protagonistas de un espacio para la contemplaci��n y la protecci��n donde toca poner a trabajar los prism��ticos para descubrir la presencia de especies ic��nicas y amenazadas, como el buitre negro o la cig��e?a negra.Cavan Images (Alamy)

Figuras de formas casi humanas, pero moldeadas por los antojos calc��reos de este rinc��n de Cuenca, son un escenario fabuloso para regalar la retina de peque?os y mayores. Para ello basta realizar un sencillo recorrido por esa maravilla nunca olvidada que es la Ciudad Encantada, instalada en el imaginario de todas las generaciones de amantes de las naturalezas m��s arbitrarias. — Figuras de formas casi humanas, pero moldeadas por los antojos calc��reos de este rinc��n de Cuenca, son un escenario fabuloso para regalar la retina de peque?os y mayores. Para ello basta realizar un sencillo recorrido por esa maravilla nunca olvidada que es la Ciudad Encantada, instalada en el imaginario de todas las generaciones de amantes de las naturalezas m��s arbitrarias.Ventura Carmona (Getty Images)

En las monta?as de Cuenca, los procesos geol��gicos se manifiestan en forma de cr��teres y lagunas encantadas que cambian de color con las estaciones. Las Torcas de los Palancares, dolinas de hasta 500 metros de di��metro y 100 de profundidad, y las siete lagunas de Ca?ada del Hoyo, torcas inundadas por aguas fre��ticas, forman parte de una ruta k��rstica que incluye la Ciudad Encantada y el paraje de Las Majadas. Las lagunas son un fr��gil ecosistema donde todav��a sobreviven algunos de los ��ltimos gal��pagos europeos. A su tranquilidad se une el rumor de la brisa que sobrevuelan areces, quejigos y tejos. — En las monta?as de Cuenca, los procesos geol��gicos se manifiestan en forma de cr��teres y lagunas encantadas que cambian de color con las estaciones. Las Torcas de los Palancares, dolinas de hasta 500 metros de di��metro y 100 de profundidad, y las siete lagunas de Ca?ada del Hoyo, torcas inundadas por aguas fre��ticas, forman parte de una ruta k��rstica que incluye la Ciudad Encantada y el paraje de Las Majadas. Las lagunas son un fr��gil ecosistema donde todav��a sobreviven algunos de los ��ltimos gal��pagos europeos. A su tranquilidad se une el rumor de la brisa que sobrevuelan areces, quejigos y tejos.ADDICTIVE STOCK CREATIVES (Alamy)

Los romanos explotaron aqu�� una de las mayores minas de oro a cielo abierto de su imperio, donde pusieron en pr��ctica su ingenier��a m��s avanzada, alterando un paisaje que hoy es una inusual muestra de los encantos del Bierzo leon��s, en un ambiente cargado de misterio e imposible de concebir sin la mano destructora del ser humano. Casta?os y robles luchan por recuperar un territorio que fue declarado bien de inter��s cultural en 1996, patrimonio mundial de la Unesco un a?o m��s tarde, monumento natural en 2002 y espacio cultural despu��s. Casi nada. — Los romanos explotaron aqu�� una de las mayores minas de oro a cielo abierto de su imperio, donde pusieron en pr��ctica su ingenier��a m��s avanzada, alterando un paisaje que hoy es una inusual muestra de los encantos del Bierzo leon��s, en un ambiente cargado de misterio e imposible de concebir sin la mano destructora del ser humano. Casta?os y robles luchan por recuperar un territorio que fue declarado bien de inter��s cultural en 1996, patrimonio mundial de la Unesco un a?o m��s tarde, monumento natural en 2002 y espacio cultural despu��s. Casi nada.Daniel Candal (Getty Images)

El salitre y el viento han erosionado estas areniscas costeras para formar un peculiar entorno de aire fantasmag��rico. Este paisaje encantado en primera l��nea de playa es habitual escenario de 'performances' art��sticas, objeto de deseo de fot��grafos y rareza natural protegida a los pies de la sierra de las Moreras, en Mazarr��n. — El salitre y el viento han erosionado estas areniscas costeras para formar un peculiar entorno de aire fantasmag��rico. Este paisaje encantado en primera l��nea de playa es habitual escenario de 'performances' art��sticas, objeto de deseo de fot��grafos y rareza natural protegida a los pies de la sierra de las Moreras, en Mazarr��n.Fernando Prats (Getty Images)

Alz��ndose sobre los abruptos contornos del municipio de Tejeda, en el centro geogr��fico de Gran Canaria, surge un grupo de emblem��ticas formaciones volc��nicas, como el Roque Nublo, un monol��tico afloramiento bas��ltico de m��s de 70 metros de altura, o el Roque Bentayga, lugar de culto de los antiguos pobladores de la isla. — Alz��ndose sobre los abruptos contornos del municipio de Tejeda, en el centro geogr��fico de Gran Canaria, surge un grupo de emblem��ticas formaciones volc��nicas, como el Roque Nublo, un monol��tico afloramiento bas��ltico de m��s de 70 metros de altura, o el Roque Bentayga, lugar de culto de los antiguos pobladores de la isla.Pol Albarr��n (Getty Images)

Incontables bolos gran��ticos esparcidos aqu�� y all��, entre grandes charcas, forman parte de la cuenca del r��o Salor, hogar de nutrias y tritones. Se trata de un paraje, a pocos kil��metros de C��ceres, donde convergen dos zonas de especial protecci��n para las aves, la sierra de San Pedro y los Llanos de C��ceres. Este ed��n ornitol��gico acoge, adem��s, una de las grandes reservas de cig��e?as de Espa?a, lo que confiere al paisaje un aspecto muy nost��lgico. — Incontables bolos gran��ticos esparcidos aqu�� y all��, entre grandes charcas, forman parte de la cuenca del r��o Salor, hogar de nutrias y tritones. Se trata de un paraje, a pocos kil��metros de C��ceres, donde convergen dos zonas de especial protecci��n para las aves, la sierra de San Pedro y los Llanos de C��ceres. Este ed��n ornitol��gico acoge, adem��s, una de las grandes reservas de cig��e?as de Espa?a, lo que confiere al paisaje un aspecto muy nost��lgico.Eduardo Est��llez (Getty Images)

En la comarca burgalesa de Las Merindades, encontramos un aut��ntico laberinto subterr��neo, compuesto por m��s de 110 kil��metros de galer��as, el complejo k��rstico m��s grande de la Pen��nsula y uno de los m��s grandes de Europa. En una de ellas se encuentra el complejo k��rstico de Ojo Guare?a, uno de los conjuntos de cuevas m��s extensos del planeta; grutas que fueron habitadas desde hace 70.000 a?os hasta la Edad Media. De marzo a diciembre se pueden visitar la cueva de Palomera y la ermita-gruta de San Bernab�� (en la imagen), llena de pinturas murales de los siglos XVII y XVIII. Por el exterior vuelan las ��guilas reales, los b��hos, los buitres leonados y los halcones peregrinos. El lugar es tambi��n un punto fant��stico para emprender numerosas rutas de senderismo por los alrededores. — En la comarca burgalesa de Las Merindades, encontramos un aut��ntico laberinto subterr��neo, compuesto por m��s de 110 kil��metros de galer��as, el complejo k��rstico m��s grande de la Pen��nsula y uno de los m��s grandes de Europa. En una de ellas se encuentra el complejo k��rstico de Ojo Guare?a, uno de los conjuntos de cuevas m��s extensos del planeta; grutas que fueron habitadas desde hace 70.000 a?os hasta la Edad Media. De marzo a diciembre se pueden visitar la cueva de Palomera y la ermita-gruta de San Bernab�� (en la imagen), llena de pinturas murales de los siglos XVII y XVIII. Por el exterior vuelan las ��guilas reales, los b��hos, los buitres leonados y los halcones peregrinos. El lugar es tambi��n un punto fant��stico para emprender numerosas rutas de senderismo por los alrededores.Kevin George (Alamy)

Este parque natural navarro, que tambi��n es reserva de la biosfera, constituye uno de los paisajes m��s conocidos de Navarra: desierto de arcillas y areniscas, territorio de formas improbables que desaf��an la gravedad y la imaginaci��n, con un aspecto fiero y cinematogr��fico. Se puede inmortalizar este vasto territorio a golpe de obturador, sobre todo cuando el sol arranca contrastes a sus caprichos geol��gicos. — Este parque natural navarro, que tambi��n es reserva de la biosfera, constituye uno de los paisajes m��s conocidos de Navarra: desierto de arcillas y areniscas, territorio de formas improbables que desaf��an la gravedad y la imaginaci��n, con un aspecto fiero y cinematogr��fico. Se puede inmortalizar este vasto territorio a golpe de obturador, sobre todo cuando el sol arranca contrastes a sus caprichos geol��gicos.Artur Debat (Getty Images)

Un sorprendente domo arenoso se eleva m��s de 30 metros sobre uno de los espacios menos transformados y mejor conservados de la costa gaditana. Sus centenares de metros lineales batidos por los vientos del parque natural del Estrecho, en el istmo de Punta Camarinal, constituyen uno de los valores naturales m��s notables de Andaluc��a. Aqu�� la naturaleza a��n gana terreno a la civilizaci��n. El sendero de la duna es muy sencillo, apenas un kil��metro y sin desniveles, aunque se realiza por arena. El aliciente es pasar junto a la duna y tambi��n visitar las ruinas de ciudad romana de Baelo Claudia. — Un sorprendente domo arenoso se eleva m��s de 30 metros sobre uno de los espacios menos transformados y mejor conservados de la costa gaditana. Sus centenares de metros lineales batidos por los vientos del parque natural del Estrecho, en el istmo de Punta Camarinal, constituyen uno de los valores naturales m��s notables de Andaluc��a. Aqu�� la naturaleza a��n gana terreno a la civilizaci��n. El sendero de la duna es muy sencillo, apenas un kil��metro y sin desniveles, aunque se realiza por arena. El aliciente es pasar junto a la duna y tambi��n visitar las ruinas de ciudad romana de Baelo Claudia.blickwinkel (Alamy)

Entre las poblaciones almerienses de Aguadulce y Roquetas de Mar se encuentra este monumento natural, uno de los ��ltimos reductos de los arrecifes de posidonia en las costas del Mediterr��neo. Su necesidad de aguas limpias y oxigenadas convierte esta barrera en un espacio amenazado por el progreso y en un testigo privilegiado del cambio clim��tico. Tambi��n es un excelente reclamo para el buceo en unos fondos submarinos sublimes. — Entre las poblaciones almerienses de Aguadulce y Roquetas de Mar se encuentra este monumento natural, uno de los ��ltimos reductos de los arrecifes de posidonia en las costas del Mediterr��neo. Su necesidad de aguas limpias y oxigenadas convierte esta barrera en un espacio amenazado por el progreso y en un testigo privilegiado del cambio clim��tico. Tambi��n es un excelente reclamo para el buceo en unos fondos submarinos sublimes.Seaphotoart (Alamy)

Dentro del parque nacional de los Picos de Europa se encuentran los Lagos de Covadonga, uno de los espacios naturales m��s visitado de Espa?a. Se trata de dos lagunas de origen glaciar, Enol y Encina, a las que en ��poca de deshielo se suma una tercera, Bricial. Desde las amplias y suaves lomas de los lagos se puede acceder en una marcha de monta?a apta solo para senderistas preparados al mirador de Ordiales, un balc��n natural prodigioso por sus vistas y tambi��n muy simb��lico: all�� se encuentra enterrado Pedro Pidal, marqu��s de Villaviciosa y creador de los primeros parques nacionales de Espa?a. — Dentro del parque nacional de los Picos de Europa se encuentran los Lagos de Covadonga, uno de los espacios naturales m��s visitado de Espa?a. Se trata de dos lagunas de origen glaciar, Enol y Encina, a las que en ��poca de deshielo se suma una tercera, Bricial. Desde las amplias y suaves lomas de los lagos se puede acceder en una marcha de monta?a apta solo para senderistas preparados al mirador de Ordiales, un balc��n natural prodigioso por sus vistas y tambi��n muy simb��lico: all�� se encuentra enterrado Pedro Pidal, marqu��s de Villaviciosa y creador de los primeros parques nacionales de Espa?a.Ignacio Palacios (Getty Images)

Por las comarcas pirenaicas del Alto G��llego, Sobrarbe y Ribagorza, en la provincia de Huesca, esperan monumentos naturales impresionantes a una altitud entre los 2.700 y los 3.000 metros. Adem��s, aqu�� est��n algunos de los montes m��s importantes de la Pen��nsula, como el Posets, Maladeta, Aneto o Monte Perdido, en los que se pueden encontrar zonas glaciares que, aunque en retroceso, encuentran aqu�� su ��ltimo refugio. Los ibones son peque?os lagos de origen glaciar que sorprenden por su belleza. Algunos ejemplos: los de Acherito y Estan��s, en Ans��; los de Anayet, los ibones Azules y los de Arriel, en el valle del Tena; o los de Bernatuara y Marbor��, en el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido. Todos ellos espectaculares. — Por las comarcas pirenaicas del Alto G��llego, Sobrarbe y Ribagorza, en la provincia de Huesca, esperan monumentos naturales impresionantes a una altitud entre los 2.700 y los 3.000 metros. Adem��s, aqu�� est��n algunos de los montes m��s importantes de la Pen��nsula, como el Posets, Maladeta, Aneto o Monte Perdido, en los que se pueden encontrar zonas glaciares que, aunque en retroceso, encuentran aqu�� su ��ltimo refugio. Los ibones son peque?os lagos de origen glaciar que sorprenden por su belleza. Algunos ejemplos: los de Acherito y Estan��s, en Ans��; los de Anayet, los ibones Azules y los de Arriel, en el valle del Tena; o los de Bernatuara y Marbor��, en el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido. Todos ellos espectaculares.Ainara Garc��a (Alamy)

A cuatro kil��metros de la localidad de Zuheros, en C��rdoba, esta cueva es una de las m��s importantes de Andaluc��a. En ella se han encontrado importantes restos arqueol��gicos del Paleol��tico y el Neol��tico, y en algunas de sus salas se pueden contemplar bellas formaciones de estalactitas, estalagmitas o gours (concreciones calc��reas de forma escalonada). — A cuatro kil��metros de la localidad de Zuheros, en C��rdoba, esta cueva es una de las m��s importantes de Andaluc��a. En ella se han encontrado importantes restos arqueol��gicos del Paleol��tico y el Neol��tico, y en algunas de sus salas se pueden contemplar bellas formaciones de estalactitas, estalagmitas o gours (concreciones calc��reas de forma escalonada).Jos�� Lucas (Alamy)

El batir constante de las olas del Cant��brico ha esculpido sorprendentes formas en las playas asturianas y gallegas. Un buen ejemplo es la playa de Aguas Santas, en Ribadeo (Lugo), m��s conocida como previa reserva. — El batir constante de las olas del Cant��brico ha esculpido sorprendentes formas en las playas asturianas y gallegas. Un buen ejemplo es la playa de Aguas Santas, en Ribadeo (Lugo), m��s conocida como previa reserva.Peter Adams (Getty Images)

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