24 horas en Hallstatt descubriendo por qu¨¦ este es uno de los pueblos m¨¢s bonitos de Austria
Miradores con panor¨¢micas alpinas de cuento, un curioso osario y una de las minas de sal m¨¢s antiguas del mundo explican que este enclave atraiga a miles de visitantes al a?o, sea patrimonio mundial y tenga una r¨¦plica exacta en China
Si hici¨¦ramos una lista de los pueblos m¨¢s bonitos del mundo, casi con total seguridad, entre los 10 primeros aparecer¨ªa Hallstatt (Austria). Pero si esa lista fuera de los pueblos m¨¢s bonitos del mundo en invierno, casi con total seguridad, Hallstatt ser¨ªa el primero. A ver, se puede disfrutar cualquier d¨ªa del a?o. Es un lugar entra?able en el que nada est¨¢ fuera de sitio y que no puede ser m¨¢s de cuento, pero, en fin, cuando la nieve cubre los tejados a dos aguas de sus contadas ca...
Si hici¨¦ramos una lista de los pueblos m¨¢s bonitos del mundo, casi con total seguridad, entre los 10 primeros aparecer¨ªa Hallstatt (Austria). Pero si esa lista fuera de los pueblos m¨¢s bonitos del mundo en invierno, casi con total seguridad, Hallstatt ser¨ªa el primero. A ver, se puede disfrutar cualquier d¨ªa del a?o. Es un lugar entra?able en el que nada est¨¢ fuera de sitio y que no puede ser m¨¢s de cuento, pero, en fin, cuando la nieve cubre los tejados a dos aguas de sus contadas casas de madera, envuelve las copas de los pinos que forran la monta?a de Hirlatz y pespuntea con dardos de luz blanca el lago de Hallstatt, parece si cabe m¨¢s rec¨®ndito, m¨¢s ¨ªntimo. No es extra?o que los creadores de Frozen lo tomaran como referencia para ambientar su historia. Todo aquel que recuerde la pel¨ªcula de Disney y entre en Hallstatt en barco (es la manera adecuada, sin duda; aunque tambi¨¦n se puede entrar por carretera) lo har¨¢ tarareando aquello de: ¡°Su¨¦ltalo, su¨¦ltalo¡¡±, creyendo que atraca en el reino de Arendelle.
Situada en la regi¨®n monta?osa de Salzkammergut, en los Prealpes orientales austriacos, Hallstatt es patrimonio mundial de la Unesco desde 1997. Sus virtudes le han acarreado el problema del turismo masivo. Para entendernos: es un pueblo de 800 habitantes que antes de la covid recib¨ªa 10.000 turistas al d¨ªa, una cifra a la que se est¨¢ acercando peligrosamente de nuevo. Inasumible. Es lo m¨¢s similar a Venecia que uno pueda imaginar, pero claro, ?qui¨¦n puede negar la belleza natural de Venecia o de Hallstatt?
La suerte es que el 80% de los visitantes se concentran en el pueblo, extendido a la ladera del lago, y hay mucho por hacer y descubrir en unos alrededores que fomentan los deportes de invierno (como el ski touring ¡ªesqu¨ª de traves¨ªa¡ª, muy popular en Austria), y que siendo tan ricos en naturaleza no dejan de potenciar el placer de la contemplaci¨®n.
7.00 Subir al mirador
Si ha dormido en Hallstatt (es altamente recomendable hacerlo para evitar las horas punta de turismo, entre las 10.00 y las 16.00) es probable que a las seis de la ma?ana haya o¨ªdo las campanas de la iglesia. Las siete es la hora ideal para pasear (tambi¨¦n para correr, el aire aqu¨ª es tan puro que hasta se vende en peque?as botellas a presi¨®n como souvenir), y, sobre todo, para hacer la foto cl¨¢sica del pueblo, la que cuando usted pone ¡°Hallstatt¡± en Google y clica en la secci¨®n de im¨¢genes, aparece en todas sus versiones. Esa foto se hace desde el mirador de Gosaum¨¹hlstra?e (1). Cuando llegue ya habr¨¢ alguien que ha tenido la misma idea, y ese alguien es altamente probable que sea un turista asi¨¢tico y varios compatriotas suyos. Para pa¨ªses como Corea del Sur, China, Indonesia o Malasia, Hallstatt es algo m¨¢s que una peripecia ineludible, es una ceremonia. Cuando en 2006 se estren¨® en Corea del Sur la exitosa serie de televisi¨®n Spring Waltz ambientada en este lugar, su popularidad se extendi¨® por Asia y comenz¨® el culto a un pueblo que hasta entonces hab¨ªa permanecido m¨¢s o menos tranquilo. La cosa fue a mayores cuando en 2012 Minmetals Land, una filial de la empresa minera China Minmetals Corporation, recre¨® una r¨¦plica a escala 1:1 de Hallstatt en Huizhou, en la provincia de Cant¨®n, a 90 kil¨®metros de Hong Kong. Tal cual, copiaron un pueblo como unas zapatillas de marca. Sin embargo, el hecho de tener una imitaci¨®n en China no disuade a nadie de tener que peregrinar al original, y as¨ª, en 2018, se super¨® el mill¨®n de visitantes asi¨¢ticos.
En cualquier caso, que nadie piense que aqu¨ª no ven¨ªa nadie hasta entonces. La tradici¨®n tur¨ªstica de la regi¨®n viene de lejos. En la vecina poblaci¨®n de Bad Ischl, unos 20 kil¨®metros al norte, pas¨® ochenta veranos el emperador Francisco Jos¨¦ I (que vivi¨® 86 a?os), como veremos m¨¢s adelante uno de los grandes id¨®latras de los poderes curativos de estas monta?as a las que bautiz¨® como ¡°el cielo en la tierra¡±.
El caso es que, ya que estamos, la foto cl¨¢sica hay que hacerla y, cuanto antes, mejor. Para nuestro bien, a estas horas, Hallstatt est¨¢ vac¨ªo, revela su verdadero encanto y, mientras la claridad levanta el tel¨®n del d¨ªa, empiezan a abrir sus comercios.
10.00 Galletas de jengibre
Marktplatz es el punto de encuentro habitual y tambi¨¦n una imagen can¨®nica. En el centro se reconoce enseguida la columna de la Santa Trinidad, donada a mitad del siglo XVIII por un matrimonio que se hizo rico comerciando con sal. Se puede tomar caf¨¦ en Marktbeisl Zur Ruth (2) o, un poco m¨¢s adelante, en Simple 169 (3). No obstante, la panader¨ªa-cafeter¨ªa ser¨¢ siempre Maislinger (4), pues contiene todo el repertorio de dulces austriacos cl¨¢sicos, y cuando decimos todo es por algo, un festival de t?rchten (tartaletas) y kuchen (pasteles) incluidos los lebkuchen (galletas con pan de jengibre). Visita obligada.
Hasta 1781, cuando los protestantes pudieron tener su iglesia propia, en Hallstatt se pele¨® mucho por la religi¨®n, de ah¨ª que a pocos metros la una de la otra haya dos iglesias, una cat¨®lica y otra evang¨¦lica luterana. La que aparece en todas las fotograf¨ªas es la iglesia protestante (5), cuya austeridad ornamental es digna de destacar. Contrasta con la efusividad decorativa de la iglesia cat¨®lica (6), muy admirada por el impresionante altar con un retablo neog¨®tico tallado por Leonard Astl en 1520; por materiales constructivos como el m¨¢rmol de Salzburgo, y por el estupendo cementerio con vistas al lago que se despliega en el jard¨ªn.
Adem¨¢s, contiene una extra?¨ªsima particularidad muy celebrada, el llamado Osario ¨Dla Beinhaus¨D, una peque?a capilla que desde el siglo XII acumula calaveras de antiguos habitantes que fueron pintadas, algunas por familiares, todas datadas. ?Y eso? Dado el reducido espacio del cementerio, a los 10 o 15 a?os del fallecimiento se abr¨ªan las tumbas, de las que se extra¨ªa la osamenta y se limpiaba y se pintaba la calavera, la ¨²ltima es de 1995, lo que explica bien el arraigo de esta tradici¨®n en el pueblo. Lo m¨¢s tremendo es que hay cola para entrar.
En la avenida principal destaca el Museo de Halstatt (7), la torner¨ªa de Johannes Janu (8) y, por supuesto, la tienda especializada en jabones y en la famosa sal de Halstatt, la Benediktiner Seifenmanufaktur & Salzkontor (9).
10.00 Miradores y la cueva del gigante de hielo
En autob¨²s o en un taxi (son apenas cuatro kil¨®metros) se puede ir hasta la Valley Station, estaci¨®n del Dachstein Krippenstein cable car, el telef¨¦rico que sube a las montanas de Dachstein. La panor¨¢mica es una de las experiencias m¨¢s destacadas de los alrededores de Hallstatt, que tambi¨¦n ofrece una gran variedad de actividades. No hay quien no sucumba ante la rotundidad de las vistas y los paseos que propone una cumbre situada a 2.100 metros de altura que se presenta como un plat¨® con hamacas de madera en el que podr¨ªamos estar tomando el sol o haciendo senderismo una hora o 25 y en el que, como es l¨®gico, en los inviernos se llena de esquiadores. De hecho, tiene la pista m¨¢s larga de Austria: 11 kil¨®metros de descenso. Dada la amabilidad del terreno, es particularmente agradable para familias. Es obligado vivir la adrenal¨ªca vista que ofrece el llamado Five Fingers, un mirador de cinco pasarelas que se adentran al abismo y que, por supuesto, encandila a los instagramers ansiosos por exhibirse entre el miedo y la risa. Menos aventurera, pero igual de impactante, es la panor¨¢mica de las cumbres del Hoher Dachstein desde el mirador Welterbespirale.
El restaurante de monta?a Berger (10) es la atalaya perfecta para comer de manera trotona w¨¹rst (salchicha), schnitzel (escalope empanado) o apfelstrudel (tarta de manzana). De bajada, sobre todo si se va en familia, conviene parar en Sch?nbergalm (11), donde se cambia de funicular (en la mitad de la estaci¨®n apina), una especie de parque natural que invita a descubrir cuevas y espect¨¢culos multimedia. Obviamente, la estrella es la cueva del Gigante de Hielo y de los osos Ben y Boris.
14.00 Minas de sal prehist¨®ricas
Devuelta a Hallstatt, en la Valley Station, ahora s¨ª, hay que tomar el funicular y no perderse la visita a las minas de sal (12), toda una inmersi¨®n en la historia de un pueblo que desde tiempos prehist¨®ricos se dedica a la extracci¨®n y producci¨®n de sal. Fue hace unos 7.000 a?os cuando el agua, a buen seguro, llev¨® a sus pobladores a descubrir la presencia de sal en el interior de las monta?as de Plassen. Hoy se permite la entrada a una de las minas de sal m¨¢s antiguas del mundo, una visita pedag¨®gica y l¨²dica que instruye sobre cultura arqueol¨®gica, que transporta hasta la Edad de Hierro y que se combina con divertidos descensos de hasta 600 metros por toboganes de madera de una galer¨ªa a otra.
Terminado el recorrido, de nuevo al aire libre de Hallstatt, hay que ir al encuentro de las vistas desde el Skywalk, un mirador literalmente colgado de la roca entre el cielo y el suelo, que lo tienen todo a favor para prolongar la estancia en el v¨¦rtice y hacer una foto m¨¢s, por las dudas, para almacenar as¨ª m¨¢s im¨¢genes iguales y al a?o que viene, con suerte, borrarlas. No hay mejor lugar para una parada t¨¦cnica que el vecino restaurante Rudolfsturm (13), cuya extraordinaria ubicaci¨®n puede persuadir a cualquiera de no continuar con los planes previstos.
16.00 La ¨²ltima Edad de Hielo
Si se supera la tentaci¨®n, es hora de atravesar el valle de Echerntal (14), cuyo inicio se encuentra justo donde le ha dejado el funicular. Descubrir esta especie de ca?¨®n geol¨®gico sombr¨ªo y exuberante y sus cascadas har¨¢ reparar a uno en la suerte que ha tenido al no haberse hecho el remol¨®n. No cuesta nada cuantificar su valor, es incalculable, porque en la ruta guiada con Martha Riess se aprende mucho sobre la estructura de las monta?as, sobre la imprescindible figura del ge¨®grafo y pionero del turismo actual Friedrich Simony, cuyas investigaciones en esta regi¨®n fueron imprescindibles para que hoy puedan disfrutarse, y tambi¨¦n sobre los bosques de abetos y de pinos, sobre el famoso Glacier Garden (reliquia de la ¨²ltima Edad de Hielo), as¨ª como del origen de los nombres de las cascadas o de la fascinaci¨®n luego reflejada en cuadros que sinti¨® el escritor y pintor Adalbert Stifter. Desde cualquier punto de este vibrante arroyo Waldbachstrub, convergencia de cascadas que se derraman en lo alto del valle, entendemos que en 1865 el emperador Francisco Jose escribiera cartas a su madre hablando de los paseos junto a Sissi por un Waldbachsturb ¡°magn¨ªficamente iluminado¡± y otra carta a la propia Sissi, que en aquel momento estaba m¨¢s tranquila en Corf¨², en la que anot¨®: ¡°Antes de ayer recib¨ª tu telegrama desde Corf¨². Me alegro de que te guste tan infinitamente Ithaca, puedo creer que calma los nervios y es muy tranquila, pero que pueda ser m¨¢s bonita que Hallstatt me parece imposible...¡±.
18.00 Hora de cenar
Ahora que ha ca¨ªdo la noche y el fr¨ªo va en serio, es momento de regresar al hotel caminando, como en la ma?ana, por calles vac¨ªas de turistas. El pueblo descansa, se escucha su respiraci¨®n aliviada. El g¨¦lido silencio transmite la serenidad que requiere la cena que aguarda en el restaurante Im Kainz (15), del hotel Heritage, el mejor fin de fiesta posible. Tras el agotamiento del d¨ªa, conviene reponerse con cl¨¢sicos tradicionales austr¨ªacos y especialidades regionales. Hay sp?tzle (un tipo de pasta), hay schnitzel, hay pescado de agua dulce como el welsfilet (filete de lomo de siluro o bagre) y tambi¨¦n hay un risotto de calabaza de esos que obligan a pedir la receta para luego, con los mismos ingredientes y las mismas medidas, hacer el rid¨ªculo en casa.
Qu¨¦ agradable es cargar en una de sus mesas con el peso de un d¨ªa tan largo y a la vez ligero. Si hici¨¦ramos una lista de los mejores hoteles y restaurantes de Hasllstatt en oto?o, en invierno, en primavera o en verano, con total seguridad Heritage ser¨ªa el primero.
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