El pueblo austriaco que copiaron los chinos
Hallstatt, una id¨ªlica villa alpina al oeste del pa¨ªs, ha sido replicado en parte en la provincia de Cant¨®n, al sur de China
Los habitantes de Hallstatt, un buc¨®lico pueblo alpino de Austria, se levantaron una ma?ana de 2011 con una inesperada noticia. Una compa?¨ªa estatal minera china, Minmetals Land, estaba construyendo una copia de su pueblo en la provincia de Cant¨®n, al sur del pa¨ªs. Casa por casa, piedra por piedra, se trata de una meticulosa r¨¦plica de la plaza del mercado y alguno de los edificios emblem¨¢ticos de esta villa alpina. La noticia despert¨® una airada oposici¨®n entre algunos vecinos, seg¨²n explic¨® Alexander Scheutz, alcalde de Hallstatt, a The New York Times. La copia comenz¨® a construirse sin notificaci¨®n alguna y se desvel¨® por sorpresa a trav¨¦s de un turista chino, relacionado con el proyecto replicante, que visit¨® Hallstatt. ¡°Deber¨ªan hab¨¦rnoslo contado¡±, dijo Scheutz. Orgullosos herederos de la cultura arqueol¨®gica de Hallstatt, la contrariedad vecinal se mezcl¨®, no obstante, con cierto sentimiento de satisfacci¨®n, ya que, no en vano, es la primera vez que alguien copia un pueblo. Tras visitar posteriormente el complejo chino que copia su pueblo, invitado por la empresa constructora, el alcalde Scheutz vio una oportunidad para promover el turismo en el Hallstatt original y se firm¨® un acuerdo de cooperaci¨®n con su localidad gemela en China. Aclarando, eso s¨ª, que ¡°no es otro Hallstatt, no para m¨ª. Hace 7.000 a?os los celtas y los ilirios vivieron aqu¨ª. Hay demasiada historia que no se puede copiar¡±.
?Y por qu¨¦ Hallstatt? Quiz¨¢ debido a su proximidad con Salzburgo, Hallstatt es un pueblo muy visitado por turistas asi¨¢ticos, que llegan en autobuses con regularidad mec¨¢nica para realizar visitas castrenses de un par de horas. Debi¨® de gustarles tanto que decidieron construirse una fiel reproducci¨®n algo m¨¢s cerca de casa. Pero mientras que su imitaci¨®n en Cant¨®n se ha planificado como una zona comercial que sirve, principalmente, como reclamo para la venta de villas residenciales en los alrededores, este pueblo austriaco es uno de esos destinos id¨ªlicos para pasear y disfrutar de las vistas.
A un lado, escarpadas monta?as abrazan al pueblo. Al otro, un precioso lago alpino, Hallst?tter See, refleja al pueblo cual espejo. Bajo tierra, numerosos restos arqueol¨®gicos celtas, romanos y medievales que atestiguan la longeva presencia del hombre en esta zona. Es muy recomendable llegar a Hallstatt en tren. La estaci¨®n ferroviaria se encuentra al otro lado del lago y es necesario tomar un peque?o barco para cruzarlo. Si llegamos en coche tambi¨¦n se puede alquilar un peque?o bote el¨¦ctrico para dar una vuelta por el lago, y si el calor aprieta, nada mejor que pegarse un chapuz¨®n en sus cristalinas aguas glaciares. En el pueblo, es imprescindible visitar las iglesias luterana y cat¨®lica. Adem¨¢s de diferencias arquitect¨®nicas y decorativas, y al hecho de encontrar dos confesiones cristianas diferentes en un pueblo tan peque?o, desde la iglesia cat¨®lica se tienen estupendas vistas de Halstatt y acceso a un peque?o cementerio donde adem¨¢s encontramos un osario de lo m¨¢s interesante.
Las minas de sal son otro de los grandes atractivos de Hallstatt, donde se encuentra uno de los tres Salzwelten o mundos de sal austriacos. Al de Hallstatt se accede c¨®modamente mediante un funicular, aunque tambi¨¦n existe un sendero de monta?a. La visita a la mina es un viaje en el tiempo que nos remonta al pasado unos 3.000 a?os, cuando comenz¨® a horadarse la monta?a Salzberg en busca de sal. Tras ser recibidos con un amable Gl¨¹ck Auf (buena suerte), nos adentramos en las entra?as de la tierra a trav¨¦s de galer¨ªas picadas a mano. La visita nos lleva por diferentes niveles a los que bajamos al estilo tradicional minero: desliz¨¢ndonos. Y entre los diferentes pisos encontramos desde un peque?o lago salado a una sala donde se proyecta una pel¨ªcula que muestra los entresijos de un d¨ªa de trabajo en la Edad de Bronce.
Ni que decir tiene que la sal, tanto para usos culinarios como terap¨¦uticos, es uno de los productos m¨¢s t¨ªpicos de la zona. Pero adem¨¢s de este oro blanco, en Salzkammergut podemos encontrar otro suvenir cuyas ra¨ªces son tambi¨¦n prehist¨®ricas: la cer¨¢mica de Gmunden, un pintoresco pueblo-balneario situado a orillas del lago Traunsee de donde, por cierto, es originaria Conchita Wurst. Esta cer¨¢mica es de un estilo tradicional austriaco pero a la vez atemporal, y se fabricada con materias primas locales en el mismo Gmunden. Y para cuando apriete el hambre, lo mejor es huir de los n¨²cleos urbanos y buscar puestos de steckerlfische a orillas de uno de los muchos lagos de la zona. Steckerlfisch es pescado fresco de lago, asado en un palo y servido sobre papel con una rodaja de lim¨®n.
Para bajar el tentempi¨¦, Hallstatt cuenta con una interesante red de senderos de diferente duraci¨®n y dificultad. El de Salzberg, por ejemplo, propone una ruta panor¨¢mica que recorre la costa del lago y da acceso tanto a la mina como a una pasarela a 350 metros sobre el pueblo. Las sendas de Echerntalweg, Kohlstattweg o Malerweg, se adentran en el valle de Echern hasta la cascada Waldbachstrub. Y para los que busquen algo m¨¢s de aventura, nada como actividades al aire libre como escalada y parapente.
Salzkammergut, regi¨®n pintoresca
Hallstatt est¨¢ en pleno coraz¨®n de Salzkammergut, una regi¨®n alpina situada en el tri¨¢ngulo entre la Alta Austria, Estiria y Salzburgo, y uno de los secretos a voces mejor guardados de Austria. Salzkammergut es la regi¨®n de lagos por excelencia de Austria, y adem¨¢s de Hallstatt, cuenta con cuevas espectaculares, paisajes id¨ªlicos, parques naturales, castillos medievales y palacios de ensue?o. Su importancia hist¨®rica y cultural es tal que la Unesco declar¨® toda la zona patrimonio cultural en 1997.
Aunque Salzkammergut tiene mucho que visitar, sin duda destacan el macizo de Dachstein, con un puente colgante a 400 metros del suelo, una "escalera a ninguna parte" y un palacio de hielo excavado dentro del glaciar, la cueva de hielo de Dachstein, en Obertraun, as¨ª como el lago de Gosau (en realidad son cuatro lagos), que ofrece uno de los senderos circulares m¨¢s bonitos de toda la zona y magn¨ªficas vistas a la vertiente norte del Dachstein y sus formidables torres.
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