Sonido (y color) de oto?o en el valle de Ultzama
Son muchos los planes que aguardan en Navarra durante los ¨²ltimos meses del a?o. D¨ªas perfectos para atravesar senderos entre bosques de hayedos, apuntarse a salidas micol¨®gicas, degustar un men¨² de sidrer¨ªa¡ y hasta jugar al golf. Todo, a apenas 25 kil¨®metros de Pamplona
Oto?o es tiempo de casta?as, de guisos de puchero, de setas y hongos. Tambi¨¦n de excursiones y escapadas al bosque, que en estas fechas exhibe una paleta infinita de colores que van del ocre al rojo, del dorado al naranja. Durante estos meses, Navarra ofrece en esta estaci¨®n un sinf¨ªn de tentaciones para acercarse a sus pueblos y ciudades, rebosantes de vida, cultura y patrimonio art¨ªstico. Por supuesto, los planes incluyen recorridos por las sendas naturales que atraviesan el territorio de norte a sur, y admirar en el camino esos tonos crom¨¢ticos (casi) imposibles que trae esta ¨¦poca m¨¢gica.
Aunque la regi¨®n no es grande, la lista de destinos y de propuestas oto?ales da para escribir varios libros y llevarse experiencias para narrar en muchas sobremesas. El clima amable de estas fechas en las que a¨²n calienta el sol ayuda a que la caminata por el monte o el paseo en bicicleta resulten m¨¢s llevaderos. Ya sea en familia, en pareja, con amigos o en solitario ¨Cque tambi¨¦n se puede¨C, respirar el encanto que desprende esta tierra, cuando empiezan a arder las primeras chascas en las chimeneas, tiene un encanto especial. Ocurre, por ejemplo, en el valle de Ultzama, al norte de la comunidad foral.
A escasos 25 kil¨®metros de Pamplona, entre prados y caser¨ªos centenarios, se extienden los 14 pueblos que integran este espacio repleto de sorpresas para todas las edades. Una de las citas m¨¢s esperadas del oto?o en esta zona llega el 20 de octubre, cuando Larraintzar celebra el D¨ªa del Hongo con un mercadillo en el que se muestra la riqueza setera del lugar. No es casualidad que el municipio cuente con un parque micol¨®gico en el que vecinos y visitantes pueden recolectar, aprender y disfrutar de una manera segura y sostenible de los centenares de hongos que brotan en sus suelos. Con una cesta bajo el brazo y navajilla en mano, es posible participar en las salidas micol¨®gicas que discurren por los hayedos del valle. Durante el paseo se puede sentir la atm¨®sfera que desprende el bosque, en el que confluyen el sonido del agua, los cantos de los p¨¢jaros y el viento que susurra entre los ¨¢rboles.
Entre abejas y ovejas
Muchas actividades con arraigo en la comarca tienen la miel. Ni?os y mayores pueden aprender sobre el arte de la apicultura y la vida de las abejas en el Museo Apicultura Ezkurdi del coqueto pueblo de Eltso. Adem¨¢s de ver de cerca c¨®mo se elabora y se extrae este alimento de las colmenas, es posible comprar numerosos tipos de miel y otros productos derivados de la colmena. Para los m¨¢s peque?os, una parada obligada es la Granja Escuela Ultzama. En ella no solo pueden juguetear y dar de comer a los animales. Tambi¨¦n elaborar quesos y cuajadas, recoger verduras de la huerta y concienciarse de lo importante que es cuidar el medio ambiente.
Este espacio educativo se encuentra muy cerca del Bosque de Orgi, un robledal h¨²medo de 80 hect¨¢reas que cuenta con tres itinerarios de entre 2 y 10 kil¨®metros con caminos adaptados y se?alizados para todo tipo de p¨²blico. Abierto todos los d¨ªas del a?o (la visita requiere reserva), en su interior habitan multitud de especies animales ¨Cdesde jabal¨ªes, corzos y zorros a murci¨¦lagos, salamandras, musara?as, erizos y aves¨C y ¨¢rboles que alcanzan los 40 metros de altura y superan los 200 a?os de vida. El recinto cuenta con zona de merendero y barbacoa para reponer energ¨ªas, e incluso con una sidrer¨ªa.
Existen m¨¢s recorridos interesantes en el entorno de este bosque, como la red de senderos de Belate, al norte de Ultzama, y la ruta de dos kil¨®metros que desemboca en el majestuoso roble de Orkin, uno de los 47 ¨¢rboles monumentales que hay en Navarra. Alrededor del Bosque de Orgi existe otro trayecto de ocho kil¨®metros que se adentra por los pueblos de Lizaso, Gorrontz, Olano y Guelbenzu. A¨²n m¨¢s al norte, otra propuesta que vale la pena: pasear por el robledal de Jauntsarats, en el valle de Basaburua. Naturaleza y buena cocina son compa?eros de viaje inseparables en esta escapada entre robles y hayedos en una zona poco conocida de Navarra. De nuevo al sur, los senderos del Valle de Atez acercan al visitante a caser¨ªos, enclaves singulares, d¨®lmenes y miradores.
Junto a un frondoso robledal se extienden los 18 hoyos del Club de Golf Ulzama, un campo de primera categor¨ªa rodeado de naturaleza. Y en las instalaciones de H¨ªpica Ulzama, en Lizaso, se puede disfrutar del arte ecuestre, realizar rutas a caballo y recibir clases de equitaci¨®n
Adem¨¢s de caminar (o de pedalear) entre escenarios de cuentos de hadas, es posible practicar otros deportes. Junto a un frondoso robledal se extienden los 18 hoyos del Club de Golf Ulzama, un campo de primera categor¨ªa rodeado de naturaleza. Lo mismo ocurre en las instalaciones de H¨ªpica Ulzama, en Lizaso, donde disfrutar del arte ecuestre, realizar rutas a caballo y recibir clases de equitaci¨®n. Menci¨®n especial merece la gastronom¨ªa, que aqu¨ª es sagrada. En estas fechas no puede faltar el men¨² de sidrer¨ªa, con los choricicos a la sidra, la tortilla de bacalao, el chulet¨®n y el queso con membrillo y nueces. La lista de delicias locales se ampl¨ªa con la inevitable chistorra, la carne de cerdo Euskal Txerri ¨Cuna raza aut¨®ctona de gran calidad y poca grasa¨C, el queso DO Idiazabal y, para rematar el homenaje, los canutillos de crema y la cuajada, con una copa de pachar¨¢n para alargar la sobremesa y garantizar la digesti¨®n.
Son solo algunos de los muchos planes para reconectar con la naturaleza, olvidarse (aunque sea solo por algunos d¨ªas) de la rutina y contemplar algunas de las maravillas que aguardan en Navarra durante los meses de oto?o. Una vez aqu¨ª, surgen m¨¢s.