Escapada oto?al a la octava maravilla del mundo
En San Lorenzo de El Escorial, la historia no solo se cuenta, se vive. Su imponente monasterio, un im¨¢n para los visitantes, es solo el principio. La magia contin¨²a con sus paisajes naturales, con el Parque Nacional de Guadarrama como escenario para desconectar y disfrutar. Dedicar dos o tres d¨ªas a explorar los rincones de la villa es lo ideal
Se dice desde hace siglos que San Lorenzo de El Escorial es la octava maravilla del mundo, y con raz¨®n: su colosal Monasterio, que celebra sus 40 a?os como Patrimonio Mundial por la Unesco, deja sin palabras. Y un paseo pedestre por las callejuelas de su casco urbano teletransporta sin esfuerzo al Siglo de Oro. Pero, ojo, que aqu¨ª no todo es historia y monumentos. La localidad serrana, en las faldas del Parque Nacional de Guadarrama, es un para¨ªso para los amantes de la naturaleza y el turismo activo.
En cuesti¨®n de minutos es posible pasar de admirar la majestuosa arquitectura renacentista a ponerse las botas de monta?a para perderse en el Bosque de la Herrer¨ªa o en el Pinar de Abantos. Los recorridos en bicicleta y un partido del golf en La Herrer¨ªa son otras dos buenas opciones para todas las edades. Para terminar el d¨ªa, nada mejor que saborear la gastronom¨ªa local en alguno de sus acogedores restaurantes. No es dif¨ªcil entender por qu¨¦ los gurriatos, como se conoce a sus habitantes, est¨¢n tan enamorados de su tierra.
Por carretera y sobre ra¨ªles
Llegar a San Lorenzo de El Escorial es tan f¨¢cil que casi parece que Felipe II lo hubiera planeado pensando en las escapadas modernas. Para los que deseen capitanear su propia traves¨ªa, el recorrido desde Madrid lleva apenas 45 minutos. Para quienes prefieren relajarse y dejar que el ferrocarril haga el trabajo, el cercan¨ªas: en una hora, estar¨¢n en la estaci¨®n de El Escorial, listos para un paseo por esta hist¨®rica villa.
Pero si lo que apetece es una experiencia m¨¢s aut¨¦ntica, ?por qu¨¦ no viajar como un rey a bordo de un tren de mediados del siglo XX? El Tren de Felipe II, que parte de la estaci¨®n de Pr¨ªncipe P¨ªo, en Madrid, transporta a sus pasajeros de vuelta al siglo XVI, con gu¨ªas vestidos de ¨¦poca amenizando el camino.
Si las piedras hablasen¡
El Monasterio de El Escorial, el resort de Felipe II, es una joya de la arquitectura renacentista. Lo mand¨® construir para conmemorar su victoria en la Batalla de San Quint¨ªn y como lugar de retiro para reflexionar... Y espacio para la reflexi¨®n, ten¨ªa: el palacio-monasterio parece una ciudad. En su interior, adem¨¢s de espectaculares estancias y la Biblioteca Real, est¨¢ el imponente Pante¨®n de los Reyes, donde descansan los restos de varios monarcas espa?oles.
Como todo lugar hist¨®rico y con ilustres moradores, el Monasterio est¨¢ rodeado de misterios y leyendas que ponen los pelos de punta. Una de las m¨¢s populares cuenta que el lugar fue construido sobre una de las puertas del infierno para mantener al diablo bajo control. Algunos afirman haber visto sombras o sentido una extra?a presencia en ciertos rincones del edificio. Tal vez sea solo el aire fresco de la sierra... o quiz¨¢ no.
Un paseo por La Lonja, la explanada que da la bienvenida al Monasterio, ayuda a alejar a los fantasmas. Desde aqu¨ª, se puede admirar la majestuosidad del edificio. El Jard¨ªn de los Frailes es otro de los imprescindibles: un remanso de paz con caminos que serpentean entre setos bien cuidados y fuentes que a?aden un toque de frescura.
El pinar de Abantos se extiende por la ladera sur de la Sierra de Guadarrama. Entre sus m¨²ltiples atractivos destaca el Arboreto Luis Ceballos, un centro de educaci¨®n ambiental con una incre¨ªble colecci¨®n de ¨¢rboles y arbustos aut¨®ctonos
Estancias para la realeza
Tras la lecci¨®n de historia es momento de tomar un respiro y pasear hasta la Casita del Pr¨ªncipe y la Casita del Infante. Ambos son peque?os palacetes a los que la familia real se retiraba para escapar del bullicio. La primera, construida para el futuro Carlos IV, representa un ejemplo perfecto de la elegancia neocl¨¢sica; su hermana, la Casita del Infante, creada para el Infante Gabriel de Borb¨®n, es igual de sublime.
Hay m¨¢s joyas arquitect¨®nicas por descubrir en San Lorenzo de El Escorial. La Casa de los Oficios, que funcionaba como centro administrativo del monasterio; o la Casa de los Infantes y de la Reina.
A pocos pasos, el Real Coliseo de Carlos III, un teatro barroco del siglo XVIII, sigue ofreciendo espect¨¢culos. Y, por ¨²ltimo, la Casa de la Compa?a, hogar de los trabajadores del monasterio, demuestra que todo en la villa estaba milim¨¦tricamente organizado.
Al abrazo del Parque del Guadarrama
El otro gran encanto de San Lorenzo de El Escorial es su entorno natural. El Bosque de la Herrer¨ªa, declarado Paisaje Pintoresco, est¨¢ lleno de caminos que serpentean entre soberbios ¨¢rboles. En lo alto del monte de la Machota est¨¢ la Silla de Felipe II, un trono de granito donde se cree que el monarca supervisaba la construcci¨®n del Monasterio. Las vistas son formidables, perfectas para sentirse como un rey, aunque sin corona.
El Pinar de Abantos se extiende por la ladera sur de la Sierra de Guadarrama. Entre sus m¨²ltiples atractivos destaca el Arboreto Luis Ceballos, un centro de educaci¨®n ambiental con una incre¨ªble colecci¨®n de ¨¢rboles y arbustos aut¨®ctonos. A la entrada del pueblo, en el ¨¢rea recreativa de El Tomillar, est¨¢ el Centro de Naturaleza InsectPark, un museo dedicado a los insectos, esos diminutos seres fundamentales para el equilibrio de los ecosistemas.
Si se da la oportunidad, completar la Traves¨ªa de las Cumbres Escurialenses es una vivencia inigualable. Se celebra el 15 de agosto durante las Fiestas Patronales, y recorre 22 kil¨®metros entre los picos de las monta?as que rodean la localidad. Es la ocasi¨®n id¨®nea para contemplar el paisaje, ponerse a prueba y sentirse como un explorador¡ o, al menos, como un senderista top.
Sobre ruedas y en el ¡®green¡¯
Es momento de subir a la bicicleta y lanzarse a la aventura con las rutas de Ciclamadrid, en vistosos paisajes y con el ingente monasterio vigilando cada pedalada. Hay dos itinerarios preciosos (y asequibles) hacia localidades vecinas: el que lleva a Moralzarzal y el que se dirige hacia Robledo de Chavela.
Para quienes buscan algo m¨¢s sosegado, el Real Club de Golf de la Herrer¨ªa es un lugar estupendo. Este campo de 18 hoyos se encuentra en el coraz¨®n del bosque hom¨®nimo, rodeado de naturaleza en su estado m¨¢s puro. Es fundamental concentrarse en el swing, porque la panor¨¢mica (de la monta?a y del Monasterio) puede hacer peligrar el mejor h¨¢ndicap.
Picar (o comer) y seguir
Desde hace d¨¦cadas, San Lorenzo de El Escorial es un ed¨¦n gastron¨®mico en el que saborear desde deliciosas recetas tradicionales hasta innovadores men¨²s galardonados con estrellas Michelin. En cualquier caso, la cocina local destaca por utilizar productos de proximidad, como suculentas carnes de la Sierra de Guadarrama y setas, ahora en plena temporada.
Para catar todo tipo de sabores, conviene recalar en los locales de la plaza del Ayuntamiento. Si se dispone de un presupuesto m¨¢s generoso, no puede faltar una reserva en el restaurante Charol¨¦s, c¨¦lebre por su delicioso cocido, y en Montia, galardonado con estrella Michelin, donde el chef Dani Ochoa apuesta por una cocina salvaje y de fuego lento que evoluciona con las estaciones y descubre a los peque?os productores cercanos.