Primavera en Alemania: conociendo a reinas de las flores y los cuentos de los hermanos Grimm
En esta estaci¨®n, el pa¨ªs se llena de fiestas y ferias que celebran la flor de los frutales con m¨²sica, vinos de manzana y gastronom¨ªa tradicional. Una regi¨®n para disfrutarlas es Hesse, donde los Grimm nacieron, vivieron y han dejado su huella
Parece tan solo una ni?a, pero es la reina. Vestida con un traje rojo de encajes que llega hasta sus pies y tocada con una corona de figuritas de flores, la joven se ruboriza mientras un hombre de mediana edad y pelo entrecano agradece con solemnidad el honor de recibirla en el club de tenis que ¨¦l preside. La ni?a, que mira con la expresi¨®n de una figura animada, parece no atreverse a salirse de su papel y solo pesta?ea. Estamos en Naurod, en un peque?o valle de las monta?as Taunus situado en el coraz¨®n de la regi¨®n de Hesse, en ...
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Parece tan solo una ni?a, pero es la reina. Vestida con un traje rojo de encajes que llega hasta sus pies y tocada con una corona de figuritas de flores, la joven se ruboriza mientras un hombre de mediana edad y pelo entrecano agradece con solemnidad el honor de recibirla en el club de tenis que ¨¦l preside. La ni?a, que mira con la expresi¨®n de una figura animada, parece no atreverse a salirse de su papel y solo pesta?ea. Estamos en Naurod, en un peque?o valle de las monta?as Taunus situado en el coraz¨®n de la regi¨®n de Hesse, en Alemania. Los ¨¢rboles frutales en flor aqu¨ª y all¨¢ pintan de blanco los valles intensamente verdes. La joven, cuya juventud encarna el despertar de la primavera, es hoy la persona que todo el mundo quiere tener cerca; la reina de lo f¨¦rtil y abundante; la que trae suerte. Aqu¨ª no hay rey, el centro es ella.
¡°?De d¨®nde viene esta costumbre? No s¨¦ muy bien. Siempre ha sido as¨ª. Este a?o me ha tocado a m¨ª¡±, me cuenta poco despu¨¦s de que, ya en el club de bomberos, la sala se haya puesto al completo de pie para recibirla. ¡°Esta costumbre empez¨® en los a?os cincuenta, tras la guerra. Yo era muy ni?a y me acuerdo¡±, apuntilla una anciana. Ahora la corte de la reina de la flor, que es mayoritariamente masculina y est¨¢ compuesta por directivos de clubes o personal del Ayuntamiento, se haya entregado a comer filetes de ciervo o jabal¨ª, salchichas y delicioso chucrut con pretzel y vino de manzana.
Las fiestas de flores se suceden en todo el sur de Alemania desde la llegada de la primavera. Primero se celebra el florecer de los almendros, despu¨¦s los manzanos y cerezos. Todas tienen m¨²sica, danza, comida tradicional. Y su propia reina. Pero en esta regi¨®n y en este pueblo traen a la memoria las hadas y los cuentos de princesas. A¨²n m¨¢s cuando la joven reina de Naurod camina con su largo vestido rojo y su reluciente corona entre las mesas seguida por su s¨¦quito, y es imposible no asociar su imagen a la de Blancanieves, la Bella Durmiente, la Doncella sin manos o Rapunzel, cuentos todos recopilados por los hermanos Grimm especialmente en esta zona.
No es casual que Jacob y Wheim Grimm nacieran a muy pocos kil¨®metros de aqu¨ª, en Hanau. Muy cerca del lugar en el que, tambi¨¦n en primavera, se celebra desde 1985 el festival en honor a sus cuentos en el palacio de Philippsruhe. All¨ª los cuentos infantiles se convierten en musicales y tambi¨¦n se puede visitar el museo que lleva su nombre. Dentro del palacio hay relatos escritos sobre la pared con los que se viaja a su infancia, objetos que pertenecieron a los hermanos como una muy vieja cartera de cuero, plumas, tintero. Un cuento ilustrado con los dibujos de otro de los hermanos, Ludwig Emil Grimm, que fue uno de los ilustradores m¨¢s conocidos y respetados de la ¨¦poca en Europa. Es en este lugar y en primavera cuando la impronta de los hermanos Grimm esculpe todo, el momento en el que salta a la vista el car¨¢cter de cuento que alcanz¨® su propia vida.
El verdadero cuento de los Grimm
Todo empez¨® a menos de media hora de Hanau como un cuento de hadas. Era un lugar lleno de agua, flores, lilos y enredaderas. La ciudad se llama Steineau an der Strasse, y hoy solo tiene unos 10.000 habitantes. All¨ª, en torno a la torre se?orial, viv¨ªa una familia rica y aparentemente feliz con seis hijos. El padre, Philipp, era un hombre muy respetado que trabajaba como alguacil y gozaba de privilegios de gran se?or, mientras la madre, Dorothea, que creci¨® en una familia muy respetada de Hanau, viv¨ªa junto con sus seis ni?os en una casa rodeada de ¨¢rboles, flores y naturaleza. El calor del fuego, los paseos por el campo, la fuente en la plaza eran los lugares que conservaron los ni?os en sus recuerdos al crecer. En primavera recog¨ªan las ramas de los almendros y manzanos en flor, aunque Jacob, el hermano mayor, sol¨ªa acompa?ar a su padre al trabajo y aprender de ¨¦l. Pero un d¨ªa el padre muri¨® de una neumon¨ªa y la madre, incapacitada por el simple hecho de ser mujer, cay¨® en la miseria con sus seis hijos.
¡°Fue una triste historia la que vivieron aqu¨ª, pero esta ciudad para ellos representa la infancia y no la olvidaron jam¨¢s. Puedo imaginarme lo mal que debi¨® sentirse su madre, y ellos¡±, dice la gu¨ªa del peque?o museo de los hermanos Grimm, situado a la entrada de la peque?a ciudad alemana.
¡°Nada m¨¢s llegar hasta aqu¨ª, su padre se convirti¨® en un importante alguacil entre 1791 a 1796. Despu¨¦s, su madre y sus seis hijos tuvieron que ir a una casa de acogida para miserables. El hecho de ser mujer en ese tiempo la incapacit¨®. Por ejemplo, no pod¨ªa hacer gestiones o manejar el dinero. La mujer en ese momento era tratada como una ni?a y legalmente no pod¨ªa hacer casi nada¡±, explica la gu¨ªa en un castellano sencillo pero f¨¢cil de entender. ¡°Mi padre era arquitecto y arregl¨® esta casa que tambi¨¦n es parte de m¨ª. Yo me siento muy cerca de la historia de su madre¡±, a?ade la mujer en la cocina reconstruida para reproducir las costumbres del tiempo en el que vivieron los hermanos. Hay una gran chimenea, cacerolas de cobre, platos de cer¨¢mica, suelo de piedra. Arriba est¨¢n las habitaciones en la que se reproducen sus cuentos, salas en las que leer. ¡°Retazos de sus vidas y palabras¡±, a?ade la mujer a modo de recordatorio cuando llegamos a la puerta de la casa.
Ya en la calle hay un corral, una fuente, paja que traslada a otro tiempo. Est¨¢ tambi¨¦n el museo de Steinau enfrente, donde se puede ver el trabajo del padre de los hermanos Grimm, quien fue vital en su educaci¨®n en comuni¨®n con la naturaleza.
Dos a?os despu¨¦s de que el padre muriera, su t¨ªa Juliane Charlotte se hizo cargo de ellos.
La ruta primaveral por la regi¨®n de Hesse sigue hasta la ciudad de Kassel, sede cada cinco a?os del festival Documenta. Est¨¢ dominada por la gran colina con el parque Wilhelmsh?he, patrimonio mundial de la Unesco desde 2013, cuya floraci¨®n explota en primavera. Una inmensa cascada desciende desde lo m¨¢s alto. Al sentarse junto a ella se observa el palacio Bellevue, del siglo XVIII, con un museo dedicado a los Grimm y su gran legado, entre el que se encuentra el primer diccionario en alem¨¢n.
Cuando alguien visita Kassel en primavera tiende a pensar en que s¨ª debe existir un tipo de magia para quienes se entregan a la vida como lo hicieron los hermanos Grimm. Al fin y al cabo, Jacob y Wilhem recogieron historias humildes, mitos, leyendas o diferentes versiones de cuentos conocidos. Sus relatos encantaron la vida de todos los que un d¨ªa fueron ni?os.
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