Estas son 13 de las mejores vistas panor��micas de Suiza

Al hablar de impresionantes paisajes Suizos, hay que comenzar con vistas a lo grande, y ninguna monta?a ejerce mayor poder de seducci��n que el monte Cervino (4.478 metros), tambi��n conocido como Matterhorn, el pico suizo que dibuja una pir��mide perfecta. Envuelto en la niebla, espolvoreado de nieve o entrevisto con las primeras luces del alba, este temible colmillo de roca fascina a cualquiera que escale, camine o esqu��e en Zermatt, donde, adem��s, est�� una de las mejores estaciones de esqu�� de Europa. Las vistas desde los telef��ricos que ascienden desde Zermatt son todas magn��ficas, pero la del Matterhorn Glacier Paradise es la guinda del pastel. Si se sube hasta los 3.883 metros con el telef��rico a mayor altitud de Europa se pueden contemplar 14 glaciares y 38 picos de m��s de 4.000 metros desde la plataforma panor��mica (si hace buen tiempo). Otra opci��n para contemplar el Cervino es el Gornergrat, el tren cremallera a mayor altitud del continente que lleva desde 1898 trepando por un paisaje de postal hasta Gornergrat (3.089 metros). En un viaje que dura 30 minutos, los pasajeros pueden, adem��s, subir y bajar por el camino. Los trayectos m��s espectaculares son al amanecer y al atardecer y la recompensa es una de las vistas panor��micas de monta?a m��s bellas del mundo.wilpunt (Getty Images)

Grindelwald es un lugar impresionante de los Alpes Berneses para disfrutar de la fascinante panor��mica de las crestas del Eiger (el Ogro), el Jungfrau (la Doncella) y el M?nch (el Monje) desde los muchos miradores que hay en la localidad suiza. Todo parece el decorado de una pel��cula: la cincelada cara norte del Eiger, las centelleantes lenguas de los glaciares de Oberer y Unterer y la cumbre Wetterhorn impresionan y emocionan a cualquier reci��n llegado. Grindelwald es tambi��n una de las estaciones de esqu�� y senderismo m��s antiguas de Suiza y no ha perdido su atractivo: chal��s alpinos rebosantes de geranios y verdes pastos sobre un fondo monta?oso son dignos de un Oscar. Tambi��n est�� la posibilidad de acercarse con el tren cremallera de la Jungfrau, que conecta el puerto de Kleiner Scheidegg con la cumbre del Jungfraujoch, a 3.454 metros de altura (la estaci��n ferroviaria m��s alta de Europa). SHEN WEIXIN (Getty Images)

Una de las cosas que se pueden hacer desde Zermatt es acercarse a ver uno de los puentes colgantes m��s largos del mundo (494 metros), el Charles Kuonen, que est�� en Randa, a pocos minutos de Zermatt. Conocido tambi��n como Puente de Europa, es una verdadera obra maestra de ingenier��a moderna que une Gr?chen y Zermatt. Antes, se necesitaban dos d��as para hacer el trayecto a pie entre las dos localidades. Hoy el puente acorta el trayecto y, adem��s, ofrece las mejores vistas con la cima del Matterhorn como tel��n de fondo. TAlamy Stock Photo

Puede que otras monta?as la superen en altura, pero pocas est��n tan envueltas por la leyenda como el monte Rigi, que se alza sobre el resplandeciente lago de Lucerna. Lo mejor de todo es la espectacular panor��mica de 360? sobre los lagos de la Suiza Central y los Alpes del Berner Oberland. Para llegar, solo hay que tomar el tren cremallera, el primero que funcion�� en Europa (lo hace desde 1871). El viaje a la reina de las monta?as parte desde Vitznau, a orillas del lago de los Cuatro Cantones. En el siglo XIX, Turner pint�� el Rigi en sus m��ltiples facetas y la reina Victoria subi�� hasta aqu�� a caballo. El pintor no sab��a muy bien qu�� color elegir para el Rigi, as�� que pint�� la monta?a con tres luces distintas para reflejar sus cambios. Los d��as despejados hay unas vistas imponentes de una serie de picos que incluye a los gigantes Titlis y Jungfrau. Al norte y al oeste se ven Arth-Goldau y el Zurgersee, que se curva alrededor hasta casi tocar K��ssnacht y un brazo del lago de Lucerna. Los amaneceres y atardeceres desde la cumbre del Rigi son antol��gicos. A todos los viajeros se les recomienda pasar la noche en el hotel instalado en la cima, a 1.800 metros de altitud, para ver el amanecer y divisar, en los d��as claros, 125 picos alpinos y 13 lagos.Jishnu Changkakoti (Getty Images)

$Los Alpes nunca desaparecen del retrovisor, y a cada momento dan ganas de parar el coche y empu?ar la c��mara en el sinuoso y empinad��simo trayecto por carretera del Furkapass, desde el remoto valle de Goms, en el Valais, hasta Andermatt en el cant��n de Uri, una regi��n erizada de monta?as. El puerto de Furka (2.431 metros), que separa los cantones de Valais y Uri, es la puerta de entrada al sudeste del pa��s. El ascenso ofrece magn��ficas vistas del fracturado glaciar del R��dano que atraviesa el Valais y penetra en el lago Lem��n. Es muy popular subir al puerto en moto o en coche, en un ascenso inmortalizado en la persecuci��n del cl��sico de James Bond ��Goldfinger�� (1964). Hay que tener cuidado con las innumerables curvas cerradas de esta tortuosa carretera, inaugurada en 1867. Una vez arriba del puerto, un sendero de un kil��metro lleva hasta la gruta de hielo del glaciar del R��dano. Las vistas son fabulosas y el interior de la cueva es incre��ble.$

Los Alpes nunca desaparecen del retrovisor, y a cada momento dan ganas de parar el coche y empu?ar la c��mara en el sinuoso y empinad��simo trayecto por carretera del Furkapass, desde el remoto valle de Goms, en el Valais, hasta Andermatt en el cant��n de Uri, una regi��n erizada de monta?as. El puerto de Furka (2.431 metros), que separa los cantones de Valais y Uri, es la puerta de entrada al sudeste del pa��s. El ascenso ofrece magn��ficas vistas del fracturado glaciar del R��dano que atraviesa el Valais y penetra en el lago Lem��n. Es muy popular subir al puerto en moto o en coche, en un ascenso inmortalizado en la persecuci��n del cl��sico de James Bond ��Goldfinger�� (1964). Hay que tener cuidado con las innumerables curvas cerradas de esta tortuosa carretera, inaugurada en 1867. Una vez arriba del puerto, un sendero de un kil��metro lleva hasta la gruta de hielo del glaciar del R��dano. Las vistas son fabulosas y el interior de la cueva es incre��ble. Didier Marti (Getty Images)

El coraz��n rural del pa��s palpita especialmente en la comuna suiza de Appenzell, fronteriza con Liechtenstein por el noreste. Esta es una zona injustamente infravalorada, con campos donde las granjas l��cteas dan paso a pueblos con los exteriores de las casas pintados al fresco. La buc��lica campi?a est�� llena de villas como el propio pueblo de Appenzell, que parece salido de un cuento infantil. Sus casas con gabletes lucen alegres murales en sus fachadas y albergan ��konditoreien�� (confiter��as), tiendas de artesan��a o tabernas que sirven platos con mucho queso. El r��o Sitter serpentea por el pueblo y m��s all�� por parados verdes que se arrugan al subir a los agrestes montes. Es la comarca lechera de Suiza por excelencia. De la villa salen numerosos senderos que suben a los pastos y a los Alpes circundantes. Y en la zona abundan los pueblos de postal, como Werdenberg, que pasa por ser el pueblo con casas de madera m��s antiguo de Suiza (1289). Son poco m��s de 40 casas con un gran estanque y una colina cubierta de vides y coronada por un castillo.Marco Bottigelli (Getty Images)

Compartiendo el nivel de la visi��n de p��jaros y ardillas, la nueva Senda dil Dragun, en el cant��n de los Grisones, es una de las pasarelas arb��reas m��s largas del mundo: un recorrido de 1,5 kil��metros por el dosel vegetal de p��ceas y alerces que ofrece, adem��s, vistas de los Alpes. Un tobog��n espiral, torres y plataformas de observaci��n descubren las m��s variadas perspectivas del bosque. Hay mucho que ver en esta zona de los Grisones, en torno a Flims, Laax y Falera, un tr��o de alta monta?a en el que se dice que siempre hay nieve y que conforman la Weisse Arena, con 220 kil��metros de pistas para todos los niveles. Philipp Ruggli (TURISMO DE SUIZA)

Es dif��cil escoger el mejor pueblo para captar la imagen m��s t��pica de la Suiza m��s rural. Nos vamos por ejemplo a los Grisones, un cant��n que destaca por su belleza en bruto, en un pa��s donde todo rinc��n es una vista de postal. All�� encontramos la Suiza de Heidi (que en la ficci��n naci�� aqu��) y hay zonas todav��a por explorar casi en solitario. Por ejemplo, Val Fex, que, perdido en el tiempo y en el espacio, se oculta entre monta?as incrustadas de glaciares, bosques de alerces y prados. La puerta de entrada al valle es Sils-Maria, entre los lagos de Sils y Silvaplana, a 10 kil��metros de la popular St. Moritz. Es un apacible pueblo de chal��s color pastel y tejados de pizarra, con glaciares espectaculares como tel��n de fondo. Entre sus admiradores de diversas ��pocas se encuentran personajes como Nietzsche, Chagall, Strauss y David Bowie. Es la entrada a Val Fex, que puede recorrerse a pie o en coche de caballos hasta los pueblecitos de Fex-Platta y Fex-Cresta, testimonio de c��mo eran los Alpes antes de la llegada de turistas. En otro cant��n m��s sure?o, el apacible Tesino, podemos ir al fotog��nico Val Verzasca para admirar pueblos como Corippo, el m��s peque?o del pa��s, y recobrar el aliento tras saltar colgado de un cable emulando a James Bond desde la presa de Verzasca de 220 metros de altura. Corippo tiene solo 13 habitantes y parece m��s una familia que un pueblo. Desparram��ndose por una colina arbolada de Val Verzasca, sus casas de granito, con las monta?as de fondo, resultan muy fotog��nicas.Alamy Stock Photo

Las monta?as de Churfirsten se elevan tras el lago Walen, que se adentra en la monta?osa frontera entre los cantones de Glaris y San Galo. La recortada cordillera de Churfirsten se alza sobre esta extensi��n de agua color malaquita que parece un fiordo, interrumpida por alguna que otra aldea ribere?a o pasto de altura. A mitad del camino, en la orilla norte, parecen partirla las Seerenbachf?lle, las cascadas m��s altas de Suiza. Weesen es una buena base para hacer windsurf o tumbarse en verano. Y la cordillera es perfecta para el senderismo, la escalada, el barranquismo y el parapente. Pero para ver el lago de forma relajada, nada como subirse a alguno de los barcos que surcan estas aguas, parando en los pueblos y ciudades de sus orillas, como Murg, Quinten, Betlis, Weesen y Walenstadt.Gunter Fischer (Getty Images/imageBROKER RF)

En un viaje por Suiza para capturar las im��genes m��s bellas es casi imprescindible subir a contemplar el alucinante panorama desde el Peak Walk by Tissot, un puente colgante entre dos picos de monta?a en Les Diablerets. Es el primer puente peatonal del mundo entre dos picos, con unas vistas de ensue?o que abarcan el legendario Mont Blanc y el Cervino, adem��s del Eiger, el M?nch y el Jungfrau. La pasarela, de 107 metros de largo, culmina en un espacioso mirador con telescopios y visores que incluyen los nombres y alturas de los montes. Es de visita obligada siempre que no se padezca v��rtigo, claro.Alamy Stock Photo

Las cataratas de Staubbach, en el valle de Lauterbrunnen, inspiraron poemas a Goethe y a Lord Byron. Hoy este pueblo de postal, en las profundidades del valle de 72 cascadas, atrae a visitantes que aprovechan para alojarse en sus chal��s, y partir de caminatas y escaladas por los alrededores. La cascada m��s llamativa es la del Staubbach (297 metros), impresionante. Lo que de lejos parece una bruma fin��sima, de cerca se convierte en un torrente que empapa a quien la observa. Photographer: Jorg Greuel (Getty Images)

Aunque para los par��metros suizos sea un monte bajo, el escarpado S?ntis (2.502 metros) es el m��s alto del macizo del Alpstein y el s��mbolo de la regi��n del lago Constanza. Desde su cumbre, la vista abarca simult��neamente Suiza, Alemania, Austria, Liechtenstein, Italia y Francia. El funicular a��reo desde el paso de Schw?galp a la cima del S?ntis fue inaugurado en 1935, y es uno de los telef��ricos m��s concurridos de Suiza. Con ��l se puede subir c��modamente al restaurante panor��mico situado en lo alto. Y una vez en la plataforma del mirador, situado bajo la torre de radio, hay que intentar identificar los elementos geogr��ficos cercanos y lejanos. Los meteor��logos, que ya en 1882 abrieron aqu�� una de sus estaciones, sab��an muy bien lo que hac��an, pero es que ya antes, en 1846, los monta?eros abrieron en este lugar un sencillo refugio de monta?a que sigue en uso.Marco Bottigelli (Getty Images)

Las vistas y disfrutar del viento en la cara son los privilegios de quienes suben en el primer telef��rico descapotable del mundo, con el mismo traqueteo que desde hace 120 a?os, pero ahora al aire libre. Son vagones de madera panor��micos abiertos, de dos pisos, que suben desde Stans a Stanserhorn. Al final nos espera la plataforma de observaci��n del monte Stanserhorn (1.898 metros), todo un lujo suizo. Para llegar hay que tomar el tren de Lucerna a Stans y luego continuar en el funicular. Alamy Stock Photo