Las ciudades se asilvestran
Flores silvestres en los alcorques, hierbas espont¨¢neas en los parques, arroyos y oasis de mariposas entre edificios, huertos¡ La recolonizaci¨®n de la naturaleza en las grandes poblaciones est¨¢ viviendo un auge en Espa?a. Una metamorfosis que multiplica la biodiversidad urbana.
La pandemia ha sido para muchos la mayor demostraci¨®n de que hace falta asilvestrar las ciudades. Cuando de pronto el mundo se encoge y la vida se reduce a un barrio, una calle o lo que pasa al otro lado de una ventana, m¨¢s queda en evidencia la necesidad de naturaleza en estos ecosistemas de cemento y asfalto. Desde hace unos a?os, el concepto de renaturalizaci¨®n se abre paso en las ciudades. Entre los m¨¢s conocidos est¨¢n proyectos como el del r¨ªo Manzanares de Madrid o el anillo verde de Vi...
La pandemia ha sido para muchos la mayor demostraci¨®n de que hace falta asilvestrar las ciudades. Cuando de pronto el mundo se encoge y la vida se reduce a un barrio, una calle o lo que pasa al otro lado de una ventana, m¨¢s queda en evidencia la necesidad de naturaleza en estos ecosistemas de cemento y asfalto. Desde hace unos a?os, el concepto de renaturalizaci¨®n se abre paso en las ciudades. Entre los m¨¢s conocidos est¨¢n proyectos como el del r¨ªo Manzanares de Madrid o el anillo verde de Vitoria, pero sin salir de Espa?a hay muchos otros ejemplos de esta recolonizaci¨®n verde del paisaje urbano.
Los parques de Barcelona, m¨¢s salvajes que nunca
En los meses m¨¢s duros de la covid en 2020, cuando toda Espa?a estaba confinada, en los parques cerrados de las ciudades la vegetaci¨®n crec¨ªa a su antojo e invad¨ªa en estado salvaje espacios dejados por los humanos. En Barcelona, los jardineros que volvieron a entrar tres meses despu¨¦s en estas ¨¢reas verdes se encontraron una naturaleza desbocada, m¨¢s rebosante de vida que nunca, pero no trataron de domarla otra vez. Al contrario, el Ayuntamiento de la ciudad aprovech¨® esta situaci¨®n imprevista para completar el cambio radical en la gesti¨®n de parques y jardines urbanos en el que llevaba tiempo trabajando. ¡°El confinamiento lo aceler¨® todo¡±, cuenta Coloma Rull, t¨¦cnica del ¨¢rea verde de Barcelona, que asegura que algunos indicadores de biodiversidad se dispararon, como el de las mariposas en Montju?c. ¡°El confinamiento aceler¨® la naturalizaci¨®n de muchos sitios, un proceso que de otra forma se hubiera hecho de manera m¨¢s paulatina¡±, constata.
Este cambio se est¨¢ produciendo tambi¨¦n en otras ciudades. Es una de las estrategias para acercar m¨¢s la naturaleza a las personas en los espacios urbanos: favorecer que en los parques y jardines los procesos ecol¨®gicos sigan su curso. ¡°Lo que se consideran malas hierbas, para nosotros no lo son. Preferimos llamarlas hierbas espont¨¢neas¡±, comenta Rull, que asegura que esta recolonizaci¨®n de la naturaleza en el medio urbano ¡°es como un gran experimento, todos estamos experimentando¡±. El resultado son zonas verdes en las que el c¨¦sped antes habitual es reemplazado por prados, esas hierbas espont¨¢neas, m¨¢s especies aut¨®ctonas y, sobre todo, mucha m¨¢s riqueza flor¨ªstica y de insectos polinizadores. Esta metamorfosis puede verse ya en parques como el de Pla i Armengol o el de Diagonal Mar. Pero no en todas las ¨¢reas verdes, puesto que resulta m¨¢s dif¨ªcil de aplicar en espacios muy concurridos. ¡°Hay quien lo valora much¨ªsimo y quien lo ve como dejadez¡±, comenta Rull, que sobre esto ¨²ltimo deja claro: ¡°La renaturalizaci¨®n significa mantener de forma diferente, no abandonar¡±.
Agua en lugar de asfalto en Vitoria
La antigua avenida de Gasteiz de Vitoria fue dise?ada con los criterios urban¨ªsticos de los a?os setenta del siglo pasado y contaba con cinco carriles para la circu?laci¨®n de los coches, cinco carriles para aparcar y, en medio, un paseo peatonal. En 2015 se termin¨® una reforma integral que hizo desaparecer 400 plazas de aparcamiento, redujo el tr¨¢fico de autom¨®viles y mejor¨® el espacio para las bicis, el arbolado y los peatones. Pero adem¨¢s se aprovech¨® para introducir un arroyo, el Bat¨¢n, que ahora fluye por mitad de la avenida, donde antes hab¨ªa asfalto. ¡°Con el ensanche de la ciudad se soterraron muchos arroyos; agua limpia que se estaba mezclando con la sucia en la red de saneamiento, aqu¨ª se desentub¨® y recuper¨®¡±, comenta Ane Itziar Velasco, del Centro de Estudios Ambientales de Vitoria. Aparte del valor est¨¦tico y otros beneficios ambientales, esta intervenci¨®n con agua buscaba tambi¨¦n meter m¨¢s biodiversidad en la ciudad.
La capital alavesa comenz¨® a trabajar en renaturalizaci¨®n hace varias d¨¦cadas, cuando todav¨ªa ni se utilizaba esta palabra. Entre sus proyectos m¨¢s ic¨®nicos est¨¢n tambi¨¦n el anillo verde que rodea la ciudad o el parque de Salburua, un humedal recuperado en 1994 para regular avenidas que hoy es considerado sitio Ramsar, es decir, de importancia internacional. Entre las especies que se pueden ver all¨ª est¨¢ el vis¨®n europeo, el porr¨®n mo?udo, el carricer¨ªn cejudo, la rana ¨¢gil¡ ¡°Cuando nos dieron un kil¨®metro para expandirnos en las primeras salidas tras el confinamiento, en Vitoria todo el mundo ten¨ªa acceso a espacios verdes o incluso espacios naturales¡±, destaca Velasco. Sin embargo, esta especialista considera que todav¨ªa queda mucho por hacer. ¡°Estos son proyectos bonitos, pero ya no se trata solo de biodiversidad para mejorar el bienestar o la salud de la poblaci¨®n, ahora se ha evolucionado m¨¢s a servicios ecosist¨¦micos¡±, incide. ¡°Esto debe ser algo estructural¡±.
Naturaleza en un metro cuadrado en Valencia
Aunque el desaf¨ªo es pensar cada vez m¨¢s en el conjunto de una ciudad o incluso de una regi¨®n, la biodiversidad se mide a otra escala: peque?os avances de la naturaleza pueden tener un impacto muy grande en medio del cemento. En Valencia, una de las mayores transformaciones del paisaje urbano se ha producido en ¨¢reas de apenas un metro cuadrado. Estas son las dimensiones m¨¢s habituales de los alcorques, esos espacios abiertos en las aceras donde crecen los ¨¢rboles. En muchas urbes, estos alcorques est¨¢n tan des¨¦rticos como la superficie lunar, pues resulta muy com¨²n el uso de herbicidas para impedir que crezcan hierbas de forma espont¨¢nea. Sin embargo, en Valencia se deja que las plantas adventicias (malas hierbas) los recolonicen de forma libre, llen¨¢ndose de flores en primavera.
Hoy cuentan con 65.000 alcorques y cada uno de ellos puede marcar la diferencia en una calle, seg¨²n se?ala Sergi Campillo, vicealcalde y concejal de Ecolog¨ªa Urbana de esta ciudad: ¡°La gente en el barrio lo que tiene son sus ¨¢rboles, es su naturaleza, su reservorio de biodiversidad¡±. Aunque siempre hay voces en contra que todav¨ªa ven esta explosi¨®n vegetal como se?al de descuido, la realidad es que este cambio de pol¨ªtica a pie de ¨¢rbol ha supuesto la contrataci¨®n de 20 personas m¨¢s para controlar el crecimiento de las plantas y ocuparse del riego en la capital valenciana. ¡°Hay que cambiar la visi¨®n de las ciudades, pues tambi¨¦n pueden ser un espacio de oportunidad para la biodiversidad¡±, comenta Campillo, que asegura que de estos alcorques no solo salen ahora vistosos colores y aromas, sino tambi¨¦n polinizadores y otros insectos muy interesantes para las ciudades.
Una microrreserva de mariposas en Logro?o
La mariposa arlequ¨ªn (Zerynthia rumina) es uno de los lepid¨®pteros m¨¢s hermosos que pueden observarse en Espa?a. De hecho, no es posible hacerlo en muchos otros sitios. Esta especie de alas amarillas, rojas y negras vive fundamentalmente en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica y el sur de Francia. Uno de esos lugares privilegiados est¨¢ en Logro?o. Basta con coger la l¨ªnea 3 de autob¨²s y acercarse al barrio de El Campillo, en el borde de la ciudad, justo donde se terminan las calles de asfalto y los jardines de c¨¦sped. Aqu¨ª, en una zona ¨¢rida de matorral t¨ªpica mediterr¨¢nea de unas pocas hect¨¢reas, la asociaci¨®n Zerynthia trata de crear la primera microrreserva de mariposas en un entorno urbano en Espa?a. En los casos de plantas o insectos que no se mueven mucho, no hace falta proteger superficies muy grandes para conseguir resultados.
Esta asociaci¨®n espa?ola para la protecci¨®n de las mariposas ya ha logrado instaurar otras microrreservas en espacios rurales de Navarra, Huesca, Soria, ?vila o Valencia con las que trata de poner a salvo peque?as ¨¢reas valiosas para especies amenazas o de importancia singular. La diferencia en este caso, como explica Yeray Monasterio, presidente de Zerynthia, es que la expansi¨®n de la ciudad ha convertido ese enclave en una isla de la biodiversidad en un entorno urbano. Seg¨²n alerta el entom¨®logo, el problema ahora es que ¡°si sigue creciendo la ciudad y este espacio acaba cubierto de c¨¦sped, la mariposa arlequ¨ªn desaparecer¨ªa de todo Logro?o¡±. Aunque este es un ejemplo bastante excepcional, s¨ª son m¨¢s comunes en las urbes los llamados oasis de mariposas: otra figura impulsada por esta asociaci¨®n en colaboraci¨®n con los ciudadanos para crear peque?os espacios con plantas aut¨®ctonas en colegios y barrios de las ciudades que favorezcan la presencia de estos lepid¨®pteros. Como incide Monasterio, es otra forma de hacer las ciudades m¨¢s permeables a la biodiversidad.
Huertos a orillas del Tormes en Salamanca
A menos de dos kil¨®metros del centro de Salamanca, los primeros ciudadanos seleccionados por sorteo p¨²blico ya han empezado a trabajar en los huertos urbanos colocados a orillas del r¨ªo Tormes, en un nuevo parque creado tras la recuperaci¨®n de una zona degradada de 100.000 metros cuadrados. La apertura de estos 617 huertos constituye una de las acciones llevadas a cabo dentro de una estrategia mucho m¨¢s amplia para la regeneraci¨®n verde de esta ciudad: aparte de proporcionar alimentos, plantar tomates y lechugas tambi¨¦n contribuye a la recolonizaci¨®n vegetal y a acercar la biodiversidad. Como comenta Jos¨¦ Antonio de la Fuente, director del ¨¢rea de Medio Ambiente del Ayuntamiento salmantino, ¡°no son huertos pensados tanto para la producci¨®n como para generar vida¡±, la que trae la naturaleza y la de los vecinos, pues las plantas tambi¨¦n funcionan para acercar a las personas.?¡ªeps