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Las heridas abiertas de la infancia en IrakUn legado de muerte, traumas, abandono escolar y un futuro incierto golpean a los ni?os iraqu¨ªes, el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil de un conflicto interminable. El fot¨®grafo Diego Ibarra S¨¢nchez viaja a ese pa¨ªs, en colaboraci¨®n con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), con el objetivo de retratar a la ni?ez perdida por la guerra. Dalia, de 17 a?os, posa en su casa, en la ciudad de Mosul. A causa de un estallido en el bazar, sufri¨® heridas en su columna vertebral. Su padre muri¨® en la explosi¨®n. Diego Ibarra S¨¢nchez Un mural dibujado en las paredes de una escuela de primaria en Basora alerta a los ni?os de las minas y los restos de munici¨®n y explosivos abandonados. Diego Ibarra S¨¢nchez Mahmoud, de 47 a?os, perdi¨® una pierna, un brazo y sufri¨® graves heridas en la detonaci¨®n de munici¨®n sin explotar. Estuvo cuatro meses en coma. En la imagen, con su hija Hannan, en un hogar provisional en Habaniya. Diego Ibarra S¨¢nchez Retrato de Diab, de ocho a?os, en la ciudad de Faluya. Recibi¨® el impacto de un explosivo abandonado y sufri¨® graves heridas en su pierna. Diego Ibarra S¨¢nchez Retrato de Zainab, de 14 a?os, y su hermano Abd Alhussain, junto a su casa, en Zareeji (Basora). Ambos fueron afectados por una explosi¨®n. Diego Ibarra S¨¢nchez Zainab perdi¨® gran parte de su visi¨®n por la explosi¨®n de viejas municiones en Basora mientras recog¨ªa chatarra junto a su hermano. Diego Ibarra S¨¢nchez Yousef, de 12 a?os, fotografiado en la destruida escuela Jummuria, en Mosul. Quiere ser polic¨ªa. En el bombardeo de este colegio murieron varios ni?os y otros quedaron f¨ªsica y ps¨ªquicamente afectados. Diego Ibarra S¨¢nchez Hannan se encontraba pastoreando junto a su padre en Faluya cuando recibieron el impacto de un estallido. A¨²n conserva restos de metralla en su cuerpo y en un ojo. Diego Ibarra S¨¢nchez (EL PA?S) Un equipo de Unicef lleva a cabo una sesi¨®n informativa a un grupo de ni?os en Basora sobre los riesgos de los restos de municiones sin explotar. Diego Ibarra S¨¢nchez Hussein, de cinco a?os, en su hogar temporal, en Habaniya. Recibi¨® el impacto de una explosi¨®n hace dos meses mientras jugaba con sus amigos, perdi¨® parte de una oreja y a¨²n tiene metralla en sus manos y est¨®mago. Diego Ibarra S¨¢nchez