Barcelona quiere volver a ser el motor de la moda masculina
Las creaciones de los dise?adores reflejan un giro hacia lo t¨¦cnico, lo c¨®modo y lo h¨ªbrido
Hubo un tiempo en que los dise?adores de moda so?aban con alfombras rojas y rutilantes teatros de sociedad. E?aut Barruetabe?a (Mutriku, 29 a?os), sin embargo, sue?a con el planeta. No es una met¨¢fora: sus colecciones se inspiran en el permafrost, la deforestaci¨®n o, esta temporada, la cat¨¢strofe del Prestige. ¡°Llegu¨¦ a la moda siendo consciente de que es un mundo muy contaminante, as¨ª que llevo inmerso en esa lucha intern...
Hubo un tiempo en que los dise?adores de moda so?aban con alfombras rojas y rutilantes teatros de sociedad. E?aut Barruetabe?a (Mutriku, 29 a?os), sin embargo, sue?a con el planeta. No es una met¨¢fora: sus colecciones se inspiran en el permafrost, la deforestaci¨®n o, esta temporada, la cat¨¢strofe del Prestige. ¡°Llegu¨¦ a la moda siendo consciente de que es un mundo muy contaminante, as¨ª que llevo inmerso en esa lucha interna desde el principio¡±, explica el guipuzcoano. ¡°Todo se produce cerca de m¨ª, para reducir costes y ser una marca ¨¦tica¡±.
Desde su debut en 2019, E?aut presenta sus colecciones en la pasarela 080 Barcelona Fashion. Estudiaba Arquitectura en la capital catalana cuando se dej¨® tentar por la moda. ¡°En cuesti¨®n de estilo, Barcelona es una ciudad bastante libre que te permite investigar diferentes estilos sin sentirte juzgado¡±, afirma. Su lenguaje se nutre de lo deportivo para producir sudaderas, pantalones o camisetas minimalistas en talleres cercanos con lana regenerada o poli¨¦ster reciclado. Para su generaci¨®n, el c¨®mo importa tanto como el qu¨¦.
Con solo 20 a?os, J¨²lia G. Escrib¨¤ (Figar¨®-Montmany, Barcelona, 22 a?os) present¨® en la pasarela catalana el proyecto que hab¨ªa iniciado a los 15. ¡°Mi planteamiento inicial era medioambiental y ecol¨®gico¡±, explica. ¡°La moda fue una consecuencia. Quise hacer prendas termorreguladoras para reducir el n¨²mero de capas que vestimos¡±. Sus colecciones emplean tejidos utilizados por la NASA, lino y cupro, un material reciclado que recuerda a la seda. Produce entre Espa?a, Portugal y Alemania, y su base de operaciones est¨¢ en Matar¨®. Adem¨¢s, ha impulsado TheMedNew, un foro mediterr¨¢neo de innovaci¨®n. ¡°Catalu?a es capital textil¡±, explica. ¡°Me siento identificada con una forma de entender el dise?o que presta m¨¢s atenci¨®n al tejido, la forma o las texturas que al color¡±.
Las propuestas de E?aut y J¨²lia G. Escrib¨¤ reflejan el giro de la moda masculina hacia lo t¨¦cnico, lo c¨®modo y lo h¨ªbrido. Sin embargo, en Catalu?a el binomio formado por la moda para hombre y la innovaci¨®n textil viene de lejos. As¨ª lo corrobora el historiador y cr¨ªtico de arte y moda Josep Casamartina i Parassols, presidente de la Fundaci¨®n Antoni de Montpalau. ¡°El factor crucial fue la industria lanera, centrada en Sabadell y Terrassa, que tuvo un papel important¨ªsimo en la sastrer¨ªa cl¨¢sica¡±, explica. Menciona nombres como Gorina o Artextil, que durante parte del siglo XX suministraron pa?os a toda Europa. Tambi¨¦n, a partir de los a?os sesenta, los aires renovadores de firmas como Esteban Pila, Jerson, Mallerich y Armand Basi.
En la confluencia de esos factores hay un nombre bisagra entre industrias, sensibilidades y generaciones: Antonio Mir¨® (Sabadell, 1947-Barcelona, 2022). ¡°Le dio la vuelta al legado del clasicismo¡±, explica Casamartina i Parassols. ¡°En los sesenta el traje era algo propio de ejecutivos, pero Mir¨® lo devolvi¨® a la moda y lo regener¨®¡±. Los trajes de Mir¨®, desestructurados, o con materiales y colores inesperados, dejaron huella. ¡°Fue mi faro¡±, recuerda el dise?ador Josep Abril (Barcelona, 59 a?os). ¡°Mir¨® era el maestro, pero tambi¨¦n era accesible. Ven¨ªa a las escuelas y pod¨ªas hablar con ¨¦l¡±. Probablemente la principal aportaci¨®n de Mir¨® fue la idea del dise?ador moderno con vocaci¨®n comercial. ¡°La moda en Catalu?a procede de la industria textil. Los hijos de aquellos industriales fueron los que montaron Pasarela Gaud¨ª, con marcas que utilizaban esos tejidos. En Barcelona no se conceb¨ªa un dise?ador que no vendiese¡±, explica Abril. ¡°Yo mismo vengo del mundo textil. Empec¨¦ vendiendo tejidos con mi padre¡±.
Abril debut¨® en 1991 y lanz¨® su propia firma en 1997. ¡°Yo llevaba el tejido en las venas¡±, recuerda. ¡°En una ocasi¨®n, ped¨ª a un fabricante que mezclara algod¨®n y lana. Se neg¨® porque eran fibras diferentes que al lavarse o te?irse pod¨ªan reaccionar de forma diferente. Era justo lo que yo quer¨ªa: que pasase algo raro, que explotase¡±. Desde la irrupci¨®n de la pandemia, Abril ha sustituido provisionalmente los desfiles en 080 por presentaciones personalizadas, pero su firma sigue a pleno rendimiento y ha renovado su tienda online. Dotado de intuici¨®n para hacer prendas esenciales que hablan a trav¨¦s de texturas y juegos de patr¨®n, su cromatismo ha sido siempre intermedio. ¡°Una de las cosas que m¨¢s definen a la moda catalana son los colores¡±, explica. ¡°Aqu¨ª el rojo nunca ha sido rojo tal cual, igual que el azul¡±.
Con esta apreciaci¨®n coincide S¨ªlvia Ventosa, conservadora de tejidos y moda en el Museu del Disseny de Barcelona. ¡°Aqu¨ª la moda est¨¢ asociada a una imagen sobria, de cuatro botones y colores apagados¡±, explica. ¡°Importa m¨¢s la innovaci¨®n en el tejido que en la forma¡±.
El director creativo Pablo Erroz (Palma de Mallorca, 32 a?os) parte del realismo sin renunciar a la imaginaci¨®n. Es decir, prendas c¨®modas con gestos de estilo contundentes y textiles seleccionados a conciencia. Erroz incorpora a sus colecciones un 80% de materiales ya existentes. La piel que emplea, por ejemplo, procede de sobrantes de partida y se confecciona en un peque?o taller de Huesca. Las prendas de vestir se producen en Galicia. Todas estas tensiones se traducen en dise?os que juegan a los contrastes y con la asimetr¨ªa. Afianzado en la venta online, cree en el di¨¢logo directo con sus clientes. ¡°Vivimos en la era de las marcas morales, y eso consiste en hablar de m¨¢s cosas, no solo de moda¡±.
Erroz empez¨® el a?o pasado a desfilar en Madrid, pero durante la ¨²ltima d¨¦cada su hogar natural ha sido Barcelona. ¡°Hemos estado presentes durante muchas ediciones de 080 y fue all¨ª donde descubrimos que ¨¦ramos una marca principalmente masculina, aunque siempre he cre¨ªdo en el concepto de lo unisex¡±, explica. Con ¨¦l coincide J¨²lia G. Escrib¨¤. ¡°Hacer ropa sin g¨¦nero es m¨¢s sostenible, porque se reducen los patrones y la producci¨®n¡±, afirma. Esa revoluci¨®n se traslada tambi¨¦n a las instituciones responsables de narrar la moda del pasado y el presente: los museos. ¡°Hemos incorporado una nueva clasificaci¨®n en nuestras colecciones para incluir prendas no binarias¡±, explica Ventosa. En ¨²ltima instancia, la proyecci¨®n al futuro de la moda masculina conduce a su cuestionamiento. Pero el dise?o barcelon¨¦s lleva d¨¦cadas demostrando que no tiene miedo a confrontar tejido y sentido