James Lovelock, el controvertido legado del creador de la hip¨®tesis Gaia
El qu¨ªmico, medioambientalista y escritor brit¨¢nico, que falleci¨® en julio a los 103 a?os, gener¨® pol¨¦mica con su teor¨ªa de que la Tierra podr¨ªa ser considerada como un organismo vivo gigantesco
James Lovelock (1919-2022) siempre mantuvo que Marte era un planeta muerto. A?os antes de la llegada a la Luna, la NASA le escribi¨® para ver si pod¨ªa dise?ar un aparato liviano que separase los componentes de la atm¨®sfera marciana para una nave espacial. Lovelock ¡ªque se consideraba m¨¢s inventor que cient¨ªfico a pesar de sus m¨¢s de 80 art¨ªculos publicados en Nature y Science¡ª mont¨® en su granja en Wiltshire (Reino Unido) una jarra de...
James Lovelock (1919-2022) siempre mantuvo que Marte era un planeta muerto. A?os antes de la llegada a la Luna, la NASA le escribi¨® para ver si pod¨ªa dise?ar un aparato liviano que separase los componentes de la atm¨®sfera marciana para una nave espacial. Lovelock ¡ªque se consideraba m¨¢s inventor que cient¨ªfico a pesar de sus m¨¢s de 80 art¨ªculos publicados en Nature y Science¡ª mont¨® en su granja en Wiltshire (Reino Unido) una jarra de cocina sellada con tefl¨®n con una barra de paladio y una v¨¢lvula para simular la atm¨®sfera marciana. Viaj¨® a Pasadena (California) y dej¨® boquiabiertos a todos los ingenieros.
Cuando la sonda Viking lleg¨® a Marte en 1976, Lovelock predijo que no valdr¨ªa la pena. En Marte la atm¨®sfera est¨¢ equilibrada, y por eso es un mundo yermo de vida. Pero en la Tierra, los seres vivos mantienen las concentraciones de ox¨ªgeno y metano en la atm¨®sfera a lo largo de miles de millones de a?os. ¡°Jim se dio cuenta de que la vida interact¨²a con su entorno usando los fluidos ¡ªgases y l¨ªquidos¡ª para ingerir nutrientes y expulsar desperdicios¡±, explica el profesor Chris Rapley, del Departamento de Ciencias de la Tierra de la University College en Londres, y amigo de Lovelock.
Poco antes, Lovelock hab¨ªa lanzado su hip¨®tesis Gaia, con la colaboraci¨®n de la bi¨®loga Lynn Margulis, ahora elevada a teor¨ªa: la vida no surge cuando hay condiciones que lo permitan, como se cre¨ªa. Es la propia vida la que define las condiciones materiales en la Tierra que permiten su existencia. Y quiz¨¢ lo m¨¢s intrigante, la vida se asegura de que contin¨²en as¨ª. En otras palabras, la Tierra podr¨ªa ser considerada como un organismo vivo gigantesco, donde lo animado modifica lo inanimado; la vida como el Gran Regulador. La comunidad cient¨ªfica se revolvi¨® contra Lovelock. Prebostes de la biolog¨ªa, como John Maynard Smith, calificaron Gaia como ¡°religi¨®n diab¨®lica¡±. Pero Gaia obtuvo el aplauso del p¨²blico.
A ello se sum¨® algo que el propio Lovelock descubri¨® en 1967. Su mejor invento, un detector de electrones ultrasensible capaz de detectar trazas de contaminantes, le permiti¨® encontrar clorofluorocarbonos (CFC) ¡ªusados en propelentes, refrigerantes y espr¨¢is¡ª en los vientos atl¨¢nticos que barr¨ªan la costa occidental irlandesa. M¨¢s tarde, en un viaje a la Ant¨¢rtida, su aparato revel¨® que los CFC se dispersaban por todo el globo hasta all¨ª. Poco despu¨¦s se descubri¨® que los CFC estaban agujereando la capa de ozono. Y se prohibieron.
Lovelock pronostic¨® los problemas ambientales que ahora nos preocupan; en 2020 los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos y las olas de calor ser¨ªan la norma; y en 2040, Europa ser¨ªa poco menos que un desierto. Para evitar las emisiones, apost¨® por la energ¨ªa nuclear. ¡°Pensaba que los peligros de la radiaci¨®n hab¨ªan sido exagerados¡±, dice Rapley. Y el ecologismo lo abandon¨®.
Hasta su muerte a los 103 a?os el pasado julio se mostraba optimista y pesimista. ¡°A veces conclu¨ªa que los humanos somos demasiado est¨²pidos para controlar la tecnolog¨ªa que hemos creado¡±. Rapley recuerda: ¡°Jim cre¨ªa que Gaia no podr¨ªa ser entendible en el discurso humano y en los libros. Se acordaba de lo que admiti¨® el mismo James Clerk Maxwell ante la Royal Society brit¨¢nica, que se sinti¨® incapaz de explicar las reglas de la m¨¢quina de vapor, a pesar de lo efectiva que era. Me coment¨®: si algo tan simple era inexplicable para uno de nuestros m¨¢s grandes f¨ªsicos, qu¨¦ posibilidad tenemos de explicar Gaia mediante los garabatos¡±.