Mar¨ªa Jos¨¦ Llergo: ¡°Parece que los sue?os solo pasan en las ciudades y que por tener cierto origen no est¨¢s a la altura¡±
Volvemos junto a la joven cantaora a Pozoblanco, su pueblo natal. All¨ª ha rodado el videoclip de su nuevo sencillo, ¡®Mi nombre¡¯
Hacer realidad tu sue?o donde tanto tiempo se fragu¨®¡±. Con este cr¨ªptico mensaje, Mar¨ªa Jos¨¦ Llergo (Pozoblanco, C¨®rdoba, 1994) anunciaba en su cuenta de Instagram que se encontraba en el lugar en el que todo empez¨®. Su pueblo, Pozoblanco, del que se fue hace una d¨¦cada a Barcelona con una beca bajo el brazo. Desde entonces, ha ido regresando a ejercer de taruga (as¨ª se denominan los habitantes de este pueblo) con la terca frecuencia de quien no puede ni quiere dejar de ser de donde es. La misma obcecada obstinaci¨®n con la que ha conservado su pr¨ªstino acento, ese que le hizo, entre otras cosa...
Hacer realidad tu sue?o donde tanto tiempo se fragu¨®¡±. Con este cr¨ªptico mensaje, Mar¨ªa Jos¨¦ Llergo (Pozoblanco, C¨®rdoba, 1994) anunciaba en su cuenta de Instagram que se encontraba en el lugar en el que todo empez¨®. Su pueblo, Pozoblanco, del que se fue hace una d¨¦cada a Barcelona con una beca bajo el brazo. Desde entonces, ha ido regresando a ejercer de taruga (as¨ª se denominan los habitantes de este pueblo) con la terca frecuencia de quien no puede ni quiere dejar de ser de donde es. La misma obcecada obstinaci¨®n con la que ha conservado su pr¨ªstino acento, ese que le hizo, entre otras cosas, participar en el anuncio de Cruzcampo junto a una hologr¨¢mica Lola Flores. ¡°Reivindico el acento y la identidad. Para m¨ª es importante que todo el mundo sepa de d¨®nde vengo y c¨®mo entiendo la m¨²sica. La luz que tiene Andaluc¨ªa¡¡±, dice Llergo.
Esta vez el motivo de la visita a su tierra tiene casi m¨¢s que ver con motivos institucionales, si entendemos que ella all¨ª ya casi lo es, que particulares. Ha venido a rodar el clip de su nuevo sencillo, Mi nombre. Y, de paso, ense?arle al mundo su pueblo y devolverle un orgullo que qued¨® para siempre lastrado con aquel suceso de hace 38 a?os que forma parte de cierta historia nacional y que parece ligado por siempre jam¨¢s a este pueblo cordob¨¦s. Una de sus mejores amigas, Luna Mu?oz Jurado, saca pecho: ¡°Muchas veces, cuando digo que soy de Pozoblanco, me dicen: ¡®Ah, donde muri¨® Paquirri¡¯. Yo siempre contesto: ¡®S¨ª, y de donde tambi¨¦n es Mar¨ªa Jos¨¦ Llergo¡±.
¡°Quer¨ªa grabar el clip en mi pueblo, hacerle ver a mi gente que es importante y que se viera que la misma persona que va a hacer recados para su madre al supermercado, a comprar prensa con su padre al quiosco o a comer churros en la churrer¨ªa puede hacer videoclips, ganar un Goya, salir en portadas de revistas o conocer a personas maravillosas como Rossy de Palma que parec¨ªan estar solo metidas en la tele. Que a veces parece que los sue?os solo pasan en la televisi¨®n o en las ciudades y que por tener cierto origen o cierta condici¨®n no est¨¢s a la altura. Y eso no es as¨ª¡±. As¨ª, en el videoclip desfilan las vecinas (¡°ayer par¨® la grabaci¨®n para echarse una foto con todas¡±, cuenta Amelia Calero, ¨ªntima amiga de la familia), el quiosco (¡°el mismo donde yo compraba las chucher¨ªas es ahora el que me guarda las revistas en las que salgo¡±, dice Llergo), la feria, el patio, la taruga de adopci¨®n que saluda al pasar (¡°me alegro de verte, que ya te conoc¨ªa de la tele. ?Te queremos mucho!¡±).
En Mi nombre, como es habitual en las letras de Llergo, la cantante se pregunta en voz alta, alt¨ªsima, qu¨¦ le ha pasado en estos ¨²ltimos a?os. ¡°Escrib¨ª esta canci¨®n¡±, explica Llergo, ¡°en un momento en el que sent¨ª que hab¨ªa una diferencia entre c¨®mo soy como persona y artista y c¨®mo la gente que yo quiero me ve¨ªa. Empezaron a ver m¨¢s a la artista que a la persona y a diferenciarla, y yo, por espejo, hac¨ªa lo mismo. Y me dec¨ªa: ¡®Pero ?qu¨¦ est¨¢ pasando?, ?qu¨¦ estoy perdiendo?¡¯. No soy dos personas, soy una. Cuando entend¨ª que quer¨ªa y pod¨ªa ser las dos cosas hice esta canci¨®n¡±. Esta desnudez expositiva en la l¨ªrica de Llergo no es nueva. En palabras de su representante, Laura Llamas, ¡°ella es muy pura y estamos muy faltos de esto. Ve naturaleza en lugares en los que nosotros no nos paramos a mirar. Ve poes¨ªa en cosas que a nosotros nos pasan inadvertidas. Siempre dice que su abuelo recuerda su vida en funci¨®n de las canciones y que por eso ella no puede sacar un tema cada mes. No le dar¨ªa tiempo a contar lo que quiere. Hemos elegido un camino que no es el m¨¢s r¨¢pido ni el m¨¢s f¨¢cil, pero quiz¨¢s s¨ª el m¨¢s seguro¡±. Un ritmo que parece ir a la contra del que marcan las discogr¨¢ficas y la vor¨¢gine de un mundo que sabe bien poco de pausas. ¡°Yo voy a ir a mi ritmo¡±, afirma rotunda Llergo. ¡°Voy a sacar las obras tanto musicales como visuales cuando est¨¦n, no cuando el mercado diga que se compran mejor. ?Que esto no es la Bolsa!¡±.
Sus caminos son otros. Basta pararse a mirar el disco que la puso en el mapa. El ¨ªntimo, conmovedor y pur¨ªsimo Sanaci¨®n (Sony, 2020), que sali¨® justo antes, casualidades, de que el mundo enfermara globalmente. Un disco con siete canciones como los siete chakras y que tiene la duraci¨®n exacta de una meditaci¨®n guiada. Declaraci¨®n de intenciones se queda corto. ¡°Cuando hice Sanaci¨®n¡±, explica la de Pozoblanco, ¡°estaba en un momento complicado. Un momento en el que por fin ten¨ªa mi oportunidad y en el que estaba tan cansada de luchar que no ten¨ªa fuerzas para verlo como algo bueno, sino con mucha ansiedad y miedo. Pensaba que no pod¨ªa, que no estaba a la altura, que no era lo que se esperaba de una artista al uso. ?Lo que se espera de una artista al uso no es que os lleve hoy al campo y os presente a todos los animalitos [risas]! Se espera maquillaje, postureo, apariencia, ascendencia de venir de familia de artista o con dinero. Lo que me ha ense?ado el arte es que es transversal y que cambia la vida de la gente para mejor venga del infierno del que venga. En mi caso no vengo de ninguno, pero s¨ª que me daba mucho miedo el rechazo, que me insultaran por internet, que no me entendieran o que no entendieran a mi pueblo¡±.
Por eso no es de extra?ar que, a pesar del revuelo general por el rodaje del clip, Llergo est¨¦ lejos de encarnar el clich¨¦ de estrellona volviendo a su tierra rodeada de su troupe y envuelta en oropeles. Porque, como dice Elena Garc¨ªa Carrillo, una de sus mejores amigas, ¡°Mar¨ªa Jos¨¦ es m¨¢s de campo que las amapolas¡±.
Llergo recibe en su casa del campo rodeada de sus animalicos, su inseparable perrete Torrezno (¡°?que por qu¨¦ se llama as¨ª? ?M¨ªralo! Es igual que un torrezno¡±, bromea la cantante), su burrito Pavarotti o uno de sus gatitos con posiblemente el mejor naming de la historia: Catmar¨®n. ?El look? Sudadera, pantalones anchos y zapatillas. Porque igual que no hay impostura ni artificio, lo que tampoco hay es un quedarse en lo que fue. Que en la mezcla tambi¨¦n hay mucha pureza parece querer decir cada gesto ¡ªmusical o no¡ª de Llergo. ¡°Es que la pureza bien entendida no est¨¢ re?ida con la mezcla¡±, asegura la artista. ¡°Vivo en el siglo XXI y no tiene sentido que me vista de flamenca si estoy haciendo electr¨®nica¡±.
Prueba de ese eclecticismo tan bestia es asomarse a su gloriosamente dispar lista de reproducci¨®n de Spotify. Desde FKA Twigs hasta Beyonc¨¦, pasando por Mora¨ªto, La Tana, Carmen Amaya, Antonio El Rubio (¡°un cantaor que he descubierto hace poco y tiene un toque moruno precioso¡±), Skepta (¡°de mis favoritos,¡±), D¡¯Angelo, Estrella y Enrique Morente, mucho afrobeat, Tomatito, Little Simz (¡°la vimos en el Primavera en Oporto, una pasada¡±), Pongo, Calle 13, Triana, ESG, Lole y Manuel, Mac Miller, Fuel Fandango, Kendrick Lamar, Ralphie Choo (¡°un chaval nuevo de Madrid que est¨¢ haciendo cosas superguais¡±), 50 Cent o Willie Col¨®n¡ ¡°?Como hila mi cerebro, nadie lo sabe!¡±, exclama tras el esquizofr¨¦nico repaso.
Una curiosidad insaciable, una tenacidad envidiable y una pasi¨®n desbocada (¡°si no canto, me muero de pena¡±) que han marcado todos y cada uno de los pasos de la cantante. ¡°Cuando dije que quer¨ªa cantar¡±, recuerda, ¡°fue una ruptura. Yo repasaba y repasaba la hoja de carreras y, de las 200 que hab¨ªa, no encontraba el cante por ning¨²n lado. Me daba dolor porque sab¨ªa que mi familia no estaba de acuerdo. Mi madre estaba en paro en aquellos momentos y mi padre es electricista. Entraban 1.000 euros en casa para todos¡±. Luego empezaron los primeros conciertos en bodas y bautizos y en alg¨²n pub. ¡°Cantaba todos los meses en el Gaultier y ahora voy vestida de Gaultier. ?C¨®mo cambian las cosas!¡±, r¨ªe. ¡°Desde peque?a¡±, cuenta Elena Garc¨ªa Carrillo, ¡°todo el mundo le dec¨ªa que, con lo bien que cantaba, se presentara a La voz o a Operaci¨®n Triunfo. Pero ella siempre lo tuvo muy claro: quer¨ªa formarse y trabajar en ello¡±.
Las benditas becas ayudaron a que el camino elegido pudiera andarse. Un camino que empez¨® a hacerse real con la salida, a¨²n sin discogr¨¢fica ni representante, de Ni?a de las dunas, que ser¨ªa la antesala de todo lo que le esperaba. Como el Goya a la mejor canci¨®n original (Te espera el mar, de la pel¨ªcula Mediterr¨¢neo), en cuya gala Mar¨ªa Jos¨¦ fue m¨¢s Mar¨ªa Jos¨¦ que nunca, esa mezcla desar?mante de espontaneidad y genuina emoci¨®n. Entre l¨¢grimas articul¨®: ¡°No sab¨¦is cu¨¢nto tiempo Mar¨ªa Jos¨¦ peque?ita luch¨® y so?¨® por estar en un sitio como este hoy. ?Hola, Pen¨¦lope!¡±. O c¨®mo llenar recintos tan emblem¨¢ticos de la capital como el Circo Price. ¡°La pandilla no fue consciente de lo que estaba pasando con Mar¨ªa Jos¨¦¡±, relata Carrillo, ¡°hasta que fuimos a verla al Circo Price y la cola rodeaba el recinto. Ah¨ª dijeron: ¡®Madre m¨ªa, ?estamos en Madrid y toda esta gente viene a ver a nuestra Mar¨ªa Jos¨¦!¡±.
Pero cuando a ella se le pregunta por los momentos fundamentales, vuelve a su abuelo, que fue quien le ense?¨® a cantar (¡°soy una privilegiada de haber podido estar a su vera y que me ense?ara¡±), a su ni?ez (¡°es que la infancia que me han regalado¡¡±) y a la tierra, verdadero origen de todo (¡°mi referencia siempre ha sido la naturaleza. Mi toma de tierra y mi lecci¨®n de humildad. Es imposible tener un ego desmesurado si miras al cielo y te das cuenta de la inmensidad que hay. ?Y aqu¨ª el cielo se ve estupendo!¡±). Una proclama que tiene muy poco de nost¨¢lgica y mucho m¨¢s de pol¨ªtica de lo que pudiera parecer. ¡°Aqu¨ª, en el pueblo, nos conocemos todos, y si a uno le hacen falta patatas, pues se las cambia a otro por cebollas. Es una relaci¨®n de cooperaci¨®n, pura. Relacionarte con la naturaleza de manera altruista. Si riegas una planta, crece y te da su fruto. Si alimentas un animalito y lo cuidas, te lo agradece, te acompa?a y te mima. Y eso no se compra¡±.
Llergo, que compone con audios de voz, canta mientras friega los platos (¡°me relaja mucho¡±) y ha conseguido seguir siendo ingobernable (¡°que se lo pregunten a mi manager¡±). ¡°Quiero dar un pasito m¨¢s all¨¢. Sacar los pies del tiesto y divertirme¡±, anuncia. Nos quedamos contando los minutos, que ser¨¢n, como acostumbra y parafraseando a La Mala, los que ella marque.