?A qu¨¦ sabe un vino de 160 a?os? Apuntes de una cata hist¨®rica en Marqu¨¦s de Riscal
Marqu¨¦s de Riscal es uno de los pocos productores del mundo que puede mostrar a qu¨¦ sabe un vino de 160 a?os. La m¨ªtica bodega de Elciego celebr¨® una cata hist¨®rica con 30 cosechas de los siglos XIX, XX y XXI. Un viaje enol¨®gico al pasado.
Cuando Marqu¨¦s de Riscal elabor¨® su primer vino en 1862, los norteamericanos estaban inmersos en la guerra de Secesi¨®n, Victor Hugo acababa de publicar Los miserables y en Espa?a reinaba Isabel II. El pasado mes de septiembre la bodega degoll¨® tres de las ¨²nicas 16 botellas que quedaban de esa cosecha para dar el pistoletazo de salida a una cata que recorri¨® tres siglos y demostr¨® que la historia se puede contar tambi¨¦n desde una copa de vino.
Ese 1862 es el vino embotellado m¨¢s antiguo de rioja. Con menos de 10 grados de alcohol (hoy los tintos de la regi¨®n se mueven entre el 13...
Cuando Marqu¨¦s de Riscal elabor¨® su primer vino en 1862, los norteamericanos estaban inmersos en la guerra de Secesi¨®n, Victor Hugo acababa de publicar Los miserables y en Espa?a reinaba Isabel II. El pasado mes de septiembre la bodega degoll¨® tres de las ¨²nicas 16 botellas que quedaban de esa cosecha para dar el pistoletazo de salida a una cata que recorri¨® tres siglos y demostr¨® que la historia se puede contar tambi¨¦n desde una copa de vino.
Ese 1862 es el vino embotellado m¨¢s antiguo de rioja. Con menos de 10 grados de alcohol (hoy los tintos de la regi¨®n se mueven entre el 13% y el 14,5% vol.) y un color m¨¢s que digno para su edad, se expresaba con notas terrosas (champi?¨®n) y de tabaco, mientras que su excelente acidez serv¨ªa de columna vertebral para aportar energ¨ªa y persistencia en el paladar. Podr¨ªa haber pasado muy bien por un tinto de 40 o 50 a?os, pero ten¨ªa 160.
La colecci¨®n que Marqu¨¦s de Riscal atesora en su Boteller¨ªa Hist¨®rica es ¨²nica en el mundo y se ha mantenido milagrosamente intacta a lo largo del tiempo en el silencio y la oscuridad de sus calados subterr¨¢neos. No solo no hay duda posible sobre su procedencia, sino que la conservaci¨®n ha sido impecable. Los ¨²nicos movimientos han tenido como objeto sustituir corchos de partidas concretas bajo la supervisi¨®n del Consejo Regulador.
La bodega naci¨® con la voluntad de producir vinos finos capaces de envejecer gracias a la visi¨®n de su fundador, Guillermo Hurtado de Am¨¦zaga (1795-1878), marqu¨¦s de Riscal. Instalado en Burdeos desde 1836 para esquivar las turbulencias pol¨ªticas de la ¨¦poca y las guerras carlistas, la vibrante vida comercial de esta ciudad francesa le permiti¨® prosperar en los negocios y codearse con una sociedad entre la que se encontraban los propietarios de algunos de sus m¨¢s prestigiosos ch?teaux.
Muy pronto, tendr¨ªa la oportunidad de seguir sus pasos al heredar de su hermana una propiedad vit¨ªcola en Elciego, dentro de los actuales l¨ªmites de la Rioja Alavesa. Frente al glamur franc¨¦s, los vinos riojanos de la ¨¦poca carec¨ªan de calidad y prestigio, pero la voluntad de mejora por parte de la administraci¨®n y de otros productores alumbr¨® el M¨¦doc Alav¨¦s. Esta iniciativa, bautizada con el nombre de la zona m¨¢s famosa de Burdeos y financiada por la Diputaci¨®n de ?lava, se benefici¨® de los contactos de Hurtado de Am¨¦zaga para contratar a Cadiche Pineau, en¨®logo del entonces prestigioso Ch?teau Lanessan, quien aterriz¨® en La Rioja en el verano de 1862, a tiempo para comprar barricas, tinas y todo el material necesario para esa primera vendimia hist¨®rica.
Uno de los mandamientos de la filosof¨ªa bordelesa era la estabilizaci¨®n del vino mediante la crianza en barricas de roble durante al menos dos a?os, lo que creaba un inmovilizado y retrasaba la obtenci¨®n de ganancias. Aunque los vinos fueron un ¨¦xito, la escasez de recursos dio al traste con el M¨¦doc Alav¨¦s. No con Riscal, que contrat¨® a Pineau y continu¨® aplicando el modelo franc¨¦s. Esto inclu¨ªa la venta del vino a trav¨¦s de los comerciantes de Burdeos, el cultivo de variedades francesas junto a las locales o el h¨¢bito de contar con en¨®logos galos, costumbre que se mantuvo hasta mediados de la d¨¦cada de 1950.
Si el siglo XIX fue particularmente turbulento en lo pol¨ªtico, los vi?edos europeos tuvieron que lidiar con las plagas llegadas de Am¨¦rica. Tras el o¨ªdio y el mildiu, la devastaci¨®n creada por la filoxera marc¨® un antes y un despu¨¦s en el mundo del vino. El ¨²nico freno efectivo para el insecto devorador de ra¨ªces fue injertar las vides europeas en pies de vid americana, naturalmente inmunes a su ataque.
As¨ª, nada interfer¨ªa el flujo de savia entre la ra¨ªz y la parte a¨¦rea de la planta en las vi?as que alimentaban los tintos del XIX. El cultivo se restring¨ªa a los suelos m¨¢s pobres, los rendimientos eran bajos y los granos de uva peque?os y concentrados. Solo as¨ª se puede entender que cosechas como 1870, 1876, 1886 o 1899 hayan conservado asombrosamente no solo el color (el 1870 podr¨ªa pasar por un 1970), sino tambi¨¦n la presencia y el volumen en boca, cuando el perfil m¨¢s habitual de riojas viejos es de tintos ligeros y sedosos delineados por la acidez. En Riscal, de hecho, conviven los dos estilos (ah¨ª est¨¢ la expresi¨®n delicada y sutil de un 1871 o el car¨¢cter evocador de un ????), pero es el primero el que le da el toque diferencial a la casa.
Los aromas de estos vinos centenarios van desde las notas pulverulentas y a desv¨¢n hasta expresiones mucho m¨¢s complejas e incluso barrocas: recuerdos de brandi, frutos secos, especias dulces, caf¨¦ o chocolate. Con el cambio de siglo, las a?adas 1909 y 1911, m¨¢s delgadas y ligeras, acusan la menor profundidad de las vi?as j¨®venes y muestran la lenta reconstrucci¨®n que sigui¨® a la filoxera, aunque conserven, particularmente la 1911, cierta viveza. Los a?os veinte se revelaron plenos de energ¨ªa: con fruta el 22; mentolado, redondo y elegante el 24. De los a?os de la Rep¨²blica, el 35 impact¨® por su sedosidad, riqueza de matices, frescura herbal y largo final.
En el archivo documental de Riscal se conservan libros de vendimia, descripciones detalladas de las distintas cosechas e incluso caracterizaciones de variedades realizadas por ingenieros franceses. ¡°De lo que no hay constancia escrita es de los porcentajes de variedades que utilizaban en los vinos¡±, puntualiza Francisco Hurtado de Am¨¦zaga, el director t¨¦cnico de las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas y tataranieto del fundador. En el siglo XIX, era habitual la mezcla de castas, incluso blancas y tintas, en una misma vi?a. Si la tempranillo siempre ha estado presente (Hurtado de Am¨¦zaga dice que los mejores ejemplos son excepcionales), la graciano fue la que m¨¢s cost¨® recuperar tras la filoxera.
De las tra¨ªdas de Francia, la cabernet sauvignon empez¨® a cobrar cierto peso a partir de 1870 y es la que ha tenido mayor continuidad hasta nuestros d¨ªas. A partir de los a?os veinte, pero sobre todo en los cuarenta y cincuenta, los vinos en los que estaba m¨¢s presente se marcaban internamente como Reserva M¨¦doc o XR (Xtra Reserva). El paradigma de este estilo es el 1945, un vino amplio, exultante, fin¨ªsimo, serio y con un final de boca interminable que da las caracter¨ªsticas notas de hojarasca y grosella de la variedad. Podr¨ªa pasar por un grandioso burdeos, pero es, sin duda, uno de los mejores tintos que se hayan elaborado nunca en Rioja y en Espa?a.
Este incontestable 1945 fue la inspiraci¨®n para, tras un periodo centrado en vinos con menos capacidad de guarda desde finales de los sesenta, crear el que est¨¢ considerado como el primer rioja moderno. Bar¨®n de Chirel se estrena en la cosecha 1986 mirando a Francia y dej¨¢ndose aconsejar sucesivamente por en¨®logos de renombre como Guy Guimberteau, Paul Pontallier o la actual consultora Val¨¦rie Lavigne. Con la cata de cinco a?adas de este tinto llega el ba?o de realidad de los tiempos actuales, graduaciones m¨¢s del siglo XXI entre el 13% y el 14,5% vol., pero tambi¨¦n cosechas complejas con buenos mimbres para envejecer como 2001 o 2010.
M¨¢s de siglo y medio despu¨¦s de su fundaci¨®n, Marqu¨¦s de Riscal es quiz¨¢s m¨¢s conocida por los voladizos de colores de Frank Gehry que reciben a los visitantes, pero su esencia est¨¢ atrapada en cada una de las m¨¢s de 140.000 botellas que duermen en sus calados.