No es lo mismo cenar solo que acompa?ado
La percepci¨®n de cualquier experiencia, por ejemplo, comer en un restaurante, cambia seg¨²n las circunstancias: si estamos solos, acompa?ados, disgustados, alegres¡
El fil¨®sofo austriaco Ludwig Wittgenstein falleci¨® trabajando en un ensayo que a la postre dio cuerpo al libro Sobre la certeza. En ¨¦l expon¨ªa que el esc¨¦ptico, aquella persona que recela radicalmente, elude que sus dudas solo tienen sentido en un sistema de convicciones, puesto que, al expresar su idea, no vacila del significado de las palabras que la comunican. Para poder dudar de una propuesta, sosten¨ªa, debemos ser capaces de entender primero lo que la propuesta significa.
Se estima que un individu...
El fil¨®sofo austriaco Ludwig Wittgenstein falleci¨® trabajando en un ensayo que a la postre dio cuerpo al libro Sobre la certeza. En ¨¦l expon¨ªa que el esc¨¦ptico, aquella persona que recela radicalmente, elude que sus dudas solo tienen sentido en un sistema de convicciones, puesto que, al expresar su idea, no vacila del significado de las palabras que la comunican. Para poder dudar de una propuesta, sosten¨ªa, debemos ser capaces de entender primero lo que la propuesta significa.
Se estima que un individuo toma alrededor de 2.000 decisiones cada hora. Ordinariamente sobre asuntos de ¨ªndole menor, como dar, o no, otro sorbo al caf¨¦, o involucrando respuestas m¨¢s creativas, como qu¨¦ hacer para cenar con los restos del d¨ªa anterior, en el marco de una cotidianidad llena de est¨ªmulos y llamadas de atenci¨®n. Tal vez sea ese el motivo por el cual concedo especial inter¨¦s a la forma en que los entendidos alcanzan a comprender lo que experimentan desde su entarimado conocimiento.
Hace un tiempo, antes de que cayeran en mis manos estudios que plantean que los procesos de percepci¨®n fijan primero la parte emocional y despu¨¦s la cognitiva, le¨ª una opini¨®n de un c¨¦lebre cr¨ªtico de cine apuntando que en ocasiones las condiciones en las que ve¨ªa una pel¨ªcula le desfiguraban los transparentes valores de ella o a la inversa. Que, donde cre¨ªa ver poes¨ªa, en realidad no hab¨ªa m¨¢s que pretensiones y trampas. Mencionaba que el dormir poco y mal, sentir fatiga o cargar con una situaci¨®n emocional transitoria de abatimiento encapota una evidencia que, tiempo despu¨¦s, en un contexto m¨¢s favorable, se ve modificada. Lo que en una primera visi¨®n le amodorraba o le irritaba, luego le resultaba magn¨¦tico, dec¨ªa. Hay que tener en cuenta que cuando hay un empacho extenuante, la disposici¨®n circula por el desinter¨¦s y el desd¨¦n, no por la predisposici¨®n. La controversia se da en el punto donde la desgana mental afecta a decidir qu¨¦ se considera relevante o anecd¨®tico. La misma decisi¨®n de procesar o ignorar un hecho o dato evidencia unas preferencias, una predilecci¨®n y hasta un ideario.
Un aroma, imagen o palabra predispone al cerebro situ¨¢ndolo en el contexto personal de las experiencias individuales. El hipocampo es el ¨¢rea del cerebro que confronta los est¨ªmulos con los recuerdos, que operan como una prolongaci¨®n de vivencias anteriores. Pero si se produce lo que el psic¨®logo social Roy F. Baumeister design¨® como fatiga de decisi¨®n, el cerebro ataja por medio de respuestas condicionadas que sortean la tensi¨®n del an¨¢lisis reflexivo, que es el que trata de buscar una explicaci¨®n. Que el cerebro no responde del mismo modo si una persona va sola, acompa?ada, si est¨¢ disgustada o alegre, lo percibimos cada d¨ªa en los restaurantes, donde observamos c¨®mo, en funci¨®n del estado mental de los comensales, se atiende de forma distinta la misma situaci¨®n.
De igual manera, una conducta m¨¢s creativa y abierta al desaf¨ªo no responde igual que un car¨¢cter m¨¢s conservador. Hay individuos encerrados en el h¨¢bito de comer lo mismo todos los d¨ªas en tanto que otros consagran su empe?o a la b¨²squeda, la novedad, que en funci¨®n de su car¨¢cter, m¨¢s abstracto o concreto, ser¨¢ acometida en un ¨¢rea delantera o trasera del l¨®bulo frontal, seg¨²n una investigaci¨®n de la Brown University de EE UU. ¡°No me importa lo que como a menos que sea siempre lo mismo¡±, manifestaba un instruido Ludwig Wittgenstein, gracias a un entorno familiar que favoreci¨® su desarrollo intelectual y cultural, pero no el gastron¨®mico. ¡°Revolucionario ser¨¢ aquel que pueda revolucionarse a s¨ª mismo¡±, sentenci¨®, abriendo la puerta a rastrear alternativas. Tal vez tejidas con el desasosiego que provoca el v¨¦rtigo de la pelea con unos m¨¢rgenes que describen las propias limitaciones. Esencialmente porque, seg¨²n lo que el observador se est¨¦ preguntando, el modo en el que concibe el est¨ªmulo var¨ªa.
El plato
K¨¦fir de uvas al sarmiento
El k¨¦fir de agua, aunque similar, no es el mismo al que estamos acostumbrados que el llamado k¨¦fir l¨¢cteo. El k¨¦fir de agua est¨¢ hecho con n¨®dulos llamados t¨ªbicos y permite a un l¨ªquido obtener unas nuevas caracter¨ªsticas organol¨¦pticas aparte de saludables.
Ingredientes
(para cuatro personas)
Para el zumo de uva al sarmiento:
1,5 kilos de uva blanca.
Sarmiento.
Para el k¨¦fir de uva:
1 litro de zumo de uva.
60 gramos de az¨²car.
40 gramos de k¨¦fir de agua.
Elaboraci¨®n
El zumo de uva al sarmiento:
Realizar una brasa con el sarmiento y tostar a fuego muy fuerte los ramilletes de uva enteros. Separar los granos de uva del rasp¨®n y licuarlos. Reservar en fr¨ªo.
El k¨¦fir de uva:
Para la perfecta ejecuci¨®n de esta recetatodos los utensilios deben ser desinfectadospreviamente con alcohol.
El k¨¦fir es un conjunto de microorganismos vivos, por lo cual su elaboraci¨®n depender¨¢ de factores que est¨¢n fuera de nuestro alcance. Losconjuntos de levaduras, hongos y bacteriaspueden tener un tiempo u otro de crecimiento.
Por cada litro de jugo de uva, a?adimos60 gramos de az¨²car y 40 gramos de k¨¦fir en un tarro de cristal cubierto con tela fina. Dejar dos d¨ªas a temperatura ambiente, hasta que empieza a burbujear.
Filtrar el k¨¦fir y embotellar, dejar 24 horas m¨¢s, hasta que veamos que las burbujas sonpersistentes y la acidez agradable. Conservaren botella en refrigeraci¨®n.
Acabado y presentaci¨®n
Servir fr¨ªo en una copa.