Marco de Vincenzo, dise?ador: ¡°Soy esclavo de la moda y lo soy por voluntad propia¡±
El nuevo director creativo de Etro reinventa la m¨ªtica casa milanesa sin olvidar que esta es un emblema y una rareza de la moda italiana.
El verano pasado, poco despu¨¦s de ser nombrado director creativo de Etro, el dise?ador Marco de Vincenzo (Messina, 44 a?os) se reuni¨® con Gerolamo Etro, Gimmo, el hombre que hab¨ªa fundado la empresa en 1966. ¡°Mientras com¨ªamos juntos, el se?or Etro me habl¨® de la ¨¦poca en que la empresa todav¨ªa no era una marca de moda, sino una compa?¨ªa textil, y ¨¦l creaba mezclas maravillosas de tejido escoc¨¦s, de cuadros, y las llevaba en sus viajes para vend¨¦rselas a otras marcas¡±. Aquel recuerdo ...
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El verano pasado, poco despu¨¦s de ser nombrado director creativo de Etro, el dise?ador Marco de Vincenzo (Messina, 44 a?os) se reuni¨® con Gerolamo Etro, Gimmo, el hombre que hab¨ªa fundado la empresa en 1966. ¡°Mientras com¨ªamos juntos, el se?or Etro me habl¨® de la ¨¦poca en que la empresa todav¨ªa no era una marca de moda, sino una compa?¨ªa textil, y ¨¦l creaba mezclas maravillosas de tejido escoc¨¦s, de cuadros, y las llevaba en sus viajes para vend¨¦rselas a otras marcas¡±. Aquel recuerdo fragmentario qued¨® almacenado en la mente del dise?ador, que afrontaba la imponente tarea de ser el primer creativo ajeno a la familia Etro al frente de las colecciones de la casa. No le sobraba el tiempo: su primera colecci¨®n de moda femenina, que desfil¨® el pasado septiembre, se dise?¨® y produjo en tres semanas y media. ¡°Fue un reto lograrlo y me siento orgulloso¡±, recuerda. En enero de 2023, cuando lo visitamos en Mil¨¢n, acaba de presentar su primera colecci¨®n masculina y ya no se siente ¡°un invitado¡±. En estos meses, De Vincenzo se ha empapado de la historia de la marca y ha recolectado aqu¨ª y all¨¢ an¨¦cdotas que articulan un peculiar reinicio que no renuncia a las ra¨ªces.
Etro es a la vez un emblema y una rareza en el made in Italy, el poderos¨ªsimo sistema empresarial que, durante la segunda mitad del siglo XX, transform¨® venerables f¨¢bricas textiles en pujantes y modern¨ªsimas firmas de moda. Sus estampados complejos y abigarrados ¡ªespecialmente el de cachemira o paisley¡ª, su uso levemente extravagante del color y su reinterpretaci¨®n del clasicismo bajo la ¨®ptica de lo ex¨®tico, lo viajero y lo cosmopolita hablan de aquellos vibrantes a?os sesenta en que Europa, contracultura mediante, empezaba a abrirse a otras latitudes. Liderada creativamente durante d¨¦cadas por Veronica y Kean, hijos del fundador, la llegada de De Vincenzo ha supuesto un peque?o terremoto en el sector. El siciliano reconoce que, en parte, es un efecto deliberado. ¡°Hoy, tras el desfile, algunas personas me han comentado que hab¨ªa pocos estampados de cachemira. Es verdad. Me encanta ese motivo, pero puede llegar a ser un lastre, que es lo que sucede cuando las cosas se vuelven demasiado r¨ªgidas. Desde que llegu¨¦, estoy explorando elementos menos evidentes, que forman parte de la historia de la marca pero no se conocen. En medio siglo, Etro ha hecho mucho. Voy recopilando esas an¨¦cdotas y, cuando llega el momento y me encuentro con un tejido de cuadros escoceses, decido incorporarlo. Tal vez est¨¦ sacrificando algunos principios, pero estoy aqu¨ª para renovar la marca¡±.
En realidad, en la colecci¨®n presentada en una antigua f¨¢brica milanesa llena de retales y tejidos s¨ª hay cachemira, pero est¨¢ pixelada, ampliada o deformada en prendas de cortes limpios que atestiguan el momento de fluidez formal que vive la moda masculina. Ante todo, hay artesan¨ªa de altura. Abrigos desestructurados, sin forro, que casi parecen capas. O bolsos de piel cortada con l¨¢ser que recuerdan a objetos de cester¨ªa. El jacquard, ¡°la expresi¨®n m¨¢s elevada de la artesan¨ªa textil¡±, convive con aplicaciones de ganchillo que introducen motivos frutales tridimensionales en prendas de punto. ¡°Al mismo tiempo, no traiciona lo que imaginas cuando cierras los ojos y piensas en Etro: mezclas de tejidos, patrones, rayas, cuadros. Superposici¨®n de capas, pero sin exagerar, porque trato de simplificar un poco la silueta¡±, resume el dise?ador.
Otros detalles hablan de la propia historia de De Vincenzo. Por ejemplo, un estampado inspirado en la colcha geom¨¦trica de los a?os setenta de su infancia, en Messina, la ciudad donde aquel ni?o obsesionado con el dibujo descubri¨® que bocetar vestidos era una actividad muy creativa. A los 18, frustrado por la lentitud con que la moda llegaba a Sicilia ¡ª¡±hab¨ªa solo una boutique, y nunca cambiaban los escaparates¡±, recuerda¡ª, se mud¨® a Roma para estudiar moda. Fund¨® su propia marca y comenz¨® a trabajar en la casa romana Fendi, para quien sigue dise?ando accesorios. ¡°Es una vida muy din¨¢mica¡±, comenta. ¡°Si no fuera por todo el tiempo que paso viajando, ser¨ªa perfecta¡±.
Cr¨ªtico con las din¨¢micas y los ritmos de la moda ¡ªy apasionado por el reciclaje¡ª, confiesa que Etro es un destino so?ado. ¡°Nunca he abandonado la moda, ni la he traicionado¡±, explica. ¡°Incluso cuando voy de vacaciones, s¨¦ que cada lugar, cada museo, cada cuadro, se va almacenando en la cabeza. Lo bonito es que todo se transforma en algo. Y cuando llego a la oficina y me pongo ante la hoja en blanco, me doy cuenta de que soy esclavo de la moda, y lo soy por voluntad propia¡±.