La incre¨ªble historia de los Suqu¨¦ Mateu: un castillo, un festival, casinos, coches de lujo y una catedral del vino
Una de las sagas m¨¢s fascinantes de la burgues¨ªa catalana nos abre las puertas de su reino, al que ahora suman unas bodegas sostenibles y de vanguardia dise?adas por un premio Pritzker
Aunque es de escala geogr¨¢fica, la flamante bodega Perelada es una casualidad. Todo empez¨® con un castillo. Miguel Mateu (1898-1972) coleccionaba vidrio. Fascinado por su falta de transparencia, viajaba por Siria y Palestina comprando balsamarios. Reuni¨® piezas de Murano, Bohemia, La Granja o el Egipto fara¨®nico en una de las mejores colecciones del mundo que ampliaba la de su padre, el empresario de la metalurgia Dami¨¢n...
Aunque es de escala geogr¨¢fica, la flamante bodega Perelada es una casualidad. Todo empez¨® con un castillo. Miguel Mateu (1898-1972) coleccionaba vidrio. Fascinado por su falta de transparencia, viajaba por Siria y Palestina comprando balsamarios. Reuni¨® piezas de Murano, Bohemia, La Granja o el Egipto fara¨®nico en una de las mejores colecciones del mundo que ampliaba la de su padre, el empresario de la metalurgia Dami¨¢n Mateu (1864-1935). Fue ¨¦l quien compr¨® un castillo del siglo XVII. ?La raz¨®n? Necesitaba espacio para guardar las colecciones.
Esta compra se hizo en el a?o 1923, y por el castillo de Peralada (nombre en catal¨¢n y oficial del municipio; Perelada en castellano) no parece haber pasado el tiempo. La museograf¨ªa es la original. Susana Garc¨ªa, una de las tres comisarias de sus exposiciones, explica que, como buen burgu¨¦s, Dami¨¢n, bisabuelo de los actuales propietarios, los hermanos Suqu¨¦ Mateu, reun¨ªa lo que no exist¨ªa en su ciudad: por ejemplo, pintura china de la dinast¨ªa Ming. ¡°En Barcelona lleg¨® a haber un museo, que la Guerra Civil cerr¨®¡±.
El castillo tiene otro v¨ªnculo con la Guerra Civil: muchas de las obras del Museo del Prado que el restaurador Manuel de Arpe traslad¨® a Ginebra durante la contienda pasaron por aqu¨ª. Manuel Aza?a se lo advirti¨® al presidente del Gobierno Juan Negr¨ªn: ¡°Podr¨¢ haber m¨¢s rep¨²blicas o m¨¢s monarqu¨ªas, pero estas obras son insustituibles. Si desaparecen, tendr¨ªa usted que pegarse un tiro¡±. ¡°Aqu¨ª estuvieron Las lanzas [de Vel¨¢zquez] o El dos de mayo [de Goya]¡±, contin¨²a la comisaria. Hasta Aza?a tuvo despacho en el castillo.
Adem¨¢s de mucho espacio, y la inigualable colecci¨®n de vidrio ¡ª¡±el cristal, un invento ingl¨¦s del siglo XVII, tiene un 33% de plomo, mientras que la base del vidrio es arena y ceniza¡±¡ª, aqu¨ª tambi¨¦n hay una capilla. Es una iglesia privada. ¡°Los hijos Suqu¨¦ se casan aqu¨ª, en su casa¡±, apunta Garc¨ªa. Habla de Isabel (64 a?os) y Javier (62 a?os), porque Miguel (60) defiende: ¡°Yo nac¨ª soltero¡±. Un domingo al mes se celebra una jornada de culto abierto. Pero tambi¨¦n es un segundo escenario del Festival de M¨²sica de Peralada, uno de los hitos del verano cultural que Carmen Mateu, madre de los tres hermanos, fund¨® en 1987. ¡°Montserrat Caball¨¦ terminaba sus conciertos aqu¨ª por la ac¨²stica¡±, explica Isabel Suqu¨¦ que, tras la muerte de su madre, preside el festival. Carmen es, en boca de los tres, el coraz¨®n de esta historia.
Isabel Suqu¨¦ Mateu se queja de que de adolescente solo la llevaran al Liceu a ver danza. Sin embargo, se define como ¡°hija de Carmen y Arturo¡±. As¨ª: ¡°Antes que nada soy hija¡±. Hoy preside el festival que fund¨® su madre, que inaugura siempre con un espect¨¢culo de danza. Y, al morir ella, instaur¨® el Premio Carmen a j¨®venes artistas europeos del mundo de la ¨®pera. Y de la danza.
Ese festival se sufraga en gran parte con los 2,2 millones de euros anuales que brinda la familia. Y es ecl¨¦ctico. O plural. Igual produce una Madama Butterfly que viaja a otros escenarios internacionales, como acoge a Rufus Wainwright ¡ªque duerme con su marido y su perro en el castillo¡ª. ¡°Muy pocos lo hacen. Cada uno pide lo que necesita. Para Liza Minnelli tuvimos que ir a Figueras a comprar chocolate blanco porque no hab¨ªa en todo el pueblo¡±. Ese pueblo, Peralada, hizo hija adoptiva a Carmen Mateu, la madre de los actuales propietarios.
La capilla donde se cas¨® Isabel tiene un artesonado barroco policromado del siglo XIV y un memling que podr¨ªa estar en el Louvre. Pero lo m¨¢s curioso es que all¨ª hay una condesa enterrada. El testamento desvincul¨® el t¨ªtulo de la propiedad. Fue entonces cuando Dami¨¢n Mateu compr¨® el castillo, donde fue reuniendo una biblioteca de 100.000 vol¨²menes y una colecci¨®n de 1.000 quijotes. Para que se hagan una idea de sobre qu¨¦ estamos hablando: hay tambi¨¦n un luca giordano, cuenta con un bermejo ¡ªexpuesto en el Prado¡ª y una colecci¨®n de cer¨¢mica. Entre ¨¢nforas se expone un burdal¨², un ¡°orinal de misa¡± para mujeres, porque no se pod¨ªa interrumpir al cura cuando estaba predicando. Curioso que fueran las mujeres las que sufr¨ªan incontinencia.
Para cuando uno ha dejado atr¨¢s relicarios y ¨¢nforas llegan los coches. En 1904, Dami¨¢n Mateu fund¨® la Hispano-Suiza junto al ingeniero suizo Marc Birkigt. Ram¨®n Casas dibuj¨® la publicidad del coche que condujeron Picasso, Greta Garbo, Einstein o Coco Chanel. En Espa?a, su gran valedor fue Alfonso XIII. Lo trasladaban a un acto oficial cuando su veh¨ªculo fue adelantado. ¡°Quiero ese coche¡±, indic¨® el monarca. Era un hispano-suiza. La guerra tambi¨¦n cambi¨® la producci¨®n de las dos f¨¢bricas familiares. Una, en el barrio barcelon¨¦s de la Sagrera ¡ªcon el paso de los a?os se convertir¨ªa en la Pegaso¡ª, produjo armamento durante la contienda. La otra, a las afueras de Par¨ªs, fue intervenida durante la I Guerra Mundial y pas¨® a producir motores de avi¨®n.
Como todo castillo que se precie, adem¨¢s de una capilla, Peralada tiene un convento. Y ese convento, una bodega. Al encontrarla, el hijo de Dami¨¢n, Miguel Mateu, abuelo de los actuales propietarios, pens¨® en hacer vino. La bodega sirvi¨® hasta el a?o pasado porque Javier Suqu¨¦ Mateu, el hermano al mando de los vinos Castell de Perelada, inaugur¨® una de las bodegas m¨¢s innovadoras del mundo.
Entramos. Este edificio-paisaje se camufla con el lugar, pero por dentro es un espacio fara¨®nico. Javier habla de ¡°rentabilidad emocional¡±, de cuidar la tierra. Es lo que hacen con las cinco fincas donde crecen sus vi?edos. Frente al Mediterr¨¢neo, la Garbet fue la primera de la Pen¨ªnsula. All¨ª se solea la garnacha de Aires de Garbet.
Como esas fincas, la nueva bodega, proyectada por los arquitectos RCR, no es imponente, sino que se va abriendo, provoca respeto. El interior es catedralicio. Los 25 metros de aire de la nave de crianza superan los 23 de la catedral de Girona, el templo g¨®tico m¨¢s amplio del mundo.
Suqu¨¦ les pidi¨® a los arquitectos que humanizaran la bodega. Ellos trabajaron con vegetaci¨®n aut¨®ctona y transformaron una antigua granja de Adolf Florensa en parte del paisaje. Pidi¨® madera. Los arquitectos, m¨¢s partidarios del acero corten, accedieron. ¡°Estamos madurando¡±, bromea Rafael Aranda, una de las erres del estudio RCR (Ram¨®n, Carme y Rafael). Viven a 25 minutos. Tardaron 20 a?os en construirla. ¡°La enolog¨ªa es la clave. El espect¨¢culo no es lo que buscamos¡±, explica Suqu¨¦. ¡°No es un edificio, es un horizonte¡±, resume Aranda.
Sostenible es hacer un edificio atemporal. Y, para eso, se debe adelantar el futuro. El 40% de la energ¨ªa que necesita esta bodega se genera aqu¨ª. Hay 223 pozos de geotermia. Son esenciales para mantener una humedad que permite que no se evapore el vino en el interior de la barrica. Y la humedad ha logrado que el 10% de la barrica que se perd¨ªa se convierta en un 5%. ¡°En el mundo del vino se llama la parte de los ¨¢ngeles ¡ªse la beben los ¨¢ngeles¡ª¡±, explica el en¨®logo Delf¨ªn Sanahuja.
En grupos peque?os se puede entrar en las bodegas. ¡°El reto era no dejar que una organizaci¨®n hablara por encima de un lugar. Las pasarelas cumplen esa misi¨®n¡±, se?ala Aranda. Y es cierto que se muestra lo oculto, entrar parece un viaje al coraz¨®n de la Tierra. Pero es un viaje con luz natural.
?C¨®mo ordenar, y mantener, este puzle de cultura, vino, arquitectura, colecciones y m¨²sica? Para sufragarlo, los hermanos Suqu¨¦ Mateu recurrieron a lo que logr¨® salvar la fortuna de sus padres¡ ¡°El juego de azar no tiene riesgo. La banca siempre gana. Por estad¨ªstica. El azar es la gesti¨®n. O la licencia, que obtienes y la puedes perder¡±, explica Miguel Suqu¨¦ Mateu.
Cuenta que sus padres, ambos hijos ¨²nicos, al heredar descubrieron la deuda que les dejaron asociada a los negocios textiles y metal¨²rgicos. ¡°Ten¨ªan patrimonio que deb¨ªan vender para pagar las deudas. Unos madrile?os les propusieron instalar un casino en el castillo. Mi padre contest¨® que su suegro se levantar¨ªa de la tumba y lo matar¨ªa¡±. No ocurri¨®.
?Su abuelo era amigo de Franco?
¡°Franco no ten¨ªa amigos. Pero una de sus personas de confianza en Catalu?a era el abuelo Mateu. Por eso fue alcalde de Barcelona. Y luego embajador en Par¨ªs¡±. Miguel ten¨ªa ocho a?os cuando Franco fue a Peralada. ¡°Pero lo poco que el Estado pag¨® por la Hispano-Suiza cuando la nacionalizaron demuestra la falta de amistad¡±, sentencia.
Los tres casinos que tienen en Catalu?a ¡ªPeralada, Barcelona y Tarragona¡ª, han mantenido la cultura, la m¨²sica, las colecciones, los vinos y a la familia. En los ¨²ltimos a?os de su vida, el padre, Arturo Suqu¨¦, los expandi¨® por Latinoam¨¦rica. Hoy tienen en Uruguay, Chile y Argentina. Como cuando iniciaron el rescate del castillo, el casino de Peralada mantiene hoy el festival y la colecci¨®n. Miguel admite que el juego lo pone nervioso, pero el mundo de los casinos le apasiona: ¡°Es el de los sue?os¡±.
Como presidente de la marca Hispano-Suiza, su ¨²ltimo sue?o lleva el nombre de su madre. Carmen es un hiperdeportivo aerodin¨¢mico de 1.000 caballos y motor el¨¦ctrico dise?ado por Francesc Carreras a partir de una imagen de los a?os treinta. Hoy no tienen f¨¢brica, pero los producen a la carta. Eso s¨ª, solo se ha vendido uno ¡°a un fabricante de colchones de origen cubano que colecciona coches¡±. Cuesta como m¨ªnimo 1,5 millones de euros. Asegura que ni ¨¦l ni sus hermanos podr¨ªan pagarse uno. Eso s¨ª, los tres se han puesto de acuerdo para levantar una bodega de vanguardia. Javier lo resume: ¡°Nos ense?aron a sembrar. No veremos el retorno de la inversi¨®n en la bodega a lo largo de nuestra vida¡±.