Harris Reed: ¡°Si alguien te ve y te grita ¡®marica¡¯, el problema tiene m¨¢s que ver con esa persona que contigo¡±
A sus 27 a?os, el dise?ador, abanderado de la fluidez de g¨¦nero, ha vestido a Harry Styles o Adele e incluso ha llegado a publicar una autobiograf¨ªa. Su nuevo reto es llevar hasta el futuro a la casa francesa Nina Ricci, en la que ahora debuta como director creativo.
La aparici¨®n de Harris Reed (Los ?ngeles, 27 a?os) es un espect¨¢culo en s¨ª mismo. Una silueta espigada de casi dos metros irrumpe en el bar del parisiense hotel Rochechouart, cubierta por una chaqueta negra y encalomada a botas de plataforma imposible. Cuando suelta su melena de Rapunzel pelirroja en un gesto casi teatral, los hu¨¦spedes del hotel no pueden evitar quedarse absortos y, con toda probabilidad, preguntarse qui¨¦n es esta criatura mitol¨®gica. ¡°No creo que fuera muy sencillo responderles¡±, responde con soltura. A partir de ah¨ª, la charla con uno de los dise?adores que m¨¢s inter¨¦s ha g...
La aparici¨®n de Harris Reed (Los ?ngeles, 27 a?os) es un espect¨¢culo en s¨ª mismo. Una silueta espigada de casi dos metros irrumpe en el bar del parisiense hotel Rochechouart, cubierta por una chaqueta negra y encalomada a botas de plataforma imposible. Cuando suelta su melena de Rapunzel pelirroja en un gesto casi teatral, los hu¨¦spedes del hotel no pueden evitar quedarse absortos y, con toda probabilidad, preguntarse qui¨¦n es esta criatura mitol¨®gica. ¡°No creo que fuera muy sencillo responderles¡±, responde con soltura. A partir de ah¨ª, la charla con uno de los dise?adores que m¨¢s inter¨¦s ha generado en el ¨²ltimo lustro ser¨¢ tan rauda y vertiginosa como su ascenso a lo m¨¢s alto de una industria que no se cansa de celebrarlo: graduado en la prestigiosa Central Saint Martins de Londres, Reed ha conseguido a los 27 a?os lo que otros se pasan una vida luchando: vestir a Harry Styles en la primera portada que Vogue ha dedicado a un hombre, hacer lo propio con Adele o Beyonc¨¦ y despertar el inter¨¦s de la moda francesa, hasta el punto de convertirse en director creativo de Nina Ricci en septiembre del a?o pasado. ¡°Me han pasado un mill¨®n de cosas en muy poco tiempo, y mucha gente a mi alrededor ten¨ªa miedo de que no fuera a saber gestionarlo bien. Pero tengo unos aliados llamados hiperactividad y d¨¦ficit de atenci¨®n que me dejan hacer cien cosas al mismo tiempo y no caer nunca en el hast¨ªo¡±, responde con humor.
Nina Ricci, firma propiedad del grupo Puig, es para muchos una casa c¨¦lebre por sus perfumes ¡ªL¡¯Air du Temps, creada en 1948, es la primera fragancia floral especiada de la historia de la perfumer¨ªa y un best seller¡ª, pero apenas conocida en cuanto a moda respecta. Su fundadora, la italiana Maria Ad¨¦la?de Giuseppa Nielli (fallecida en 1970 a los 87 a?os), cre¨® sus propios dise?os para otras firmas y no tuvo su propia marca hasta casi cumplidos los 50, con el apoyo de su hijo Robert Ricci. ¡°Por alg¨²n motivo hay una idea extendida de ella como una mujer dedicada a una silueta rom¨¢ntica y et¨¦rea, pero fue una creadora audaz y adelantada a su tiempo¡±, razona Reed. ¡°Lo que est¨¢ claro es que su archivo, a la altura de nombres como Dior o Balmain, no se ha explorado tanto como el de ellos¡±. El reto ya lo hab¨ªan pretendido algunos antecesores, como la pareja formada por Rushemy Botter y Lisi Herrebrugh, el ingl¨¦s Peter Copping, Guillaume Henry u Olivier Theyskens, el m¨¢s popular en su paso por la firma entre 2006 y 2010. La pregunta que muchas voces de la industria se hicieron al conocer el anuncio de la llegada de Reed al frente de la empresa fue pr¨¢cticamente un¨¢nime: ?qu¨¦ pod¨ªa aportar un brit¨¢nico-estadounidense, art¨ªfice de una moda fluida y exc¨¦ntrica, a una casa francesa con 90 a?os de historia? ¡°Libertad, diversi¨®n, color y diversidad en todos los sentidos¡±, concede Reed sin reservas. ¡°En otras firmas hay una biblia sobre cu¨¢l es el zapato que vende, el cintur¨®n que funciona o el bolso que hay que meterle a todo. Aqu¨ª puedo jugar con el archivo y partir de una pieza para a?adir rasgos de la moda que defiendo, donde tiene cabida todo el mundo y donde vestirse es una performance en s¨ª misma¡±, defiende.
Esa reflexi¨®n se desvelaba el pasado marzo con acogida desigual. Sobre la pasarela, la modelo Precious Lee inauguraba un desfile trufado de conjuntos dram¨¢ticos en tul naranja o terciopelo, lazadas desorbitadas o sombreros de ala que se topaban con lunares multicolor y plumas neones. Para unos fue una celebraci¨®n en todos los sentidos; para otros, una carroza astracanada alejada de la elegancia francesa. Con todo, Reed cop¨® los titulares de la jornada. ¡°No estaba en mis planes hacer algo sutil o pasable. Quiero tener un punto de vista original, y ser el primero en hacer lo que a?os despu¨¦s est¨¦ triunfando. Ah¨ª est¨¢ mi satisfacci¨®n¡±.
Su obsesi¨®n por derribar las barreras entre lo mascu?lino y lo femenino es un tema cl¨¢sico, que tambi¨¦n desgranan desde hace a?os colegas de Reed, como el espa?ol Alejandro G¨®mez Palomo o el franc¨¦s Ludovic de Saint Sernin. Pero en el caso del californiano, la pulsi¨®n se remonta hasta su ni?ez: fue criado por una pintora exmodelo y un realizador de documentales. ¡°Tengo la sensaci¨®n de que mi infancia fue como un viaje en ascensor de apenas 30 segundos. Viv¨ª en un total de 28 casas antes de ir a la universidad, y fuimos mud¨¢ndonos. Seattle, Arizona, Washington, Oreg¨®n¡ Te puedes imaginar lo que pasaba cuando llegaba el primer d¨ªa de colegio con una falda de glitter rosa y dec¨ªa a mis compa?eros: ¡®Hola, soy Harris, el chico gay que empieza hoy¡¯. Suerte que mi madre supo entender mi ambici¨®n por la moda, aunque para m¨ª en ese momento se tradujera en disfrazarme y vestirme con conjuntos imposibles¡±, relata con sorna.
La vida no tard¨® en recompensarle. Para cuando era un adolescente, la familia se traslad¨® de nuevo a la ciudad donde naci¨®, Los ?ngeles. Por entonces, Harris devoraba revistas como Teen Vogue o Women¡¯s Wear Daily. Un encuentro fortuito con la relaciones p¨²blicas Kelly Cutrone le consigui¨® unas pr¨¢cticas en su empresa, la agencia People¡¯s Revolution, y al cumplir la mayor¨ªa de edad obtuvo una entrevista para acceder a Central Saint Martins. ¡°Entr¨¦ crey¨¦ndome el rey del mundo y cuando el tipo me pregunt¨® por mi dise?ador favorito, respond¨ª Alexander McQueen. Su respuesta fue que estaba muerto y que mi trabajo era tan malo como el suyo. Cuando me vio la l¨¢grima en el ojo, sonri¨® y me dijo que estaba dentro¡±, explica. En su etapa de estudiante, admite, se frustr¨® por la obsesi¨®n de sus profesores con encontrar a su clienta objetiva: ¡°Es probable que entonces no existiera, pero el mundo estaba cambiando y el tiempo me ha dado la raz¨®n¡±.
Con la llegada de la pandemia, tuvo que paralizarlo todo. Faltaban solo dos meses para su graduaci¨®n. En aquel momento, habr¨ªa mandado el proyecto al garete si no hubiera sido por una mujer llamada Elli Jafari. La entonces directora del hotel The Standard (y hoy vicepresidenta del grupo hotelero) le prest¨® una habitaci¨®n vac¨ªa como base de operaciones: ¡°All¨ª pude empezar a hacer encargos y a sentar las bases de mi empresa provisionalmente¡±. Algo ¡°temporal¡± que dur¨® m¨¢s de dos a?os y cuyo fruto es hoy una compa?¨ªa propia, su rol al frente en Nina Ricci y un estatus de estrella medi¨¢tica que se asocia a Miley Cyrus, Selena Gomez o Emma Watson. Por no hablar de su debut en la alfombra roja del Met junto a la modelo Iman, su protagonismo en la muestra Fashioning Masculinities del Victoria & Albert ¡ªexpuesta el pasado a?o¡ª o sus colaboraciones con firmas como Gucci y MAC Cosmetics
De esta y muchas otras cosas habla en Fluid: A Fashion Revolution, el libro que Abrams publicar¨¢ sobre su historia en 2024. Con largas horas de terapia y el apoyo de sus amigos, su familia y su pareja ¡ªel empresario Eitan Senerman¡ª, relata episodios como el bullying que sufri¨® en su infancia. ¡°Llegu¨¦ a contar una y otra vez entre risas que me pegaban de peque?o y que eso me hab¨ªa ayudado a hacer vestidos preciosos, pero era muy consciente de que el trauma segu¨ªa ah¨ª¡±, dice. Pero hay algo de reafirmaci¨®n y seguridad en la imponente presencia de Reed, que ¨¦l mismo enlaza con esos a?os: ¡°Si alguien te ve por la calle y te grita ¡®marica¡¯ porque has decidido ponerte lo que quieres, el problema tiene m¨¢s que ver con ellos que contigo. Por eso, y porque la vida es corta y el mundo est¨¢ tan sumido en el caos, tengo claro que el ¨²nico sentido de hacer lo que hago es divertirme por el camino. Habr¨¢ quien no lo entienda o no le guste, pero por suerte no trabajo para ellos¡±.