Casey Cadwallader, el dise?ador que ha resucitado Mugler: ¡°A veces la moda se toma demasiado en serio a s¨ª misma¡±
Modelos que disfrutan, ¡®castings¡¯ diversos, una idea de lo ¡®sexy¡¯ nada patriarcal y un democr¨¢tico concepto del negocio. As¨ª, cambiando las normas no escritas del sector, el creador estadounidense ha reinventado la firma de moda francesa.
Lleva 25 dise?ando para distintas marcas (de hecho, vivi¨® casi una d¨¦cada en Madrid, trabajando a las ¨®rdenes de Stuart Vevers en Loewe), pero hasta hace tres a?os Casey Cadwallader (Nuevo Hampshire, 43 a?os) era un desconocido. Ahora, el director creativo de Mugler se ha convertido en una figura tan de referencia que ser¨¢ el encargado de firmar la colaboraci¨®n de este a?o con H&M, un trabajo que en el pasado realizaron nombres tan ic¨®nicos como Karl Lagerfeld, Donatella Versace o Roberto Cavalli. Si el gigante sueco se ha fijado en ¨¦l es sin duda porque su trabajo est¨¢ en todas partes, viraliz¨¢ndose en Instagram y TikTok de la mano de Dua Lipa, Lizzo o Cardi B, o gracias a sus propios v¨ªdeos, en los que un buen pu?ado de celebridades y top models se contonean desafiantes, casi como si se tratara de una competici¨®n de voguing, luciendo sus prendas ajustad¨ªsimas y semitransparentes. Y eso es lo que quiere Cadwallader, estar en todas partes, en los escenarios de las estrellas del pop y en los percheros de H&M: ¡°Quiero hacer m¨¢s perfumes, m¨¢s accesorios, ropa de hombre, abrir m¨¢s tiendas¡ Cualquier cosa que sienta que podemos hacer. Quiero tener m¨¢s recursos para experimentar con cosas nuevas¡±, comenta por Zoom.
Casey entr¨® en Mugler a finales de 2018. Le dio tiempo a realizar un par de desfiles antes de que llegara la pandemia, pero se podr¨ªa decir que su relevancia le lleg¨® por los fashion films que fue lanzando en redes sociales y a trav¨¦s de las celebridades a las que comenz¨® a vestir con sus monos ajustados, esos mismos monos que en su nueva colecci¨®n ya no aparecen. ¡°Solo hay uno, pero la gente me asocia tanto con ellos que ha visto monos donde solo hab¨ªa bodis con medias¡±, bromea. Y mientras esto ocurr¨ªa, el dise?ador fue cambiando la estructura de una marca que llevaba m¨¢s de 20 a?os siendo solo un recuerdo de lo que fue y que, si segu¨ªa en activo, era gracias a Angel, su perfume superventas (L¡¯Or¨¦al compr¨® a Clarins la firma en 2019). ¡°Siempre he sido muy fan de Thierry Mugler, pero es cierto que en 20 a?os la sociedad, por suerte, ha cambiado much¨ªsimo¡±, comenta Cadwallader, refiri¨¦ndose a aquellos dise?os tan visualmente asombrosos como realmente impracticables que hicieron c¨¦lebre al fundador de la ense?a. Aquellas mujeres fr¨ªas y endiabladamente sensuales, vestidas con complicados cors¨¦s y hombreras puntiagudas no tienen cabida hoy. ¡°Hay millones de cosas de su archivo que he adaptado al presente, pero tambi¨¦n he ido sum¨¢ndole mis valores¡±, explica.
Sus valores, de hecho, son los que han marcado la diferencia. Donde antes hubo una muy elitista alta costura, ahora hay un pr¨ºt-¨¤-porter que se vende en su mayor¨ªa a trav¨¦s de internet. Donde hubo prendas complicadas para mujeres de cuerpos can¨®nicos, ahora hay piezas ajustadas pero c¨®modas, realizadas con materiales sostenibles y que se adaptan a todo tipo de cuerpos y tallas: ¡°Porque esa es la realidad. Y la moda no va, o no deber¨ªa ir, de alcanzar ideales can¨®nicos. Es m¨¢s sensual una mujer inteligente y divertida con un cuerpo no normativo que una mujer fr¨ªa y distante con una belleza cl¨¢sica¡±, opina. Eso s¨ª, el viejo y el nuevo Mugler siguen apost¨¢ndolo todo al espect¨¢culo: si Thierry fue el primero, en los ochenta, en hacer desfiles multitudinarios previo pago de una entrada, Casey ha vuelto a las pasarelas con un show festivo en el que las modelos (Arca, Eva Herzigova o Paloma Elsesser) caminaban con paso firme para luego ser arrastradas por un carro de c¨¢mara mientras varias pantallas registraban sus movimientos. Se trataba de asistir al rodaje del v¨ªdeo de la campa?a y de viralizarlo en redes antes de que el spot viera la luz.
¡°Si lo hicimos en enero, durante la Semana de la Moda de la Alta Costura, fue por una cuesti¨®n de tiempos¡±, aclara. ¡°Ponemos las prendas a la venta el d¨ªa despu¨¦s del desfile, y era el momento en que la ropa de temporada del resto de las marcas que desfilaron en septiembre llegaba a las tiendas. Adem¨¢s, las modelos ya estaban en Par¨ªs para otros shows¡±. Mugler es de las pocas marcas de lujo que ofrecen lo que la industria llama un servicio see now buy now (mira ahora, compra ahora). ¡°Para nosotros lo m¨¢s importante es el efecto medi¨¢tico. No podemos hacer un espect¨¢culo viral y poner a la venta la ropa dentro de seis meses porque la gente ya ni se acuerda de lo que has hecho. Nos lo ponemos dif¨ªcil a nosotros pero f¨¢cil al cliente¡±, explica.
Ese espect¨¢culo que mont¨® Mugler en el parisiense parque de la Villette casi le cuesta la salud a Cadwallader. ¡°Una hora antes no sali¨® del todo bien el ensayo. Si al final fue un ¨¦xito fue porque la gente implicada se involucr¨® much¨ªsimo¡±, recuerda. De hecho, el dise?ador est¨¢ convencido de que si le salen bien las cosas es porque solo trabaja con buena gente. ¡°No siempre ha sido as¨ª, en el pasado me ha tocado trabajar con personas complicadas. As¨ª que desde que soy director creativo he decidido que todos en el equipo, dise?adores, maquilladores e incluso actrices o modelos, deben ser buenas personas¡±, comenta. Cree, tambi¨¦n, que su vertiginoso ¨¦xito ¡°tiene que ver con la diversi¨®n. A veces la moda se toma demasiado en serio a s¨ª misma. Veo un desfile dram¨¢tico y me conmueve, claro, pero yo no quiero hacer eso. Me gusta pensar que mi ropa tiene un poder transformador, que mi clienta se la pone para transformarse. Por eso intento que las modelos de mis shows y mis campa?as tengan esa actitud, divertida, a veces hasta peligrosa, pero nunca distante¡±, cuenta.
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