El perfumista que lleva 50 a?os construyendo una casa en Marraquech
El perfumista Serge Lutens empez¨® a construir su hogar en Marraquech en 1974 y a¨²n no lo ha acabado. ¡°Soy un error y todo lo que hago y toco tiene que ser perfecto¡±, dice.
De Serge Lutens (Lille, 1942) se pueden decir muchas cosas, y se han dicho. Digamos algunas m¨¢s: odia el ¨¦xito (cada vez que ha triunfado en un trabajo lo ha dejado); detesta la libertad (¡°quiero reglas¡±); ha conseguido manipular al menos a tres psicoanalistas; y le gusta tener obras en casa. No es broma. Empez¨® una en 1974 y a¨²n no la ha acabado y no tiene intenciones de hacerlo.
La casa en cuesti¨®n ¡ªun magn¨ªfico riad en la medina de Marraquech al que...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
De Serge Lutens (Lille, 1942) se pueden decir muchas cosas, y se han dicho. Digamos algunas m¨¢s: odia el ¨¦xito (cada vez que ha triunfado en un trabajo lo ha dejado); detesta la libertad (¡°quiero reglas¡±); ha conseguido manipular al menos a tres psicoanalistas; y le gusta tener obras en casa. No es broma. Empez¨® una en 1974 y a¨²n no la ha acabado y no tiene intenciones de hacerlo.
La casa en cuesti¨®n ¡ªun magn¨ªfico riad en la medina de Marraquech al que se han ido sumando riads aleda?os (concretamente 30) que Lutens ha ido comprando cada vez que la obra parec¨ªa a punto de terminar¡ª es la Fundaci¨®n Serge Lutens desde 2014: 3.000 metros cuadrados de artesan¨ªa y arquitectura marroqu¨ª, donde todo es bello pero nada se prodiga demasiado. Se pasa de una habitaci¨®n a otra en un permanente claroscuro hasta que los ojos se adaptan a la oscuridad y se entiende la apabullante naturaleza de la obra. La fundaci¨®n no tiene ning¨²n objetivo. ¡°La belleza no tiene que ser ¨²til¡±, zanja el artista.
Los artesanos vienen de Fez y Mequinez. Son los mejores en lo suyo y se desesperan. Esta casa es su sue?o y su pesadilla. ¡°El techo del sal¨®n lo ha cambiado cuatro veces, en otro techo dos artistas estuvieron trabajando siete a?os, ha rehecho dos veces los planos de toda la casa¡±, enumeran. ¡°Si algo no le gusta, lo destruye y empieza otra vez¡±, confirma una colaboradora. Detesta la copia y rehace todo continuamente para protegerse del plagio. Es una teor¨ªa. No nos deja hacer fotos y los patios est¨¢n cubiertos para proteger la casa del sol, del mal tiempo y de los drones. Hace unos meses uno intent¨® filmar las habitaciones.
Uno camina por esta casa sin saber si estar¨¢ o no Lutens, si aparecer¨¢ en la biblioteca o en el laboratorio. ¡°Vive como un monje, no ve a nadie¡±, avisan. Con El Pa¨ªs Semanal ha pasado dos horas charlando y quej¨¢ndose precisamente de que no ve a nadie.
?Dir¨ªa que es perfeccionista?
Te pongo en antecedentes, nac¨ª en 1942, fruto de un adulterio que entonces era una falta muy grave. As¨ª que desde el principio soy un error. Todo lo que hago y toco tiene que ser perfecto e impecable para reparar esa falta.
?Incluso en su casa?
La empec¨¦ en 1974 y desde entonces nunca he parado. La casa sigue siendo la reparaci¨®n del error y quiero que sea muy bonita¡ Solo nos llevamos lo que dejamos. Esta casa pertenece a Marruecos y aqu¨ª se va a quedar.
?En qu¨¦ est¨¢ trabajando ahora?, ?qu¨¦ le apasiona?
Estoy muy disperso, leo y escribo por las ma?anas, pero no me interesa algo preciso.
?Por qu¨¦ lleva toda su vida vistiendo de negro?
Para protegerme. Lo descubr¨ª a los 15 o 16 a?os, empec¨¦ por los zapatos, y poco a poco acab¨¦ de negro de la cabeza a los pies. No fue una elecci¨®n, simplemente pas¨®. De negro era igual de t¨ªmido pero ten¨ªa m¨¢s firmeza. La sociedad nunca ha ayudado a los t¨ªmidos.
?Por qu¨¦ se detiene tanto en lo que no le gusta?
Lo que nos disgusta muestra nuestra profundidad real. Ah¨ª hay una historia, un secreto. Para hacer perfumes y para casi todo hay que buscar en lo que no nos gusta porque ah¨ª reside lo interesante.
?Por qu¨¦ ha vivido tantos a?os en Marruecos?
Vine por primera vez en 1968, acababa de firmar un contrato con Christian Dior y vine a gastarme todo lo que hab¨ªa ganado. Era un viaje de tres d¨ªas y fue tan incre¨ªble que me qued¨¦ tres meses.
?Por qu¨¦ le gust¨® tanto?
Yo vuelvo a descubrir la sensualidad aqu¨ª porque en Occidente lleva muerta mucho tiempo, y aqu¨ª est¨¢ en todo su esplendor y con todos sus excesos. Es imposible descubrir el placer sin que eso lo ponga todo patas arriba. Sin darme cuenta fui descubriendo aromas, trozos de madera y a fantasear con la idea de crear una fragancia alg¨²n d¨ªa. [Lutens no cre¨® su primer perfume, F¨¦minit¨¦ du Bois, hasta 1980].
Ha conseguido hacer lo que quiere y, muy importante, cuando quiere.
S¨ª, pero Ambre Sultan [una fragancia unisex lanzada en 1993] le dio miedo a todo el mundo porque era muy ¨¢rabe. No oriental, sino ¨¢rabe.
?Y cu¨¢l es la diferencia?
Oriental no es nada. Es una forma europea de hablar. Son los negros no muy negros o los blancos no muy blancos. Todo bien. Aceptable. Dentro de los l¨ªmites. Sexualmente me gust¨® el mundo ¨¢rabe, y sent¨ªa una especie de rebeli¨®n porque el mundo lo miraba con desd¨¦n. Con Amber Sultan consegu¨ª que algo que se percib¨ªa como sucio alcanzara un grado absoluto de belleza.
Ha sido muchas cosas: maquillador, peluquero, ilustrador, director art¨ªstico en grandes marcas, y ha triunfado en casi todas, ?por qu¨¦ ha dado tantas vueltas? ?No le gusta disfrutar del ¨¦xito?
No. Me molesta. Me coloca en una posici¨®n en la que no estoy. No estoy a gusto si me encierran en algo. Todo lo que he hecho ha sido por necesidad, no para convertirme en una persona de ¨¦xito. En Dior [fue director art¨ªstico y cre¨® su l¨ªnea de maquillaje] estaba encantado al principio, pero luego me daba asco la grasa de los cosm¨¦ticos, me convert¨ª en Lady Macbeth lav¨¢ndome las manos compulsivamente. Ahora llevo 43 a?os trabajando con los japoneses [est¨¢ en el grupo Shiseido desde 1980]. Puedo entrar en el libro Guinness de los r¨¦cords. No creo que nadie haya aguantado tanto.
?C¨®mo lo recibi¨® Par¨ªs?
Fui a ver a Balenciaga para mostrarle mis bocetos y tuve que esperar seis meses para que me diera una cita. Despu¨¦s trabaj¨¦ con Dior y conoc¨ª las colecciones, que tampoco eran lo que yo imaginaba, sino m¨¢s bien un sacrificio magn¨ªfico. No pod¨ªamos ni respirar, pero qu¨¦ bonito era todo.
?Es usted un nost¨¢lgico?
Todos lo somos, ?no? Soy m¨¢s bien un motor, avanzo, pero la nostalgia se impone.
?Qu¨¦ le disgusta de estos tiempos?
Detesto esta sociedad licuada que nos dice que tenemos que estar juntos. En principio es una buena idea, pero se confunde todos juntos con todos iguales, y no estoy de acuerdo. Somos extremadamente diferentes y ya no se nos puede diferenciar, hemos perdido la singularidad, somos grupos ¨¦tnicos. En mi juventud la homosexualidad estaba completamente prohibida y ahora cuando vamos a una cena en Par¨ªs todo el mundo es gay, hay que buscar al hetero de la fiesta. Eso tambi¨¦n es muy raro.
Dice que tenemos miedo a demasiadas cosas.
Siempre estamos preocupados por algo. Los a?os cincuenta eran el para¨ªso, todo estaba prohibido pero ¨¦ramos absolutamente libres. Hoy en d¨ªa todo est¨¢ permitido pero no podemos hacer nada. Pasa en el mundo de los perfumes con las materias primas, hay muchas prohibiciones de ingredientes, algunas est¨¢n bien y otras son injustas y abusivas. Vemos enfermedad por todas partes, parece que cualquier cosa nos puede provocar un c¨¢ncer. Nuestra materia prima humana sufre cuando nuestra vida depende de lobbies que ni siquiera sabemos que existen.
Pero tampoco quiere libertad.
No. Quiero reglas. No soy un anarquista. Quiero un gobierno, aunque para llegar al destino a veces haya que inclinarse un poco a la izquierda y, otras veces, un poco a la derecha.
?Todos le copian?
S¨ª. Se hacen copias fraudulentas de mis perfumes y de mi casa, pero eso me permite destruir mi casa y reconstituirme. Cuando me copian, yo ya estoy en otra.
Lleva media vida psicoanaliz¨¢ndose, ?qu¨¦ ha aprendido?
Siempre me pasa lo mismo: voy con un terapeuta siete u ocho a?os, tres veces por semana, y llega un momento en que digo ¡°basta¡± porque siento que alguien ha intervenido mi cabeza, que hay un extranjero ah¨ª dentro. Entonces me dedico a llevarme al terapeuta a mi terreno. Intento aniquilar su versi¨®n con la m¨²sica y la literatura. Les leo pasajes de escritores fant¨¢sticos e importantes, y culpables como yo porque soy una persona culpable.
?De qu¨¦?
De todo. De haber nacido. Yo soy el error.