Supersubmarina: la historia jam¨¢s contada
En el verano de 2016, la banda sufri¨® un terrible accidente de tr¨¢fico que trunc¨® su fulgurante ¨¦xito. Aunque la herida est¨¢ a¨²n sin cerrar y el futuro es incierto, Jos¨¦, Juanca, Pope y Jaime han decidido finalmente romper el silencio
La canci¨®n Cientocero fue la ¨²ltima que son¨® pasadas las dos de la madrugada sobre un escenario del Medusa Festival. Despu¨¦s, llegaron ocho a?os de silencio tras la tragedia camino de vuelta a casa. Sucedi¨® el 14 de agosto de 2016. Ese d¨ªa, ya cerca de las ocho de la ma?ana, un monovolumen viajaba a unos 90 kil¨®metros por hora por la carretera N-322 cuando en su interior se oyeron unos gritos: ¡°?Cuidado! ?Cuidado!¡±. Fue solo un instante, tiempo suficiente para que fuera demasiado tarde, como siempre en los accidentes de tr¨¢fico. En una curva, el veh¨ªculo se estrell¨® contra una furgoneta...
La canci¨®n Cientocero fue la ¨²ltima que son¨® pasadas las dos de la madrugada sobre un escenario del Medusa Festival. Despu¨¦s, llegaron ocho a?os de silencio tras la tragedia camino de vuelta a casa. Sucedi¨® el 14 de agosto de 2016. Ese d¨ªa, ya cerca de las ocho de la ma?ana, un monovolumen viajaba a unos 90 kil¨®metros por hora por la carretera N-322 cuando en su interior se oyeron unos gritos: ¡°?Cuidado! ?Cuidado!¡±. Fue solo un instante, tiempo suficiente para que fuera demasiado tarde, como siempre en los accidentes de tr¨¢fico. En una curva, el veh¨ªculo se estrell¨® contra una furgoneta de reparto de pan, que circulaba a la misma velocidad, en el kil¨®metro 168 de una v¨ªa que une Valencia con Ja¨¦n. El tremendo choque frontolateral se produjo en la localidad jiennense de ?beda, a pocos kil¨®metros de Baeza, hogar de Jos¨¦ Mar¨ªn, Chino; Juan Carlos G¨®mez, Juanca; Antonio Cabrera, Pope, y Jaime Gand¨ªa, los cuatro miembros de la banda Supersubmarina que se encontraban dentro del monovolumen que acab¨® hecho chatarra. Junto a ellos estaba su road manager, Fran Chicharro, y en el otro veh¨ªculo, de mayor volumen, el repartidor Miguel ?ngel Lanzas. El golpazo fue tan bestia que cualquiera podr¨ªa haber muerto.
Marzo de 2024. Aquel recuerdo del demonio vuelve a revivirse en Baeza, ciudad en la que Jos¨¦ (37 a?os), Juanca (37 a?os), Pope (36 a?os) y Jaime (36 a?os) nacieron y crecieron hasta formar Supersubmarina, uno de los grupos m¨¢s exitosos y queridos del pop-rock espa?ol en el siglo XXI. Es una fr¨ªa ma?ana cuando los cuatro se sientan en un bar y hablan del d¨ªa en el que la muerte les ense?¨® los dientes y casi acaba con ellos. El road manager y el repartidor de pan salieron por su propio pie, aunque con fuertes contusiones y v¨¦rtebras rotas. Ellos cuatro sufrieron las peores consecuencias del siniestro.
¡°Fue en un abrir y cerrar de ojos¡±, cuenta el baterista, Juanca. ¡°Grit¨¦: ¡®?Cuidado, cuidado! ?Pope!¡¯. Despu¨¦s, ya no recuerdo ninguna imagen porque, al despertar, me desmayaba. Mis ¨²nicos recuerdos est¨¢n asociados a dos sensaciones: el miedo y el dolor¡±, a?ade. Toma la palabra el bajista, Pope, quien, pasadas las seis de la ma?ana de aquel d¨ªa, se puso al volante para relevar al road manager por cansancio: ¡°Cuando despert¨¦, no pod¨ªa respirar porque ten¨ªa el volante como incrustado en mi pecho. Tuve que romper la ventana con el pu?o para poder salir. Ten¨ªa el f¨¦mur de la pierna izquierda roto y varias costillas destrozadas. Me arrastr¨¦ para ver c¨®mo estaban los dem¨¢s¡±. En el momento del golpe, Pope conduc¨ªa el Seat Alhambra, Chicharro iba de copiloto y atr¨¢s, en el veh¨ªcu?lo de siete plazas, estaban Jos¨¦, Juanca y Jaime. ¡°Solo ve¨ªa sangre y sent¨ªa como un soplete quem¨¢ndome el cuerpo¡±, rememora el guitarrista, Jaime Gand¨ªa, cuyos gritos, a causa de la rotura de la tibia y el peron¨¦ de la pierna derecha, rajaron el silencio de la comarca de La Loma a primera hora de aquel domingo de verano. El ¨²nico que no puede recordar nada es el cantante y compositor, Jos¨¦: ¡°Iba durmiendo. Todo lo que s¨¦ me lo han contado. Lo ¨²nico que puedo decir es que ese d¨ªa mi vida cambi¨®¡±. ?l sufri¨® las peores lesiones, entre ellas un grav¨ªsimo traumatismo craneoencef¨¢lico. Lleg¨® inconsciente al hospital, m¨¢s muerto que vivo.
Los miembros de Supersubmarina estaban a punto de llegar a sus casas y el sol asomaba por la silueta rugosa de la sierra M¨¢gina cuando se produjo esta estampa terror¨ªfica. El accidente sali¨® en todos los informativos y peri¨®dicos. En 2016, la banda andaluza llenaba enormes recintos y era cabeza de cartel de los principales festivales. La noticia conmovi¨® al mundo de la m¨²sica. Algunos de sus fans m¨¢s ilustres pronto se pusieron en contacto con sus familias, como la reina Letizia; el actual presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez; el actor Dani Rovira; la periodista televisiva M¨®nica Carrillo; el periodista deportivo Jes¨²s Gallego, o los c¨®micos David Broncano y Daniel Mart¨ªnez. El choque en la N-322 sucedi¨® despu¨¦s de que regresasen de tocar la noche anterior en el Medusa Festival de Cullera, en Valencia. ¡°Pod¨ªamos habernos quedado a dormir en el hotel, pero hab¨ªamos tomado la decisi¨®n de regresar a Baeza porque as¨ª lleg¨¢bamos al ¨²ltimo d¨ªa de las fiestas patronales a estar con nuestras familias y amigos¡±, explica Pope. Una decisi¨®n fatal. ¡°En una mil¨¦sima de segundo nuestras vidas se fueron a la mierda¡±, afirma Juanca.
Fue mucho peor que eso. Jos¨¦, Juanca y Jaime se debatieron entre la vida y la muerte en las primeras 72 horas tras el accidente. Ingresaron de urgencia en distintos hospitales de Ja¨¦n y necesitaron de varias intervenciones m¨¦dicas para salvarlos. Y, con todo, sus recuperaciones fueron una inc¨®gnita durante semanas. Jaime, quien tuvo una rotura de bazo que casi lo mata, sufri¨® en la pierna, a causa de la rotura de tibia, una infecci¨®n interna enorme y un s¨ªndrome compartimental agudo, una afecci¨®n grave que desemboca en la muerte de tejidos y necrosis. Se jug¨® otra vez la vida mientras durante tres meses fue intervenido en m¨¢s de 30 ocasiones en la pierna con el fin de no amputarla. Juanca, quien lleg¨® con la vena iliaca y el abdomen seccionados, estuvo a punto de morir por una infecci¨®n en los pulmones. Permaneci¨® 47 d¨ªas en la UCI, m¨¢s de 20 en coma inducido. Jos¨¦, por su parte, lleg¨® tan mal que todos pensaron que lo perd¨ªan. Entr¨® a la UCI con los pies destrozados, una contusi¨®n abdominal grave y un fuerte traumatismo craneoencef¨¢lico. De las varias intervenciones a vida o muerte, quiz¨¢ la m¨¢s importante fue quitarle una parte de la pared ¨®sea del cr¨¢neo para que el cerebro pudiese oxigenarse y reducir el edema. Estuvo 31 d¨ªas en coma. Cuando despert¨®, tan solo pod¨ªa mover los ojos. ¡°Ve¨ªas el historial m¨¦dico de Jos¨¦ y no pod¨ªas creerte que pudiese estar vivo¡±, recuerda el internista Fran Brea.
La tragedia de Supersubmarina es la historia de un accidente, pero tambi¨¦n de un silencio. Un silencio marcado por una recuperaci¨®n complej¨ªsima que desde las primeras horas del 14 de agosto de 2016 era igual de dif¨ªcil de comunicar. Los miembros de la banda se hundieron en sus distintas rehabilitaciones. Dejaron de actualizar sus redes sociales y de comunicarse con sus fans. Y, pese al atosigamiento de medios de comunicaci¨®n, ninguno concedi¨® una sola entrevista en estos ocho a?os. Los cuatro se quedaron fuera de los escenarios, pero tambi¨¦n de la vida p¨²blica. Supersubmarina desapareci¨®. Literalmente. Como si el grupo hubiera sido abducido por el m¨¢s all¨¢.
El m¨¢s all¨¢ de Supersubmarina se ha localizado hasta hoy en el coraz¨®n mismo de Baeza, una peque?a ciudad patrimonio de la humanidad de unos 15.000 habitantes, conocida por su monumental casco hist¨®rico y por acoger a Antonio Machado cuando huy¨® de Soria tras la muerte de su esposa. Tambi¨¦n es conocida por ser el lugar de donde sali¨® en 2008 Supersubmarina, una banda formada por cuatro chicos que eran amigos desde los seis a?os y compartieron colegio, equipo de f¨²tbol, cofrad¨ªa y muchas noches de fiesta adolescente hasta que, con menos de 20 a?os, aporrearon juntos los instrumentos para parecerse a aquellos grupos que idolatraban, como H¨¦roes del Silencio, Los Ronaldos, El Canto del Loco o Pereza. Pero de la m¨²sica se pas¨® al silencio. ?Por qu¨¦ no se sab¨ªa nada de Jos¨¦, Juanca, Pope y Jaime? ?Qu¨¦ pasaba verdaderamente en Baeza, all¨ª, en el m¨¢s all¨¢?
Para responder a estas preguntas, hay que hablar de un reportaje period¨ªstico fallido. Porque hubo en esta desaparici¨®n algo m¨¢s que mutismo. En el quinto aniversario del accidente, los cuatro de Supersubmarina se reunieron en Baeza para dar su primera entrevista tras el golpe en la carretera. Sent¨ªan que ten¨ªan la responsabilidad de dirigirse a sus seguidores y explicar su situaci¨®n. La idea era publicarla en El Pa¨ªs Semanal, pero no pudo ser porque, cuando quisieron compartir su historia aquel d¨ªa, sintieron que no estaban preparados. Como se?ala Juanca: ¡°El accidente supuso un estado de shock grand¨ªsimo¡±. Cinco a?os despu¨¦s, todos estaban a¨²n paralizados, da?ados y desorientados. Me encontr¨¦ con cuatro personas a¨²n traumatizadas: hab¨ªan perdido sus vidas de m¨²sicos de ¨¦xito. Juanca y Pope hab¨ªan tenido que adaptarse a otros trabajos mientras Jos¨¦ y Jaime segu¨ªan en delicad¨ªsimos procesos de recuperaci¨®n.
¡°En 2016 est¨¢bamos haciendo nuestro sue?o realidad con una profesi¨®n que es la que m¨¢s nos gustaba del mundo y, al abrir los ojos, ya est¨¢bamos totalmente hu¨¦rfanos¡±, dice hoy Juanca. Como un fantasma encadenado, la orfandad segu¨ªa con ellos y los hab¨ªa arrastrado a una situaci¨®n inveros¨ªmil: hab¨ªan perdido el contacto entre ellos mismos. Los cuatro amigos de la infancia que triunfaron con su grupo hasta llegar a lo m¨¢s alto de la m¨²sica indie eran incapaces de comunicarse, ya no solo con sus fans, ni siquiera entre ellos mismos. ¡°Pasamos de estar todos los d¨ªas juntos, ensayando, tocando y viajando, a no vernos. Nos afect¨®. Nuestra relaci¨®n se enfri¨®¡±, afirma Jos¨¦. ¡°La comunicaci¨®n de la banda no exist¨ªa porque no sab¨ªamos qu¨¦ hacer con nada de nuestras vidas¡±, indica Juanca. ¡°En un grupo, si uno no est¨¢ bien, es como a una persona a la que le falta un brazo o una pierna. Necesit¨¢bamos estar todos en la misma sinton¨ªa¡±, recuerda Jaime.
La sinton¨ªa se rompi¨®. La historia de Supersubmarina es la historia de un accidente, un silencio y un trauma. Un trauma colectivo. Cuatro traumas individuales que sumaban uno mayor. ¡°Todos lo hemos sufrido y eso nos ha afectado como amigos y grupo. S¨ª, hubo trauma¡±, explica Pope. ¡°Hab¨ªa una pena que nos aplastaba. Nos persegu¨ªa pensar lo que pod¨ªamos haber llegado a ser si no hubiese sucedido el accidente¡±, a?ade Juanca.
Como un pu?al, esta pena atraviesa la historia de Supersubmarina, una historia ins¨®lita en el mundo de la m¨²sica espa?ola, incluso se podr¨ªa decir que mundial. Se conocen tragedias de accidentes que afectaron a grupos que se separaron por la muerte de alg¨²n integrante: Led Zeppelin, The Doors, Sex Pistols, Queen, Nirvana, Soundgarden, Beastie Boys¡ Incluso hay casos como el de Lynyrd Skynyrd, la banda que perdi¨® a parte de sus integrantes en un accidente a¨¦reo y el resto de sus miembros regresaron puntualmente en distintos periodos de tiempo. En Espa?a, grupos como Burning, Tequila, Los Secretos, Triana, Los Chichos, Los Delinq¨¹entes o Eskorbuto decidieron seguir ¡ªen algunos casos con pol¨¦mica¡ª sin alguno de sus miembros. No sucedi¨® as¨ª con Par¨¢lisis Permanente tras la muerte de Eduardo Benavente, ni con Desperados tras la de Guille Mart¨ªn ni con La Costa Brava tras la de Sergio Algora. Sin embargo, no existe caso igual al de Supersubmarina. Un grupo en trauma colectivo. Todos sus miembros viven, pero no pueden continuar. Tampoco pueden ni quieren separarse. ?Por qu¨¦?
El reportaje fallido sirvi¨® para ¡°abrir para siempre la caja de Pandora de Supersubmarina¡±, tal y como dicen Jos¨¦, Juanca, Pope y Jaime. Una caja donde habita ese gran porqu¨¦. De una forma natural, aunque dolorosa y compleja, abrir la caja de Pandora supuso empezar a trabajar en un libro ¡ªAlgo que sirva como luz (Aguilar), a punto de salir a la venta¡ª que permitiese contar toda la historia de la banda. Con ellos y sus familiares, amigos, m¨¦dicos y conocidos de la industria musical, surgi¨® un relato emocional que explica el ¨¦xito y la tragedia. Es decir, la f¨¢bula de cuatro chicos que dejaron sus estudios porque Sony los fich¨® con tan solo una maqueta. Su ascenso fue m¨¢s r¨¢pido que el de grandes grupos anteriores como Pereza, Sidonie, Lori Meyers, Love of Lesbian o Vetusta Morla. ¡°Eran una apisonadora, conectaban con la gente como no he visto a ninguna otra banda¡±, comenta Marc Ros, cantante de Sidonie. ¡°Se ve¨ªa que se iban a comer el mundo¡±, asegura Leiva. En menos de ocho a?os, cumplieron varios sue?os, como llenar el WiZink Center de Madrid con un aforo de 14.000 personas, tocar en los grandes festivales de Espa?a y en salas de Estados Unidos, Europa y Latinoam¨¦rica, y conseguir discos de oro (vendiendo m¨¢s de 20.000 copias) con cada uno de sus tres ¨¢lbumes Electroviral, Santacruz y Viento de cara.
Despu¨¦s de la f¨¢bula, en un abrir y cerrar de ojos, lleg¨® la tragedia. Y un agujero negro de cinco a?os antes de reconstruir ¡ªseg¨²n los cuatro, a modo de ¡°terapia¡±¡ª lo sucedido y mostrar al mundo sus miedos, sus inseguridades y sus traumas. Hubo dos fases: una primera, en la que estaban convencidos de que ten¨ªan que guardar silencio mientras se recuperaban. Y una segunda, en la que se resignaron a que ese silencio y la recuperaci¨®n se iban a alargar sin atisbar luz al final del t¨²nel. ¡°A medida que pas¨® el tiempo, la resignaci¨®n se impuso al optimismo. El avance era tan lento que hicimos nuestra vida independiente¡±, recuerda Jaime.
Esta realidad es la menos conocida por todos, incluidos sus fans y parte de la industria musical, tanto que muchos desean cada a?o el regreso de Supersubmarina y promotores de todo tipo han seguido preguntando por la banda para sus festivales. Pero guarda algo m¨¢s espinoso: hasta cinco a?os despu¨¦s del accidente, los protagonistas no hab¨ªan compartido entre ellos algunos de los momentos m¨¢s dram¨¢ticos de cada uno. Momentos como las crisis de culpabilidad de Pope por conducir el monovolumen o su tristeza por volver a trabajar en la recogida de la aceituna en los olivares de su padre. ¡°Siempre odi¨¦ el trabajo en el campo. Regres¨¦ porque no ten¨ªa otra opci¨®n y era mejor que comerme la cabeza¡±, confiesa. Momentos como los problemas de ansiedad de Juanca por la exigencia a la que se sometieron todos durante ocho a?os sin parar o su frustraci¨®n por intentar recuperar al grupo cuando Jos¨¦ y Jaime no estaban preparados. ¡°Fue muy duro chocar con las expectativas que uno se hace con el fin de querer recuperar una vida, movido por la melancol¨ªa y la rabia de perder algo muy valioso¡±, asegura Juanca, quien ahora trabaja de comercial en una empresa familiar y tiene un grupo llamado Melifluo junto a su hermano Antonio, pero que al mismo tiempo ha sido quien m¨¢s ha sabido tirar de todos para que Supersubmarina sea reconocido en su nueva realidad. Los dem¨¢s han sabido a trav¨¦s de esta terapia que la depresi¨®n de Jaime fue salvaje: quiso amputarse la pierna al no ver avances durante a?os y, despu¨¦s, m¨¢s hundido, pens¨® en suicidarse. ¡°La relaci¨®n en un grupo es como una de pareja. Uno no puede estar con otra persona si antes no est¨¢ bien consigo mismo. En mi caso, estaba en un proceso de disgusto total conmigo y no pod¨ªa aportar nada a los dem¨¢s. Mi depresi¨®n afect¨® a mi familia y al grupo. No estaba en mis cabales¡±, asegura hoy.
Nada afect¨® ni afecta a¨²n a todos m¨¢s que la recuperaci¨®n de Jos¨¦, uno de los artistas m¨¢s talentosos que ha dado la m¨²sica espa?ola en las ¨²ltimas d¨¦cadas, cantante, compositor y guitarrista, que, despu¨¦s de despertar del coma, estuvo un a?o en la cl¨ªnica San Vicente de Madrid, centro especializado en da?o cerebral. Tuvo que volver a interiorizar y ejecutar aprendizajes tan b¨¢sicos como andar, coger una cuchara o hablar con precisi¨®n. ¡°Mi primer recuerdo tras el accidente lo tengo en la cl¨ªnica San Vicente, rodeado de gente desconocida. Pens¨¦ que ya estaba recuperado y chocaba con mi propia realidad¡±, explica Jos¨¦, quien todav¨ªa sigue en una lenta rehabilitaci¨®n. No solo eso: todav¨ªa tiene problemas con una secuela cerebral llamada anosognosia, una patolog¨ªa por la cual al paciente le falta conciencia de su propia enfermedad. Muy dif¨ªcil de medir, este da?o neurol¨®gico ha disminuido en los ¨²ltimos a?os, pero sin desaparecer. La mejora de Jos¨¦, que arrastrar¨¢ siempre las secuelas del accidente y no podr¨¢ ser el m¨²sico que fue, ha sido un milagro, pero, hoy por hoy, est¨¢ lejos de poder subir a un escenario. ¡°Es un proceso muy lento, pero no sabemos hasta d¨®nde llegar¨¢ su evoluci¨®n¡±, dice la neuropsic¨®loga Pilar Galiano.
Supersubmarina est¨¢ dentro de este lent¨ªsimo proceso. Una situaci¨®n ins¨®lita que, despu¨¦s de tantos a?os, sus protagonistas quieren explicar sin ninguna conclusi¨®n posible. ¡°Tuvimos mucha mala suerte por todo lo que pas¨®, pero tambi¨¦n tuvimos buena suerte. Seguimos vivos. Podr¨ªamos no estarlo¡±, asegura Pope. La terapia ya est¨¢ en buena parte hecha. El trauma colectivo ¡°ya no duele tanto¡±, como dicen Juanca y Jaime. ?Y el futuro? Acompa?ar a Jos¨¦ y ¡°vivir d¨ªa a d¨ªa¡±. Y en este presente de la banda hay algo m¨¢s importante que las expectativas de los fans de un posible nuevo concierto o disco: los cuatro de Supersubmarina no se han ido. Al contrario: han vuelto del m¨¢s all¨¢ para contar su historia.