¡®La Mes¨ªas¡¯: lo que muestra la serie de Los Javis sobre el poder del trauma
Las emociones y experiencias no procesadas marcan el futuro, incluso de siguientes generaciones
Conviene estar preparado para ver La mes¨ªas. Hay escenas perturbadoras que se clavan en la retina, como el incendio, los encierros de la madre en la habitaci¨®n, la casa aislada o la rave. El trauma que m¨¢s refleja es el de apego, que es el que m¨¢s da?a, como se?ala la doctora Laura Moreno Fern¨¢ndez, psiquiatra y traumaterapeuta sist¨¦mica infanto-juvenil. Se relaciona con no haber sido protegido o cuidado en la infancia y es un factor de riesgo pa...
Conviene estar preparado para ver La mes¨ªas. Hay escenas perturbadoras que se clavan en la retina, como el incendio, los encierros de la madre en la habitaci¨®n, la casa aislada o la rave. El trauma que m¨¢s refleja es el de apego, que es el que m¨¢s da?a, como se?ala la doctora Laura Moreno Fern¨¢ndez, psiquiatra y traumaterapeuta sist¨¦mica infanto-juvenil. Se relaciona con no haber sido protegido o cuidado en la infancia y es un factor de riesgo para el desarrollo de trastornos mentales. Si los s¨ªntomas no se tratan adecuadamente, esos ni?os o adolescentes se pueden convertir en adultos heridos, como refleja la serie de Los Javis.
No es f¨¢cil para un adulto sobreponerse a infancias expuestas a entornos emocionales hostiles. Cada persona encara el trauma como puede. En esta serie, un hermano lo hace reprimiendo sus sentimientos, con una introversi¨®n marcada y recurriendo al alcohol, mientras la otra hermana trata de ignorar su pasado a trav¨¦s del hipercontrol, las autolesiones y la rigidez. A medida que avanza la historia, se descubre qu¨¦ le ha pasado a esa madre. Se intuye que un acontecimiento la marc¨®, pero niega ese episodio y busca cobijo en el exterior desarrollando una adicci¨®n que le hace unirse a cualquier persona que le d¨¦ afecto de inmediato. La familia no le proporcion¨® espacio para hablar y no prestaron apoyo. Esto se traduce en la no validaci¨®n del dolor en la infancia. Posteriormente, la madre escapa de ello a trav¨¦s del delirio mesi¨¢nico. La serie tambi¨¦n ense?a lo doloroso de negar un diagn¨®stico de enfermedad mental y el acceso a un tratamiento, y pensar en la religi¨®n como elemento ¨²nico de curaci¨®n.
Los duelos y traumas no procesados son capaces de impactar en las siguientes generaciones. La experiencia de haber vivido un evento traum¨¢tico puede generar modificaciones en la expresi¨®n de los genes, seg¨²n la epigen¨¦tica. A esto se lo denomina trauma transgeneracional. No solo se heredan los atributos de los antepasados, sino tambi¨¦n su dolor emocional, f¨ªsico o social, como se?alan los autores Loewenberg, Barudy y Dantagnan, pero llega un momento donde no se puede seguir huyendo: toca enfrentarse a la verdad. Las emociones o experiencias no procesadas pueden convertirse en un obst¨¢culo para establecer relaciones sanas, incluso con la propia descendencia. Ser¨¢ necesario hacer el camino de transici¨®n de considerarse v¨ªctima a adue?arse de la propia experiencia traum¨¢tica. El libro Tus microtraumas, de la doctora Rosa Molina, habla de ello. Esto se puede conseguir con intervenciones psicoterap¨¦uticas y, a veces, con el a?adido de un tratamiento farmacol¨®gico.
Superar traumas implica resignificar la historia sobre lo que ha ocurrido desde un lugar seguro donde se pueda poner palabras a ese sufrimiento. Estas intervenciones ayudan a tomar conciencia de lo pasado y a hacerse cargo del presente analizando de d¨®nde vienen los comportamientos. A medida que uno entiende su historia familiar, se ampl¨ªa la mirada. En ocasiones no queda m¨¢s remedio que salvar el v¨ªnculo porque no es f¨¢cil salir del sistema familiar. Esto no quiere decir que haya que aguantarlo todo. En ese caso, se puede optar por exponerse menos, dando menos informaci¨®n o poniendo distancia emocional. Otras veces es mejor optar por la distancia f¨ªsica y la lejan¨ªa. Lo importante es encontrar un equilibrio entre hacerse cargo de la vida propia sin esperar a que el otro cambie. Tambi¨¦n funciona trabajar las propias emociones de rabia o enfado, sin quemarse y desgastarse. En definitiva, protegerse. Ocasionalmente esto implica poder entender al otro tambi¨¦n como v¨ªctima de su propia historia. Barudy habla de exonerar, que no perdonar.
M¨¢s all¨¢ del trabajo profesional, existen otras estrategias complementarias que sirven de experiencias emocionales sanadoras. Estas alternativas neutralizan emociones negativas y fortalecen el yo. Por ejemplo: la existencia de cuidadores o alguien del entorno pr¨®ximo que favorezca la comunicaci¨®n desde la escucha activa aporta un contexto de seguridad y calidez donde afianzar los afectos sanos. En la serie es la t¨ªa quien encarna esta funci¨®n. Si la familia no es lugar, se puede buscar apoyo en amigos o la pareja. El arte o la literatura son factores de protecci¨®n ya que uno se refleja en la vida de los otros y as¨ª se fomenta el sentido de pertenencia. Boris Cyrulnik dice que no hay v¨ªa m¨¢s eficaz que la expresi¨®n art¨ªstica para empezar a tratar el dolor profundo. Tambi¨¦n tienen la capacidad para provocar el di¨¢logo y encontrar un sentido a la vida. Suponen un escudo cuando a¨²n no se est¨¢ preparado para hablar de algo.
La mes¨ªas ense?a la crueldad del trauma. Los hogares da?ados. Adultos que son ni?os rotos. Y la m¨²sica como salvaci¨®n. Pero no se puede esconder de d¨®nde parte el sufrimiento. Y ah¨ª es donde hay que ahondar: trabajar en la prevenci¨®n del trauma ya que es algo que nos afecta a todos. Ser padre y madre lleva unas responsabilidades muy grandes, al igual que ser testigo de una situaci¨®n injusta y esconder la mirada. El trauma no trabajado puede tener impactos y consecuencias importantes en las siguientes generaciones. Hay que estar sanado para sanar a otros, como se?ala la doctora Mar¨ªa Velasco en su libro Criar con salud mental. Esta serie tiene que servir para generar conciencia. Ah¨ª reside la esperanza.