El hombre al que el banco le hizo perder 6,5 millones de la Bonoloto: ¡°Estoy muerto en vida¡±
Un empleado de banca le recomend¨® invertir todo el dinero en productos financieros t¨®xicos
Francisco Guerrero, de 68 a?os, tiene grabada a fuego la fecha del 14 de diciembre de 2005. Ese d¨ªa, este alba?il nacido en Barbate (C¨¢diz) y residente en Castell¨®n desde hace m¨¢s de cinco d¨¦cadas gan¨® 6,47 millones de euros en la Bonoloto. Ese d¨ªa, tambi¨¦n, empez¨® su desgracia. Guerrero, ¡°el hombre m¨¢s feliz del mundo¡± hasta ese momento, puso todo el dinero en manos de un empleado del Santander que le recomend¨® invertir ¨ªntegramente el dinero en productos financieros que resultaron ser t¨®xicos. El premiado, trabajador aut¨®nomo y absolutamente lego en asuntos de inversiones, no solo perdi¨® el dinero sino tambi¨¦n todas las propiedades que hab¨ªa conseguido levantar en una vida de trabajo. La Audiencia Provincial de Castell¨®n celebr¨® este jueves el juicio civil de la demanda de Guerrero y su familia contra el banco, el cuarto proceso de un periplo judicial de 14 a?os. ¡°Estoy muerto en vida¡±, repite una y otra vez.
Aquel 14 de diciembre, Francisco Guerrero supo que era millonario al llegar a casa del trabajo. ¡°Pens¨¦ que el premio eran pesetas, porque en euros la cantidad se me escapaba¡±, reconoce. La alegr¨ªa se torn¨® impotencia apenas dos a?os despu¨¦s, por casualidad y sin haber saboreado el premio. ¡°[El empleado del Santander] me dijo que el dinero all¨ª estar¨ªa en buen sitio, que era un plazo fijo sin riesgo y me iban a dar un 17%, no sab¨ªa ni lo que era. Confi¨¦ ciegamente y me destrozaron la vida¡±, solloza a las puertas de la Audiencia Provincial de Castell¨®n.
Francisco lo perdi¨® todo, incluida la parte (el 40%) que reserv¨® para sus cuatro hijos (650.000 euros a cada uno). No lleg¨® a tocar un c¨¦ntimo. Los tribunales ya le han dado la raz¨®n en tres ocasiones. ¡°He ganado los tres juicios con la verdad¡±, dice. El ¨²ltimo hace escasas dos semanas. En 2016 y 2018 sendos fallos condenaron al banco a pagarle 1,06 millones de euros m¨¢s intereses a ¨¦l y otros 1,2 millones m¨¢s intereses a sus hijos. Pero Guerrero asegura que las deudas generadas por los productos t¨®xicos se han llevado todo lo recuperado, ya que aval¨® la compra de esos productos con sus propiedades, que quedaron hipotecadas ¡°en una ¨¦poca en la que ¨¦l era solvente¡±, se?ala su representante legal.
Ahora afronta la ¨²ltima fase del proceso, con la que agota la v¨ªa civil. Reclama m¨¢s de dos millones de euros por otra parte de las inversiones realizadas y que tambi¨¦n perdi¨®. En funci¨®n de la sentencia, dice su representante legal, recurrir¨¢n a la v¨ªa penal.
A las secuelas econ¨®micas (¡°vivo como ¡®okupa¡¯ en mi propia casa¡±, al no haber podido hacer frente a las cuotas hipotecarias de la vivienda, ubicada en un peque?o pueblo de Castell¨®n) se unen las que han minado su salud. Sufre depresi¨®n y un trastorno cr¨®nico de ansiedad generalizada que se desencadena a partir del conflicto bancario, seg¨²n constata el informe psiqui¨¢trico que acompa?a la ¨²ltima demanda. ¡°Estoy en tratamiento psicol¨®gico; estoy enfermo. No me lo merezco¡±, incide.
Seg¨²n consta en la ¨²ltima sentencia favorable, emitida por el Juzgado de Primera Instancia de Castell¨®n el 26 de febrero, y que condena al Banco Santander a restituir alrededor de 163.000 euros a Guerrero y dos de sus hijas por da?os y perjuicios, tras ganar el sorteo de la Bonoloto el dinero fue depositado en Barclays Bank. ¡°Debido a la mala gesti¨®n del banco, trasladaron las cuentas a Banco Santander Central Hispano en enero de 2007, y en marzo de 2007 se produjo el traslado total¡±.
Francisco Guerrero, sin estudios y ¡°totalmente ignorante en cuestiones financieras¡± ¡ªafirman las sentencias¡ª invirti¨® los 6,5 millones de euros en el Banco Santander en lo que crey¨® que eran dep¨®sitos a plazo fijo sin riesgo pero en lugar de eso contrat¨® productos t¨®xicos de alto riesgo, que no solo le hicieron perder todo lo invertido, sino que le generaron deudas. Seg¨²n los dos fallos anteriores y favorables a la v¨ªctima, a los demandantes no se les inform¨® de los riesgos que pod¨ªan conllevar estos productos, ¡°fi¨¢ndose en todo momento de la informaci¨®n que les proporcionaba el banco¡±. Aseguran que no existi¨® informaci¨®n precontractual, ni se determin¨® el perfil inversor de los demandantes.
¡°No he ido a la escuela¡±
¡°No he ido nunca a la escuela; no s¨¦ ni lo que es la rentabilidad. Me das un pico y una pala y te hago una obra, pero de bancos no s¨¦ nada¡±, insiste Guerrero. No fue hasta dos a?os despu¨¦s cuando Francisco supo que el premio se hab¨ªa esfumado sin ni siquiera pasar por sus manos. A pesar de convertirse en millonario de un d¨ªa para otro, sigui¨® trabajando como alba?il, dejando aparcado el premio en lo que ¨¦l cre¨ªa un lugar seguro. Fue a ra¨ªz de una dolencia en la rodilla cuando se enter¨® de la mala noticia. Se dirigi¨® a su banco a sacar 30.000 euros para una operaci¨®n en Barcelona y le dijeron que no ten¨ªa nada.
Hoy Guerrero apura su ¨²ltimo cartucho. ¡°Estamos luchando y reclamando todo el da?o que tengo yo, porque estoy arruinado, muerto en vida. Y a ver si el Banco Santander paga el da?o que me ha hecho. Conf¨ªo en los jueces, en la justicia. Este juicio lo tengo que ganar yo porque me lo merezco¡±, asevera. La nostalgia le invade al echar la vista atr¨¢s. Cuando trabajaba como marinero, en el campo, la hosteler¨ªa o de alba?il. Hasta montarse una peque?a empresa de reformas. ¡°Me toca la loter¨ªa y esa ha sido la muerte m¨ªa. Me han quitado la casa, los terrenos que ten¨ªa de trabajar en la obra, la vida¡ ?qu¨¦ m¨¢s quieren quitarme?¡±.
¡°No est¨¢ bien lo que han hecho conmigo, no. Antes era feliz. El m¨¢s feliz del mundo¡±, concluye.
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