Una relaci¨®n entra?able y ¡®sui g¨¦neris¡¯
Nuestras discrepancias siempre fueron civilizadas y desde los a?os setenta lo consider¨¦ una persona entra?able
Enrique y yo ten¨ªamos visiones opuestas de la cuesti¨®n israelo-palestina y discutimos, en p¨²blico y en privado, desde los a?os 70. Quiz¨¢s record¨¦is que he escrito (no solo en EL PA?S) innumerables art¨ªculos sobre ello. Me refiero solo a uno de ellos: La ceguera de Israel (30-8-1980). D¨ªas despu¨¦s, Enrique me contestaba con Israel: la ceguera no siempre la sufren los otros (9-9-1980).
Nuestras discrepancias siempre fueron civilizadas y desde los a?os setenta lo consider¨¦ una persona entra?able. En aquel art¨ªculo, adem¨¢s de argumentar su posici¨®n, dec¨ªa: ¡°Se debe destacar que entre Men¨¦ndez del Valle y yo se dan, en la materia, no solo convergencias, sino identidades, a fin de que la discusi¨®n contenga, cordialmente, las enriquecedoras diferencias. En primer lugar, convengo en que la declaraci¨®n del Gobierno derechista de Beguin sobre el car¨¢cter de Jerusal¨¦n como capital indivisible constituye una innecesaria provocaci¨®n, no ya porque los ¨¢rabes la consideren ciudad santa del Islam, sino, adem¨¢s, por ser disparatada¡±.
Ya en 1977 nuestra relaci¨®n era entra?ablemente sui g¨¦neris. Siendo Enrique miembro de la Comisi¨®n ejecutiva, viaj¨¦ con ¨¦l a dos epicentros del conflicto. A Tel Aviv, invitados por la revista jud¨ªa New Outlook. En un seminario sobre Oriente Pr¨®ximo expusimos nuestras posturas. Y a continuaci¨®n, invitados por la OLP, a Beirut, donde resid¨ªa Arafat. Con ¨¦l y su gente mostramos nuestras posiciones. Todo lo recogi¨® El socialista (20-11-1977 y 4-12-1977): ¡°Arafat me pareci¨® un tipo estupendo¡±, dijo Enrique. La ¨²ltima vez que intercambiamos ideas y propuestas fue en TEMAS: ¡°La paz en Oriente Pr¨®ximo¡± (Octubre 2006).
Cuando nos ve¨ªamos, sol¨ªamos saludarnos: ¡°Salaam, Emilio¡±. ¡°Shalom, Enrique¡±. As¨ª pues, querido amigo y rival Enrique: Salaam, Shalom.
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