125 a?os del PNV, el partido que se hizo paisaje
La formaci¨®n nacionalista vasca afronta las elecciones una vez m¨¢s como clara vencedora, un fen¨®meno pol¨ªtico ¨²nico de simbiosis de unas siglas con la realidad
El 21 de julio de 1876 Miguel de Unamuno, con 12 a?os, llor¨® por la abolici¨®n de los fueros vascos, un mundo que terminaba. ¡°No se pagaban impuestos, no se hac¨ªa el servicio militar, hasta 1841 hab¨ªa aduanas con Espa?a en el Ebro¡±, resumen en el PNV. Es un trauma que se agrava con la industrializaci¨®n de Bilbao y la llegada de inmigrantes con ideas socialistas, para horror de una sociedad tradicional y muy cat¨®lica. Este malestar lleva a Sabino Arana, dentro de las corrientes rom¨¢nticas europeas y el nacimiento de nuevos Estados, a formular un ideario nacionalista que cristaliza en la fundaci¨®...
El 21 de julio de 1876 Miguel de Unamuno, con 12 a?os, llor¨® por la abolici¨®n de los fueros vascos, un mundo que terminaba. ¡°No se pagaban impuestos, no se hac¨ªa el servicio militar, hasta 1841 hab¨ªa aduanas con Espa?a en el Ebro¡±, resumen en el PNV. Es un trauma que se agrava con la industrializaci¨®n de Bilbao y la llegada de inmigrantes con ideas socialistas, para horror de una sociedad tradicional y muy cat¨®lica. Este malestar lleva a Sabino Arana, dentro de las corrientes rom¨¢nticas europeas y el nacimiento de nuevos Estados, a formular un ideario nacionalista que cristaliza en la fundaci¨®n del PNV el 31 de julio de 1895. Hace ya 125 a?os. Con la Segunda Rep¨²blica lleg¨® el primer Gobierno vasco y sus ¨²ltimos cuarenta a?os son una historia de ¨¦xito ¨²nica. Ahora tiene el mayor nivel de control municipal desde los ochenta, gobierna las tres diputaciones y las tres capitales. Los sondeos le dan una victoria como en sus mejores tiempos, desde la traum¨¢tica ruptura con Eusko Alkartasuna (EA) en 1986.
¡°Es una rareza porque nace en el contexto de la derecha conservadora europea pero se organiza como partido democr¨¢ticamente, y luego evoluciona con la sociedad hacia planteamientos socialdem¨®cratas¡±, apunta Daniel Innerarity, fil¨®sofo pol¨ªtico. Una de las claves es que, como otros partidos de la ¨¦poca, se implanta a trav¨¦s de clubes sociales ¡ªlos batzoki¡ª, sindicatos, grupos de monta?a. ¡°Daba mucha importancia a la militancia. En los a?os de la Rep¨²blica se convirti¨® en un partido-comunidad¡±, analiza I?aki Goiogana, historiador de la Fundaci¨®n Sabino Arana. Javier de Ybarra, escritor y miembro de una las grandes familias industriales vascas, se?ala la importancia del factor religioso: ¡°En 1897 Max Weber estuvo en Bilbao y habl¨® del incipiente nacionalismo vasco asegurando que no tendr¨ªa futuro. Para ¨¦l, como para la burgues¨ªa vasca, ser nacionalista era una creencia m¨¢s que una ideolog¨ªa. La combinaci¨®n de religi¨®n y pol¨ªtica caus¨® furor entre los aldeanos de misa diaria. Tuvo ¨¦xito como un partido semieclesi¨¢stico en la tierra elegida¡±.
Aquel primer PNV fundado en 1895 era arcaico, con un concepto de naci¨®n definida por la raza, de odio antiespa?ol y ultracat¨®lico. Fundado con 94 socios y exigentes criterios de admisi¨®n morales y ¨¦tnicos (cuatro apellidos vascos), al a?o un tercio hab¨ªa abandonado, la mayor¨ªa por expulsi¨®n. Pero evolucion¨® r¨¢pido y en 1917 obtuvo el control de la Diputaci¨®n de Vizcaya. En las elecciones de 1918 sacaron 5 de los 6 esca?os provinciales. No obstante, han quedado para la historia algunos escritos de Arana racistas hacia lo espa?ol y otros episodios pol¨¦micos: examin¨® los 126 apellidos de su futura esposa en el registro para asegurarse de que no ten¨ªa sangre maketa. Esa g¨¦nesis, sobre la que el PNV no ha hecho una revisi¨®n cr¨ªtica, es la parte menos memorable del aniversario. En el partido son conscientes, pero lo relativizan, no temen ataques a sus estatuas: ¡°El PNV es muy sabiniano, como fundador y maestro los militantes lo llevan muy dentro, es un t¨®tem, pero esas ideas son reflejo de una ¨¦poca pasada, y no solo de ¨¦l, tambi¨¦n de otros personajes europeos de la ¨¦poca. No se niega ese pasado, pero tomamos lo que vale para el presente y el futuro. El racismo, el ultracatolicismo, no nos vale, y el nacionalismo de 2020 no es el del XIX, como el socialismo tampoco lo es¡±, explica I?aki Goiogana, historiador de la Fundaci¨®n Sabino Arana. Andoni Ortuzar, presidente del PNV, tambi¨¦n lo enmarca en el contexto de su tiempo: ¡°Somos sabinianos, despert¨® la conciencia nacional. No lo escondemos, pero hemos evolucionado¡±. ¡°Aqu¨ª no hemos tenido mayor problema con eso, y ahora todav¨ªa menos¡±, confirma Aitor Esteban, portavoz en el Congreso, que recuerda que tres de sus cuatro apellidos son castellanos. El legado esencial de Arana, hasta hoy, es un partido democr¨¢tico y una idea: Euskadi es la patria de los vascos.
El fundador invent¨® ese nombre, Euskadi, y una bandera, la ikurri?a, que han acabado siendo asumidos por la comunidad. Esta simbiosis con el territorio, sellada en la dictadura, se ha consolidado en democracia y el PNV parece un elemento intr¨ªnseco m¨¢s del paisaje vasco. Para Antonio Rivera, catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea en la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV), ¡°ha conseguido mimetizarse de tal modo que la ciudadan¨ªa confunde un partido con lo que es hegem¨®nico¡±. De ah¨ª la acusaci¨®n recurrente de que creen que el pa¨ªs es suyo, o que son ellos. Se suele decir medio en broma que hasta para ser presidente del Athletic hay que tener el visto bueno del partido.
?Cu¨¢l es el secreto? ¡°Somos el partido que mejor toma la temperatura a la sociedad y, como tenemos cintura pol¨ªtica, podemos ir virando¡±, dice Ortuzar. Es un partido transversal e interclasista, va de derecha a izquierda, del agricultor al industrial, su eje es la identidad. Ha atravesado todas las crisis sin caer. Es conservador, pero con ra¨ªz democristiana y socialdem¨®crata: introdujo la renta b¨¢sica ya en 1989. ¡°Me hace gracia cuando nos dicen que tenemos connivencia con el capital. Si repasas la gente que dirige el PNV no me sale ninguno de familia pudiente, son gente modesta, asalariados, gente que las pas¨® canutas para ir a la universidad¡±, subraya Esteban. Ortuzar resume: ¡°Sabemos leer la sociedad vasca y la sociedad vasca se f¨ªa del PNV, aunque no sea nacionalista. Ojal¨¢ hubiera tantos abertzales como votantes tenemos, pero no nos enga?amos: mucha gente viene porque somos un refugio¡±.
Uno de los libros de referencia sobre el PNV es El p¨¦ndulo patri¨®tico (Cr¨ªtica, 2005), que estableci¨® esa met¨¢fora de un partido que oscila entre dos almas, una m¨¢s radical y soberanista, otra posibilista y moderada, una dicotom¨ªa que ya est¨¢ en el propio Sabino Arana. Santiago de Pablo, uno de sus autores, cree que ¡°es un partido pragm¨¢tico que resuelve el d¨ªa a d¨ªa y a la vez defiende algo m¨¢s ut¨®pico en el futuro, es gris a diario pero hace posibles las aventuras¡±. En las dos ¨²ltimas, el pacto de Lizarra en 1998, y el plan Ibarretxe, de 2001 a 2005, el electorado no premi¨® la radicalidad. Esa larga resaca se ha acentuado por la crisis de Catalu?a. Una ¨¦poca de calma que simboliza ??igo Urkullu. ¡°Cada afiliado tiene esas dos almas. Es muy sentimental lo nuestro, y el momento y la coyuntura afectan much¨ªsimo¡±, explica Ortuzar. En esa b¨²squeda de equilibrio hay incluso una bicefalia de poder dentro del partido: los cargos internos no pueden tener cargos p¨²blicos. Ahora Urkullu es el lehendakari, pero en el partido manda Ortuzar y el Euskadi Buru Batzar (EBB), el comit¨¦ ejecutivo. ¡°Eso protege al partido, que se sobrepone a los altibajos del poder, y al cargo p¨²blico, que tiene autonom¨ªa. No te oculto que esto exige un ejercicio de tolerancia diario. Si hay dos personas, hay dos criterios¡±, admite Ortuzar. El partido es de una estructura f¨¦rrea, en el PNV no hay carreras mete¨®ricas ni vac¨ªos de poder. Se empieza desde abajo, tiene buenos cuadros y gente preparada.
Al contrardio que el resto de partidos, la actual generaci¨®n en el poder del PNV sigue teniendo su ra¨ªz en los a?os del franquismo. Urkullu, Ortuzar y Esteban nacieron entre 1961 y 1962. Los tres entraron de adolescentes, por tradici¨®n familiar. ¡°Recuerdo a mi aita sacando de la caja de la persiana, donde estaba escondido, El ¨¢rbol de Gernika, de Steer¡±, evoca Esteban. Ortuzar fue a la primera reuni¨®n con 14 a?os, la primera vez que se puso pantal¨®n largo: ¡°All¨ª me encontr¨¦ con gente de 50 a?os, que hab¨ªa mantenido el partido en la clandestinidad. Estaba todo por construir, todo era ¨¦pico¡±. Recuerda la emoci¨®n de su primer Alderdi Eguna en 1977 en Aralar, con 15 a?os: ¡°Mi familia en el pueblo eran los vascos, era zona minera, de emigraci¨®n y yo era un bicho raro en la zona, todos eran comunistas. Cuando llegu¨¦ a Aralar, al ver tanta gente como t¨², vestida con kaiku y txapela, pens¨¦: no estoy solo, era verdad lo que me hab¨ªan contado en casa¡±.
El momento clave es la Transici¨®n. El PNV llegaba con el cr¨¦dito de su historia, de haber apoyado la Rep¨²blica y un prestigio en el exilio porque fue europe¨ªsta desde el principio ¡ªel lema del segundo Aberri Eguna de 1933 fue Euzkadi-Europa y estuvo en la g¨¦nesis del proyecto de uni¨®n desde 1948¡ª, pero la izquierda abertzale pensaba que era un partido caduco y la calle era suya. Esteban recuerda su impresi¨®n al asistir con 17 a?os a una manifestaci¨®n en 1979: ¡°Nos hicieron un pasillo los de la izquierda abertzale y nos insultaron y escupieron, hasta a la gente mayor¡±. Las elecciones de 1977 eran inciertas. I?aki Anasagasti, portavoz en el Congreso de 1986 a 2004, fue a San Juan de Luz a ver a Telesforo Monz¨®n, exdirigente del PNV que acab¨® fundando Herri Batasuna (HB). ¡°Me dijo: quiero al PNV con toda mi alma, pero es un arc¨®n lleno de monedas de oro fuera de circulaci¨®n, son historia¡±. Anasagasti volvi¨® preocupado, pero Juan de Ajuriaguerra, l¨ªder hist¨®rico del partido en el exilio, le calm¨®: ¡°En cuanto haya libertad el PNV vuelve, es el eje del pa¨ªs¡±. En las conversaciones Txiberta, Biarritz, ETA pidi¨® al nacionalismo que boicoteara las elecciones. El PNV no acept¨®. Sac¨® ocho diputados. ¡°Aquella noche electoral largu¨ªsima, Ajuriaguerra hac¨ªa solitarios y al final me dijo: ?qu¨¦ te hab¨ªa dicho? Funcion¨® la memoria hist¨®rica, la gente no estaba de acuerdo con ETA. Luego HB dec¨ªa que el Estatuto era una mierda, que no ten¨ªamos que participar. Ni usaban la palabra lehendakari porque era del Estatuto. Es gracioso verlos ahora, son los m¨¢s fan¨¢ticos de ir a Madrid y pactar con el PSOE¡±.
El PNV siempre ha condenado la violencia, desde sus inicios, pero sus cr¨ªticos les acusan de ambig¨¹edad durante largo tiempo, por no haber querido enfrentarse a ETA y dilatar ese momento todo lo que pudo. El juicio de Javier de Ybarra, cuyo padre fue asesinado en 1977, es muy duro: ¡°Aunque no le guste reconocerlo, el PNV siempre se sentir¨¢ m¨¢s cerca de ETA y de sus herederos que de nosotros las v¨ªctimas¡±. ¡°En la ¨¦poca de Arzalluz hubo un blanqueamiento completo. Dec¨ªan que compart¨ªan fines pero no medios¡±, opina Eduardo Madina, del PSOE, que sufri¨® un atentado en 2002. ¡°Yo no sent¨ª especial calor del PNV de Ibarretxe. S¨ª del de Imaz. Y total de las juventudes del PNV¡±. Borja S¨¦mper, del PP, cree que el PNV jug¨® ¡°con cartas marcadas¡±, porque el acoso de ETA les hac¨ªa muy dif¨ªcil implantarse al PP y al PSOE, formar dirigentes, llenar las listas, ¡°que fuera normal ser militante¡±. Anasagasti recuerda que desde 1998 estuvo 13 a?os con escolta y cree injusta esa cr¨ªtica. ¡°Si alguien ha sido el enemigo de ETA, es el PNV¡±, dice Ortuzar. Afirma que la primera manifestaci¨®n contra la banda, en 1978, la organizaron ellos. ¡°S¨ª debemos entonar un mea culpa coral, de pa¨ªs, de sociedad vasca, con las v¨ªctimas. La sociedad no fue suficientemente cercana¡±.
Pasada la pesadilla del terror, el PNV vende su experiencia, su buen hacer y su seriedad. Para Innerarity, saca una nota muy alta en cuatro indicadores que hacen una suma imbatible y ning¨²n otro partido alcanza: identificaci¨®n con el territorio, competencia de gesti¨®n, ¨¦tica p¨²blica y sensibilidad social. Sus cr¨ªticos cuestionan la eficacia, porque siempre ha habido mucho dinero para hacer una buena gesti¨®n, y recuerdan que s¨ª hay casos de corrupci¨®n, pero pasan en sordina. El ¨²ltimo, el caso De Miguel. ¡°Es un aparato para ganar dinero para su entorno social y pol¨ªtico y mantener su estructura de poder. Es draconiano para colocar a su gente, es un partido r¨¦gimen¡±, afirma Rivera. ¡°Euskadi no es Calabria¡±, replica Ortuzar, que niega la idea de una sociedad clientelar: ¡°Es al rev¨¦s, somos un partido abierto, busca socios permanentemente. No es que metamos afiliados con calzador, son gente que captamos. En Euskadi es f¨¢cil acercarse al PNV¡±.