El Estatuto, la patata caliente de Urkullu
El intento de compaginar identidad con impulso econ¨®mico y Europa ha sido la respuesta peneuvista moderada al reto soberanista de Bildu
I?igo Urkullu se ha trasladado en plena campa?a electoral a Hendaya (Francia) para proponer el fortalecimiento de la eurorregi¨®n Euskadi-Navarra-Nueva Aquitania como s¨ªmbolo de europe¨ªsmo y refuerzo de los territorios del euskera, seg¨²n sus palabras. Ha adornado su propuesta identitaria con un proyecto de foro de colaboraci¨®n socio-econ¨®mico para fortalecer el arco atl¨¢ntico bajo el paraguas europeo. Lo hizo justo en el momento en el que Bildu arreciaba sus cr¨ªticas electorales contra el PNV al recordarle su desvinculaci¨®n del pacto que suscribieron hace dos a?os sobre el nuevo Estatuto vasco en el que el derecho a la autodeterminaci¨®n era parte b¨¢sica.
El intento de compaginar identidad con impulso econ¨®mico y Europa ha sido la respuesta peneuvista moderada al reto soberanista del Estatuto de Bildu, que incomoda al partido de Urkullu y Ortuzar. El nuevo estatuto es una patata caliente que Urkullu ha arrastrado sin soluci¨®n en sus dos legislaturas desde que hace m¨¢s de diez a?os el Gobierno de Zapatero tumb¨® el plan soberanista de Ibarretxe. Ha sido el punto m¨¢s conflictivo de su ¨²ltima legislatura, que arriesg¨® con romper el gobierno de coalici¨®n PNV-PSE en la misma medida que Bildu ve¨ªa en el nuevo Estatuto vasco la posibilidad de empujar a Euskadi por la v¨ªa soberanista del independentismo catal¨¢n. Urkullu eludi¨® la trampa que le tendi¨® Bildu, dando entrada en la ponencia parlamentaria a una comisi¨®n de expertos, que recogi¨® las posiciones de todos los partidos, y que cerr¨® la legislatura sin acuerdo.
El reto para Urkullu sigue ah¨ª. Bildu no cede en el derecho a la autodeterminaci¨®n y para el PSE, como para el PP, esa es una l¨ªnea roja. Pero la crisis del coronavirus afectar¨¢ al futuro pr¨®ximo del nuevo Estatuto al cambiar las prioridades del electorado vasco. De entrada, el independentismo viene cayendo pertinazmente en Euskadi desde el final del terrorismo. La ¨²ltima encuesta del Bar¨®metro de la Universidad de Deusto, del 30 de mayo, en pleno coronavirus, sit¨²a el independentismo en un 14%, mientras que el autonomismo est¨¢ en un 67,5%. El panorama de la Euskadi actual, igual que en el conjunto de Espa?a, se?ala que la mayor preocupaci¨®n de los vascos es claramente la sanidad, seguida de las consecuencias econ¨®micas de la covid, el paro y las pensiones. La relaci¨®n de Euskadi con el Estado, donde se enmarca el nuevo Estatuto, ocupa el octavo puesto, 40 puntos por debajo.
Con esta realidad, el proyecto de nuevo Estatuto vasco, aunque Bildu lo introduzca, decaer¨¢ como prioridad en la pr¨®xima legislatura que arrancar¨¢ en plena efervescencia por las consecuencias socioecon¨®micas de la pandemia. La campa?a electoral lo est¨¢ revelando. La salida social a la crisis, la valoraci¨®n de lo p¨²blico y la colaboraci¨®n institucional europea, estatal y auton¨®mica centra los debates, excepto para el PP. Son valores que contradicen el aislacionismo del nacionalismo soberanista y que dejar¨¢n huella cuando alg¨²n d¨ªa se actualice el Estatuto vasco.
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