Oto?o caliente en todos los frentes
Las crisis pol¨ªticas se precipitan y multiplican a la espera de que la econ¨®mica presente su peor cara
Todo el mundo en el entorno del poder ten¨ªa claro que el oto?o iba a ser muy complicado. Pero nadie imagin¨® que la crisis pol¨ªtica explotar¨ªa tan r¨¢pido, tan fuerte y en tantos frentes. A¨²n no ha estallado en toda su plenitud, gracias a los ERTE, las ayudas y la capacidad de resistencia de trabajadores y empresas, el problema m¨¢s complicado de gestionar: el econ¨®mico, que dominar¨¢ el oto?o y el invierno. Pero otros, de naturaleza pol¨ªtica, se han adelantado.
Los expertos en gesti¨®n de crisis de La Moncloa no dan abasto. La guerra con Madrid es la que m¨¢s preocupa, porque afecta directamente a la gesti¨®n de la covid. El Ejecutivo est¨¢ madurando la decisi¨®n de intervenir y el mecanismo para hacerlo. Tanto declarar el estado de alarma como aplicar el art¨ªculo 155 son muy extremos y problem¨¢ticos, porque necesitan un apoyo pol¨ªtico que no dar¨ªan ni el PP, ni Ciudadanos, ni los nacionalistas e independentistas.
Hay opciones legales m¨¢s suaves, como la que dej¨® abierta el decreto de la nueva normalidad, que reserv¨® la posibilidad de que Sanidad, ¡°en situaciones de urgente necesidad¡± pueda ¡°tomar las medidas que sean estrictamente necesarias¡± y, solo despu¨¦s, ¡°informar de manera urgente de las medidas adoptadas¡± a las comunidades afectadas. Aun as¨ª tiene problemas. Las competencias para ejecutar esas medidas siguen en manos de las comunidades. Una intervenci¨®n no acordada en Madrid es un infierno que el equipo de Pedro S¨¢nchez ha querido evitar a toda costa. Pero todo camina hacia ese escenario si la presidenta, Isabel D¨ªaz Ayuso, no cambia de actitud y las cifras siguen empeorando. La decisi¨®n es inminente y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha cambiado radicalmente de tono y en sus ¨²ltimas declaraciones ha ido preparando ya el terreno.
En el PSOE, y a¨²n m¨¢s en Unidas Podemos, hubo muchas dudas sobre la decisi¨®n de La Moncloa de organizar el acto conjunto con Ayuso del pasado lunes, en el que se escenific¨® un alto el fuego. S¨¢nchez sigui¨® adelante, pese a las cr¨ªticas, pero solo aguant¨® unos d¨ªas. El jueves, cuando Illa comprob¨® en una tensa reuni¨®n que Madrid no pensaba hacerles caso, La Moncloa decidi¨® romper y dejar claro que el Gobierno no asume las decisiones de Ayuso y ahora piensa en c¨®mo cambiarlas.
Lo que no estaba en el guion era un desencuentro con la Casa Real, que el PP ha convertido r¨¢pidamente en el eje de su agenda pol¨ªtica. Pablo Casado incluso ha puesto una foto del Rey en su imagen de WhatsApp y ha pedido destituciones para mostrar la gravedad del asunto. La Moncloa y La Zarzuela trasladan mensajes para rebajar la tensi¨®n, pero esta crisis, que surgi¨® de una decisi¨®n del Gobierno que nadie ha explicado, ha abierto una brecha inesperada que a¨²n tendr¨¢ recorrido, porque el PP y Vox, pero tambi¨¦n Ciudadanos, tienen intenciones de d¨¢rselo. Adem¨¢s, la tensi¨®n entre los ministros de Unidas Podemos y la Monarqu¨ªa seguir¨¢ y a¨²n puede crecer.
En el Gobierno est¨¢n muy molestos con Carlos Lesmes, presidente del Poder Judicial, que deb¨ªa haber cesado hace casi dos a?os, porque creen que ha magnificado la pol¨¦mica.
La semana del inicio del oto?o ha visto a¨²n m¨¢s movimientos. El Gobierno se est¨¢ jugando la legislatura en estos d¨ªas. De su evoluci¨®n depende que haya o no Presupuestos. Si los hay, se da por hecho que la legislatura ser¨¢ larga. Esta semana, el Gobierno ha dado un giro hacia la mayor¨ªa que permiti¨® la investidura, asumiendo un alto coste. No solo se ha visto con Bildu para hablar de Presupuestos, con foto de su portavoz, Mertxe Aizpurua, con la vicepresidenta Carmen Calvo. Adem¨¢s, ha abierto la puerta a los indultos de los presos del proc¨¦s y a cambiar r¨¢pidamente la secesi¨®n en el C¨®digo Penal para reducir sus penas. Todo se precipita, y tambi¨¦n el desgaste que suponen estas decisiones y el combustible que dan a la oposici¨®n. Aun as¨ª, lo m¨¢s llamativo es que Ciudadanos aguanta el tir¨®n y sigue dispuesto a negociar los Presupuestos, as¨ª que el escenario ideal de La Moncloa (no de Pablo Iglesias), unas cuentas apoyadas por un gran bloque con PNV, ERC y Cs, a¨²n es factible.
Y mientras se abren en canal los frentes pol¨ªticos, los ministros y La Moncloa dedican la mayor parte de su tiempo a la econom¨ªa. S¨¢nchez viaj¨® a Bruselas para apretar en la negociaci¨®n del fondo de reconstrucci¨®n, mientras el hombre clave de su equipo en este asunto, Manuel de la Rocha, ultima el documento con el que Espa?a marcar¨¢ las prioridades y los programas en los que gastar¨¢ esa enorme inyecci¨®n de hasta 140.000 millones de euros. El agravamiento de la segunda ola tiene muy inquieto a todo el Gobierno porque el gasto en ERTE se disparar¨¢ de nuevo y el riesgo de que muchas empresas peque?as no aguanten es enorme.
Todos le temen al oto?o caliente. Pero no el pol¨ªtico, que se ha precipitado de forma inesperada, sino al social. Ese ser¨ªa mucho m¨¢s dif¨ªcil de gestionar. Por eso el Ministerio de Trabajo tiene encima de la mesa una bater¨ªa de reformas laborales (esta semana se aprob¨® la del teletrabajo) con las que cambiar la legislaci¨®n heredada del PP.
Es dif¨ªcil imaginar un Gobierno con m¨¢s frentes abiertos. Y sin embargo, pese a la preocupaci¨®n que se percibe en todos los ministros por el panorama econ¨®mico y pol¨ªtico, nadie duda de que los Presupuestos saldr¨¢n. Incluso los m¨¢s pesimistas se?alan que el Gobierno, pese a sus dificultades, est¨¢ mucho m¨¢s fuerte que la oposici¨®n.
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