El principal investigador de G¨¹rtel acusa a la c¨²pula policial del PP de torpedear las pesquisas

El principal investigador policial del caso G¨¹rtel y de la caja b del PP, el inspector Manuel Morocho, detall¨® al juez de la Audiencia Nacional Manuel Garc¨ªa-Castell¨®n maniobras de la c¨²pula del cuerpo en 2015 para apartarle de esa causa sobre corrupci¨®n en el partido conservador, lo que afect¨® al ritmo y la profundidad de las pesquisas. Morocho, cuyo n¨²mero de carn¨¦ profesional, 81.067, figura al pie de los informes m¨¢s sensibles sobre G¨¹rtel, es ahora uno de los testigos de referencia del...

El principal investigador policial del caso G¨¹rtel y de la caja b del PP, el inspector Manuel Morocho, detall¨® al juez de la Audiencia Nacional Manuel Garc¨ªa-Castell¨®n maniobras de la c¨²pula del cuerpo en 2015 para apartarle de esa causa sobre corrupci¨®n en el partido conservador, lo que afect¨® al ritmo y la profundidad de las pesquisas. Morocho, cuyo n¨²mero de carn¨¦ profesional, 81.067, figura al pie de los informes m¨¢s sensibles sobre G¨¹rtel, es ahora uno de los testigos de referencia del caso Kitchen, la trama parapolicial para arrebatar al extesorero Luis B¨¢rcenas documentos comprometedores para el PP.

En su declaraci¨®n ante el juez, a la que ha tenido acceso EL PA?S, el polic¨ªa manifest¨® que nunca le informaron sobre la existencia, en 2013 y 2014, de una operaci¨®n encubierta de seguimiento y vigilancia a la familia de B¨¢rcenas, montada con el pretexto de apoyar a su unidad en el caso G¨¹rtel. Porque en realidad, seg¨²n Anticorrupci¨®n, la llamada Operaci¨®n Kitchen no buscaba aportar datos a la investigaci¨®n que dirig¨ªa Morocho bajo la direcci¨®n de Pablo Ruz, entonces juez de la Audiencia Nacional. El dispositivo urdido en el Ministerio del Interior y al que se destinaron fondos reservados, supuestamente trataba de arrebatar a los parientes de B¨¢rcenas, mientras este estaba en prisi¨®n, papeles inc¨®modos para los l¨ªderes populares. Y, de paso, ponerlos fuera del alcance judicial. Kitchen es una de las 25 piezas separadas del macrosumario T¨¢ndem sobre los negocios corruptos del comisario jubilado Jos¨¦ Manuel Villarejo, en prisi¨®n desde noviembre de 2017.

Morocho, jefe de uno de los grupos de la Unidad de Delincuencia Econ¨®mica y Fiscal (UDEF) de la Polic¨ªa, testific¨® ante Garc¨ªa-Castell¨®n el 21 de febrero de 2019. Relat¨® que, cuando la investigaci¨®n sobre G¨¹rtel se encontraba a pleno rendimiento, fue convocado al despacho de Eugenio Pino, director adjunto operativo ¡ªm¨¢ximo mando uniformado¡ª de la Polic¨ªa e imputado en Kitchen. Pino, nombrado por el ministro Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, es considerado el urdidor de la llamada polic¨ªa patri¨®tica, el grupo de miembros de la c¨²pula del cuerpo que usaba recursos p¨²blicos y filtraba informes ap¨®crifos sin control judicial para da?ar a Podemos o al independentismo y favorecer al PP.

El alto mando, seg¨²n Morocho, le dio la ¡°orden¡± de que se trasladase a la Direcci¨®n Adjunta Operativa para ponerse bajo sus consignas directas. ¡°Me dijo que, a partir de ese momento, necesitaba que estuviera all¨ª (¡­) no ten¨ªa posibilidad de decir que no¡±, explic¨® el inspector al juez. El traslado, que comenz¨® en enero de 2015 y se prolong¨® durante un a?o y medio, se revisti¨® administrativamente bajo el paraguas de una atribuci¨®n temporal de funciones.

Morocho trat¨® de resistirse y explic¨® a sus superiores que ese traslado ir¨ªa en detrimento de las pesquisas de G¨¹rtel. Seg¨²n su versi¨®n, sus jefes inmediatos le dijeron que el movimiento no les parec¨ªa correcto e incluso que era ¡°inaceptable¡±. Sin embargo, pes¨® m¨¢s la ascendencia de Pino y el principio de jerarqu¨ªa, y el traslado no se logr¨® frenar: ¡°Me tuve que mover f¨ªsicamente y compart¨ªa despachos en ambos sitios, tratando de cumplir lo que se me hab¨ªa obligado a hacer [mientras] segu¨ªa asumiendo el rol de responsable¡± de la investigaci¨®n sobre los v¨ªnculos entre las empresas de Francisco Correa y el PP, as¨ª como la caja b del partido conservador. Morocho no era una pieza cualquiera: era quien monitorizaba y dirig¨ªa la instrucci¨®n en la UDEF.

¡°Intu¨ª que no se ten¨ªa muy claro qu¨¦ hacer conmigo¡±, denuncia el inspector sobre su cambio. ¡°Se me dijo que era para apoyar investigaciones o an¨¢lisis de documentaci¨®n financiera que estaban trabajando all¨ª, y que necesitaban un experto para evaluarlo¡±, se arranca Morocho a lo largo de una declaraci¨®n cargada de resignaci¨®n. Entonces, el fiscal le pregunta directamente si interpret¨® ese movimiento como ¡°un apartamiento¡± para afectar a las pesquisas de G¨¹rtel. ¡°Efectivamente¡±, responde el inspector, ¡°mi primera impresi¨®n fue: me quieren quitar de aqu¨ª con el fin de que no pueda desarrollar mi actividad normal¡±. Y remacha: ¡°El tiempo que estuve all¨ª, pese a que intent¨¦ llevar a t¨¦rmino y compatibilizar ambas cosas, lo que gener¨® es que el procedimiento fuera decayendo y se generaran retrasos en la elaboraci¨®n de informes que se han ido acumulando en el tiempo¡±. ¡°Se resinti¨® mi labor de direcci¨®n de los informes en el procedimiento¡±, se lamenta.

El comisario Enrique Garc¨ªa Casta?o, imputado en Kitchen, ha admitido ante el juez que Interior le transmiti¨® que hab¨ªa que descubrir ¡°si B¨¢rcenas se hab¨ªa llevado algunos discos duros de la sede del PP en los que aparec¨ªa la financiaci¨®n que hab¨ªa recibido el PP de donaciones, los pagos en B que se hab¨ªan hecho...¡±. Seg¨²n se?ala la propia UDEF, con Kitchen buscaban sabotear las pesquisas y otorgar a los dirigentes del PP un ¡°arma para negociar¡±. El juez ya ha imputado a Fern¨¢ndez D¨ªaz y la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n ha pedido lo propio para Mar¨ªa Dolores de Cospedal, ex secretaria general del partido, pero de momento se ha rechazado.

Un informe sobre Villarejo

Durante su declaraci¨®n, Morocho subraya que su labor dentro de la Direcci¨®n Adjunta Operativa fue est¨¦ril. Elabor¨® varios documentos sobre lo que se le encargaba, pero finalmente no se los entreg¨® a nadie porque, cuando transmit¨ªa verbalmente o por escrito sus conclusiones a los superiores, estos le indicaban que ¡°ya no eran de inter¨¦s¡±, relat¨®. Uno de esos an¨¢lisis ten¨ªa que ver, por ejemplo, con el comisario Villarejo. El inspector cuenta al juez que recibi¨® un documento del Sepblac (Servicio de Prevenci¨®n del Blanqueo de Capitales) sobre los negocios de Villarejo y que, tras analizarlo, consider¨® que exist¨ªan indicios de lavado de dinero.

Morocho enumera al magistrado todas las irregularidades que detect¨®: estructuras societarias, operaciones inmobiliarias y flujos de dinero sospechosos; utilizaci¨®n de territorios que no son ¡°cooperantes en materia de informaci¨®n financiera¡±; o uso de presuntos testaferros. Todo ello se lo indic¨® entonces al inspector jefe Jos¨¦ ?ngel Fuentes Gago, que trabajaba para Pino, pero este no quiso saber nada del asunto.

¡°Me dijo que era un tema de unas sociedades que se crearon en una ¨¦poca pol¨ªtica anterior, vinculadas a una din¨¢mica de lucha contra ETA... No obstante, me dijo que se lo dijera al director adjunto operativo por si este quer¨ªa conocer el resultado. Se lo dije, y este me dijo que no quer¨ªa saber nada sobre el particular¡±. En ese momento, en la c¨²pula de la Polic¨ªa se hab¨ªa abierto un expediente, encomendado a Fuentes Gago, sobre las posibles ilegalidades de los negocios sucios de Villarejo. Ese expediente se archiv¨®.

Morocho aprovecha su declaraci¨®n ante Garc¨ªa-Castell¨®n para recalcar que, aunque la c¨²pula policial del PP se escude en que Kitchen se puso en marcha para tratar de recuperar el dinero evadido por B¨¢rcenas en para¨ªsos fiscales, la investigaci¨®n de G¨¹rtel que ¨¦l dirig¨ªa nunca supo de su existencia y, adem¨¢s, ¡°no hab¨ªa ning¨²n inter¨¦s objetivo en contar con un apoyo de inteligencia policial para potenciar la investigaci¨®n del delito de blanqueo de capitales¡±. Y relata que ten¨ªa algunas sospechas de que ¡°algo estaba ocurriendo¡± y que hab¨ªa ¡°cierta ansiedad¡± entonces en la direcci¨®n del cuerpo por si B¨¢rcenas ten¨ªa m¨¢s informaci¨®n: ¡°Por si la pod¨ªa sacar o no, y si pod¨ªa involucrar a determinadas personas del PP o del Gobierno¡±.