Salvar Madrid o salvar a Espa?a de Madrid
El Gobierno sostiene que sin m¨¢s m¨¦dicos ni rastreadores la cat¨¢strofe puede llegar a la capital
Las medidas incluidas en el estado de alarma decretado este viernes por el Gobierno de Espa?a en la ciudad de Madrid y otros ocho municipios no suponen un cerrojazo casi total a los movimientos, como fue el primer estado de alarma, pero han creado, sin embargo, un may¨²sculo conflicto entre el Gobierno de la naci¨®n y el de la Comunidad de Madrid. Acaso desproporcionado, entre la causa del conflicto y sus efectos para los ciudadanos. Pero ha ocurrido. Cada d¨ªa el Gobierno de Madrid pedir¨¢ el levant...
Las medidas incluidas en el estado de alarma decretado este viernes por el Gobierno de Espa?a en la ciudad de Madrid y otros ocho municipios no suponen un cerrojazo casi total a los movimientos, como fue el primer estado de alarma, pero han creado, sin embargo, un may¨²sculo conflicto entre el Gobierno de la naci¨®n y el de la Comunidad de Madrid. Acaso desproporcionado, entre la causa del conflicto y sus efectos para los ciudadanos. Pero ha ocurrido. Cada d¨ªa el Gobierno de Madrid pedir¨¢ el levantamiento de esta situaci¨®n excepcional, con el apoyo del presidente del PP, Pablo Casado.
¡°Pedro S¨¢nchez va a por Madrid¡±, dicen desde el Ejecutivo regional. Para el Gobierno central, el equipo de Isabel D¨ªaz Ayuso no quiere colaboraci¨®n sino enfrentamiento. Ni antes ni ahora. Es la punta de lanza del PP. Estas aseveraciones pol¨ªticas se acompa?an con la defensa a ultranza. Ambas partes defienden que sus medidas: confinamiento selectivo por ¨¢reas sanitarias, como pretende Madrid, o confinamiento perimetral de todo el municipio, como ha decidido el gobierno central, son las adecuadas.
No hab¨ªa posibilidad de acuerdo. En ning¨²n momento el ejecutivo madrile?o iba a aflojar su posici¨®n. S¨ª sabe perfectamente este Gobierno cu¨¢l es el soporte jur¨ªdico que ha utilizado Castilla y Le¨®n, que se basa en una competencia que se dio a todas las autonom¨ªas hace 34 a?os, por la Ley Org¨¢nica de Salud de 1986, que permite a las comunidades restringir la movilidad de sus ciudadanos. Madrid no la invoc¨® al trasladar al Tribunal Superior de Justicia de Madrid la orden ministerial. Ese no es el soporte adecuado, respondieron los jueces.
A las claras, sin tapujos, en el Gobierno madrile?o se reconoce que no van a invocar una Ley para llevar a cabo unas medidas con las que no est¨¢n de acuerdo. As¨ª lo demostraron con su voto en contra a la Orden Ministerial que present¨® el ministro de Sanidad, Salvador Illa, en el Consejo Interterritorial de Salud. En Madrid son conscientes de que sus correligionarios de otras comunidades no comparten su hacer en esta grave situaci¨®n que vive Espa?a. La crisis sanitaria y econ¨®mica es de tal calibre que los presidentes auton¨®micos quieren estar lo m¨¢s cerca posible del Gobierno.
Moncloa lo sabe. En la mayor¨ªa de las comunidades aut¨®nomas, prefieren que los madrile?os se abstengan de moverse por el resto de Espa?a. Salvar Madrid o salvar a Espa?a de Madrid es una sentencia que corre en las filas populares madrile?as. El segundo lema se lo atribuyen al Gobierno socialista. Aunque esa no es toda la motivaci¨®n del Gobierno central. Los n¨²meros de afectados en la capital son de alarma social y la situaci¨®n no tiene buenos visos. Sin m¨¢s m¨¦dicos y rastreadores la cat¨¢strofe puede llegar a Madrid, sostienen en el Gobierno. No ocultan, adem¨¢s, que ¡°el pulso¡± constante del ejecutivo auton¨®mico no puede perderlo el Gobierno.