S¨¢nchez busca en Roma la ¡®bendici¨®n¡¯ del Papa
El presidente viaja el s¨¢bado al Vaticano para proyectar una imagen de acercamiento con el jefe de la Iglesia Cat¨®lica
La semana se anunciaba pronunciada como la cuesta del Calvario. El pico llegaba mi¨¦rcoles y jueves en el Congreso, con el ala m¨¢s conservadora de las bancadas con el cuchillo en la mano y un PP con su voto todav¨ªa por definir. Pero al final de la pendiente, el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, sab¨ªa que esperaba a una recompensa. La foto con el papa Francisco, la primera vez que el Pont¨ªfice recibe a un presidente espa?ol desde abril de 2013 ¡ªcuando Mariano Rajoy le visit¨® con su esposa reci¨¦n llegado Jorge Mario Bergoglio a la silla de Pedro¡ª, era un comod¨ªn extraordinario. Y lo us¨®. Antes y, tambi¨¦n, durante el debate. Cit¨® su ¨²ltima enc¨ªclica, se refiri¨® a ¨¦l como figura ¡°inspiradora¡±, asegur¨® que ¡°la fe es imprescindible¡± y lleg¨® a cuestionar los valores cristianos del l¨ªder de Vox y autor de la moci¨®n de censura, Santiago Abascal. La instrumentalizaci¨®n ha sido total. Justo lo que no suele entusiasmar al Vaticano, que prefiere poner a salvo la figura del Papa en las divisiones internas de cada pa¨ªs.
El Gobierno est¨¢ euf¨®rico con la visita del s¨¢bado (prevista para las 9.30), en la que el presidente estar¨¢ acompa?ado por su esposa, Bego?a G¨®mez. Llega en un momento perfecto para lanzar el mensaje de que el presidente no es un radical izquierdista, como le dibuja la oposici¨®n, sino un hombre abierto capaz de entenderse bien con el jefe de la Iglesia cat¨®lica. El Vaticano, que ha aceptado recibirle en un momento estrat¨¦gico, muy consciente del impacto pol¨ªtico que pod¨ªa tener, no hab¨ªa anunciado este jueves oficialmente todav¨ªa la visita de Pedro S¨¢nchez. Pero desde Moncloa se filtr¨® la semana pasada y se comunic¨® luego por escrito con mucha antelaci¨®n. El presidente adelant¨® tambi¨¦n durante su viaje a Roma del martes, donde mantuvo una reuni¨®n bilateral con su hom¨®logo Giuseppe Conte en el foro Italia-Espa?a, que invitar¨ªa al Papa a visitar Espa?a ¡°cuando buenamente se pueda¡±. Un movimiento que busca estrechar todav¨ªa m¨¢s el v¨ªnculo con el Vaticano en un momento de extrema polarizaci¨®n en torno a la figura del Pont¨ªfice.
La visi¨®n aperturista del papa Francisco sobre algunos asuntos, especialmente de car¨¢cter social (como su ¨²ltimo comentario a favor de las uniones civiles entre homosexuales), ha generado una ins¨®lita divisi¨®n en la Iglesia y en sus aleda?os de poder. Sus incursiones en la pol¨ªtica, sus cr¨ªticas al nacionalismo, al populismo o a la construcci¨®n de muros fueron tomadas desde el principio como una suerte de oposici¨®n a los movimientos de ultraderecha y, en concreto, al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Al calor de los fieles del mandatario norteamericano tambi¨¦n se organiz¨® parte de la Iglesia estadounidense, con destacados cardenales, como Raymond Burke, librando una batalla a plena luz del d¨ªa contra el Papa. La divisi¨®n se ha extendido a otros pa¨ªses, sucedi¨® tambi¨¦n en Italia cuando Matteo Salvini era ministro del Interior y azotaba a diario a las ONG que rescataban migrantes en el Mediterr¨¢neo. Pero a Espa?a todav¨ªa no hab¨ªa llegado hasta que Vox recogi¨® el testigo.
Santiago Abascal llam¨® ¡°ciudadano Bergoglio¡± al Papa el pasado abril, rebajando su condici¨®n de Pont¨ªfice por haberse manifestado a favor de un salario universal. Cuando el l¨ªder de Vox viaj¨® a Roma en septiembre de 2019 para participar en la reuni¨®n anual que organiza el partido posfascista Fratelli di Italia, visit¨® el Vaticano y se reuni¨® con el prefecto de la Congregaci¨®n para el culto divino, el cardenal guineano Robert Sarah: uno de los opositores ideol¨®gicos al Papa m¨¢s fuertes intramuros. De ah¨ª se desprenden las primeras palabras que pronunci¨® S¨¢nchez respecto al Pont¨ªfice antes de su visita. ¡°Su figura es incuestionable¡±, se?al¨® con una declaraci¨®n innecesaria en una situaci¨®n normal y posicion¨¢ndose frontalmente contra sus cr¨ªticos. Una jugada que, adem¨¢s, le permite acercarse al mundo cat¨®lico moderado.
La mano del Papa, tras casi ocho a?os de pontificado, se nota ya fuertemente en Espa?a, donde el sector m¨¢s conservador ha ido perdiendo poder. Tras el nombramiento del cardenal y arzobispo de Barcelona, Juan Jos¨¦ Omella como presidente de la Conferencia Episcopal (el mi¨¦rcoles y el jueves estuvo en el Vaticano), se han iniciado ya tambi¨¦n los movimientos en las di¨®cesis. La sinton¨ªa con el Gobierno, que tiene encima de la mesa asuntos espinosos que deber¨¢ concordar con la Iglesia, como la publicaci¨®n de la lista de bienes inmatriculados ¡ªpreparada desde hace un a?o y medio en el ministerio de Justicia¡ª y la decisi¨®n de que pague el IBI por sus inmuebles, parece buena. Fuentes del Gobierno se?alan que la negociaci¨®n en esos campos va muy bien. El Ejecutivo no renuncia a ninguna de esas apuestas, pero quiere hacerlo en sinton¨ªa con la Iglesia.
La reuni¨®n, sin embargo, no deber¨ªa bajar a ese terreno. Las mismas fuentes insisten en que estos temas son asuntos de la relaci¨®n bilateral de la Iglesia y el Gobierno y no se tratar¨¢n en la conversaci¨®n entre S¨¢nchez y Francisco. La cita, creen, tendr¨¢ un car¨¢cter m¨¢s de fondo y tocar¨¢ asuntos como el contenido de Fratelli Tutti, la ¨²ltima enc¨ªclica del Papa, que Pedro S¨¢nchez ha citado ya en algunos foros antes de hacerlo tambi¨¦n en el Congreso el pasado mi¨¦rcoles. Adem¨¢s, cuestiones como la inmigraci¨®n, la pobreza o la cohesi¨®n de Europa tendr¨¢n su espacio. La posici¨®n del Papa en temas sociales y econ¨®micos, tambi¨¦n en ecolog¨ªa, siempre ha estado en sinton¨ªa con la de S¨¢nchez, y en La Moncloa creen que ser¨¢n muchos m¨¢s los acuerdos que los desacuerdos, que sin duda existen entre el Vaticano y un Gobierno como el espa?ol que ha promovido ya una ley sobre la eutanasia, que est¨¢ en tramitaci¨®n, y tiene en estudio otra sobre el aborto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.