Cuando en pol¨ªtica predomina la t¨¢ctica
Las alianzas que se est¨¢n forjando para la aprobaci¨®n de los Presupuestos ignoran la historia y el debate vasco sobre Bildu
Todos los pactos unitarios de los partidos democr¨¢ticos contra ETA, desde el de Ajuria Enea de 1988, pretendieron que la banda terrorista cesase definitivamente la violencia y su brazo pol¨ªtico, Batasuna, aflorara como partido y se incorporara al parlamento. En octubre de 2011 se logr¨® ese hito hist¨®rico. ETA anunci¨® el fin del terrorismo y la izquierda abertzale, hoy representada por Bildu, pre...
Todos los pactos unitarios de los partidos democr¨¢ticos contra ETA, desde el de Ajuria Enea de 1988, pretendieron que la banda terrorista cesase definitivamente la violencia y su brazo pol¨ªtico, Batasuna, aflorara como partido y se incorporara al parlamento. En octubre de 2011 se logr¨® ese hito hist¨®rico. ETA anunci¨® el fin del terrorismo y la izquierda abertzale, hoy representada por Bildu, present¨® nuevos estatutos que condenaban el terrorismo, incluido el de ETA, y se incorpor¨® a la pol¨ªtica.
Los partidos democr¨¢ticos valoraron el paso, pero consideraron que a la izquierda abertzale le quedaba pendiente una autocr¨ªtica por su pasada complicidad con ETA. Nueve a?os despu¨¦s del cese del terrorismo este debate sigue vivo en Euskadi, donde Bildu tiene una presencia notoria como segundo partido. Los principales partidos vascos han acordado, y el PNV y el PSE lo ratificaron en la campa?a electoral de julio, que no gobernar¨¢n Euskadi con Bildu mientras Sortu ¡ªsu partido matriz, descendiente de Batasuna¡ª no reconozca la injusticia del terrorismo etarra, porque gobernar es liderar. No existe un af¨¢n revanchista, de mantener heridas abiertas. Se trata de leer bien la p¨¢gina antes de pasarla, de mejorar la convivencia.
Las alianzas que se est¨¢n forjando para la aprobaci¨®n de los Presupuestos ignoran la historia y el debate vasco sobre Bildu. El tacticismo predomina en la pol¨ªtica nacional. Pablo Iglesias, en su prioritario af¨¢n por reforzar su posici¨®n en el Gobierno de coalici¨®n, ha otorgado una relevancia a Bildu que Arnaldo Otegi ha aprovechado para alardear de su influencia pol¨ªtica. Chirr¨ªa esa insensibilidad en alguien que tiene pendiente una autocr¨ªtica por su pasado compromiso con ETA. Podemos, como partido joven, no particip¨® de los pactos democr¨¢ticos contra ETA. Pero Iglesias conoce el debate vasco y sabe que la exigencia de autocr¨ªtica a Sortu tiene un sentido democr¨¢tico y pedag¨®gico. Los j¨®venes deben conocer que ETA no tuvo justificaci¨®n cuando el 92% de sus asesinatos fueron muerto el dictador. Debe aclar¨¢rselo a Otegi.
Pablo Casado tambi¨¦n se mueve en el regate corto de la t¨¢ctica. Sigue utilizando ETA como ariete, como en los peores momentos de la historia del PP. Recae en la burda identificaci¨®n de ETA y Bildu y su discurso no ser¨¢ cre¨ªble, especialmente en Euskadi como mostraron las elecciones de julio, hasta que no reconozca que la banda desapareci¨®, los estatutos de Bildu condenan el terrorismo y asume la legalidad. Sus exigencias sobre Bildu contrastan con su ausencia de escr¨²pulos para gobernar algunas comunidades sostenido por Vox, un partido antisistema. Toda una muestra de incoherencia y tacticismo.
El presidente S¨¢nchez se encuentra reiteradamente en una dif¨ªcil encrucijada ante decisiones claves de su legislatura. Gobernar sin mayor¨ªa requiere comprensi¨®n. Pero decisiones claves, que afectan a cuestiones ¨¦ticas, no pueden limitarse a una justificaci¨®n t¨¢ctica. Si contara con Bildu requerir¨ªa una explicaci¨®n pol¨ªtica. En Euskadi tiene un referente.