El Gobierno estrena la nueva estabilidad
El amplio respaldo a los Presupuestos concede al Ejecutivo de coalici¨®n un margen que ning¨²n otro hab¨ªa tenido desde 2015, aunque supeditado a acuerdos entre once partidos
Era tal el ansia por celebrar ese resultado inimaginable para ellos mismos hace solo unas semanas que los diputados del PSOE y de Unidas Podemos no dejaron que la presidenta del Congreso acabase de cantar los n¨²meros. Puestos en pie, estallaron en una tremenda ovaci¨®n que ahog¨® las ¨²ltimas palabras de Meritxell Batet: 187 a favor, 153 en contra y ninguna abstenci¨®n, en la ¨²ltima de las largas votaciones por cap¨ªtulos de los Presupuestos para 2020. El Gobierno de coalici¨®n ...
Era tal el ansia por celebrar ese resultado inimaginable para ellos mismos hace solo unas semanas que los diputados del PSOE y de Unidas Podemos no dejaron que la presidenta del Congreso acabase de cantar los n¨²meros. Puestos en pie, estallaron en una tremenda ovaci¨®n que ahog¨® las ¨²ltimas palabras de Meritxell Batet: 187 a favor, 153 en contra y ninguna abstenci¨®n, en la ¨²ltima de las largas votaciones por cap¨ªtulos de los Presupuestos para 2020. El Gobierno de coalici¨®n ha solventado este jueves su examen m¨¢s dif¨ªcil -ahora solo falta el tr¨¢mite del Senado- vivo y dispuesto a colear por mucho tiempo. Pedro S¨¢nchez ha logrado al fin salir de la provisionalidad presupuestaria que constre?¨ªa a su Gabinete desde la moci¨®n de censura, hace ya dos a?os y medio. Entre ¨¦l y su socio de Unidas Podemos han aumentado en 22 diputados la base parlamentaria de la ¨²ltima investidura, el pasado enero. Las palmas del presidente, de sus ministros y de los diputados de la coalici¨®n se prolongaron euf¨®ricas mientras los esca?os de la derecha se vaciaban a toda prisa.
Cuando Alfredo P¨¦rez Rubalcaba puso en circulaci¨®n aquello del Gobierno Frankenstein, seguramente no pensaba en un monstruo con tantas piezas y tan variopintas. Y sobre todo con tanta capacidad de supervivencia. Ese Ejecutivo que en enero sali¨® titubeante de una investidura casi con foto finish ¡ª167 a 165¡ª ha logrado para los Presupuestos un apoyo superior al de algunos Gobiernos de las ¨¦pocas del bipartidismo. En los cinco a?os transcurridos desde que la vieja correlaci¨®n de fuerzas salt¨® por los aires, ning¨²n otro Ejecutivo hab¨ªa dispuesto de ese margen de estabilidad. Claro que, en tiempos de nueva normalidad, esta es tambi¨¦n una nueva estabilidad.
El refrendo a los distintos cap¨ªtulos del Presupuesto, que se votan por separado, oscil¨® entre 187 y 189 s¨ªes. La base del Gobierno se consolida con un c¨®ctel que mezcla casi toda la izquierda, el independentismo en su versi¨®n m¨¢s pragm¨¢tica y unas peque?as gotas de regionalistas con reivindicaciones puramente territoriales. Son 11 fuerzas pol¨ªticas distintas, algunas como EH Bildu con muchos estigmas a cuestas. Un rompecabezas permanente para un Ejecutivo a su vez propenso a la tensi¨®n interna. Pero el PSOE y Unidas Podemos han hecho de la necesidad virtud, y sus portavoces, Adriana Lastra y Pablo Echenique, presumieron en el cierre del debate de su capacidad para poner de acuerdo a gentes tan dispares. ¡°Hay grupos de izquierda, de centro, liberales, nacionalistas¡ Ideolog¨ªas muy distintas¡±, subray¨® Lastra, fuerzas que ¡°a veces discrepan en casi todo¡± pero que se han puesto de acuerdo en la necesidad de sacar adelante ¡°los Presupuestos m¨¢s importantes en 40 a?os de democracia¡±. Y de paso dar un aval a un Ejecutivo dispuesto a ¡°durar muchos a?os¡±, como expresaron casi al un¨ªsono Lastra y Echenique, con alguna burla a la derecha incluida (¡°guarden su rabia, no la gasten tan r¨¢pido, que a¨²n les queda mucho¡±, se jact¨® el portavoz de Unidas Podemos).
Sobre el alcance de la alianza que ha permitido sacar adelante las cuentas p¨²blicas, los tonos son diferentes. Los dirigentes de Unidas Podemos ya hablan de ERC y EH Bildu como socios estrat¨¦gicos. Los socialistas lo rebajan. Tras la votaci¨®n, la cara del ¨¦xito del Ejecutivo, la ministra de Hacienda, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, sostuvo que las puertas a Ciudadanos seguir¨¢n abiertas. Y asegur¨® ¡ªcontra lo que dice no solo el partido de In¨¦s Arrimadas, tambi¨¦n Unidas Podemos¡ª que fue Cs quien se neg¨® al acuerdo. ¡°Y yo lo s¨¦ bien porque he dirigido las negociaciones¡±, reafirm¨®. Arrimadas se hab¨ªa preguntado antes desde la tribuna: ¡°?Por qu¨¦ apoyan Otegi y Junqueras estos Presupuestos? ?Porque son buenos para los espa?oles?¡±. Su compa?ero Edmundo Bal lo resumi¨® as¨ª: ¡°El PSOE ha vendido su alma¡±.
Esquerra comparte la visi¨®n de Pablo Iglesias, que interpreta lo ocurrido como un vuelco pol¨ªtico. Gabriel Rufi¨¢n, con su destreza de tuitero, resumi¨® la situaci¨®n en dos sentencias: ¡°El centro de gravedad del Estado ha cambiado¡± y ¡°bienvenidos a una nueva era¡±. El portavoz de ERC se encarg¨® de recordar al Ejecutivo -y de paso a sus ¨ªntimos socios y adversarios de Junts, impenitentes en el no- el decisivo peso de la aportaci¨®n independentista: 17 de sus 23 diputados en Madrid, una vez que a ERC se le ha unido en el s¨ª el PDeCAT, ya divorciado de Puigdemont. Rufi¨¢n obvi¨® las referencias a los dirigentes condenados por sedici¨®n, a los que s¨ª aludi¨® Ferran Bel, del PDeCAT con esa suavidad de formas tan de la vieja Converg¨¨ncia. ¡°Sean firmes y valientes¡±, pidi¨® al Gobierno. ¡°No es normal que haya presos pol¨ªticos y exiliados¡±. En el banco azul asent¨ªa un solitario Iglesias.
Como complemento a la radiante ma?ana del Gobierno, la derecha volvi¨® a dar espect¨¢culo con su particular guerrilla interna. Los populares han afeado durante toda la semana a Vox que se desentendiese del tr¨¢mite de enmiendas. Una de sus diputadas m¨¢s fogosas, Ana Bel¨¦n V¨¢zquez, hab¨ªa reclamado a los de Santiago Abascal que devuelvan m¨¢s de 200.000 euros correspondientes a los sueldos de los d¨ªas que no trabajaron. En Vox uno de los especialistas en chinchar a los populares es el jurista valenciano Jos¨¦ Mar¨ªa S¨¢nchez, que, en el ¨²ltimo d¨ªa del debate, desde?¨® a V¨¢zquez como ¡°esa diputada gallega chillona, que deja quedar mal a los gallegos¡±. Ella estaba fuera del hemiciclo y acudi¨® a toda prisa para pedir la palabra y tacharlo de machista. Tampoco Macarena Olona perdi¨® la ocasi¨®n de llamar a los populares ¡°c¨®mplices y colaboracionistas¡± del socialcomunismo. Siempre m¨¢s comedido, Iv¨¢n Espinosa de los Monteros les achac¨® su ¡°somnoliento letargo¡±.
El PP dio la impresi¨®n de querer pasar de puntillas por la jornada. Dej¨® la intervenci¨®n final a la exministra Elvira Rodr¨ªguez, que se mantuvo en su estilo t¨¦cnico, sin bajar al barro de ETA y los ¡°enemigos de Espa?a¡±, esa moneda com¨²n en los dem¨¢s diputados. De Pablo Casado no se supo nada en toda la semana. Mucho menos de Santiago Abascal, que apenas ha vuelto a asomar por el Congreso desde aquella moci¨®n de censura con la que en octubre promet¨ªa acorralar al Gobierno.