Un joven inmigrante muere ahogado en Soria tras ba?arse en el Duero
El hombre, de 22 a?os y originario del Chad, desapareci¨® el mi¨¦rcoles despu¨¦s de sumergirse con tres amigos en el r¨ªo
Eran poco antes de las dos de la tarde del mi¨¦rcoles y a Abderrahm¨¢n M. B. le apeteci¨® darse un chapuz¨®n en Soria. Se meti¨® en el r¨ªo Duero junto a uno de los tres compa?eros que iban con ¨¦l. Los j¨®venes no tuvieron en cuenta que en esta ¨¦poca del a?o el agua, de apariencia apacible, se encuentra a apenas cinco grados y que las lluvias y el deshielo convierten al Duero en una trampa enga?osa una vez se penetra en ese cauce turbio y peligroso por sus corrientes bajo la superficie. Los dos chicos nadaron, pero solo uno consigui¨® salir. El fallecido, procedente del Chad, de 22 a?os y con solo tres semanas en Soria, no lo logr¨®.
El resto del grupo, acogido en un centro de atenci¨®n de inmigrantes vulnerables, llam¨® al 112 y a Cepaim, la entidad que los acoge y trabaja en su inclusi¨®n. El operativo de rescate pein¨® el tramo sin ¨¦xito durante la tarde del mi¨¦rcoles hasta que el jueves a mediod¨ªa, casi 24 horas despu¨¦s de la idea fatal, encontraron el cad¨¢ver a 2,5 metros de profundidad y a 25 metros del punto donde sus colegas lo perdieron de vista.
La tragedia ha sobrecogido a quienes conocieron al joven fallecido. Su periplo para conseguir techo, cama y auxilio comenz¨® en el centro de ?frica y alcanz¨® suelo espa?ol el 4 de diciembre pasado. Laura Garc¨ªa, coordinadora de la asociaci¨®n que lo cobijaba, relata que nadie sabe muy bien c¨®mo logr¨® pisar Melilla. Solo aseguran que no salt¨® la valla. El fallecido, que recal¨® el pasado 27 de enero en Soria, estuvo un breve periodo tiempo alojado en Salamanca. El resto son inc¨®gnitas.
Los trabajadores que se afanan en la atenci¨®n a los 24 inmigrantes que el centro de atenci¨®n humanitaria puede acoger se encuentran muy afectados por lo ocurrido y prefieren no dar detalles o ceder fotos del centroafricano. Garc¨ªa lamenta la desgracia porque el chico estaba muy animado con su nueva etapa en la peque?a y apacible Soria, con ganas de aprender castellano, riguroso en su asistencia a las clases y siempre alegre y con buenas maneras hacia sus compa?eros o los responsables de la organizaci¨®n, que lo asesoraban tambi¨¦n en materia jur¨ªdica o sanitaria. El coronavirus ha menguado las opciones de ocio de los acogidos en el centro, de modo que abundan los paseos o recorridos por la ciudad.
El dispositivo de rescate comenz¨® nada m¨¢s conocerse lo acontecido. El subdelegado del Gobierno en Soria, Miguel Latorre, y el jefe del grupo de la Polic¨ªa Nacional especializado en buceo, Pelayo Gayol, explicaron que durante las primeras horas tras sumergirse es mucho m¨¢s sencillo localizar un cuerpo, pues no se suelen desplazar notablemente. Por eso era clave ubicar el punto de desaparici¨®n y acotar un espacio. El paso del tiempo juega en contra del hallazgo, al igual que unas condiciones de visibilidad nulas bajo el agua, adem¨¢s de la gelidez del r¨ªo. La principal hip¨®tesis sobre la causa del ahogamiento del joven, indican, radica en un ¡°shock por el fr¨ªo¡±, un latigazo helador que impide el funcionamiento de los ¨®rganos.
Las primeras intentonas de polic¨ªas locales y bomberos no dieron resultado. El jefe de bomberos de Soria, Juan Carlos Rodr¨ªguez, ha relatado que ni las lanchas ni un dron ni c¨¢maras t¨¦rmicas, esenciales para detectar el calor corporal de los restos humanos, bastaron para vislumbrar nada entre la oscuridad de tanto de la superficie como del fondo del Duero. La experiencia del Grupo Especial de Operaciones ha sido crucial para localizar el cad¨¢ver en la ma?ana del jueves. El objetivo era rastrear este paraje de las afueras de Soria y cercano al puente de San Saturio, donde los sorianos enamorados simbolizan con un candado su compromiso eterno y arrojan la llave al cauce, antes de que la corriente se llevara consigo el cuerpo.
La investigaci¨®n sigue trabajando para conocer exactamente las circunstancias del suceso. La Polic¨ªa Judicial se encargar¨¢ de dirigirse a la familia, con la que a¨²n no han podido contactar, para contarles que Abderrahm¨¢n, sobre quien nadie sabe cu¨¢ndo abandon¨® su casa en busca de esperanza en Europa, ha muerto en el Duero.
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