Paisaje valenciano tras la ¨®pera bufa murciana
El PSPV ya no puede seguir jugando con el comod¨ªn de Cs para soliviantar a sus socios y el PP de Bonig se ver¨¢ abocado, como el de Isabel Ayuso, a cerrar pactos con Vox
Si el Gobernador del Banco de Espa?a, Pablo Hern¨¢ndez de Cos, y la presidenta del Banco Santander, Ana Bot¨ªn, aciertan en su diagn¨®stico de que no hay ¡°mejor pol¨ªtica econ¨®mica que vacunar a toda velocidad¡±, el escenario se complica por momentos.
En diez d¨ªas, a partir del pr¨®ximo 1 de abril, deber¨ªa empezar en la Comunidad Valenciana la anunciada campa?a de vacunaci¨®n masiva para cumplir con el objetivo de tener inoculada al 70 por cien de la poblaci¨®n durante la temporada estival. Desde la Conselleria de Sanidad se garantiza que la log¨ªstica para acometer el reto sanitario est¨¢ garantizado. Los recursos humanos y materiales se han dispuesto. La contrariedad es que el n¨²mero de dosis de vacunas que llega lo hace en cantidad irrisoria; con el a?adido de suspender esta misma semana el operativo de inoculaci¨®n de 116.000 trabajadores de los centros educativos valencianos con la vacuna AstraZeneca por una decisi¨®n pol¨ªtica, muy prudente, s¨ª, pero no basada en evidencias cient¨ªficas.
El punto de inflexi¨®n que abril representa en el imaginario colectivo -colas de personas para vacunarse a buen ritmo bajo la f¨®rmula 24h/7d- se antoja inalcanzable dada la r¨¦mora en el suministro. Las esperanzas est¨¢n puestas en la inmediata incorporaci¨®n de una nueva vacuna, la de Janssen, en formato monodosis y que, por tanto, permitir¨¢ inmunizar al doble de poblaci¨®n con el mismo n¨²mero de pinchazos exigidos por las otras tres -Pfizer, Moderna y AstraZeneca- que ya est¨¢n a disposici¨®n. Ser la valenciana la autonom¨ªa que ofrece en estos momentos la incidencia acumulada m¨¢s baja de todo el pa¨ªs, con 39 casos por cada 100.000 habitantes, tambi¨¦n procura un cierto alivio. Alivio de luto, pero alivio.
Inmunes a la atm¨®sfera de incertidumbre, preocupaci¨®n y miedo que ha disparado las enfermedades mentales -le asiste la raz¨®n a I?igo Errej¨®n al denunciarlo en sede parlamentaria- algunos de nuestros pr¨®ceres pol¨ªticos se han embarcado en una guerra sucia cuya escenificaci¨®n a base de exabruptos y miserias varias explica por qu¨¦ muchos honrados, honestos y cualificados ciudadanos no se acercan a la pol¨ªtica o se alejan definitivamente para regresar a sus quehaceres previos. Luego est¨¢n los que no tienen d¨®nde yacer muertos y se agarran al acta de diputado, senador o concejal como si les fuera la vida en ello, que les va, o dan el salto a otro abrevadero pol¨ªtico sin despeinarse.
La fracasada moci¨®n de censura en Murcia y sus inmediatos efectos colaterales en otros territorios han trastocado el mapa y la agenda pol¨ªtica. Esta ¨²ltima debiera estar enfocada a la triple crisis -sanitaria, econ¨®mica y social- que nos asola. Pero no. La convocatoria anticipada de elecciones en la Comunidad de Madrid, la decisi¨®n de Pablo Iglesias de renunciar a la vicepresidencia del Gobierno de Espa?a para presentarse como candidato, y el declive en picado de Cs, salpimentado todo ello por acusaciones de compra-venta de voluntades pol¨ªticas, tambi¨¦n enmarcadas bajo el as¨¦ptico enunciado de ¡°opa hostil del PP a Cs¡±, trasciende los l¨ªmites de las autonom¨ªas directamente comprometidas y obliga a redefinir futuros escenarios pol¨ªticos. La Comunidad Valenciana no escapa al influjo de la inestabilidad pol¨ªtica registrada allende nuestras fronteras.
La primera consecuencia es la potencial irrelevancia pol¨ªtica a la que est¨¢ abocada la franquicia auton¨®mica de Cs y el destino de los 200.000 votos que logr¨® sumar en las elecciones generales de 2019. Irrelevante es la formaci¨®n que ni puede gobernar ni alcanza a condicionar la formaci¨®n de un gobierno, por mucho espacio que tenga para ejercer la oposici¨®n. El abandono de su l¨ªder, Toni Cant¨®, la crisis abierta en el grupo parlamentario de Cs en las Cortes Valencianas, la renuncia de cargos electos nacionales y la expulsi¨®n de otros, pintan un panorama m¨¢s bien l¨²gubre que ya ven¨ªa perfil¨¢ndose desde las generales de 2019. El PSPV-PSOE ya no puede seguir jugando con el comod¨ªn de Cs para soliviantar a sus socios en el Bot¨¢nico -Comprom¨ªs y Unidas Podemos-, y el PP de Isabel Bonig se ver¨¢ abocado, como el de Isabel Ayuso en Madrid, a cerrar pactos con Vox si se dan las circunstancias que obligan a ello para conformar ejecutivo.
Durante meses, emulando la estrategia marcada por In¨¦s Arrimadas respecto al Gobierno de Espa?a, Cant¨® estrech¨® relaciones con Ximo Puig. La relaci¨®n ven¨ªa bien a ambos: Cant¨® pul¨ªa a Cs como un partido bisagra capaz de entenderse con los socialistas del Consell -no as¨ª con sus socios-, mientras manten¨ªa gobiernos con el PP en la Diputaci¨®n y el Ayuntamiento de Alicante. Puig, por su parte, se invest¨ªa de moderaci¨®n y proyectaba una imagen centrada de cara a futuras contiendas electorales. La saca de votos de Cs con opci¨®n a emigrar a otras opciones estimula el insaciable apetito electoral de los partidos en lid.
En el nuevo escenario, con Cs desnortado y sin un interlocutor potente en la Comunidad Valenciana, tanto Puig como Bonig ya saben a qu¨¦ atenerse. El primero, a remendar las rotas relaciones con sus socios del Bot¨¢nico, con Comprom¨ªs especialmente, y con su l¨ªder, M¨®nica Oltra, a¨²n con m¨¢s af¨¢n. Se necesitan y saben que no hay alternativa. Por lo que trasciende, parece que las relaciones entre ambos socios progresan adecuadamente. La estabilidad del Consell se ha convertido en el nuevo mantra para trasladar, en el ecuador de la legislatura, la imagen de un ejecutivo cohesionado y volcado con las dos tareas m¨¢s urgentes: emplearse en una eficaz campa?a de vacunaci¨®n masiva y la gesti¨®n de los fondos europeos que deber¨¢n paliar el desfondamiento econ¨®mico de la autonom¨ªa.
Desde la otra orilla, el PP valenciano de Bonig tratar¨¢ de avanzar en la idea de Pablo Casado de reunificar a la familia pol¨ªtica que se escindi¨® con la irrupci¨®n de Cs y Vox, y clarificar si se posiciona con el discurso moderado que representan otros l¨ªderes auton¨®micos como el gallego Feij¨®o o el andaluz Juanma Moreno, o apuesta por el modelo frentista de Isabel D¨ªaz Ayuso. Las condiciones no son las m¨¢s id¨®neas cuando el liderazgo de Bonig se cuestiona de continuo y afloran combinaciones de posibles liderazgos alternativos tanto para la Generalitat como para el ayuntamiento de Valencia. Ya lo explicamos hace semanas: la sombra de Toni Cant¨® es alargada y son legi¨®n en el PP los que aventuran su irrupci¨®n fulgurante, en calidad de independiente, en las listas del partido conservador de cara a futuras contiendas electorales, sean estas nacionales, auton¨®micas o municipales.
Por otro lado, no descartemos que Pedro S¨¢nchez opte por un adelanto electoral si la pandemia pierde fuerza y la econom¨ªa, fondos europeos mediante, ofrece mejores datos. Dicha decisi¨®n, de producirse, podr¨ªa arrastrar tambi¨¦n a Ximo Puig a decidir, como en 2019, avanzar los comicios auton¨®micos.
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