Fnideq, el espejo pobre donde Marruecos mira hacia Ceuta
La marea de migrantes que ha vivido la ciudad m¨¢s pr¨®xima a la frontera espa?ola deja un rastro de frustraci¨®n y sue?os rotos
Yamal Chaukri, de 43 a?os, parado y residente en Tetu¨¢n, busca a su hijo Moad, de 15, en el paseo mar¨ªtimo de Fnideq. Cuenta que el martes el adolescente fue al colegio y ya no regres¨® a la casa familiar, a una hora en coche de esa localidad fronteriza con Ceuta, la antigua Castillejos de la ¨¦poca del protectorado espa?ol. ¡°Solo quiero saber si est¨¢ vivo¡±, dice Yamal el viernes, aferrado a su tel¨¦fono, cuando el foco medi¨¢tico del cruce de m¨¢s de 8.000 inmigrantes a nado por la frontera del Tarajal comienza a desplazarse a otros lugares.
Durante muchos a?os, Fnideq fue un lugar ...
Yamal Chaukri, de 43 a?os, parado y residente en Tetu¨¢n, busca a su hijo Moad, de 15, en el paseo mar¨ªtimo de Fnideq. Cuenta que el martes el adolescente fue al colegio y ya no regres¨® a la casa familiar, a una hora en coche de esa localidad fronteriza con Ceuta, la antigua Castillejos de la ¨¦poca del protectorado espa?ol. ¡°Solo quiero saber si est¨¢ vivo¡±, dice Yamal el viernes, aferrado a su tel¨¦fono, cuando el foco medi¨¢tico del cruce de m¨¢s de 8.000 inmigrantes a nado por la frontera del Tarajal comienza a desplazarse a otros lugares.
Durante muchos a?os, Fnideq fue un lugar adonde emigraba la gente del interior del pa¨ªs. En solo dos d¨¦cadas, su poblaci¨®n pas¨® de 6.000 a 77.000 habitantes. Sus vecinos ten¨ªan derecho, antes de la pandemia, a cruzar la frontera hacia Ceuta. Cientos de camareros, empleadas de hogar, alba?iles y carpinteros entraban y sal¨ªan a diario. Tambi¨¦n llegaban a trabajar a Ceuta unas 3.000 porteadoras, seg¨²n cifras no oficiales. Alrededor de la mercanc¨ªa que tra¨ªan ¡ªsobre todo ropa usada, aunque tambi¨¦n llegaban alcohol, pa?ales, aparatos electr¨®nicos y productos de limpieza¡ª viv¨ªa buena parte del pueblo. Los fines de semana acud¨ªan personas del resto del pa¨ªs a comprar en Fnideq.
Pero en octubre de 2019 el Gobierno marroqu¨ª se propuso acabar con el contrabando y cerr¨® el paso del Tarajal, por donde entraban las porteadoras. Fue una decisi¨®n soberana, sin previo anuncio a las autoridades espa?olas. El Gobierno marroqu¨ª, al cabo de varios meses, declar¨® haberla adoptado en aras del beneficio general del pa¨ªs, para combatir la evasi¨®n de impuestos. Como raz¨®n de fondo, algunos medios locales aseguraban que de camino se lograba asfixiar a la econom¨ªa de la ¡°Ceuta ocupada¡±.
La asfixia, sin embargo, se ceb¨® con Fnideq. Cientos de porteadoras regresaron a sus pueblos en el medio del Atlas. Decenas de comercios echaron el cierre. El Gobierno prometi¨® crear alternativas, como una zona franca que trabajar¨ªa con el Puerto de TangerMed. Pero las alternativas no llegaban. Ahmed Bizuyan, periodista local, explica: ¡°La gente estaba acostumbrada a ganar hasta 500 dirhams al d¨ªa, unos 50 euros, con el contrabando. Eso es mucho dinero en Marruecos. Y de pronto, desapareci¨®¡±.
La pandemia remat¨® la situaci¨®n en marzo de 2020. Las fronteras con Ceuta y Melilla se quedaron cerradas. Durante todos estos meses los trabajadores transfronterizos se han manifestado pidiendo a Rabat que abra los pasos. Las autoridades, sin embargo, dieron siempre prioridad a la prevenci¨®n sanitaria.
Desde el ¨²ltimo a?o fue llegando a Fnideq un goteo constante de menores marroqu¨ªes que aspiraban a nadar hasta Ceuta. La polic¨ªa marroqu¨ª no les permit¨ªa entonces acercarse a la frontera y los j¨®venes ten¨ªan que pasar desde distancias m¨¢s lejanas. Hasta cuatro horas empleaban algunos. En octubre y noviembre de 2020 dos marroqu¨ªes murieron en el intento.
Karima Etouh, de 39 a?os y empleada dom¨¦stica desde hace 13 en Ceuta, hizo el camino inverso a nado: desde Ceuta a Fnideq. Hab¨ªa decidido quedarse al inicio de la pandemia en la casa donde trabajaba. Pero al cabo de cinco meses, el 1 de agosto de 2020, se ech¨® al mar para reunirse con su hija de 17 a?os y un hijo de 12. No le fue mal. Consigui¨® empleo en un hotel de Fnideq. Sin embargo, anhela volver a su trabajo de Ceuta, levantarse a las cuatro de la madrugada, cruzar la frontera, y regresar a su casa en Marruecos a las cuatro de la tarde, como hac¨ªa antes.
¡°La gente¡±, explica Karima Etouh, ¡°lo est¨¢ pasando mal no solo en Fnideq, sino en los pueblos de al lado, como Beliones, que es el m¨ªo. Conozco a un hombre que llevaba cotizando 32 a?os en Espa?a, le quedaban pocos meses para jubilarse y recibir la pensi¨®n. Y ahora est¨¢n sin nada, sin ning¨²n ingreso desde hace m¨¢s de un a?o¡±.
Hablar bien espa?ol al otro lado de Ceuta es una gran ventaja laboral. A Karim (nombre ficticio), de 32 a?os, casado y con dos hijos, ese dominio del espa?ol le permite trabajar desde 2018 en la multinacional Atento, en Tetu¨¢n. Es consciente de que su sueldo de unos 350 euros al mes le convierte en un privilegiado. ¡°En Castillejos hay gente que lo pasa mal. Los domingos, la gente saca hasta sus platos a la calle para venderlos y as¨ª tener dinero para comer¡±.
Fnideq ha sido el ¨²nico municipio de Marruecos donde la gente se ha manifestado de forma masiva durante la pandemia pidiendo trabajo. Hasta cuatro viernes consecutivos llegaron a manifestarse el pasado febrero. La mayor¨ªa de quienes protestaban era mujeres que gritaban: ¡°?Qu¨¦ verg¨¹enza! Hab¨¦is matado a Fnideq¡±, ¡°El pueblo quiere abrir la frontera¡±.
Finalmente, en marzo llegaron unos 300 contratos temporales para antiguas porteadoras dispuestas a trabajar en el textil de T¨¢nger. Tambi¨¦n emplearon a otras porteadoras barriendo las calles. Aunque son empleos temporales y salarios de 150 euros al mes, por debajo de los 220 euros del salario m¨ªnimo, ese dinero ha servido para detener las manifestaciones sin que haya cientos de detenidos, como sucedi¨® en 2016 en las protestas de Alhucemas.
A partir de las manifestaciones de febrero, el Gobierno aceler¨® la construcci¨®n de una llamada ¡°zona de actividad econ¨®mica¡±, en la entrada de Castillejos viniendo desde el macropuerto de Tanger-Med. Ser¨¢ un terreno que servir¨¢ para depositar productos procedentes de la aduana de Tanger-Med. Una especie de zona franca, libre de impuestos.
Nuevos proyectos
El periodista Bizuyan explica que, adem¨¢s, las autoridades est¨¢n construyendo una zona industrial en la salida de la ciudad hacia Tetu¨¢n y hay un proyecto de reciclaje de ropa. ¡°Adem¨¢s¡±, a?ade, ¡°las autoridades ya han aprobado el proyecto de un empresario marroqu¨ª que vive en Holanda y que va a instalar una f¨¢brica para tratar gambas congeladas que vendr¨¢n de China. El plan prev¨¦ contratar en tres a?os hasta 1.200 personas¡±.
¡°Alrededor de esas promesas que cada d¨ªa son m¨¢s reales, crecer¨¢n nuevas casas, nuevas oficinas en Castillejos¡±, a?ade Bizuyan. ¡°Y lo har¨¢n de forma ordenada, no como se ha construido hasta ahora¡±. Pero mientras los planes se hacen realidad, Fnideq sigue soportando una gran tasa de parados. Sobre todo, entre los j¨®venes. Casi la mitad de los j¨®venes urbanos del pa¨ªs (45,3%) est¨¢ en paro.
Con los j¨®venes y menores que han logrado quedarse en Espa?a en esta ¨²ltima oleada, el Gobierno marroqu¨ª no solo se ha quitado un problema, sino que ha abierto una fuente de ingresos para el futuro. Los Marroqu¨ªes Residentes en el Extranjero (MRE) enviaron a sus familias en 2020 un 5% m¨¢s de dinero que antes de la pandemia, hasta sumar con sus divisas el 6% del PIB. Esos emigrantes de toda la vida han contribuido a evitar un estallido social.
Moad, el hijo de Yamal Chaukri, puede ser uno de ellos cuando sea adulto. Su padre supo el s¨¢bado que se encuentra en Ceuta, en la casa de un marroqu¨ª. ¡°Si lo devuelven a Marruecos, aqu¨ª tiene su casa. No vivimos muy bien, pero de hambre no va a morir. Y si se que queda en Espa?a, ser¨¢ mejor para ¨¦l¡±.