Imputados ocho mandos del Ej¨¦rcito del Aire por el accidente de un caza F-5
El juez militar los cita a declarar como investigados y reactiva la causa tras dos a?os paralizada
Ocho mandos del Ej¨¦rcito del Aire (dos coroneles, tres tenientes coroneles, dos comandantes y un teniente) han sido imputados por el juez que investiga el accidente de un caza F-5 en la base de Talavera la Real (Badajoz) el 2 de noviembre de 2012, en el que perdi¨® la vida un comandante instructor y result¨® gravemente herido un alf¨¦rez alumno. El titular del Juzgado Togado Militar Central n¨²mero 2 los ha citado para interrogarlos como investigados en los pr¨®ximos d¨ªas, reanudando as¨ª una causa que est¨¢ paralizada desde mayo de 2019.
Antes del accidente, el avi¨®n sufri¨® una aver¨ªa y...
Ocho mandos del Ej¨¦rcito del Aire (dos coroneles, tres tenientes coroneles, dos comandantes y un teniente) han sido imputados por el juez que investiga el accidente de un caza F-5 en la base de Talavera la Real (Badajoz) el 2 de noviembre de 2012, en el que perdi¨® la vida un comandante instructor y result¨® gravemente herido un alf¨¦rez alumno. El titular del Juzgado Togado Militar Central n¨²mero 2 los ha citado para interrogarlos como investigados en los pr¨®ximos d¨ªas, reanudando as¨ª una causa que est¨¢ paralizada desde mayo de 2019.
Antes del accidente, el avi¨®n sufri¨® una aver¨ªa y estuvo orbitando durante 17 minutos y 56 segundos sobre la base a¨¦rea, pero, en vez de eyectarse en paraca¨ªdas, el comandante ?ngel ?lvarez Raigada intent¨® un aterrizaje de emergencia, lo que hizo que el avi¨®n se desplomara contra el suelo antes de alcanzar la pista, perdiendo ¨¦l la vida y resultando gravemente herido el alumno Sergio Santamar¨ªa. Al tratarse de una misi¨®n de instrucci¨®n, fue seguida en directo desde la sala de operaciones de la base, donde se reproduc¨ªan todos los par¨¢metros del vuelo, pero nadie intent¨® disuadirle de intentar la maniobra.
La titular del Juzgado Togado Militar Territorial n¨²mero 12, la comandante Moncada, reflej¨® en un minucioso auto de 274 p¨¢ginas las m¨²ltiples irregularidades descubiertas en seis a?os de instrucci¨®n. La pieza del motor que se rompi¨® nada m¨¢s iniciarse el vuelo, un disco del rotor de turbina, sufr¨ªa ¡°fatiga de material¡± y ten¨ªa una grieta desde antes de 2009 que se fue ampliando con el tiempo y nunca fue detectada porque no se aplicaron los procedimientos adecuados en las revisiones.
Por su parte, el jefe del taller no cambi¨® la pieza, aunque debi¨® hacerlo porque exced¨ªa el l¨ªmite de vida ¨²til fijado en la orden t¨¦cnica, y su superior, el responsable de mantenimiento, no control¨® a su subordinado.
La aver¨ªa, aunque era grave (oblig¨® a parar el motor izquierdo y da?¨® los mandos de vuelo), no hubiera tenido tan dram¨¢tico desenlace si se hubiera gestionado correctamente la emergencia, pues quedaba el otro motor. Pero, en vez de realizar una ¡°prueba de controlabilidad¡±, que hubiera puesto en evidencia que el F-5 no estaba en condiciones de aterrizar (para hacerlo ten¨ªa que reducir velocidad y, al frenar, perd¨ªa el control del avi¨®n) y que hab¨ªa que lanzarse en paraca¨ªdas, el comandante intent¨® a toda costa tomar tierra.
El militar ten¨ªa la m¨¢xima calificaci¨®n como piloto e instructor. Sin embargo, una dolencia de ri?¨®n, que lo apart¨® durante meses de los mandos, le hizo perder su aptitud como piloto de F-5, lo que supon¨ªa seguir un exigente plan de instrucci¨®n y adiestramiento para recuperarla. Su expediente demuestra que no lo cumpliment¨®: solo hizo 11 de las 66 misiones de vuelo requeridas y una de las 26 de simulador. Pese a ello, sus jefes hicieron la vista gorda y le concedieron las sucesivas calificaciones, hasta llegar a la m¨¢xima, sin cumplir los requisitos.
La operaci¨®n de salvamento tambi¨¦n fue un caos. El alumno sali¨® disparado del F-5 y se estrell¨® contra el suelo de la base, mientras que el comandante qued¨®, a¨²n con vida, entre los restos incendiados del aparato. Los servicios de rescate tardaron en llegar y erraron al aplicar el l¨ªquido extintor, lo que hizo que el comandante se eyectase finalmente chocando contra uno de los veh¨ªculos de bomberos y falleciendo en el acto.
Los mandos militares que han sido citados por el juez son los presuntos responsables de estas irregularidades: no solo los encargados del mantenimiento del F-5 o los del servicio de bomberos; sino tambi¨¦n quienes, desde el coronel jefe de la base al secretario del Mando de Personal del Ej¨¦rcito del Aire, fueron concediendo las sucesivas calificaciones de aptitud al comandante Raigada a sabiendas de que no hab¨ªa hecho unas pr¨¢cticas que resultan imprescindibles para llegar a automatizar la respuesta ante situaciones de emergencia como la que se dio.
La juez que investig¨® el caso recopil¨® numerosas pruebas que demostraban estas irregularidades, llegando incluso a pedir al Consejo de Ministros la desclasificaci¨®n de documentos que Defensa se resist¨ªa a entregarle, pero no pudo interrogar a los investigados porque los militares de empleo igual o superior a comandante est¨¢n aforados ante el Juzgado Militar Central. Tampoco pudo legalmente elevar la causa a sumario, por lo que, nueve a?os despu¨¦s del siniestro, el juez togado sigue instruyendo diligencias previas y, en teor¨ªa, podr¨ªa archivarlas en cualquier momento.