Juan Carlos I: ¡°Algunos est¨¢n muy contentos de que me haya marchado¡±
Un nuevo libro, ¡®Mi rey ca¨ªdo¡¯, que se publica en octubre en Francia, recoge declaraciones del anterior jefe de Estado en la primavera pasada
Juan Carlos I dice que le gustar¨ªa volver a Espa?a. Est¨¢ dispuesto a subirse al primer avi¨®n que pueda hacia el pa¨ªs en el que rein¨® entre 1975 y 2014. Pero, investigado por la Fiscal¨ªa del Tribunal Supremo espa?ol por el supuesto cobro de comisiones en el extranjero, el rey em¨¦rito ignora si volver¨¢ y cu¨¢ndo.
¡°Algunos est¨¢n muy contentos de que me haya marchado¡±, ha declarado, enigm¨¢ticamente, a la historiadora Laurence Debray, autora del ensayo Mon roi d¨¦chu (¡±Mi rey ca¨ªdo¡±, en...
Juan Carlos I dice que le gustar¨ªa volver a Espa?a. Est¨¢ dispuesto a subirse al primer avi¨®n que pueda hacia el pa¨ªs en el que rein¨® entre 1975 y 2014. Pero, investigado por la Fiscal¨ªa del Tribunal Supremo espa?ol por el supuesto cobro de comisiones en el extranjero, el rey em¨¦rito ignora si volver¨¢ y cu¨¢ndo.
¡°Algunos est¨¢n muy contentos de que me haya marchado¡±, ha declarado, enigm¨¢ticamente, a la historiadora Laurence Debray, autora del ensayo Mon roi d¨¦chu (¡±Mi rey ca¨ªdo¡±, en franc¨¦s), que la editorial Stock publicar¨¢ en Francia el 6 de octubre y Debate en espa?ol en 2022. Debray entrevist¨® en la primavera pasada a Juan Carlos de Borb¨®n en Abu Dabi, donde reside desde el verano de 2020.
El semanario Paris Match adelanta, en la edici¨®n de este jueves, extractos del libro de la historiadora francesa, buena conocedora de la monarqu¨ªa espa?ola y autora de una biograf¨ªa de Juan Carlos I y de un documental en televisi¨®n grabado poco antes de su abdicaci¨®n en 2014.
En su libro autobiogr¨¢fico Hija de revolucionarios (Anagrama), Debray recordaba que, de peque?a, ya admiraba a Juan Carlos I, hasta el punto de que colg¨® un p¨®ster suyo en su habitaci¨®n. Su padre, el famoso intelectual de izquierdas R¨¦gis Debray, lo retir¨® y lo sustituy¨® por una imagen del presidente socialista Fran?ois Mitterrand.
Paris Match cuenta que, durante los confinamientos y la pandemia, los contactos entre Debray y el rey em¨¦rito se sucedieron con llamadas y mensajes telef¨®nicos, y desembocaron en la entrevista en Abu Dabi. Juan Carlos de Borb¨®n va vestido ¡°como un jubilado americano (...), lleva zapatillas deportivas, tejanos, una camiseta¡±. Lo acompa?an cuatro guardaespaldas espa?oles y un matrimonio filipino se ocupa de la casa y la comida. Se acuesta pronto, explica el semanario, y se levanta a las siete de la ma?ana. Hace gimnasia, lee la prensa espa?ola, habla con sus abogados o conversa ¡°con los amigos que le quedan¡±.
¡°Se pasa el d¨ªa evocando su retorno a Espa?a¡±, se lee en el art¨ªculo. ¡°Basta con tomar un avi¨®n¡±, dice. Debray pregunta al rey em¨¦rito qu¨¦ es lo que m¨¢s echa de menos: ¡°La comida¡±, le responde.
¡°Con su hijo, el Rey de Espa?a (...), los v¨ªnculos se han roto¡±, publica Paris Match, antes de recordar que Felipe VI ha renunciado a la herencia de su padre y que le retir¨® su asignaci¨®n anual. ¡°Una pu?alada simb¨®lica¡±, apunta el semanario. Y explica que el 5 de enero pasado, Felipe de Borb¨®n no llam¨® a don Juan Carlos para felicitarlo el d¨ªa que cumpl¨ªa 83 a?os. Fuentes pr¨®ximas al rey em¨¦rito han asegurado que su hijo s¨ª lo llam¨® el d¨ªa de su cumplea?os, informa Miguel Gonz¨¢lez.
¡°Felipe VI¡±, analiza Debray, ¡°se esfuerza por reparar la herencia de Juan Carlos haciendo de la Corona una instituci¨®n inatacable y regulada. Un parricidio en nombre de los intereses del trono. Juan Carlos es un rey ca¨ªdo, pero ante todo es un padre repudiado. Quiz¨¢ su mayor fracaso resida ah¨ª, en esta negaci¨®n. H¨¦roe pol¨ªtico: la cara; antih¨¦roe patriarcal: la cruz¡±.
Las declaraciones del rey em¨¦rito dan a entender que desear¨ªa volver, pero que en Espa?a ¡ªdonde fue un art¨ªfice decisivo de la transici¨®n a la democracia, pero donde ahora en muchos sectores se lo ve con hostilidad, indiferencia o incomodidad¡ª su regreso no es deseable. Cuando Debray lo anima a luchar por salvar su legado, responde: ¡°Las instituciones que he dejado deber¨ªan bastarse. Hablan por s¨ª solas. Pero es verdad. Se destruyen m¨¢s f¨¢cilmente las instituciones de lo que se construyen¡±.
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