La investigaci¨®n de la desaparici¨®n de un joven en Badajoz da un giro: ¡°Pudo haber sufrido una agresi¨®n¡±

Las primeras indagaciones policiales tras la desaparici¨®n hace casi una semana en Badajoz (151.000 habitantes) del estudiante de 21 a?os Pablo Sierra Moreno apuntaban a que ¡°pudiese haberse ca¨ªdo al r¨ªo¡± Guadiana que atraviesa la ciudad extreme?a. Sin embargo, tras peinar durante varios d¨ªas la zona del r¨ªo en la que un guardia civil fuera de servicio hall¨® su tel¨¦fono m¨®vil la misma ma?ana del viernes 3 de diciembre al o¨ªrlo sonar, los investigadores han dado un giro y trabajan sobre otra hip¨®tesis: ¡°Pudo haber sufrido una agresi¨®n¡±.

A Pablo, estudiante de Matem¨¢ticas, se le pierde la ...

Las primeras indagaciones policiales tras la desaparici¨®n hace casi una semana en Badajoz (151.000 habitantes) del estudiante de 21 a?os Pablo Sierra Moreno apuntaban a que ¡°pudiese haberse ca¨ªdo al r¨ªo¡± Guadiana que atraviesa la ciudad extreme?a. Sin embargo, tras peinar durante varios d¨ªas la zona del r¨ªo en la que un guardia civil fuera de servicio hall¨® su tel¨¦fono m¨®vil la misma ma?ana del viernes 3 de diciembre al o¨ªrlo sonar, los investigadores han dado un giro y trabajan sobre otra hip¨®tesis: ¡°Pudo haber sufrido una agresi¨®n¡±.

A Pablo, estudiante de Matem¨¢ticas, se le pierde la pista a la salida de una zona de bares y discotecas del centro de la ciudad, concretamente en la calle Zurbar¨¢n. All¨ª se despide hacia las 2.00 de la madrugada del viernes de uno de sus amigos, dispuesto ¨Dseg¨²n su declaraci¨®n¨D a coger un taxi que le llevara hasta la residencia universitaria Rucab, alejada del centro. ?l viv¨ªa all¨ª, al igual que su hermano mellizo, estudiante de Medicina, quien dio la voz de alarma la misma ma?ana del viernes, cuando se percat¨® de que no hab¨ªa regresado pese a que ten¨ªan previsto regresar a su pueblo, Zorita, en C¨¢ceres, para pasar unos d¨ªas con su familia.

Las insistentes llamadas de sus hermanos a su tel¨¦fono m¨®vil, a¨²n operativo, alertaron al agente que paseaba con su perro de buena ma?ana por la zona llamada de Las Crispitas, a unos tres kil¨®metros de donde le despidi¨® el ¨²ltimo amigo que le vio con vida. Se trata de un lugar descampado, pegado al r¨ªo, y en direcci¨®n opuesta a la de la residencia. ¡°Pudo haberse despistado, si iba andando¡±, pensaron inicialmente los agentes. Sin embargo, un an¨¢lisis m¨¢s minucioso de su tel¨¦fono m¨®vil y los interrogatorios de los amigos con los que sali¨® aquella noche, han arrojado nuevos datos que han abierto nuevas l¨ªneas de investigaci¨®n.

Seg¨²n esos testimonios, Pablo Sierra pudo tener un rifirrafe con otro chico aquella noche, aunque aparentemente habr¨ªa quedado solventado en el mismo momento. Y, por otra parte, otras fuentes apuntan con cautela a que ¡°podr¨ªan haberse detectado restos de sangre en su tel¨¦fono que podr¨ªan apuntar a alg¨²n hecho violento, aunque a¨²n est¨¢n pendientes de determinar a qui¨¦n corresponden esos restos biol¨®gicos¡±. Ambas cosas han llevado a los investigadores a barajar la hip¨®tesis de que su desaparici¨®n no sea ni voluntaria, como insist¨ªa la familia ¡ª¡±Pablo es un chico 10¡å, destacaba estos d¨ªas su t¨ªa, Susana Moreno¡ª, ni accidental, sino violenta.

Pablo mide 1,75 cent¨ªmetros de estatura, es de complexi¨®n atl¨¦tica, tiene el pelo moreno con flequillo rizado y ojos marrones. En el momento de su desaparici¨®n vest¨ªa camisa azul, pantal¨®n vaquero, chaqueta azul y zapatillas blancas. Con esos datos los agentes siguen visionando las grabaciones de decenas de c¨¢maras repartidas por la ciudad, con el fin de ver cu¨¢l fue el trayecto que sigui¨® el joven aquella madrugada, si iba solo o acompa?ado y por qu¨¦ su tel¨¦fono acab¨® a m¨¢s de tres kil¨®metros de donde fue visto por ¨²ltima vez y en direcci¨®n opuesta a su destino.

La investigaci¨®n corre de momento a cargo de los agentes de la polic¨ªa judicial de Badajoz, dirigidos desde el juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 3 de esa ciudad.