Los 3.217 cuerpos sin nombre
En Espa?a hay miles de cad¨¢veres sin identificar y 13.633 desparecidos. La deficiente gesti¨®n de los datos no logra que encajen las piezas de un puzle dram¨¢tico
No era ella. Durante unos d¨ªas del pasado mes de junio pareci¨® que el enigma de la Dama del Camello iba a resolverse, por fin, casi 20 a?os despu¨¦s. Blanca Mabel Otero ?lvarez, desaparecida en Le¨®n en 1995, era el nombre de la candidata ¡ªuna m¨¢s en esta intrigante historia¡ª para dotar de identidad a aquel cuerpo arrojado por las olas en 2001 a la playa del Camello, las orillas santanderinas que le ha dado el nombre que le falta a esa mujer hasta hoy. Pero no era ella.
Las esperanzas del inspector Guillermo J. Rosewarne, que se jubil¨® recientemente sin poder identificar a la misteriosa mujer ahogada en esas aguas c¨¢ntabras, volvieron a chocar de bruces con los exhaustivos cotejos del inspector Jos¨¦ Carlos Beltr¨¢n, Jefe de Grupo de Necroidentificaci¨®n y Retrato Robot de la Polic¨ªa Nacional.
¡°Cuando vi la foto, los rasgos antropom¨¦tricos y ese lunar en la frente ya tuve grandes dudas¡±, se?ala Beltr¨¢n ante la imagen de ambas mujeres. ¡°Pero fue definitivo el contraste de la huella dactilar del DNI de la candidata con la necrohuella que se le tom¨® a la mujer ahogada. No coinciden, y tampoco su perfil gen¨¦tico con el de quien cre¨ªa ser su presunto hermano¡±.
Entonces, ?qui¨¦n es la Dama del Camello? Y ?d¨®nde est¨¢ Blanca Otero?: ¡°?D¨®nde est¨¢n nuestros 13.633 desparecidos (denuncias actualmente activas) y qui¨¦nes son nuestros 3.217 cad¨¢veres?¡±, ampl¨ªa el inspector Beltr¨¢n y lanza la pregunta del mill¨®n, la raz¨®n de ser de su trabajo y el de las tres personas de su equipo, dentro de la Polic¨ªa Cient¨ªfica.
La base de datos de Personas Desaparecidas y Restos Humanos sin Identificar (PDyRH), gestionada por el Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES) en el Ministerio del Interior desde 2018, naci¨® en 2011 con el objetivo de aglutinar los datos de todas las polic¨ªas (tambi¨¦n las auton¨®micas) y de la Guardia Civil para hacer encajar las piezas de un puzle que sigue sin cuadrar.
Hasta entonces exist¨ªa solo un registro de cuerpos y restos humanos datados desde 1968, que es el cad¨¢ver m¨¢s antiguo sin identificar que hay en Espa?a: ¡°Un se?or muerto en Vitoria el 4 de enero de ese a?o¡±, se?alan fuentes del departamento de necroidentificaci¨®n de la Polic¨ªa. La denuncia activa m¨¢s antigua es por la desaparici¨®n de un hombre en Valladolid el 1 de enero de 1924, aunque no fue denunciada hasta 1996. Sin embargo, el gran problema del llamado ¡°Sistema PDyRH¡± es que solo ¡°un peque?¨ªsimo porcentaje (entorno a un 4%) del volumen de las desapariciones denunciadas anteriores a ese a?o 2011 ha sido incorporado a esa base de datos, lo que imposibilita encontrar correspondencias entre las descripciones de una gran parte de las personas ausentes y los cuerpos sin identificar existentes¡±, explica el inspector Beltr¨¢n. La raz¨®n: ¡°Deben de introducirse los datos uno a uno, de manera manual, y no hay medios humanos suficientes para eso, se va haciendo poco a poco, a ratos¡±, asegura.
El caso de la Dama del Camello ejemplifica las enormes dificultades de esta ardua tarea de encajar historias humanas perdidas que ocultan angustias eternas y enormes dramas familiares.
¡°Una desaparici¨®n sin causa aparente es un misil contra el n¨²cleo de cualquier familia¡±, recuerda Paco Lobat¨®n, de la Fundaci¨®n QSDGlobal (Qui¨¦n Sabe D¨®nde), dedicada a la atenci¨®n y reivindicaciones de los familiares de desaparecidos y que lleva a?os funcionando como bisagra entre el desconsuelo de ellos y el Estado.
¡°Los familiares de personas desaparecidas pueden enfrentarse hasta a una triple victimizaci¨®n: primero la desaparici¨®n, luego el abandono del Estado y muchas veces, cuando casi milagrosamente logramos hacer encajar la pieza del puzle, llegamos tarde, y los restos han sido incinerados o arrojados a un osario com¨²n¡±, cuenta Beltr¨¢n, que ha puesto en evidencia las ¡°grandes deficiencias¡± de la gesti¨®n de datos relativa a desaparecidos y cad¨¢veres sin identificar en los numerosos estudios e informes que ha realizado: ¡°Antes no hab¨ªa sistema, ahora hay sistema pero no datos¡±, resume.
La Polic¨ªa Cient¨ªfica lleva a?os demandando ¡°a efectos humanitarios¡± que el DNI incluya un sistema autom¨¢tico de cotejo de la huella dactilar, de manera que se pueda lanzar una huella de un cad¨¢ver contra ese archivo e identificar a la persona. ¡°Una base policial que utiliza esa tecnolog¨ªa es el Sistema Autom¨¢tico de Identificaci¨®n Dactilar (SAID), que ¨²nicamente guarda las de quienes han cometido un delito, de manera que sus huellas llevan directamente a los delincuentes¡±.
Pero el fichero del DNI no permite realizar b¨²squedas automatizadas dactilosc¨®picas. ¡°Por eso ante una cat¨¢strofe o un atentado como el del 11-M no se puede identificar a las v¨ªctimas salvo que alguien aporte su filiaci¨®n, su nombre; y por eso tampoco se sabe quien es la Dama del Camello¡±, dice Beltr¨¢n.
Por otra parte, en Espa?a, el Reglamento de Polic¨ªa Sanitaria Mortuoria est¨¢ transferido a las comunidades, y cada una gestiona los cuerpos sin identificar a su modo. ¡°Unas los incineran a los 10 a?os, otras a los 20¡ Es necesario homologar criterios y proteger el derecho de las familias a encontrar a sus seres queridos, aunque sea muertos¡±, defiende Beltr¨¢n, que ha visto ¡°el alivio¡± de quien deja de vivir buscando.
El inspector Rosewarne, cuyo departamento sigue presidido ¡ªpese a su retiro¡ª por el retrato robot de la Dama del Camello, sabe bien lo que es el paso del tiempo. Acude de vez en cuando a poner flores a la ¨²nica tumba sin nombre del cementerio de Santander: ¡°El a?o que viene, al cumplirse 20 del sepelio, la desenterrar¨¢n¡±, advierte.
Pero esa mujer, que tendr¨ªa entre 40 y 45 a?os cuando muri¨®, que llevaba una bolsa del Corte Ingl¨¦s con un bote de colonia de beb¨¦, de la que nadie se acordaba en la tintorer¨ªa pese a la etiqueta grapada en su chaqueta; esa mujer cuyo retrato robot publicaron los diarios locales, tuvo una historia hasta el d¨ªa en que presuntamente ¡ªseg¨²n los investigadores¡ª se lanz¨® al mar. Y quiz¨¢ alg¨²n familiar la recuerde en alguna parte, sin saber donde est¨¢.
Es el caso de Ren¨¦ Otero, el vecino de Gij¨®n que sigue buscando a su hermana Blanca, desaparecida en 1995. Seg¨²n consta en la denuncia presentada en comisar¨ªa el pasado 28 de mayo, al saberse buscada por su madre, ella envi¨® una carta en 1999 con una foto reciente de entonces (en esta p¨¢gina) y una s¨²plica: ¡°No me busqu¨¦is, estoy bien¡±. Un a?o m¨¢s tarde, en 2000, lleg¨® a casa de su madre ¡°por error, un informe m¨¦dico¡±. Veinte a?os despu¨¦s, cuando su hermano ley¨® la historia de la Dama del Camello en la prensa y vio el retrato robot, crey¨® ver a su hermana y acudi¨® de nuevo a denunciar a la polic¨ªa: ¡°Tiene que ser ella¡±. No era. ?Pero d¨®nde est¨¢ entonces Blanca? ?Est¨¢ viva? ?Sabr¨¢ que a¨²n la buscan? La polic¨ªa ha constatado que ¡°hace tiempo¡± que no renueva su DNI y que no trabaja. La investigaci¨®n continua.
Escupidos por el mar y enterrados lejos de su origen
Aproximadamente un tercio de los 3.217 cad¨¢veres sin identificar que hay en Espa?a corresponden a cuerpos arrojados por el mar a nuestras orillas procedentes de naufragios de embarcaciones que trataban de alcanzar irregularmente nuestras costas desde el norte de ?frica, seg¨²n los c¨¢lculos de la Polic¨ªa Cient¨ªfica. La mayor parte de ellos se encuentran enterrados en cementerios pr¨®ximos a las zonas donde han sido hallados, normalmente, en el sur de Espa?a.
En la identificaci¨®n de estos cad¨¢veres, casi siempre correspondientes a personas de otros pa¨ªses, se vuelve crucial la colaboraci¨®n de ONG como Cruz Roja, se?ala el inspector de la Polic¨ªa Cient¨ªfica Jos¨¦ Carlos Beltr¨¢n. ¡°Muchas de esas embarcaciones est¨¢n semicontroladas desde su partida, sobre todo por familiares que esperan la llamada de quienes han subido a bordo y saben c¨®mo iban vestidos, si tienen alguna marca que pueda individualizarlos (lunares, manchas en la piel, cicatrices, tatuajes) o alguna pieza dental que pueda distinguirles de otros¡±, cuenta Beltr¨¢n. ¡°En muchas ocasiones son las ONG que asisten a los inmigrantes las que pueden llegar a estar en contacto con esos familiares y facilitarnos esos datos¡±, a?ade.
¡°El volumen de cad¨¢veres m¨¢s significativo con el que nos encontramos, por el origen de los cuerpos en su deriva, es sin duda alguna el que procede de la zona del Estrecho de Gibraltar, en las provincias de C¨¢diz, en Ceuta y Melilla, adem¨¢s del archipi¨¦lago canario, donde se ha encontrado el 51% del total de los cad¨¢veres en estas circunstancias por todas las fuerzas y cuerpos de seguridad¡±, recoge Beltr¨¢n en uno de sus estudios (con datos comparados hasta 2015).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.