El PP cuestiona todas sus coaliciones de gobierno
Los populares han roto los tres pactos de coalici¨®n que firmaron en 2019
Al PP no le sientan bien las coaliciones. Al menos, las que ha hecho hasta ahora en el nivel auton¨®mico. Tras las elecciones auton¨®micas de mayo 2019 en 13 comunidades empez¨® el baile para formar mayor¨ªas. Antes, Andaluc¨ªa hab¨ªa sido la primera en salir a la pista y apostar por Ciudadanos. El apoyo externo de Vox fue indispensable. As¨ª, se forjaron cuatro pactos con el partido que entonces lideraba Albert Rivera. Andaluc¨ªa, Madrid, Castilla y Le¨®n y Murcia. ...
Al PP no le sientan bien las coaliciones. Al menos, las que ha hecho hasta ahora en el nivel auton¨®mico. Tras las elecciones auton¨®micas de mayo 2019 en 13 comunidades empez¨® el baile para formar mayor¨ªas. Antes, Andaluc¨ªa hab¨ªa sido la primera en salir a la pista y apostar por Ciudadanos. El apoyo externo de Vox fue indispensable. As¨ª, se forjaron cuatro pactos con el partido que entonces lideraba Albert Rivera. Andaluc¨ªa, Madrid, Castilla y Le¨®n y Murcia. Tres ya est¨¢n rotos, con adelantos electorales cuyas justificaciones despiertan interrogantes sobre su solidez, adem¨¢s del estupor y la incomprensi¨®n de Ciudadanos. El cuarto pacto, Andaluc¨ªa, tampoco aguantar¨¢ hasta el final de su mandato. Cuatro rupturas de cuatro acuerdos. Con las elecciones del pr¨®ximo 13 de febrero en Castilla y Le¨®n, se consumar¨¢ la ruptura de las coaliciones del PP con Ciudadanos. Ocho de los ocho gobiernos en los que gobierna el PSOE cumplir¨¢n su tiempo en coalici¨®n. Las dificultades en el recorrido, en el d¨ªa a d¨ªa, van super¨¢ndose, hasta ahora.
No hay mucho misterio. El PP no ha querido esperar hasta las elecciones auton¨®micas de 2023 para desprenderse de Ciudadanos. No lo ocultan interlocutores de esa formaci¨®n. Objetivo: ¡°Comerse a Ciudadanos¡±. Esta expresi¨®n es pronunciada en las filas del PP como mera descripci¨®n. No en todos los sitios ha habido malas relaciones entre los dos socios; en Madrid, s¨ª. Pero no es nada personal y, ni siquiera, de la gesti¨®n y sus resultados. El PP quiere hacerse con el electorado de Ciudadanos y, si no hay m¨¢s remedio, pedir a Vox que, sin entrar en los gobiernos, complete la mayor¨ªa. Este es el esquema del PP, a la espera de que en el momento oportuno el partido de Santiago Abascal ponga sus condiciones.
Nada ser¨¢ igual a 2019, con un Ciudadanos fuerte y un PSOE como primera fuerza pol¨ªtica en comunidades en las que no pudo gobernar por los pactos de la derecha y el centro. Solo tres comunidades aut¨®nomas no necesitaron alianzas. Los socialistas Emiliano Garc¨ªa-Page en Castilla-La Mancha y Guillermo Fern¨¢ndez-Vara, en Extremadura, gobiernan con sus propias fuerzas; al igual que Alberto N¨²?ez Feij¨®o disfruta en Galicia de mayor¨ªa absoluta. En el otro bloque, el de los gobiernos auton¨®micos de presidentes socialistas, con diferentes aliados, no existe el objetivo de matar al socio, sino de volver a repetir coaliciones de los mismos signos, si no se produce el sorpasso de la derecha.
Hasta entonces, mayo de 2023, aunque antes habr¨¢ urnas en Castilla y Le¨®n y en Andaluc¨ªa, la l¨ªder de Ciudadanos, In¨¦s Arrimadas, tratar¨¢ de convencer a Pablo Casado de ir unidos en alguna comunidad o ayuntamiento para sumar al centroderecha. El PP no quiere pactar con Ciudadanos, sino quedarse con sus votos.
No todo el esquema te¨®rico del PP se cumplir¨¢ paso a paso, como un paseo militar. La determinaci¨®n hoy de Pablo Casado de no pactar gobiernos de coalici¨®n con Vox en las comunidades aut¨®nomas no depende de ¨¦l. No solo por lo que tenga que decir el partido de la ultraderecha espa?ola sino por los propios barones territoriales del PP. Tampoco ellos tienen la menor propensi¨®n a compartir sillones de gobierno con Vox, pero querr¨¢n gobernar, y sin Ciudadanos. La apuesta de conseguirlo, con el complemento de Vox, est¨¢ muy consolidada y se presenta como buena opci¨®n en comunidades aut¨®nomas. A nivel nacional, tiene riesgos serios. Si el PP y Vox no suman, la llamada de Casado a otros partidos para que le lleven a La Moncloa se mueve entre lo dif¨ªcil y lo imposible. Por Vox.